John estaba agonizando.
─No, no, no ─estaba bien si él era el único que veía la prenda, pero ahora mismo todos los hermanos de John y compañía habían confirmado su asistencia a la ceremonia─. No, no ─jamás permitiría que su prometida vistiera algo con tan poca tela─. Parece ropa interior ─incluso la entrepierna de Kutaragi estaba totalmente expuesta.
─II y a encore du tissu sous la dentelle, jeune Atwood ─(todavía hay tela debajo del encaje, joven Atwood), insistió la empleada, quien no sabía nada de japonés pero que sabía leer el estado de animo de un cliente inconforme. Este era el quinto vestido que el novio rechazaba─. C'est du tissu venu de I'étranger, du coton ─(es tela del extranjero, de algodón) sonrió─. II a été conçu par I'un des meilleurs designers de Paris ─(fue diseñado por uno de los mejores diseñadores de París).
Atwood nunca fue un hombre celoso, confiaba en que dejaría a su esposa ser el hombre libertino que era siempre, después de todo esa era su personalidad, esa era una de las razones por las que se había enamorado de él.
─Esa cosa solo dice que me lo folle ─jamás habría imaginado que fuera un hombre tan posesivo─. Enlever ─(quitaselo)─, antes de que rompa el vestido ─la mujer tomó al beta y lo arrastró hacía los vestidores, sería terrible que una prenda tan costosa fuera destruida por un infundado sentimiento de celos.
Unos minutos después, Reiko regresó con un atuendo nuevo.
─Oh, mi Dios ─se quejó el alfa poniéndose las manos sobre la frente y echándose hacia atrás en el sofá.
Esta vez el vestido era peor, la tela transparentosa exponía el pecho del médico, y solo algunas flores de tela cubrían sus partes inferiores. A este paso el beta se echaría encima unos lazos cualquieras y diría que era el perfecto vestido de novia.
─Cette robe a été conçue par un... ─(este vestido fue diseñado por un...), iniciaba la empleada.
─Parece un traje exhibicionista de una celebridad del pop ─juzgó de nuevo, y era cierto, no parecía siquiera un vestido─. Es espantoso.
Kutaragi rió, solo quería jugar un poco antes de la boda.
─¿Es tan malo? ─fingió tristeza─, ¿Quizás debería buscar uno con menos tela? ─quería perder el tiempo, jamás habría imaginado que un viaje al extranjero fuera tan entretenido. John estaba enojado, estaba frotándose la frente con los tres dedos de su mano derecha.
─No hablaras en serio, ¿Cierto? ─quizás llevar a Reiko a Paris por un simple vestido de novia no había sido una muy buena idea─, ¿Dejaras que vean tu cuerpo de ese modo?
─Ah, ¿No es bueno?
─¿Bueno?, ¿Estas bromeando, verdad? ─la liebre caminó hacia su serpiente y se sentó sobre sus piernas.
─¿Qué piensas ahora? ─el beta aprovechaba que estaba semidesnudo para convencer al gran hombre.
─Ah, no juegues conmigo ─rió, resistiéndose a la tentación.
─Siente la tela ─tomó la mano del pelirrojo y la llevó a su cadera─, ¿No es suave?
─No, no...
─Aquí también ─y llevó la otra mano a su pecho. Susurrando en la oreja del diablo dijo─: Imagina un gran espectáculo, incluso podemos hacer el amor en público. El vestido es práctico, solo... puedo abrir las piernas, tu romperías la tela ─la mujer, una parisina beta inocente miraba con vergüenza la escena, a menudo se decía que los japoneses eran reservados, pero esa era una clara y enorme gran mentira.
John sonrió, y enojado ordenó con una voz tranquila:
─No, quítatelo, ahora ─al parecer aquella insinuación había provocado el efecto contrario, Atwood jamás dejaría que alguien admirara lo lascivo que se ponía la liebre durante el apareamiento.
─Dah, eso iba a hacer ─se puso de pie y se dirigió a la abochornada trabajadora de la boutique─. No lo logre ─se encogió de hombros y la señorita se preocupó. ¿Le podía pedir al cliente hablar en inglés?
─Excuse me, do you need something? ─(Disculpe, ¿Necesita algo?), Reiko negó con las manos y sonrió con alegría.
─Oh, nothing, dear, shall we get another dress? ─(Oh, nada, querida, ¿Vamos por otro vestido?).
Reiko no estaba tomándoselo en serio, lo hacía a propósito. ¿No decían a menudo que es de mala suerte que el novio vea el vestido antes de la boda?
