Escuchaba música instrumental con sonidos del mar como fondo y caminaba hacia el elevador del edificio de Poché, apenas prestaba atención a mis alrededores porque venía tarareando letras que había escrito en el camino hacia aquí. Un cuaderno de pasta dura tenía todas las letras que se me venían a la mente y hoy se me ocurrió una melodía, no podía sacármela de la cabeza por lo que decidí no guardar el cuaderno.
Me gustas mucho y tal vez un poco más
bésame un poco más, no te vayas
Todo me parece aburrido cuando no estás
Las noches de verano
que pasamos tú y yo
Me quedaría varios días más
si es que yo consigo
otro beso tuyo
Con tu piel sobre la mía
tu perfume huele a cereza
me pones el mundo de cabeza
Sharalalala
sharalalalala tú y yo
Si es que yo consigo
otro beso tuyo
Intentaba escribir algo en la última parte pero simplemente no se me venía ninguna letra. Tenía demasiadas partes de diferentes canciones de amor en este cuaderno. Escribí esto en media hora de camino porque escribir sobre Poché y sobre el amor que siento por ella me salía más fácil que respirar.
Sentía que ni las palabras ni las melodías eran suficientes para expresarlo.
Venía de una sesión de fotos y dos entrevistas. Hoy fue un día tanto divertido como ocupado y no había visto a Poché en un par de días por lo mismo. Me habían elegido como Host de los premios Miaw junto a un actor famoso y teníamos mucho por hacer. Además estaba mi proyecto musical, el cual no estaba siendo muy apoyado por mis jefes. Una noche de descanso junto a Poché era todo lo que necesitaba. Eso y tal vez pedir algo por delivery porque moría de hambre. El sonido del elevador llegando me hizo cerrar el libro, las puertas se abrieron y me dejaron ver que no era la única que venía a visitar a Poché por hoy.
Barbie me sonrió con esa expresión sabionda que me intentaba hacer enojar y hoy sí lo estaba logrando, sus ojos volaron a todo mi cuerpo porque yo estaba vestida como si fuera a salir de fiesta porque venía de dar algunas exclusivas, la noticia saldría mañana. Tenía tantas ganas de ignorarla pero también quería hacerle saber que me sabía sus planes, que nada iba a separarnos.
Lo único que hice fue saludarla de dos besos al aire porque justo en ese momento alguien más entró al elevador, me quería ir junto a esa persona y que Barbie desapareciera de mi vista pero ella pero me detuvo.
—Solo salúdame bien y ya te vas para arriba, ya sé que te mueres por subir pero un poco de intensidad menos no está mal, ¿No crees?, se puede aburrir. —Me dijo y no podía soportar lo falsamente emocionada que se escuchaba. Traía un suéter holgado y unos pantalones de lona casi blancos, respiré hondo. —¿Vienes de algún lugar especial?
—Sí, un photoshoot. —Le sonreí hipócritamente aguantándome las ganas de apretar la mandíbula porque la forma en que mencionó lo de la intensidad solo creó un sentimiento horrible en mi estómago. —¿Tú vienes de ver a Poché?
—Pues claro, Poché es una maravillosa amiga, demasiado buena. —Me contestó y pues tenía razón, pero el tono juguetón y la sonrisa sabionda no se le quitaban, me iba a poner los pelos de punta. —Escuché tu canción por cierto, me gustó.
—¿Ah sí? —Le contesté viendo por cuál número iba el elevador, no iba a venir en dos minutos por lo menos. —Qué bueno que estás interesada en mi música.
Barbie se rió con sutileza y levantó una ceja.
—Sí, bueno, tengo una amiga a la que le gustas entonces estoy al pendiente.
Debería sentirme por lo menos halagada, Barbie me estaba haciendo un cumplido sobre mi trabajo, debería pero no, se siente todo lo contrario porque ella debe haber sido una de sus amigas a la que le mostró la canción cuando salió, lo había mencionado en un mensaje de texto. Algo como ahora mismo se la estoy mostrando a una amiga y le encanta.
