Sinopsis: Phil al fin es rescatado.
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Capítulo dos - La tormenta de la búsqueda, y la paz de después.
Regresar al mundo de los vivos le trajo una serie de náuseas que provocó que devolviera las tostadas que ingirió hace no mucho, dejándole una sensación asquerosa en su boca que intentó reducir con un poco de agua.
Cuando ya estuvo más estable agarró su mochila del suelo y echó a correr hacia el grupo que vio antes. No paró en ningún momento hasta quedar enfrente de ellos, por lo que tuvo que tomar un par de respiraciones profundas para regular su respiración.
"Missa, are you alright?" Bad fue el primero en hablarle al ver la prisa que traía. Si bien el rostro de Bad transmitía algo de seriedad, detrás había un hilo de preocupación.
Nadie se dignó a detenerlo cuando empezó a hablar con una rapidez inhumana, y cuando por fin terminó el cuarteto no podía estar más cabreado. Sin pensarlo dos veces el chico de cabellos verdes, que se presentó como Etoile, sacó su comunicador y mandó un mensaje a un par de chats.
"Let's go to my house." Ninguno refutó a la idea de Fit.
Tras menos de una hora unas cuantas personas se reunieron en la casa de Fit, todos esparcidos por el salón poco amueblado, Forever, Cellbit, Roier y Jaiden recién habían llegado. La atención de cada uno estaba completamente puesta en Missa, quien repetía la explicación intentando no obviar ningún detalle importante.
Tal y como pensó nadie se negó en ayudar, y menos aún cuando todo el mundo le tenía un aprecio a Philza, y un gran resentimiento hacia la Federación por culpa de los acontecimientos pasados.
Tomaron la decisión de dejar que Pac y a Mike se quedaran atrás para que estuvieran atentos de los huevos y prepararan la zona médica de su base por si fuera necesario. (Aunque deseaban que no lo fuera, viendo la situación desde un punto realista pasaría lo contario.)
Mientras los demás hacían inventario para comprobar que no les faltara nada, Etoile se acercó a Missa.
"Put this on." El nombrado se giró hacia Etoile, quien le hizo entrega de un set completo de armadura y armas que según el francés debería ponerse si quería acompañarles al campo de batalla. Missa, agradecido por el equipamiento, cumplió la orden. Era absurdo declinarla.
A órdenes de Bad salieron de la casa de Fit, viendo como Chat ya estaban esperándolos. El grupo de cuervos seguía igual de inquieto desde la última vez que Missa los vio.
El camino fue tenso. Cada uno de los chicos mantenía su guardia activa, temerosos de que fueran atacados por sorpresa. Oficialmente la poca confianza que tenían en la Federación se había esfumado, quedando únicamente ese rastro de enfado presente en cada uno de los integrantes.
Un día y medio después, tras caminar bajo un sol abrasador por horas y con unas ganas muy grandes de parar para montar las tiendas de campaña y poder descansar un poco, Chat empezó a dar vueltas en círculo a unos metros de distancia de donde se encontraban.
Con Fit y Etoile a la cabeza del grupo siguieron hasta quedar enfrente de la entrada de una cueva normal y corriente
"Es aquí." Anunció Missa, a lo que los demás asintieron.
Con su arma y escudo en mano, y tras matar a un esqueleto que salió de su escondite detrás de unas rocas, Etoile fue el primero en entrar, seguido de los demás.
Ciertamente la cueva no parecía tener nada de extraño. Había unas cuantas menas de carbón, cobre e hierro esparcidas por la zona, una cascada de lava que les brindaba algo de iluminación, y algún mob que otro que salía de su escondrijo para molestar.
Estuvieron a punto de salir de la cueva para comprobar si de casualidad se habían confundido de localización, cuando algo llamó la atención de Baghera.
Se separó del grupo hasta quedar enfrente de una pequeña montaña de rocas que se habían derrumbado. Debajo de esta una pluma negra sobresalía levemente. Con bastante prisa empezó a remover la montaña de rocas, quedando esparcidas por las zonas cercanas.
"Wait!" Gritó la chica mientras frenéticamente seguía con su tarea. Los demás pararon en seco, y giraron hasta poder ver lo que captó la atención de Baghera.