─Client? ─(¿Cliente?), dijo la chica cuando la novia se hubo detenido a la mitad del pasillo para ir a los vestidores.
Era obvio que John estaba preocupado porque cosa elegiría la liebre, le inquietaba que usara algo desvergonzado. <<Parece que no me conoce>>, seguía pensando. <<No elegiría, nunca, algo así en mi boda>>.
─Está idiota... si piensa que lo dejaré ver el vestido ─murmuró entre dientes.
─Umm... ─dudaba la empleada.
─Elegiré algo indecente, luego podré contactar a la boutique de nuevo para elegir mi vestido real. Seguro tienen entregas por paquetería, ¿Verdad? ─observó a la confundida trabajadora─. ¿O será mejor venir antes de regresar a Japón? ─si elegía enviar el vestido correcto por paquetería corría el riesgo de que la prenda llegara en mal estado, pero si acudía a la tienda antes de abandonar París podría ser atrapado por John─. Ah, ¿Qué debería hacer? ─<<¡Oh, ya sé!, le haré pensar que elegiré el falso, pero le diré a los empleados que empaqueten el verdadero>>─. Sí, solo cuidaré que John no meta sus narices. Pan comido.
─This... ─(Este...), la señorita estaba nerviosa─. What did you say? ─(¿Qué ha dicho?).
─Ah, nothing, honey, I was saying that maybe I should wear a suit ─(Ah, nada, cariño, decia que quizas deberia usar un traje).
─Yeah? ─(¿Si?), dudosa tomo un hermoso, costoso y elegante traje blanco con detalles en azul celeste.
─Ah, no, no, no ─rió─. Transparent men's suit? Don't you have something like that?─(¿Traje para caballero transparente?, ¿No tienes algo así?).
─Transparent? ─(¿Transparente?), inocente, asintió con la cabeza.
+.+
La prenda de satén se adhería a cada curva de su cuerpo, con un escote de espalda bastante sensual, pero aún así, un fino trozo de tul bordado le daba el beneficio de permanecer sutil. Los vestidos estilo sirena eran los favoritos de Reiko, así que, por supuesto que su elegante prenda de novia sería uno en el que pudieran apreciarlo como una criatura fantástica de extrema belleza, después de todo, su boda era en la playa de la isla de su esposo, era perfecto.
Aún recordaba el pesimismo del novio cuando se había decidido por el falso vestido de encaje que exponía toda su figura, incluso el alfa se había atrevido a decir: "No quiero casarme", unos minutos antes de que Reiko entrara al gran salón.
El rostro de sorpresa de John al ver el verdadero vestido fue satisfactorio, la serpiente se había quedado ensimismado con un rubor que ascendía por su garganta. Reiko no era lascivo, era cautivador, eso pensó el diablo.
Mientras el apuesto novio seguía observando la figura hermosa de su esposa desde las lejanías, mantenía una conversación bastante arrogante con uno de sus más cercanos amigos.
─Los odio ─luego de admirar al diablo con un costoso e ilustre traje blanco cualquiera pensaría que no era nada más que un caballeroso príncipe angelical, pero─: Solo defecan y lloran ─su boca estaba más sucia que la de un niño malcriado.
─Pues tuve que dejar a dos de mis tres hijos en casa ─le reclamaba Kenta─. Uno de ellos es un recién nacido.
─Ah, ese es tu asunto ─corbata, broche, un pañuelo y flores doradas en el bolsillo de su pecho, era igual a un miembro de la realeza─. Además, pudiste traer al muchacho ─y señaló en dirección a Eustace, quien parecía conversar con un adolescente de cabello oscuro bastante atractivo─. Quizás conozca a un buen amante aquí ─Tanaka se giró deprisa, ¡¿Qué su hijo estaba consiguiendo un qué?!─. Ah, solo estoy bromeando. Es bastante obvio que el pequeño Tanaka no está interesado ─<<Solo mira esas cejas inclinadas, esa boca apretada y esos puños temblando de ira. Se meterá en problemas si golpea a su joven alteza Naohito>>.
El presidente soltó un suspiró, menos mal.
─¿No es ese el príncipe? ─reconoció tarde al chico que conversaba con su hijo.
─Envié algunas invitaciones a la familia imperial. No pensé que enviarían al príncipe en su representación ─sonrió Atwood─. Solo fue cortesía, no esperaba que vinieran de todas formas.
─Ahora que lo mencionas ─siguió el león poniendo atención de nuevo en la charla de adultos─. El mensaje de las invitaciones fue brusco.