¿Por qué no indagué más en ese mensaje?
¿Dónde escucharon la canción?
Barbie realmente se estaba metiendo en mi cabeza. Porque todo esto se sentía horrible y mi cabeza comenzó a darle mil vueltas a este amargo sentimiento de celos. Incluso si Poché no estaba al tanto de su propio encanto, yo sabía que Barbie sí. Desde que la abrazó unos segundos de más el día en que las presenté.
—Pues me alegro que tengas una amiga que te hace estar al pendiente de mí, es bueno para mí y mis negocios, además creo que esta amiga tuya siempre tendrá exclusivas de mis canciones por lo que deberías estar contenta por ella. —Barbie levantó una ceja cuando terminé de hablar y esperé que entendiera de lo que estaba intentando hablarle. Que Poché siempre iba a estar conmigo.
—Oh, créeme que lo estoy. —Barbie elevó la mirada al elevador y se aclaró la garganta. —Ella me mostró la exclusiva entonces me emociona que en todas esas también estaré incluida. —Agregó con la misma emoción falsa del principio y no pude hacer más que ladear la cabeza dejando que la información que acababa de darme me confundiera. —¿No te dijo?, bueno, ya tienen algo de que hablar allí arriba. —El sonido del elevador llegando me hizo girar a verlo, Barbie me abrazó. —La susodicha te está esperando desde hace ratos, yo voy re tarde a unos pendientes que tengo. —Luego susurró. —Ya sabes cómo es eso de perder la noción del tiempo junto a ella.
Al soltarme me adentré en el elevador sintiendo un oscuro y pesado malestar que solo incrementaba en mi estómago, me rehusaba a procesar sus palabras y marqué el número del piso con demasiada fuerza para nada fue intencional. Me rehusaba a que me observara enojarme así que mantuve una expresión tranquila.
—Por favor no quiero detenerte más tiempo ni hacerla esperar, feliz noche Barbie. —Le dije levantando una mano para despedirla de lejos antes de que las puertas se cerraran.
En cuanto las puertas se cerraron me dejé recostar contra una de las paredes del elevador y cerré los ojos exhalando con fuerza todo el aire que tenía en mi pecho. El camino hacia arriba, hacia su piso fue demasiado rápido, incluso el camino por el pasillo. Todo porque a la vez intentaba procesar toda la conversación y todos los incómodos sentimientos que estaba teniendo. No podía pedirle a Poché que dejara de ser su amiga porque quién era yo, después de todo lo que pasamos, para decirle de quién ser amiga y de quién no. Claro que Poché también era una mujer adulta, incluso si quería decirle que dejaran de hablarse al final del día la decisión sería totalmente de ella.
Entendía todo eso así como no podía quitarme el shockeante sentimiento de que Barbie quería a Poché así como yo lo hacía, no podía quitarme la shockeante idea de que hoy se logró meter debajo de mi piel y no encontraba la forma de quitármela de encima.
Toqué la puerta de Poché un par de veces y a la vez intentaba que la molestia no se me notara en el rostro, gracias a todo este trabajo que llevo haciendo por años he logrado poner una barrera que a penas puede detectar y hoy deseaba que no lo hiciera, la razón de esto es porque aquí el problema no era Barbie, por mucho que me desagradara y desconfiara de ella, el problema no era ella.
El problema era que existiría más gente que se sentiría atraída hacia ella, o solo desear estar con ella y esto estaba bien, no es algo que pudiera evitar. Pero al tener el problema de frente me irradiaba de malestares en todas partes. No solo los celos sino esa parte de mi cerebro que se preguntaba si ellas dos...
—¿Dani? —Escuché su voz a través de la puerta antes de que la abriera y casi todos los sentimientos horribles se disiparon en cuanto ella abrió la puerta. Poché tenía el cabello suelto y tenía sus lentes de lectura sobre la cabeza, un suéter gris que le encantaba usar y unos leggings negros sobre los cuales tenía unas calcetas con temática de fantasmas.
