28 de Agosto de 1983.
"Hoy es mi primer día de preparatoria y tu primer día en 4to de primaria, me alegra saber que logramos llegar hasta este punto, sé que te irá bien, no te preocupes, puede que no esté contigo, pero te doy todo mi apoyo para que en este día te vaya muy bien, tu tranquila, puede que tengas nervios, pero como te vengo diciendo hace cuatro años, se te pasará cuando entres a tu salón, eres muy inteligente y sé que te irá más que bien, el problema soy yo, ahora si que me siento solo, no creo poder encontrar alguien que quiera formar una amistad conmigo, llevo ocho años tratando de encontrar amigos pero por más que intento no puedo, bueno, si puedo, pero tu hermano Daniel siempre me los quita, ¿sabes?, yo digo que esta vez será diferente, bueno, es que él estará en la Universidad y yo estaré en la Preparatoria, así que no tendré inconveniente con eso, te quiero mucho Betty, que tengas un buen primer día.
Te quiere, Armando"
Armando cerró su cuaderno y lo guardó en el cajón de su escritorio, tomó su mochila y salió de su habitación, no se sentía de muy buen humor, tenía un poco de preocupación el saber si lograría pasar el primer día con excelencia. Mientras bajaba las escaleras observó que al final de estas su madre estaba parada allí con una gran sonrisa, pensaba que por fin ella le desearía buena suerte ya que en los últimos ocho años no lo había hecho.
Él al estar en el último escalón se abalanzó un poco para poder abrazarla, pero ella posó sus manos en sus hombros y le dijo:
- No quiero que me decepciones, Armando.-
Eso fue como una apuñalada directo a su corazón, "¿Cuantas veces la he decepcionado?" se preguntó. Tratando de hacer que no se notase su enfado, le contestó:
- No te preocupes, no lo haré.-
Armando bajó el último escalón y se fue directamente hacia la puerta, cuando de pronto escuchó a su madre con una voz muy dulce y melódica hablándole a los hermanos Valencia, haciendo que él se diera la vuelta y los observara.
- Marcela, sé que te irá bien en este segudo grado de preparatoria, y Daniel, te irá de maravilla en tu primer día en la Universidad, sé que ustedes me harán sentir muy orgullosa, los amo mucho.-
Al terminar de hablar los abrazó, esto hizo que Armando se pusiera peor, él ya no demostraba la tristeza que sentía, pero sí demostraba el enfado que le hacían sentir, "Tal vez me vaya mejor en la preparatoria" se dijo.
Daniel y Marcela caminaban hacia la puerta para poder irse de una vez, Daniel observó que Armando tenía una cara de pocos amigos, pero eso le encantaba, por alguna razón le gustaba hacerlo sentir mal, bueno, tal vez por que ellos tenían una gran rivalidad desde hace unos años, tanto por saber quién se quedaría con la empresa, como por ver quién se quedaba con el amor de Roberto y Margarita.
Daniel se había vuelto muy competitivo, creía que todo el cariño se lo debían dar a él y a su hermana, no le importaba para nada los hermanos Mendoza, bueno, a excepción de Camila claro.
Los tres salieron de la casa, cada uno con un humor diferente: Marcela estaba muy contenta, puesto que ella quería tener mejores calificaciones que el año pasado, pero también, por que ella tenía un secreto, el cual no lo sabía ni su hermano, ahora que él estaría en la Universidad, ella podría estar más tranquila con lo que llevaba guardando desde hace un año; Daniel estaba un poco feliz, no quería dejar a su hermana sola, ya que él estaría lejos de ella, así como pasó en la secundaria, pero la cuidaría desde lejos; Armando estaba completamente serio, aparte de que se había sentido mal por lo que había visto y escuchado, su hermana estaría en la Universidad, significaba que él ya no tendría con quien hablar y se sentiría solo, así como le había pasado en la secundaria, odiaba que ella fuera más grande que él, "Si tan sólo fuera de la misma edad que yo" se dijo.
Camila ya los esperaba dentro de el auto, puesto que ella llevaría a cada uno a sus respectivos colegios, hacía un par de meses sus padres le habían comprado un coche y había aprendido a manejar muy bien así que los podría llevar sin problema alguno. Los tres entraron y ella arrancó sin problemas.
Durante el camino Daniel y Marcela iban platicando de las cosas que harían después de la escuela y sobre lo bien que les iría en esta última, mientras que Camila observaba desde el retrovisor a su hermano, quien tenía la mirada en la ventana, ella se dio cuenta de que él estaba triste, no sabía por que, pero algo se le vino a la mente para que se le subiera un poco el ánimo.
Encendió la radio y puso una estación en la cual solo pasaban música, sabía que esto haría que su hermano se sintiera mejor, de pronto comenzó a sonar una de las canciones favoritas de Armando: " You'll Never Find Another Love Like Mine" de Lou Rawls.
"You'll never find, as long as you live
Someone who loves you tender like I do
You'll never find, no matter where you search
Someone who cares about you the way I do
Whoa, I'm not braggin' on myself, baby
But I'm the one who loves you
And there's no one else, no-oh-oh-oh-oh-oh-oh-oh one else
You'll never find, it'll take the end of all time
Someone to understand you like I do
You'll never find the rhythm, the rhyme
All the magic we shared, just us two
Whoa, I'm not tryin' to make you stay, baby
But I know some how, some day, some way
You are (you're gonna miss my lovin')
You're gonna miss my lovin' (you're gonna miss my lovin')
You're gonna miss my lovin' (you're gonna miss my lovin')
You're gonna miss, you're gonna miss my lo-o-ove
You'll never find another love like mine
You'll keep searching and searching your whole life through
Whoa, I don't wish you no bad luck, baby
But there's no ifs and buts or maybes
You're gonna, You're gonna miss (miss my lovin')
You're gonna miss my lovin' (you're gonna miss my lovin')
I know you're gonna my lovin' (you're gonna miss my lovin')
You're gonna miss, you're gonna miss my lo-o-ove
Whoa, oh, oh, oh, oh (you're gonna miss my lovin')
Late in the midnight hour, baby (you're gonna miss my lovin')
When it gets real cold outside (you're gonna miss my lovin')
I know, I know that you are gonna miss my lo-o-ove
Let me tell you that you're gonna miss my lovin'
Yes you will, baby (you're gonna miss my lovin')
When I'm long gon
I know, I know, I know that you are gonna miss my lovin'."