─¿A qué te refieres?
─Por supuesto me refiero a: "La noche será tan larga que solo se admiten adultos".
─Ah, te refieres a la nota final ─asintió con descaro y orgullo.
─Fue un tanto descortés, ¿No te parece?
─Oh, ¿De verdad? Esa fue idea de mi esposa ─asintió serio─. Creo que sí ─volvió a asentir para luego negar con la cabeza. Kenta no esperaba que John lo admitiera con tanta facilidad─. Yo le dije que pusiéramos un mensaje más efectivo y directo: "No se admiten cerdos corriendo y gruñendo sin la supervisión de sus padres. Si quieren llevarlos están en todo su derecho, sin embargo, al menor descuido, serán enviados al matadero" ─sonrió feliz.
─No es un muy buen chiste ─al parecer de este alfa, deberías estar enfermo si considerabas eso "humor".
─Ah, no es un chiste, de verdad quería poner eso.
Tanaka abrió los ojos de par en par, Atwood se veía serio al respecto, inocente de cualquier desagradable broma. Ojalá Dios jamás le diera hijos a ese hombre diabólico.
+.+
Hacia unas cuantas horas que cada uno de los invitados se habían marchado a casa, seguían la fiesta dentro de un lujoso bar como Leonor, o descansaban dentro de una habitación del hotel.
En el balcón, un hombre apuesto tenía el saco del traje desabrochado y estaba admirando lo que sucedía en su propiedad. Parecía que la familia de Tanaka estaba pasando un buen rato con un hombre viejo que tenía un uniforme de limpia piscinas. Se encogió de hombros, suspiró y alejó la mirada. Esta vez se fijó en el azul oscuro que se posaba en el mar, era hermoso.
─Es mejor que no estés apreciando la belleza de las mujeres ─Reiko abrazó a su esposo por la espalda, apretando con suavidad su abdomen─. Ya me he quitado el vestido ─sonrió.
Ahora la liebre inocente traía puesto un conjunto de encaje bastante prometedor, John rió.
─Hermoso ─se giró, le tomó la frente y le plantó un beso delicado. Se decepcionó un poco, aún quería seguía apreciando la figura del médico en aquel vestido hermoso, quería seguir siendo cautivado. No podía creer que había estado a punto de no casarse por una mentira cruel de su prometida. Menos mal, no había elegido esa horrorosa prenda llena de agujeros.
─Es blanco porque es la noche de bodas pero, también compré uno violeta y otro rojo ─comentó con picardía refiriéndose a la ropa interior.
─Fantástico. Usemos cada una de esas cosas durante tres semanas enteras ─y volvió a reír. Acarició la pierna desnuda del médico con lentitud─. ¿Tengo que quitarte la liga? ─no lo recordaba, ¿eso se acostumbraba no?
─Es con la boca, querido ─tomó el cuello del alfa y lo acercó a él, se besaron con cariño, y el diablo aprovecho para elevar las piernas de su amante y sentarlo sobre la firme barda─. Esto es peligroso ─estaban a gran altura, así que las manos de Kutaragi estaban comenzando a sudar.
─No dejaré que caigas ─tomo las manos del otro y las llevo alrededor de su cadera─. Si caes... Ambos lo hacemos.
─Vaya, que prometedor ─sonrió.
Luego de admirar embobado la belleza del beta dijo:
─¿Sabes? No estaba en mis planes contraer matrimonio ─el médico levantó la mirada─. No es como que pensara que el matrimonio es un acto absurdo, o que sería algo que llegara a privarme de mi libertad. Es solo que... jamás creí que llegaría el día en el que fuera capaz de entregarme a una sola persona ─bajo la mirada, y al encontrarse con esos ojos de liebre astuta se atrevió a decir─: Pero me siento afortunado ─acarició la espalda del doctor─. Eres alguien que encaja conmigo. Me hiciste cambiar, y me hiciste darme cuenta que solía ser un idiota.
─Por supuesto ─continúo con alegría─. Y no olvides que también he hecho que dejaras de ser: inmaduro, roto, desvergonzado, salvaje, cruel y pervertido.
─Claro, todo eso también ─rió.
─Tonto, estúpido, un completo bastardo, infantil y despreocupado.
─¿Sí? ─alzó la ceja, ¿pero quién se creía ese beta?─, estoy seguro de que ya dijiste todo. Creo que no estás olvidando nada ─estaba un poco ofendido.
