"Matar, sobrevivir, familia"
Rin
Armin terminó de apretar el último de mis correas de mi equipo. Nos habíamos ocultado en un hoyo lo suficientemente ancho para poder ocultar las carretas y a Pieck.
Atacaríamos el puerto, y a los Jaegeristas.
-Los mataremos a todos sin demorarnos tanto. Reiner, Annie y yo utilizaremos los titanes para ganar tiempo, mientras que los demás recuperarán a los Azumabito y pondrán en función la aeronave. –Hablé.
-Si atacamos el pueblo, involucraremos a los Azumabito. –dijo Mikasa.
-Tus parientes antiguos, también atacaron nuestro hogar. –habló Annie.
-No. No hace falta que ellos mueran, Annie. Son importantes si queremos poner en marcha esa cosa. ¿Verdad? –le hablé a Onyankopon
-Sí. Yo puedo manejarlo, pero sin un mecánico Azumabito, sería un pájaro sin alas. Lo sensato sería llevarla a un Hangar para que allí la revisen.
-¿Cuánto tiempo tomaría? –preguntó Reiner
-No lo sé. Depende de los Azumabito.
-Bien. Tenemos que defender a los Azumabito para ganar tiempo y así preparen la aeronave –musité.
-¿Y no quieren que ataquemos a los Jaegeristas? –preguntó Annie
-No queremos. Entre ellos hay compañeros. –respondió Jean
-¿Entonces cómo evitamos matar a los que nos ataquen mientras protegemos a los Azumabito y la aeronave? Dímelo, Armin. Es cuando me acorralaste a mí. Cuéntame el plan.
-No hay ningún plan. –intervine. –O matamos para proteger a los Azumabito y a la aeronave, o los perdemos a ambos a la vez.
-Un momento. Estamos aquí para salvar al mundo. ¿Y ahora vamos a matar a los de la isla? ¿Por qué?
-Es cierto. Ustedes no están obligados a hacer esto, no es su pelea. Ustedes cuatro no peleen. Observen desde aquí junto con Falco y Gabi. Nosotros pelearemos. Y si los encuentran los Jaegeristas, tendrán que decidir, pero no interfieran mientras peleamos. –hablé de nuevo
-¿Quieren que observemos la matanza? –preguntó Connie
-¿Pretenden solucionar esto solo con los titanes? –esta vez, habló Jean.
-Sí. Si no quieren matar, bien. Déjennos la sangre a nosotros.
-Yo no seré una simple espectadora. –habló Hange mientras volvía con nosotros junto con Magath. –Ya asesiné a cuatro de los Jaegeristas. Y a la humanidad no le queda tiempo. Vimos a los titanes nadar por el mar. Calculo que a la velocidad que iban, ya habrán llegado a Marley y algunas ciudades ya estarán destruidas. Quién sabe a cuántos habrá matado ya.
Magath se acercó a Yelena, y le pisó un brazo con fuerza, haciéndola retorcer de dolor.
-¡Dime a dónde va Eren Jaeger! Te romperé huesos hasta que hables. –le dislocó el hombro a Yelena, ocasionando que soltara algunas lágrimas. –No tengas miedo. No te mataré. –Magath quitó su mano de la boca de Yelena
-Me alegra oírlo. Si me llevan con ustedes, tal vez les diga hacia dónde va Eren
-Magath. –me acerqué a él. –Primero necesitamos la nave. No tenemos tiempo para torturarla.
Magath se dio la vuelta y se dirigió a Mikasa, Armin, Jean y Connie.
-Mikasa, Armin, Jean, Connie. Me disculpo por mi actitud de anoche. Nos equivocamos. Yo hacía parte de los actos sangrientos de Marley y me avergonzaba decirlo. –luego se dirigió a donde estábamos Pieck, Annie, Reiner y yo. –Pieck, Annie, Reiner ustedes tampoco deben cargar con todo el odio del mundo, pero sí es su responsabilidad no olvidar la sangrienta y estúpida historia y trasmitirla a nuevas generaciones. –alcé la ceja. ¿Realmente no me va a dedicar un estúpido y motivador sermón? –Rin. Te juzgué mal por venir de la Isla. Aunque aún seas una niña imprudente, sé que tu antecesora eligió bien. Eres poderosa. Utiliza ese poder para salvar al mundo. Tu tampoco debes cargar con el peso del odio del mundo. –hizo una pausa para mirarnos a todos. –Eren Jaeger pretende acabar con todo. Eso es imperdonable. Mientras sigamos ignorando todo, este infierno continuará. –Magath se inclinó ante nosotros. Abrí la boca de sorpresa, al no imaginarme a ese viejo haciendo lo que estoy viendo. –Así que, por una vez, ignoren nuestras estupideces, solo por esta vez
-Me niego. –respondió Armin después de un incómodo silencio. –No se puede ser justos sin ensuciarse las manos una sola vez. –Magath se irguió y miró con sorpresa a Armin.
-Bien. ¿Están dispuestos a matar para poder ganar? –pregunté.
-Sí. –respondió Armin
-Bien. No duden. Si dudas, te mueres. Maten y sobrevivan –hablé.
Armin asintió seguido por los demás. El rubio hizo el plan, el cual consistía en que Connie y Armin fueran a hablar con Floch, para distraerlo. Mientras que otros tratarían de recuperar a los Azumabito. Y si Floch se dé cuenta que los Azumabito ya no están, pelearíamos, mientras tanto, los demás permanecerían ocultos.
Puedo ver la duda y miedo en sus caras. Tienen miedo de matar. Es como si fuera la primera vez que lo hicieran.
Me dirigí a Colt, alejándolo un poco para que no nos escucharan
-Colt. Si iniciamos a pelear, quiero que te lleves a Gabi y a Falco a un lugar en donde no puedan salir a pelear. No quiero que se pongan en peligro. Y menos quiero que Falco se transforme.
-Está bien. No dejaré que se hagan daño. –Respondió con una leve sonrisa
-Gracias. –dije, él asintió y se fue.
Me dirigí a Reiner, puesto que no habíamos hablado desde hace tiempo.
-Hola. –me dijo apenas me vio. Se acercó y me abrazó, tomándome de la cintura. –Te vez como si fueras de nuevo de la Legión. –me dijo. Le sonreí y le pegué en el brazo.
-No lo invoques. –sonrió y luego suspiró. Recostó su cabeza en mi pecho, haciéndome entender que le hiciera mimos en la cabeza.
-Estoy cansado. –susurró. –Quiero que el retumbar sea una pesadilla. Y volver a casa, contigo. Quedarnos en cama sin que nadie nos moleste.
-Yo también quiero eso, Reiner. También quiero que todo esto sea una pesadilla y que Eren esté en una cabaña, durmiendo y sin los poderes de los titanes.
-Me quedan tres años, Rin. –me dijo Reiner. –Nunca lo hemos hablado, pero cuando termine esto, quiero tener una familia contigo. Quiero aprovechar mis últimos años de vida contigo, y si es posible, con nuestros hijos.
¿Familia? ¿De verdad quiere tener una familia?
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