- Harry, lo siento, sé que no debí enojarme por algo así, ¿pero entiendes que puedes estar en peligro de que aquella persona sea un mortífago? - dijo Ron
- Si, Ron, lo sé, ¿pero qué quieres que haga?, por alguna razón me enamoré y eso que solo he visto sus ojos, es ridículo - Harry se rió desanimadamente, sabía que había muchas cosas que hacían que su amor secreto fuera imposible de hallar
- No es ridículo, al menos no para mí Harry - Ron puso la mano en el hombro del moreno en acto de comprensión y confianza
- Gracias Ron, pero te haré caso, me olvidaré de esa persona, supongo será lo mejor - dijo Harry aún desanimado, se dirigió a su baúl frente a su cama, sacó la corbata y la observó por última vez, la iba a devolver
- Lo siento Harry, espero seas feliz aún sin esa persona - Ron lo abrazó suavemente y salió de la habitación del moreno cerrando la puerta detrás suyo
Harry agarró la corbata y la acercó a su nariz, oliendo suavemente el perfume a manzanas dulces impregnado en aquella corbata, hasta huele bien, pensó el moreno, se sentó en su lugar habitual para ver la luna esperando a que aquella persona apareciera esa noche, le tenía que devolver la corbata
Unos minutos después, Harry notó como la luz lunar era tapada, volteó y ahí estaba aquella silueta que olvidaría para siempre, sacó su varita, abrió la ventana y con un wingardium leviosa de manera mental hizo flotar la corbata, guiandola hacía su respectivo dueño, Harry vió como la silueta se acercaba al notar como su corbata era devuelta, y al estar frente a la ventana de Harry su rostro fué iluminado, Harry nunca se esperó que aquella persona la cuál él se enamoró por aquellos hermosos ojos sería aquel rubio Slytherin con el cual peleaba siempre, el cual odiaba con su ser y el cual creía un ingrato, engreído y por supuesto hipócrita
- Malfoy... - dijo Harry en un susurro inaudible, viendo aquellos ojos que añoraba brillando con curiosidad y claro desprecio
- Así que Potter, ¿por qué te habías quedado mi corbata? - dijo Malfoy con burla, viendo la sorpresa impregnada en la cara del moreno
- No puede ser, ¿cómo es posible que hayas sido tú todo este tiempo? - Harry hablaba para sí mismo, Draco solo se le quedó viendo extrañado
- ¿Qué Murtlap te mordió Potter? - Draco se fué de ahí, extrañado, ¿por qué Potter actuaría así?
- No puede ser él, no pude enamorarme de él, ¿por qué él?, ¿por qué no otro? - Harry solo se dirigió a su cama, se acurrucó entre sus piernas y abrazó sus piernas, dándose pequeños pellizcos en éstas para castigarse por haberse enamorado de Malfoy
- ¡Harry!, ¿qué crees que haces? - dijo Hermione preocupada, entrando en el cuarto de moreno, apartándole las manos de sus piernas una vez que estuvo frente a él
- ¡Hermione!, ayúdame, ¡no debí haberme enamorado de ese idiota!, ¿por qué de... él? - Harry solo volvió a su posición anterior, llorando, se sentía culpable, debió haberle hecho caso a Ron desde un principio
- ¿De qué hablas Harry?, ¿quién es él? - Hermione hizo que Harry la viera a la cara y lo abrazó
- Es... Malfoy - Harry solo aceptó el abrazo de su amiga la cual quedó atónita con la revelación de la persona la cual Harry estaba enamorado
- ¿Malfoy?, pero... ¿cómo?, ¿cómo lo sabes Harry? - dijo Hermione aún abrazando a su amigo
- ¡Lo ví!, ¡le dí su corbata y se acercó!... hice mal, no debí haberme enamorado... - Harry solo lloraba, no podía creer que Malfoy fuera la persona la cual se había enamorado, todo por mirar la luna, pensó Harry
- No Harry, nadie controla de quién se enamora, tranquilo, podrás... podrás olvidar a Malfoy, lo odias, será... fácil - Hermione parecía medir sus palabras para no dañar a su amigo que ya se había calmado un poco pero seguía llorando
- No lo sé Mione... - dijo Harry viendo a su amiga triste, esperaba que lo que su amiga decía se hiciera verdad, quería que aquello se hiciera verdad
Hermione solo lo abrazó y consoló hasta que Harry dejó de llorar y pellizcarse, no había tenido un ataque así, no desde hace ya un tiempo, estaba claro que se sentía culpable y lastimado de alguna forma, Harry solo pensaba en que había hecho mal en enamorarse de Draco, creyó que primero debía saber quién era aquella silueta antes de enamorarse, Harry tenía la necesidad de saber quién era, y al saberlo nada mejoró, en cambio, todo empeoró semanas después, su estado de ánimo, sus horas de sueño y comida, hasta incluso sus horas de estudio
