Pasó una semana desde sus locas vacaciones, Bakugo le había contado a la rubia sobre su relación, y algunas cosas si las recordaba, pero otras no, la droga había hecho estragos en sus recuerdos, pero seguía queriendo al rubio y a sus hijos con locura, eso fue algo que la droga no pudo borrar. Por suerte recordaba que trabajaba ahora para los héroes y quería volver al trabajo. Bakugo obviamente se lo negó, sus heridas de la misión anterior aún no habían sanado por completo y debía guardar reposo si no quería que volviera a abrirse. La rubia no tuvo otra que quedarse en casa y aguantar el aburrimiento en las mañanas sin los niños y sin el rubio. Decidió salir a comprar ropa de invierno, ya iba a empezar el frío y los niños seguramente necesitarían algo, no dejaban de crecer y ya les quedaba la ropa pequeña.
Mientras iba a la tienda vio un grupo de chicos y chicas rodear a Bakugo y Kirishima. Firmaban fotos como locos y se hacían fotos con los fans. La rubia sonrió viéndolos desde lejos y una chica dio una carcajada cerca de ella.
—Que pena que seas una villana—Dijo la chica.
La rubia la miró y la chica se metió las manos en los bolsillos.
—No quiero que te enfades, pero sabes que llevo razón, los héroes no se fijarían en los villanos
La rubia se quedó en silencio escuchándola, hacía oídos sordos, porque estaba con un héroe.
—A mí me encanta Dynamight, yo tendría muchas posibilidades de estar con él, soy enfermera y soy bastante linda
—Ya
—De hecho, aprovecharé para ver cómo puedo llamar su atención
—Buena suerte—Respondió la rubia cruzándose de brazos mientras sonreía y veía a la chica acercarse al rubio.
Toga rodó los ojos al ver cómo la chica trató de mostrar escote y suspiró. La chica consiguió acercarse al rubio, pero tan pronto lo hizo este la apartó al ver a la rubia.
—Pensaba que no saldrías—Dijo el rubio.
—Voy a comprar la ropa de invierno, ¿tú necesitas algo?
—No, por ahora no, gracias, no tardes mucho, mira qué hora es
La rubia miró la hora en su móvil eran las una y media de la tarde, faltaba media hora para que los niños salieran de clase.
—Descuida, estaré allí antes de que salgan
—Vale, yo no sé a qué hora acabaré, estamos esperando al maldito cuatro ojos que no llega
La rubia se rió y asintió.
—Me voy antes de que se haga más tarde
—Vale, nos vemos luego, ¡adiós Kirishima!—Grito la rubia antes de irse.
Kirishima se despidió con la mano después de hacerse una foto con un fan y la rubia se fue. En cuanto llegó a la tienda rápidamente compró la ropa y salió corriendo al ver la hora. Llegó justo cuando salían todos los niños de clases. Ambos salieron corriendo y abrazaron a su madre.
—¡Mira mamá! ¡Un 10!—Gritó Kota sonriendo mientras enseñaba un examen de matemáticas.
—¡Que bien Kota!
—Emma, ¿tú que has sacado?—Preguntó Kota.
La niña bajó la cabeza apenada y la rubia acarició su pelo.
—¿No te fue bien?—Preguntó esta.
La niña negó con la cabeza sin decir nada y la rubia extendió su mano.
—Dejame ver
La niña le dió el examen sin mirarla, tenía un 5 de nota y la rubia sonrió.
—Está aprobado Emma, tú sabes que puedes hacerlo mejor, si quieres luego te ayudaré con lo que necesites, yo estudiaba mucho cuando iba al cole—Respondió la rubia.
—Pero la nota de Kota es mejor...—Respondio la rubia.
—Si, pero tú no eres Kota, tí eres Emma, a tí se te puede dar mejor una cosa y a Kota otra, no pasa nada, ya verás como sacas mejor nota en el siguiente si te ayudo un poquito—Respondió la rubia.
Emma sonrió levemente y asintió.
—No debería premiar esa nota, al contrario que Kota, ella no se esfuerza nada en clase y molesta a sus compañeros—Dijo una mujer acercándose a ellos.
—¿Y tú eres?—Preguntó la rubia frunciendo el ceño.
—Su profesora de matemáticas, esas operaciones las vimos en clase montones de veces, siempre trae los deberes de casa bien hechos, pero nunca saca las notas correspondientes a su "esfuerzo"
—¿Que quiere decir?
—Quiero decir que sus deberes debe hacerlos ella, no usted
—Yo no les hago los deberes, los hacen ellos, y lo único que hago es explicarles cuando algo les cuesta
—Pues no debería, porque en clase lo repito miles de veces
—Quizá no lo haces bien
—¿Y por qué Kota si tiene un 10? El no molesta en clase, siempre está atento y nunca se le oye hablar si no es con permiso
—Quizá por su favoritismo incontrolable señora
—¿Perdón?
—Lo que oye, y si lo único que va a hacer es menospreciar el esfuerzo que haga Emma, quizá no deba estar en este colegio
Antes de que la profesora pudiera responder el móvil de la rubia comenzó a sonar y esta respondió agarrando la mano de los niños para irse.
T:
¿Que?
N:
Toga, ¿que tal te encuentras?
T:
Nezu, bien, me encuentro bien
N:
¿Y tus heridas?
T:
Curándose
N:
Creés que podrías ir a (dirección que me da pereza inventar) hay un serio problema
T:
¿Cual?
N:
Kirishima estaba en una pelea y ha desaparecido, Bakugo también, iba con él
T:
¿Cómo qué han desaparecido?
N:
Si, estaban peleando contra un criminal que es muy habitual que robe, tienes que sonsacarle donde están y en qué estado están, es posible que estén heridos
T:
¿Pero como? ¿Que ha pasado exactamente para desaparecer así porque sí?
N:
No hay detalles porque no hemos recibido llamadas de ellos, sólo un mensaje de amenaza, tampoco sabemos con exactitud el don del chico
T:
Increíble... ¿Y que dice el mensaje?
N:
Que o pagamos por ellos antes de 48 horas o los matan
T:
Joder... Bien, estaré allí en un rato
N:
Bien, la única información es que viste una camiseta con una foto de Stain, podrías aprovechar eso, conoce a la liga de los villanos y es un admirador, aprovéchate
T:
Bien
Nezu colgó y la rubia corrió a casa con los niños. No quería dejarlos solos, no sabía que hacer y se le ocurrió llamar a Mitsuki para que fuera a cuidarlos mientras estaba fuera, le explicó la situación y sin pensarlo aceptó. Toga corrió hasta donde le dijo Nezu y buscó al chico con la camiseta de Stain. Entre tanta gente le iba a costar horrores encontrarlo, pero fue el quien la encontró a ella.
—¡Himiko Toga!—Gritó el chico ilusionado.
La rubia lo miró y lo primero en lo que se fijó fue en su camiseta de Stain. Esta le sonrió y actuó como cuando era una adolescente.
—¡Adoro tu camiseta de Stain!—Dijo sonriendo.
—¿A que es genial?
—¡Si!
—Dios, no me puedo creer que esté hablando con Himiko Toga...
La rubia se rió levemente y estuvo hablando un largo rato con el chico, hasta que este le contó que tenía a Bakugo y Kirishima atrapados.
—¿¡Enserio!?—Preguntó haciéndose la sorprendida.
—Si, fue difícil al principio, pero después con mi don no
—¿Tú don? ¿Y cuál es?
—Puedo-Antes de que el chico pudiera continuar se empezaron a escuchar gritos de la gente y se giraron a mirar.
La gente estaba corriendo y la rubia dio unos pasos atrás al ver a un enorme monstruo de lava que lo quemaba todo a su paso.
—¡Vámonos antes de que esa cosa nos mate!—Grito la rubia.
—Tranquila, es mi don, puedo crear construos de lava del tamaño que yo quiera, pero sólo uno y en cuanto este desparece no puedo crear otro hasta dentro de 24 horas
—Oh... ¡Tú don es genial!
—¿A que si? Ven, acompañame, te mostraré donde tengo a esos héroes de pacotilla, si quieres puedes divertirte un rato con ellos matándolos
—Claro, encantada
El chico guío a la rubia hasta su guarida después de hacer pequeño al monstruo de lava, podía modificar el tamaño del monstruo una vez ya creado. Llegaron a una casa un tanto vieja, por fuera se veía en muy mal estado desde fuera, pero al entrar la rubia se sorprendió.
—Desde fuera parece que estuviera abandonada—Dijo la rubia viendo el interior de la casa.
—Esa es la idea, no quiero que nadie intente sumar en mis asuntos, si yo dejase la casa por fuera igual que por dentro preguntarían de donde saco el dinero a mi edad
—¿Cuantos años tienes?—Preguntó la rubia.
—Tengo 25, a mi edad es difícil tener tantísimo dinero si no vienes de una familia rica
—¿Y a qué te dedicas?—Preguntó sonriendo.
—Soy vendedor de órganos, vendo los órganos de las personas a les que asesino, y los órganos de esos dos héroes costarán un pastón si los vendo
Toga se sorprendió y sonrió de nuevo.
—Y tanto, ¿pero aún no están muerto verdad?
—No
—¿Me dejarías encargarme yo de ellos?—Preguntó la rubia.
—¡Pero por su puesto! Ven, acompañame, te llevaré a donde los tengo atrapados
La rubia asintió y el chico la guío hasta el sótano. Al abrir la puerta un fuerte olor a putrefacción la golpeó y tragó saliva.
—Siento el olor, siempre se me olvida deshacerme de los cadáveres
—No te preocupes...
Se acercó a una puerta de metal, sacó una llave y la abrió.
—Todo tuyos—Dijo el chico sonriendo.
La rubio los vio a ambos tirados en el suelo estaban conscientes pero débiles, casi no podían moverse.
—¿Que les pasa? ¿Por qué están así?—Preguntó la rubia.
—Tienen un tranquilizante, son héroes y es obvio que van a intentar llamar a refuerzos o escapar, se formaron también para estas cosas
—Ya, pero a mí me gusta más cuando están perfectamente... Me encanta escuchar sus gritos de dolor, así no creo que griten mucho...
—¿Estás segura? Son muy fuertes, hasta a mí me costó atraparlos
—Si, estoy segura
El chico se quedó callado unos segundos mirándola y luego sonrió asintiendo.
—Está bien, estaré por aquí fuera mientras—Dijo acercándose a los chicos con una aguja.
Le inyectó a ambos el líquido de la aguja y luego salió de la habitación. La rubia miró unos segundos a la puerta y luego a los chicos. Se acercó rápidamente a ellos y miró si tenían heridas. Tenían algunas heridas superficiales, nada grave y volvió a mirar a la puerta. Se acercó a mirar que hacía el chico y tuvo una idea.
—Oye, acabo de recordar que no tengo ningún cuchillo, ¿podrías traerme uno? Cómo sólo iba de paseo no me traje nada
—Claro, voy a la cocina
—¡Gracias!
El chico subió las escaleras y la rubia volvió a acercarse a los chicos. Sacó su móvil y avisó a Ashido de que Kirishima estaba bien, que estaba con ellos y esta le respondió aliviada. Se guardó el móvil y en cuanto vio como se incorporaban un poco se apartó para darles un poco de espacio.
—¿Estáis bien?—Preguntó en voz baja la rubia.
—Sin contar que el desgraciado este nos ha drogado... Bien...—Respondió el rubio sobrandose la cabeza.
—Vale, recuerdo que hace poco tuve una idea de que todos los héroes me dieran algo de su sangre para poder usarla si era una misión sencilla, el chico tiene un don fuerte pero poco útil, os sacaré de aquí con Cementoss
Ambos asintieron y la rubia los ayudó a levantarse.
—Vamos
La rubia abrió la puerta y se encontró con el chico de frente. Este la miró, se dió cuenta al instante de que intentaba ayudarlos y Kirishima la empujó hacia atrás poniéndose delante mientras activaba su don, rompiendo la hoja del cuchillo que había intentado usar contra la rubia. Bakugo la protegió y el chico se llevó la mano al bolsillo sacando el pequeño monstruo de lava que rápidamente se hizo grande.
—Esto no lo veía venir... No te mentiré, pero si Stain se enterase de esto... Te mataría sin dudarlo...
Toga sacó una cápsula pequeña de sangre, la abrió y se tragó la sangre convirtiendose en Cementoss. Creó una pared delante de ellos encerrando al monstruo para que no pudiera hacer nada, pero la pared se derretía. Toga decidió romper parte de la casa con el cemento.
—¿¡Qué haces!? ¡Así se hará más grande!—Gritó el rubio.
—¡Calla! ¡Yo sé lo que hago!
El monstruo creció al tener más espacio y mientras Toga intentaba detenerlo y que no los calcinase pero le perdieron la vista al chico. No tardaron en encontrarlo, la golpeó con fuerza haciéndola caer al suelo y Bakugo poco después le devolvió el golpe.
—¿¡Quién te cree!?—Gritó el rubio aplastandole la cabeza contra el suelo a este para que no pudiera levantarse.
El monstruo de lava iba hacia él para proteger al chico pero Toga creó una pared lo bastante alta para detenerlo.
—¡Eres una desgraciada! ¡Jamás debiste haber nacido!—Gritó el chico mirando a la rubia.
Esta lo miró y se rió.
—Me han dicho cosas peores... Eso ya lo tengo muy visto—Se burló.
Bakugo miró la pared que detenía al monstruo, se derretía pero muy lentamente.
—Ha sido rápido—Dijo Bakugo.
El chico cerró los ojos frustrado, no podía moverse por culpa del rubio y su monstruo no podía protegerlo. Desapareció el monstruo y Bakugo miró al chico que se veía desilusionado.
—No siempre se gana, y menos si haces el tonto con gente más fuerte que tú
—Callate...
—Como quieras
Bakugo lo golpeó dejándolo inconsciente y quitó el pié de su cabeza.
—Al final no hice nada...—Dijo Kirishima rascándose la nuca.
—Claro que si, me has salvado a mí de ser apuñalada otra vez—Respondió la rubia sonriendo mientras volvía a su forma normal.
Kirishima sonrió y Bakugo se acercó a ellos.
—¿Lo llevamos a la policía o a que se lo lleven directamente a Tártaros?—Preguntó el rubio mirando al chico.
—A Tártaros, mañana podrá volver a crear al monstruo y escaparía de prisión—Respondió Toga.
Bakugo asintió y acarició el pelo de la rubia. Esta lo miró sonriendo y Kirishima sonrió ampliamente.
—Es increíble veros, jamás hubiera imaginado a Bakugo mirando de esa forma a alguien—Se rió Kirishima.
—Como estropear el momento en tres segundos...—Se quejó Bakugo.
Toga se rió y finalmente se fueron con el chico.