─John tú... Hiciste que dejara de ser una zorra. Estamos iguales ─se encogió de hombros─. Pero ambos cambiamos para que el rompecabezas se resolviera, ¿No es verdad?, Miro mi mano izquierda y tampoco creo que seas el único al que le permitiré llenarme el vientre de semen.
─Has arruinado mi momento sentimental ─comentó irritado.
─Si seguías con ese drama me hubieras hecho avergonzar ─<<o todavía peor: llorar>>, tragó saliva, como aquella vez en el auto─. Pero aquí tu punto es que te sientes extraño, ¿cierto? No puedes describir el sentimiento ─abrazó al gran hombre, ocultando el rostro─. ¿Sabes lo incómodo que me sentía con ese vestido?, es decir, ya he usado muchos vestidos y zapatillas, pero cuando un político llegaba y decía: "es una novia hermosa", era tan raro ─tragó saliva─. Tus hermanos, sus mujeres, tu padre... sus esposas... fueron otra cosa, incluso Leo... "¿Vivirán en la isla?, ¿Cuántos hijos planean tener?, escuché que su casa en la playa aún no está terminada...", ¡Dios!, ¿No podían solo fingir una felicitación? Solo me limitaba a poner una sonrisa fingida. Yo... tengo miedo, no es por ti, es por... el futuro. Yota dijo que no pensara en eso, que me centrara en vivir el presente. Pero es abrumador pensar en algo que no existe ni sucede. ¿Miedo a lo desconocido? Solo espero que este matrimonio no se rompa en pedazos ─suspiró. <<No quiero que sea como mi vida>>. Atwood parpadeo sorprendido, su corazón latía deprisa, de pronto no se sintió solitario en su extrañeza─. La bruja de Leo dijo que todo estará bien porque siempre estarás a mi lado ─esta vez, con más valentía y encarando al apuesto hombre se atrevió a decir lo que le susurraba su corazón─. Cuando era pequeño mi madre me dijo que la única familia que uno puede elegir en la vida es a un amante, así que por favor... no me hieras ─sonrió─. Solo en eso, no te atrevas a contradecir mi elección. Si te quedas a mi lado, yo me quedaré en el tuyo.
─Siempre ─susurró─. Siempre.
─Si tu corazón cambia alguna vez...
─No, no, jamás, jamás...
─No, lo digo en serio... Si un día despiertas y decides que tu corazón ya no me necesita... Si el jardín en tu pecho ya no florece cuando me veas, solo... devuélveme a Leo, ¿De acuerdo? ─John, en lugar de responder, le beso los labios con pasión, ¿Qué podía decir? Era demasiado. Luego de una sesión de besos cortos, la profundidad de la conversación se esfumó.
El pelirrojo sacó dos presentes que habían estado ocultos en el bolsillo de su pantalón. Reiko recordó el primer objeto al instante.
─La plumilla...
─Lo reconoces ─festejó─. Regalo de bodas ─Kutaragi dejó de aferrarse a su esposo y bajo de la barda.
─Regalo de bodas ─susurró mientras recibía con las palmas abiertas─... ¡Oh, yo no tengo nada para ti!
─No te preocupes por eso ─luego empezó con una breve explicación─: Ambas cosas eran de Philip.
─¿Qué?
─Si tengo una vaga idea de lo que es ser un padre, es sin duda gracias a Philip. Con esta plumilla me obligo, por varios años, a aprender a escribir correctamente. Hace años mis letras eran estéticamente un espanto, pero luego de aprender unos cuantos trucos me atrevo a decir que mi tipografía no está nada mal ─rió─. Me fue tan bien enseñado que luego intenté enseñarles a mis hermanos, pero ellos se negaron de inmediato... Uno incluso me arrojó jugo de uva en la cara ─la liebre rió. Un pequeño John empapado en jugo, arruinando por completo sus ropas de joven amo, eso sin duda debió de haber sido: <<adorable>>─. Y el reloj de bolsillo...
─A Philip le gustaba la puntualidad ─recordó.
─Sí ─ladeo la cabeza, esta esposa le ponía demasiada atención─. Eran mis objetos de la suerte. Nunca salía sin ellos.
─Ah, entonces... ─iba a negarse, ¿Por qué recibir algo con tanto valor?, intentó devolverlos.
─No, no. Insisto, tomalos. Sin duda alguna a Philip le hubieras agradado ─sonrió con complicidad y─: Ya tengo otra cosa ─ante la confusión del médico, la serpiente le contó─: Ahora te tengo a tí. Por favor, de ahora en adelante mantente cerca, y cuida de mí.