- Harry, por favor, debes comer - decía Hermione, estaban en el Gran Comedor y Harry estaba leyendo para tener una excusa para no comer
- No Mione, estoy leyendo, ensuciare el libro si como y leo - Harry se había estado sacando excusas para no comer durante ya 2 semanas, se sentía asqueado de sí mismo, sentía que había hecho mal la única cosa que creyó no podía salirle mal; enamorarse
- Vamos amigo, no puedes evitar comer un día y al otro comer, tienes que comer diario, es por tu bien - Ron estaba apoyando a Hermione, éste poco después de que Harry tuviera ese "pequeño" ataque de culpabilidad se había enterado de quién era aquella amada persona de Harry
- Estoy leyendo, no puedo comer - volvió a excusarse Harry
- Por favor Harry, ni tú te crees eso, deja ese libro por Merlín y come - dijo Hermione, viéndolo fijamente para lograr que el moreno hiciera caso, lo cual no funcionó
- Me iré a mi habitación, los veo luego - dijo Harry parándose de donde estaba saliendo del Gran Comedor, pero no fué a su habitación si no a su salón de desuso, que se le había permitido ya hace 1 semana, al llegar, Harry se acostó en una pequeña cama y siguió leyendo
Unos largos minutos después Hermione entró por la puerta de aquel salón
- Harry James Potter, ¿qué demonios crees que haces?, deja ya de culparte por una tontería, él no va a venir a buscarte diciendo que también le gustas, ¡deja ya de estar evitando el tema de comer solo porque te enamoraste de un idiota de Slytherin! - Hermione había cerrado la puerta detrás suyo, pero esto no evitó que los gritos resonaran en el pasillo, Draco iba pasando por ahí cuando escuchó los gritos y se detuvo enfrente de la puerta, extrañado por los repentinos gritos que parecían ser dirigidos al niño que vivió
- Hermione no lo entiendes, ¿te das cuenta que esa persona es de las peores?, ¡por Merlín, es Malfoy!, ¡Draco Malfoy!, ¿¡Acaso crees que hay alguien peor para enamorarme que no sea él!? - respondió Harry gritándole a su amiga, estaba claro que estaba dañado, se le escuchaba en la voz, Draco solo se quedó paralizado enfrente de la puerta, sin creer lo que escuchaba, ¿acaso Harry había dicho que estaba enamorado de él?, ¿cómo había sucedido eso?
- ¡Por Merlín, Harry!, ¿¡qué importa si es Malfoy o quién sea!?, ¿te gusta o no?, ¡eso es lo que importa!, ¡deja de creer que cada cosa que sientes hacía alguien está mal! - Hermione parecía defender los sentimientos del moreno, aún si no estaba de acuerdo con que Malfoy fuera el enamorado de Harry quería apoyarlo, debía hacerlo
- ¡Importa por qué puede ser un mortífago ahora o en un futuro!, ¿¡qué haré si me quiere matar!?, ¡primero me olvido de él antes de sufrir porque me quiere matar, Mione! - Harry parecía cada vez más enojado y la voz se le iba quebrando poco a poco
- ¡Merlín!, ¡Ronald te lavó el cerebro!, no puedes olvidar a quien amas tan fácil, ¿o acaso no era un enamoramiento verdadero? - Hermione pareció bajar un poco la voz, a Draco solo le entraban las palabras por una oreja y le salían por la otra, atónito sin poder creer lo que escuchaba, ¡el elegido gustaba de él!, era algo que nunca esperó
- Mione, solo vete, quiero quedarme solo para pensar, por favor - Harry ya tenía la voz quebrada, Draco solo reaccionó cuando escuchó pasos dirigirse a la puerta y salió de ahí de inmediato, antes que la castaña notara que él había estado ahí, escuchando todo
Draco llegó a su sala común, entró a su habitación y se encerró con seguro en ella, sin prestar atención a que Blaise quería entrar y estar con él, ni que sus amigos lo vieron extrañado por haber entrado así sin más, Draco se sentó en su cama y solo se quedó pensando en lo ya antes escuchado, ¿era cierto aquello?, ¿que el mismísimo Harry Potter estaba enamorado de él?, no lo sabía, esperaba que no fuera cierto, no quería perder la relación con Blaise por eso, y tampoco quería relacionarse más con el elegido, ya que él tuvo razón, Draco algún día sería mortífago, y estaba claro que probablemente pondría en peligro al niño Potter por eso