Las calcetas, extrañamente me tranquilizaron más. Me animaron.
Poché me abrazó con una sonrisa brillante al verme y le devolví el abrazo soltando un fuerte suspiro. Mi sonrisa que antes era forzada, ahora era más real.
—Pasa por favor, ¿Por qué te tardaste tanto?, ¿Un problema gomelo? —Me preguntó intentando bromear sobre esa parte mía, la que dice que soy caprichosa, gomela, creída, fresa, todas esas cosas.
—Por favor, eso es lo que más te gustó de mí cuando me conociste. —Le contesté siguiéndola adentro del apartamento cerrando la puerta detrás de mí, ella se rió ligeramente mientras se giraba caminando hacia su sala de estar donde la televisión ya estaba prendida.
—Oye, pedí demasiada comida porque pensé que ibas a querer algo de comer después de todo lo que tenías que hacer hoy, ¿Quieres algo de lasaña?
—Muchas gracias, pero en realidad no tengo nada de hambre... —Le contesté parándome en el marco de la puerta sin entrar al área donde ella y Barbie habían estado antes de mí, donde seguramente se pidieron esa lasaña. Entonces ella me mostró la bolsa, estaba cerrada como si nadie la hubiese tocado. Ella era tan considerada. Me había pedido comida porque me conocía. Tan dulce. —Bien, tal vez en un rato, es que ahora mismo no siento hambre pero muchas gracias por el detalle.
Poché se encogió de hombros y luego juntó las cejas al ver que no entraba a la habitación.
—¿Estás bien?, pensé que no habías comido, ¿Ya comiste?, bueno seguro te dieron comida en... olvídalo, aquí está por si quieres.
Habían pasado unos segundos bastante pesados donde me estaba debatiendo si preguntarle sobre Barbie o no, sobre si debía poner esto sobre la mesa. Para poder tener una relación sana se debían de hablar de todas las cosas, tenía que hacerlo aunque incomodara a Poché. Con un suave respiro decidí soltarlo.
—Me topé a Barbie en el elevador hoy, no sabía que iba a venir a verte o que ya eran tan amigas.
Mi voz parecía normal, no tenía rastros de celos, parecía intacta, simple: solo quería saber sin ningún ánimo de iniciar alguna pelea porque eso debía hacer para que Poché no se pusiese a la defensiva. Estos celos que se sentían pesados, calientes y oscuros en mi estómago, en mi espalda, incluso en mi cabeza porque oh, estaba tan celosa. Barbie quería a Poché, esté Poché al tanto de eso o no, era algo real. Y por la forma en que Poché reaccionó puede que ella también.
Los ojos de Poché se abrieron bastante por un breve segundo, comenzó a hablar con rapidez dejándome entender que no fui tan sutil como pensé.
—Bueno, no éramos tan amigas antes cuando trabajaba para ella pero ahora que estoy en este proyecto con Luis y renuncié pues no sé por qué ha estado más interesada en... bueno, me refiero a que ahora no solo nos hablamos por trabajo y ella es agradable y graciosa aunque ya sabes que mi mejor amiga es Andrea entonces... —Alcé una ceja y ella se aclaró la garganta, «Claro, esta es la reacción de alguien que no esconde nada.» —Sí, eso, pero tú la conoces desde antes que yo entonces ya lo sabes... A veces viene por consejos o porque se siente mal, y cuando tú y yo estábamos mal ella me ayudó a salir y... sí, somos amigas. —Fue la forma en que se ruborizó cuando intentó explicarme de dónde venía su amistad que mi estómago se volteó de nuevo y junto a eso surgió un deseo urgente de tocar a Poché.
Lo cual era ilógico.
Tal vez era la forma en que se ruborizaba de la misma forma en que se ruborizaba conmigo cuando le coqueteaba. Succioné el interior de mis mejillas sin dejar de verla, estaba aquí parada en el marco de la puerta y respiré hondo dejando que mis celos se salieran un poco de control.