Antes de que pudieran preguntar la chica ya había destapado la zona. Unas cuantas plumas negras más se encontraban esparcidas por el suelo, cosa que alertó aún más a cada integrante presente.
Sin pensarlo dos veces Baghera se adentró por el hueco antes escondido, siendo acompañada por el resto del equipo, quienes se encontraban unos bloques por detrás.
El camino era algo estrecho, y solo era iluminado por un par de antorchas. Cada cierto tiempo veían una pluma negra tirada en el suelo, algo que solo agitaba más a los presentes.
Por fin, después de estar caminando por un par de minutos, vieron una puerta del Security estorbando su camino. Pensaron que no podían acabar con ella, pero gracias a la fuerza descomunal que Etoile presentaba fue posible hacerla pedazos.
El francés fue el primero en entrar, con un enfado mal escondido y con su parca lista para atacar. No le tembló la mano al acabar con un guardia que vigilaba la entrada, limpiando los rastro de sangre de su armadura como si nada hubiera pasado.
Quienes más tenían experiencia en combate fueron delante, dejando a Missa detrás, quien si bien intentaba llevar el ritmo del resto se le complicaba un poco.
Pasaron extensos pasillos de cuarzo hasta por fin llegar a lo que parecía ser una sala principal. Allí varios trabajadores se reunían, comunicándose entre ellos mientras resguardaban una puerta a sus espaldas.
Esta vez fue Cellbit el primero que se abalanzó sobre ellos, seguidos por los demás. Si bien los trabajadores contraatacaron, estos no tenían el mismo nivel que los isleños. Con el paso del tiempo varios cuerpos cayeron rendidos, y una charca de sangre se esparcía por los alrededores.
Con ese obstáculo ya desaparecido Etoile fue directamente a abrir la puerta, mientras que Roier socorría a su marido, quien recibió uno de los pocos ataques que los trabajadores hicieron.
"Vayan yendo, nosotros los alcanzaremos." Tras asentir a las palabras de Roier, el grupo continuó por otro extenso pasillo con una puerta al final, todo muy similar al anterior.
Al llegar al final otra puerta de seguridad se prepararon para encontrarse con lo peor. Tras un suspiro Etoile abrió la puerta, para luego entrar uno a uno con sus armas en mano.
Era una sala circular bastante amplia, casi del mismo tamaño que la de la entrada. El centro se encontraba rodeado por unos cristales tintados de blancos, separando lo que parecía ser un invernadero de gran tamaño del resto de la habitación.
Allí se reunía un amplio grupo de trabajadores de la federación, más extenso que el anterior. Casi todos sostenían algunas armas, mientras que unos pocos apuntaban algo en unos portapapeles.
"What the hell is this..?" Se preguntó Fit. No tuvieron mucho tiempo para buscar una respuesta, pues los trabajadores no tardaron en acercarse a ellos con una clara intención de empezar una pelea.
Etoile, ante esto, sonrió.
"Que les festivités commencent."
(Que la fiesta comience)
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Todo era un caos, de eso era consciente Missa.
Querría poder ayudar a sus compañeros, pero no era muy bueno en el campo de batalla. Por ese motivo, y porque Etoile se lo ordenó, dejó que el resto se encargara de esa parte mientras él se resguardaba en el pasillo.
(O por lo menos así hubiera pasado en algún mundo alterno, porque parecía ser que Missa era el único en darse cuenta de lo que ocurría dentro de ese extraño invernadero)
Dentro estaba Philza, el centro de sus preocupaciones actuales. Debido a la distancia no podía apreciarlo bien, pero ya intuía que algo estaba mal.
Dejó que el resto continuara con lo suyo, y de la manera más silenciosa posible se acercó lentamente hasta donde se encontraba el inglés. Al percatarse de su estado su cara de horror apareció.
No fue capaz de evitar soltar un grito de horror, pero al menos no se quedó estático en su sitio. Ignoró cualquier cosa que su cerebro no considerara importante y puso todo su foco en llegar lo antes posible a donde Philza.