Al terminar la canción ella volvió a mirar el espejo, observando a su hermano con los ojos cerrados y con una gran sonrisa, haciendo que Camila se sintiera bien por haberle ayudado un poco a Armando. Una canción más comenzó a sonar, pero Daniel le pidió a Camila que lo apagara, puesto que ya habían llegado a la preparatoria de Marcela y Armando y estos se tenían que ir.
Ella hizo caso y les dijo a todos que se bajaran. Al bajarse, ella se dirigió hacia donde estaba su hermano y lo abrazó.
- No te preocupes Armando, todo va a salir bien hoy, si necesitas algo me avisas, si trajiste tu celular ¿verdad?.- preguntó Camila.
- Claro que sí, bueno, aunque ocupe casí todo el espacio de mi mochila, pero si lo traigo.- respondió Armando con voz burlona.
- Bueno, que te vaya muy bien, confío en ti.- dijo para después darle un beso en la frente.
Armando sonrió, la abrazó y le dio un beso en la mejilla.
- Gracias por confiar en mi, eres la única que lo hace, te amo.- susurró.
- Yo también te amo hermanito, ahora vete por qué si no me enojo.- respondió Camila con un tono burlón.
Armando volvió a sonreír, dio la media vuelta y se dirigió hacia donde estaba Marcela.
- ¿Ya nos vamos?.- preguntó.
- Sí, bueno Daniel, te quiero, nos vemos al rato.- se despidió Marcela.
Ellos caminaron hasta la entrada de el colegio, Armando comenzó a sentir miradas sobre él y eso estaba haciendo que se sintiera un poco incómodo, no sabía quien lo estaba observando, pero se sentía inseguro.
Comenzó a mirar a su alrededor discretamente para ver quién lo estaba observando, se dio cuenta de que muchas chicas que se encontraban ahí lo miraban, pero no de una forma en la cual se sintiera inseguro no, lo miraban de una forma seductora y le sonreían con timidez, haciendo que Armando se sintiera halagado, "Tal vez este día no será tan malo como pensaba" se dijo...
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Betty estaba en su habitación llorando, no quería ir a la escuela, la odiaba, sería un año más de infierno allí, ya no quería que le siguieran haciendo bullying como los años anteriores, deseaba quedarse en su cama junto con sus peluches y no salir de ahí nunca, ella había cerrado la puerta con seguro para que su mamá no entrara y la viera así, no quería que ella también se sintiera mal, tenía que alistarse pronto, sabía que su madre estaba haciendo el desayuno y no tardaría en ir por ella, pero no podía levantarse de la cama, simplemente no podía.
Era algo triste, demasiado, quería evitar a esos niños que tanto mal le hacían solo por no ser muy "bonita". Ya no quería seguir sufriendo de esa manera, claro que quería aprender y tener más conocimientos, pero ellos le arruinaban los días, haciendo que ya no quisiera ir a la escuela.
- (Snif) B-Bueno, creo que ya hice un gran a-avance pasando a c-cuarto grado.- dijo entre sollozos.
Betty comenzó a escuchar pasos que se acercaban a su habitación, ella se secó las lágrimas y trató de calmarse un poco para que quien sea que viniera no la encontrara de esa manera.
- Hija, mi amor, ya es hora de que se vaya a la escuela mamita.- dijo Doña Julia mientras trataba de abrir la puerta.- ¿Por qué tiene seguro la puerta, Betty?.- preguntó.
- Y-Ya voy m-mamá, es que me estoy cambiando y no quería que nadie entrara, pero no se p-preocupe ya voy a acabar.- respondió Betty con voz trémula.
Como pudo se levantó de la cama y buscó su uniforme, rápidamente se vistió y abrió la puerta.
- Ya estoy lista, mamá.- dijo un poco nerviosa ya que no quería que ella notara que había estado llorando.
- Esta bien mija, baje ya por que su desayuno está listo y su papá la está esperando para que se vayan.- dijo Doña Julia.
Ellas bajaron las escaleras y Betty se sentó en una silla de el comedor para comenzar a desayunar, aunque no tenía mucha hambre tenía que comer por qué a su mamá no le gustaba que se fuera a la escuela con el estómago vacío, así que, como pudo, desayunó.
Al terminar se lavó las manos, tomó su mochila y se dirigió hacia la sala ya que ahí se encontraba su papá leyendo el periódico como todas las mañanas.
- Buenos días papá, ya estoy lista.- dijo.
- Buenos días hija, bueno, salgamos de una vez, no quiero que usted me llegue tarde a la escuela en su primer día.-
Los dos salieron de la casa no sin antes despedirse de Doña Julia, entraron en el auto y se dirigieron a la escuela. Durante el camino Don Hermes le decía a Betty que tuviera mucho cuidado con sus compañeros ya que "el diablo era puerco" y que se portara bien.
Al llegar a la primaria, Betty se bajó de el coche con su papá, en la entrada se despidieron y ella entró con miedo al colegio, sabía que ese año no sería diferente como los anteriores, sabía que no podía escapar de ellos, tenía mucho miedo, "Creo que este día será peor de lo que pensaba" se dijo...