—¿P-por qué? —Preguntó entrelazando sus manos por el frente, una acción que hacía cuando estaba nerviosa.
—¿Ustedes dos tienen algo? —Le pregunté entrando a la habitación y Poché negó fervientemente con la cabeza, me relamí los labios. —¿Crees que si yo no estuviera en el mapa, ustedes podrían tener algo?, ¿Ella ha intentado algo contigo?
—No, no ella no. —Contestó y de pronto sus cejas se juntaron. —¿Estás celosa de nuevo?, ¿Estás intentando discutir?
Comencé a quitarme los zapatos a un lado de ella y observé de reojo la pared que estaba a unos pasos de ella. Sería muy fácil arrinconarla y quitarle todos esos pensamientos sobre Barbie e implantarle míos en esa bonita mente.
—Sí, estoy demasiado celosa, súper celosa. —Le contesté y Poché me miró con confusión y se ruborizó de nuevo pero su expresión estaba molesta, era tan fácil leerla, estaba comenzando a enojarse así que sin previo aviso me quité la chaqueta que traía dejándola en el apoyabrazos del sillón y disfruté de la forma en la que ella observó la acción. Respiré hondo cuando estuve frente a ella. —Pero creo que no entiendes por qué.
Tomé a Poché de la cintura y comencé a caminar, a empujarla hacia la pared al lado de la puerta y cuando logré presionarla contra esta, metí mis manos por debajo de su suéter acariciando su piel con mis pulgares. Podía sentir cómo sus pelos se pusieron de punta, sonreí y acaricié su mejilla con mi nariz sintiendo el olor de su loción, disfrutándola. Sintiéndola temblar un poco, le di un suave beso en la mandíbula. Me separé para verla. Poché no se movió esperando escucharme. La forma en que me miraba con toda su atención, la forma en que sus manos pasaron a mi cuello con suavidad solo me animaron a decirle lo que quería desde hace ratos.
—Me vuelvo loca de pensar que no soy la única que hace esto. —Los oscuros ojos de Poché que apenas reflejaban la luz de la televisión encendida parpadearon lentamente y su respiración se volvió más pesada.
—¿De-de qué hablas?
—Me gustaría... —Respiré hondo y pegué mi frente contra la suya. —Que oficialicemos esto otra vez, que mientras estemos juntas vamos a ser las únicas, que tú no vas a estar con nadie que no sea yo y yo tampoco estaré con alguien que no seas tú.
Los ojos de Poché volvieron a parpadear lentamente pero ahora se miraba un poco confusa. Sentí que se me secó la garganta por ver esa acción.
—Y-yo pensé que ya... tú eres la única persona con la que quiero estar, no quiero estar con nadie más si eso es lo que te preocupa. —Ella murmuró y como esa carita bonita no esconde ni una sola cosa lo único que pude ver fue la verdad.
Maldita Barbie que se logró meter en mi cabeza, no volvería a suceder. Más ahora que ya sé qué somos.
Así que junté nuestros labios, un jadeó de satisfacción salió del fondo de mi garganta al escuchar sus palabras y mis manos pasaron a la curva de su cintura mientras las manos de ella se deslizaban por mi cabello. Mi boca se partió más al sentir que ella pedía permiso para entrar, lamiendo directamente adentro de la mía. Apreté su cintura pensando que tal vez estaba haciéndolo muy fuerte, tal vez dejaría una marca y no podía dejarla ir y tranquilizarme mientras succionaba su lengua con suavidad. Porque el sentimiento de celos seguía allí metido y quería liberarse.
Pero mientras pensaba en ponerle un lazo a todos estos pensamientos de tomarla con fuerza, Poché soltó un gemido gutural y movió sus caderas hacia el frente, fue uno que me daba permiso de hacerle lo que quería hacerle.