Rompió los cristales como si nada y siguió corriendo hasta llegar al centro. Al ver como el mayor no parecía responder, Missa paniqueó un poco.
"Oh Dios, Phil, más te vale seguir vivo." Rápido movió su mano hasta el cuello del inglés, permitiéndose suspirar para dejar caer toda la tensión que de repente sintió.
Una vez consciente de que seguía vivo pudo fijarse en lo que probablemente era el cambio más notorio.
Una serie de náuseas llegó a Missa cuando sus ojos vieron el estado de las alas de Philza, o por lo menos del estado de lo que quedaba de ellas. Parecían haberlas cortado sin piedad gran parte de ellas, y habían desplumado lo poco que quedaba.
"Es maravilloso, ¿no cree?" Alguien habló detrás suyo. Missa no lo reconoció debido a la capa negra que lo cubría. Por culpa de la impotencia atacó, una idea que no fue muy buena debido a su poca experiencia en combate.
Missa fue reducido rápidamente por el extraño, quién de una patada alejó su arma. Al ver que iba a ser atacado, el mexicano levantó sus brazos para intentar proteger su torso y cara.
Por suerte pudo recuperarse lo suficientemente rápido como para girar y esquivar el siguiente ataque, justo a tiempo para que Etoile viniera a ayudarle.
"I'll distract him! Move Philza to a safe place!" Gritó el francés a la vez que Fit llegaba a batallar junto a él.
Apresurado Missa se levantó y se acercó al inglés, encontrándose frente a frente con Forever.
"Come on." Forever asintió brindando su ayuda, y ambos cargaron a Philza lo más cuidadoso posible, aunque eso no evitó los varios gemidos de dolor que soltó durante todo el trayecto.
Escoltados por el resto del grupo que recién habían acabado con los trabajadores, y dejando a Etoile y a Fit detrás, salieron del lugar con prisa, desesperados de llegar lo antes posible a donde Pac y Mike se encontraban.
Para su suerte no hubo ningún otro gran altercado, y si bien tardaron más de lo que esperaban en llegar, lograron llegar.
Ahora Missa solo podía esperar mientras veía como Pac y Mike se encargaban de Phil.
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Philza no sabía exactamente dónde estaba. Ni siquiera tenía un recuerdo de lo sucedido recientemente. Lo único que podía deducir es que estaba acostado boca abajo en algún sitio, y que su espalda quemaba como el mismísimo infierno.
Aún con sus ojos cerrados debido a la claridad del lugar intentó moverse un poco. Mala decisión, pues al más leve movimiento notó una ola de dolor que se concentraba en la zona de su espalda.
Le fue imposible no gemir ante el dolor que sintió, y en un intento desesperado de apaciguar volvió a la posición de antes.
"Vamos, Phil, con tranquilidad." Eh, esa voz... ¿Missa? ¿Cómo es que Missa estaba aquí? ¿Acaso estaba alucinando? Sí, debía ser eso, mejor volvía a dormir. "Vamos, Phil, sé que estás despierto." El rubio soltó un sonido de disconformidad, pero aún así hizo lo que 'Missa' le dijo.
Después de mucho tiempo volvió a intentar abrir sus ojos, y si bien le costó un poco consiguió que se acostumbraran a la luz del lugar.
Lo primero que notó al girar un poco su cabeza fue la habitación que rápidamente reconoció. Estaba en la zona médica de Pac y Mike. Grande fue su sorpresa al ver a Missa al lado suyo, sentado en una silla que no parecía muy cómoda.
"Bienvenido al mundo de los vivos." Dijo Missa con una sonrisa.
"Missa? When did- when did you came back?" Su voz sonaba muy áspera y le molestaba al intentar hablar. Al percatarse de eso el mexicano no tardó en agarrar el vaso de agua situado encima de la mesa, y tras asegurarse de que el mayor no se ahogaría al intentar beber de él, dejó que tomara pequeños buches. "Thanks."
"Sin problema."
"What happened?" Missa se movió algo incómodo en su asiento, sin saber exáctamente cómo proceder con la conversación.
"Phil, Kristin me llevó al limbo extraño ese porque estaba preocupada. No podía contactar contigo, y lo último que pudo ver fue como eras atacado por Cucurucho." Phil pudo ver como si de una secuencia se tratara todo lo sucedido durante esa madrugada, algo que lo alertó por completo.
Giró su cabeza con una rapidez no recomendada, sintiendo algo de mareo que ignoró por completo al ver su espalda. El horror en su cara aumentó al ver el vendaje que cubría gran parte de su torso y las diferentes cicatrices repartidas por sus extremidades que antes no estaban allí.
"Please tell me that this is a nightmare." Suplicó Phil en un hilo de voz, aún paralizado ante la situación. "Missa, please." El mayor no se molestó en parar las lágrimas que ya se encontraban cayendo por sus mejillas.
El mexicano no tardó en acercarse a Philza, y tras buscar una buena posición en la que no le molestara mucho, lo atrapó en un abrazo reconfortante, igual que Philza había hecho con él en sus primeros días como padres de un huevo. Con una de sus manos quitó el rastro de lágrimas de la cara de Phil de la manera más gentil posible.
"Saldremos de esta, Phil." Susurró Missa. "Ya verás que encontraremos alguna solución para que vuelvas a volar. Creo que Bad y Dapper podrían fabricar algo..." El rubio no volvió a responder, pero eso no paró el monólogo de Missa.
Si bien Philza parecía estar tranquilo en esa situación, Missa sabía que era hora de ir a por los niños. Aún recordaba lo devastados que estaban los dos al enterarse de toda la situación. De cierta forma también esperaba que los niños trajeran algo de alegría a Phil.
"Debo ir a por Chayanne y a por Tallulah, estoy seguro que se alegrarán de verte despiertos. ¿Te molesta quedarte por un momento solo? Prometo que no tardaré mucho." Phil negó, alejándose de Missa para que este pudiera regresar. Su cabeza volvió a chocar contra la almohada poco después.
"Vuelvo enseguida."
El repentino silencio en la habitación parecía demasiado sofocante en ese momento. No podía quitarse de la cabeza la imagen de su espalda, y la situación empeoraba cuando se dio cuenta que aún tenía la sensación fantasma de sus alas.
Su miseria fue cortada al notar el poder de Techno en la sala. Sabiendo que su tiempo era limitado el dios de la sangre se acercó hasta su viejo amigo, y se sentó momentáneamente en la silla que antes ocupaba Missa.
"I can't express how happy I am knowing that you are still alive." La monotonía de Techno desapareció por completo, dejando visible únicamente el alivio y la preocupación que aún sentía. "Kristine sends her happiness too, she'll be visiting you when you're feeling a little better." Con cuidado Techno acarició un poco la espalda de Phil. El rubio sintió un escalofrío, aunque no se quejó. "I'm sure it will be alright, Phil. That Missa boy is very worried, and let 's not talk about Chayanne & Tallulah. You just found a little cute family, I'd say." Ante la mención de los niños una pequeña chispa de felicidad se encendió en Phil. No podía esperar a estar otra vez con ellos en la comodidad de su casa. Techno también se contagió de la alegría de su amigo, sonriendo.
"Imagine when Wilbur comes back, I'm sure something will explode when that day arrives." El dios rió levemente seguido al instante por Phil, quien no pudo contenerse.
Unos pasos rápidos empezaron a sonar por el pasillo, junto con la voz de Missa que intentaba ordenarle a los dos niños que fueran más despacio. Una mueca de cariño apareció en Techno.
"I need to go now, but I won't stay away for too long anymore. I'll see you soon, Phil." Tras despedirse Techno desapareció, dejando al mayor con un ánimo algo más alto.
Y cuando sintió a los dos niños invadiendo su espacio personal con carteles llenos de preguntas, mientras Missa intentaba controlarlos para que no tocaran las zonas de las heridas, Phil supo que en un futuro todo estaría mejor.
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Ta' terminado al fin!!! Espero lo hayan disfrutado, como yo disfruté en escribirlo (sobre todo las últimas escenas con la familia reunida).
Como curiosidad las alas de Phil volvieron a crecer tras el paso del tiempo, y si bien no son tan fuertes como antes, aún le sirven para volar.
Esto es todo, cuídense y sean felices <3.