Le quité el suéter para descubrir un top deportivo por debajo y Poché atacó mi cuello. Recorrió con la punta de sus dedos la piel de mi espalda mientras yo recorría la piel de su estómago hasta llegar el inicio de sus leggings. Sonreí maliciosa entre besos cuando mi mano siguió hacia abajo y escuché un jadeo por parte de Poché cuando comencé a hacer círculos sobre su ropa, ella dejó caer a cabeza contra la pared y yo me incliné hacia ella otra vez comenzando a succionar en su cuello siendo lo menos cuidadosa posible porque, joder, se podía.
—Te gusta esto, ¿No? —Susurré mordiendo el lóbulo de su oreja y ella asintió fervientemente. Bajé más la mano llegando un poco abajo de ella donde ya se sentía húmedo. —Puedo sentirlo.
Las manos de poché bajaron a la mía y me forzaron meterla en los leggings, solté una pequeña risa tocándola por encima de su ropa interior, Poché jadeó más fuerte y negó con la cabeza lo cual me alarmó, así que me detuve.
—¿No quieres?
Ella medio abrió los ojos repletos de deseo y me miró con las cejas juntas.
—Quiero-Ah así, ahora.
∆∆∆∆∆
No fue hasta horas después (cuando nos movimos de la pared al sillón, del sillón a la cama, que ambas nos ayudamos entre nosotras bastantes veces) que descubrimos que también nos gustaba cuando era fuerte y rápido. Que ambas habíamos terminado cansadas en la cama de Poché.
Ambas tapadas por las sábanas viendo videos acurrucadas y platicando entre estos. Creo que eran pasadas las doce pero no estaba segura y el teléfono de Poché no dejaba ver la hora. Mi teléfono estaba en la sala y mi cuerpo estaba demasiado cansado o se sentía demasiado descansado y bien en realidad, como para moverse. Un video de Barbie apareció en el para ti de mi novia y me tensé cuando ella apareció, moví los ojos hacia otro lugar y mi mente recordó una parte importante de nuestra conversación.
—¿Le mostraste la canción a Barbie antes de que saliera? —Le pregunté y Poché frunció el ceño, bloqueó el teléfono. —Es que ella me contó que le habías mostrado mi canción el día que te la mostré yo.
Ella negó con la cabeza, pero parecía insegura. Ladeé la cabeza sin dejar de verla con seriedad. Ella parecía estarlo pensando.
—Creo que no porque ya estaba en spotify, no, no lo hice. —Me contestó más segura, se dejó recostar más en las almohadas. —Pero se la mostré del audio que me mandaste para descargar y pues ese es diferente, se guarda en otra carpeta... pero ya había salido la canción así que técnicamente la escuchó como el resto de los mortales, ¿Por qué te lo dijo?
—No lo sé, pero no me gustó. —Contesté. —Por favor no le cuentes nada sobre mí.
Poché iba a volver a hablar, a argumentar.
—No le cuentes nada de mi música y mis proyectos, puedes contarle sobre cuando peleemos o algo así, eso es normal. —Agregué.
—Está bien, ¿Tan mal te pone?
Apreté los labios y ella se levantó un poco para besarme con delicadeza.
—Lamento que mis amigos no te agraden. —Dijo después de besarme. —Pero solo son amigos, nada más, tú eres mi novia.
Sonreí a medias.
—Eso me tranquiliza bastante.
—¿Segura?, porque podemos hablarlo más, prometo no morderme las uñas.
Me reí y la abracé.
—Estoy bien ahora que aclaramos las cosas, recuerda que me ponía más celosa cuando solo éramos amigas porque sentía que todos podían tenerte, que no me dabas mi lugar y cuando oficializamos lo nuestro pues mis celos se evaporaron casi al cien por ciento y así ha sido siempre, excepto aquella vez que peleamos, ¿Te acuerdas?
Poché tenía los ojos cerrados y respiraba con más tranquilidad, su pecho bajaba y subía y apenas podías escuchar el mínimo ronquido de su parte, era muy tierna durmiendo y estaba en paz de verla descansar así. Me acomodé a su lado y decidí dormir.
Al fin llegué a las canciones
de amor que escribe Calle
jajaja son re lindas man
las tqm no las iba a dejar sin un capítulo al menos c: