― Brr... ¿Cómo es que puede nevar en un lugar al que no llegan las nubes? ―Preguntó Frisk, quien se abrazaba a si mismo a la vez que temblaba del frio― Realmente no lo se. Las Ruinas son grandes pero no lo suficiente como para que estemos bajo el polo norte... En fin, deberías comenzar a caminar antes de que te congeles ―Débilmente comenzó a caminar― ¿Hay un pueblo cerca o algo? ― Pregunto, mirando un puente al fondo del bosque― Oh, si. Snowdin es el pueblo de hielo más cálido que jamás encontrarías! Hay una posada, podrás descansar ahí después de tan intensa batalla.
Se escucho un crack detrás de nosotros. Haciendo que Frisk volteara rápidamente, unicamente encontrando un palito echo trizas. Suspiro― Me hará falta, nisiquiera se de donde saque fuerzas para burlarme de esa horrible flor ―Dijo, mientras poco a poco comenzaba a dejar de temblar― Ame ese momento, desearía que me viera para poder decirle de todo, sin que pueda lastimarme! ―Exclamé mientras flotaba al rededor del niño― Jeje, ahora mismo solo estoy feliz de haber sembrado las bases para la mejoría de Toriel ―Sonrío, dejando de abrazarse a si mismo.
― Veo que te acostumbraste rápido al frio! ―Dije, mientras seguía avanzando. Dejando atrás a Frisk; Y cuando fui incapaz de seguir avanzando pregunte― ¿Por qué dejaste de avan- Oh. Creí que tardaría más en aparecerse ―Dije, observando como un temeroso Frisk se quedo helado frente a la presencia de una sombra tras de si.
― Hola. Humano.... ¿Por qué tan asustado...? Acaso. ¿No eres de hacer... Nuevos amigos? ―Frisk clavo su mirada en mi, a lo que solo me reí. Calmando la ansiedad del niño, él sabe que jamás le haría daño sin razón― Date. La vuelta. Y dame. La mano... ―Frisk tomo aire, se dio la vuelta y estrecho su mano con la del monstruo que tenia a sus espaldas.
Frente a él había un esqueleto, del tamaño de un niño de diez años, conformado por huesos bastante gruesos que lo hacían ver gordito y con una estática y hasta cierto punto tenebrosa sonrisa, que parecía una mascara. Ya que podía hablar sin mover la boca (Sería un gran titiritero). Usaba una camisa blanca bajo su típica campera azul, unos shorts negros con una franja blanca y calcetines grises con pantuflas rosadas.
Tras tomar su mano, el sonido de un pedorreo sonó; Y Frisk brilló, deslumbrando la mirada de Sans con su cara de palo, para rápidamente soltar la mano del esqueleto. Ambos suspiramos y torcimos los ojos― El chiste del cojín pedorro en la mano. Nunca falla y la victima de la broma jamás se ríe ―Dijimos al unísono. Ya no me sorprendía en lo absoluto, incluso me aprendí la frase del esqueleto.
― Un gusto, soy Sans. Sans Skeleton, el bromista del pueblo ―Ofreció su otra mano, Frisk tomo el dedo índice de Sans y lo agito como si estuviera estrechando su mano― Mm... Eres muy observador ¿No, niño? ―Cuestiono, y sin dejar de sonreír se dio media vuelta, apretó su mano y un disparo de agua salió volando hacia la nieve― Este esqueleto nunca pierde el truco, los anteriores siempre caían! ―Exclame, revoloteando al rededor de Sans― Un gusto Sans. Soy Frisk, el ultimo humano en caer! ―Exclamo, dulcemente― Bien, bienvenido al subsuelo niño! ―Dijo, inexplicablemente entrecerrando su cavidad orbitaria como si estuviera sonriendo más, aunque esto no fuera visible (O posible).
― Bien, se supone que ahora debería leerte un monologo realmente largo sobre porque debo capturarte y llevarte ante el rey para que te destruya y consiga tu Alma, pero ¿Sabes? No me gusta mucho eso de la captura de humanos, digo. Todos los anteriores se entregaron, porque ahora habría que- ―Sans se explayaba en su conversación, seguramente porque no tenia nada mejor que hacer, hasta que fue interrumpido por una voz familiar que gritaba su nombre― ¡¡¡SANS!!! ¿¡Donde diablos te metiste ahora?! ¡¡Tu puesto esta vacío!! ―Frisk volteó, viendo como a lo lejos un esqueleto bastante alto se acercaba caminando, con un movimiento tosco que reflejaba molestia.
― Por otro lado, mi hermano Papyrus, el es un aficionado a la captura de humanos..... Aunque jamás a atrapado a uno de verdad, lo mejor será que te escondas por el momento, no quisiera arruinar la sorpresa ―Dijo, mientras jalaba al niño hasta el puesto de al lado― ¡Hey espera, no me to-! ―Frisk trató de reclamarle por jalarlo, pero en cuanto se dio cuenta ya estaba detrás de una lámpara de forma convenientemente parecida a Frisk.
Sin sentido alguno, el esqueleto era capaz de mover las facciones faciales de su cráneo, el cual expresaba molestia. Frisk supuso era Papyrus. Medía lo mismo que tres Sans apilados uno encima del otro, era de huesos delgados. Usaba una camiseta de mangas esponjadas con la inscripción de su nombre y los bordes en color rojo, además de unos mini-shorts azules con el borde dorado. Bufanda roja, guantes rojos con detalles dorados y botas rojas con velcro: También dorado (¿Aún no sabe atarse las cintas?). Además de su característica pintura negra, que daba el efecto de tener algo puesto sobre las extremidades y la columna vertebral.
― ¿Pasha, 'manucho? ―Pregunto Sans, con un acento desconocido― ¡Lo que "Pasha" hermano, es que han pasado OCHO días desde que te dije que recalibrarás tus puzzles! ... ¡¡Y SIGUEN EXACTAMENTE IGUAL!! ―Grito, molesto. Mientras Sans seguía sonriendo― ¿¡Qué es tan importante y toma tanto tiempo como para que estés fuera de tu puesto todo el día?! ―Pregunto una vez más― Sin contar "Dormir, Holgazanear y pensar nuevos y DETESTABLES chistes" ―Ordeno, para luego quedarse en silencio, esperando respuesta.
― Veo esta lámpara, ¿a que es chula? ¿Quieres verla? ―Preguntó, alarmando levemente a Frisk― ¡¡ESO ENTRA EN HOLGAZANEAR!! ―Grito nuevamente, estresado por la actitud de Sans. Ambos esqueletos se quedaron en silencio un rato, para luego volver a preguntar― ¿Entonces no quieres verla? ―Pude notar como un tic en el ojo de Papyrus gritaba, odio este momento― ¡¡Qué no!! ¡¡¡Lo que quiero es estar preparado!!! ¿¡Sabes cuando caerá un nuevo humano?! ¡Exacto, No! ¡¡Debemos estar preparados o pasará frente a nuestras narices como si fuera su casa!! ―Reclamó, pataleando como si fuera un berrinche― Pero... No tenemos nariz ―Dijo Sans, "confundido"― ... ¡¡¡¡ESE NO ES EL PUNTO CARA DE ESPARRAGO!!!! ―Grito desesperado.
― ¡Soy un esqueleto no una verdura, en todo caso sería SANSparrago! ―Exclamó, haciendo explotar a Papyrus― ¡¡NYEEEEEEEEEE!! ―Grito, de forma ULTRA dramática, lanzando una bola de nieve hacia Sans, la cual se ilumino en azul por un segundo y luego cayó al suelo, destruyéndose― . . . Eres. Detestable ―Dijo, inclinándose levemente hacia delante en señal de rendición― ¿Acalcio lo dudabas? ―Pregunto. A lo que Papyrus respondió con una mirada asesina, para luego irse sin agregar nada más a la conversación.
― Vale, ya puedes salir niño ―Dijo, volteando a ver hacia la lámpara de forma conveniente― Por un momento pensé que me venderías... ―Dijo Frisk, mientras caminaba hacia Sans― Oh, no te preocupes. Jamás le haría daño a alguien. Es demasiado inocente para eso ―Respondió, calmando cualquier miedo a una confrontación directa con el enorme esqueleto― Bueno... Solo una duda, ¿porqué lo tratas así? No te hace sentir mal o algo ¿Ningún cargo de conciencia? ―Pregunto el chico. Curioso, como siempre― ¿Mm? No te dejes engañar por las apariencias, puede parecer irritado. Pero disfruta de nuestras peleas y de mis chistes, solo... No le gusta admitirlo en publico, porque cree que eso lo hará menos cool ―Explico, susurrando como si alguien más pudiera oírlos.
― Awww, ¡es adorable! ―Exclamó, imaginando lo lindo que debe ser tener un hermano― Bien. Como decía antes de que Paps interrumpiera. Me gustaría que me hicieras un favor ―Dijo, dándole un aire más serio a su estática sonrisa― Claro, ¿porqué no? ―Dijo el niño, con una sonrisa en el rostro― Bueno. Si vas hacia Snowdin, tarde o temprano te toparás con él, por lo que ¿Podrías seguirle el juego? Te aseguro que no te hará daño, solo es para que se sienta mejor. Últimamente a empezado a decaer un poco esa actitud alegre que lo caracteriza y se a vuelto más exigente consigo mismo, temo que si sigue así... Se lastime... ―Prosiguió explicando, dejando notar preocupación en su enorme sonrisa. Frisk, como el niño bueno que es y aplicando las enseñanzas de Mamá, asintió. Devolviendo la sensación de broma que transmitía la sonrisa de Sans originalmente.
― Bueno, entonces será mejor que continúes. Te veo más adelante niño ―Dijo, para luego tomar de los hombros a Frisk y darle la vuelta. El niño se quedo ahí. Hasta que dejo de sentir las manos de Sans de golpe. Se dio la vuelta, listo para reclamar, aunque antes de que algún sonido saliera de su boca. Se dio cuenta que detrás de él ya no había nadie. Confundido me miro― Ha, si. A veces hace eso, ya te acostumbrarás ―Dije, sin desvelar el pequeño poder secreto del esqueleto panzón.
Frisk camino un rato más, habiéndose acostumbrado al frio más rápido de lo que uno esperaría posible. Se acercó al punto de guardado y guardo su progreso― La conveniencia de esa lámpara aún te llena con Determinación ―Dije, preguntándome de quien fue la idea de hacer una lámpara con forma humana. En fin, el niño observo la caja que había al lado y leyó el cartel que tenia por encima en su mente― ¿Porqué diablos alguien decidiría guardar sus cosas en un cofre en el medio de la nada? ―Preguntó, por lo que me dispuse a explicar.
― Eso no es un cofre normal Frisk ―Dije― ¿Enserio? No parece tener nada de especial ―Respondió, mientras lo abría y comenzaba a rebuscar en su interior― Esta es una "Caja Multidimensional" y esta ligada a un montón de otras cajas. Por lo que puedes guardar algo aquí y encontrarlo en otra parte del subsuelo, y si registras el número del cartel en tu teléfono podrás llamar a la caja en cualquier momento ―Continúe explicando.
― ¡! ¡Mira esto! ―Exclamó, ignorando todo lo que le dije y mostrándome unos guantes de boxeo naranjas. Que reconocí a la perfección― Oh, siempre me pregunte donde diablos había dejado sus guantes ―Dije, mirándolos con nostalgia― ¿Son de un humano? ―Pregunto, mientras se los ponía y jugueteaba un poco― Eran de Ronald, tenía veintitrés años y poseía el Alma de la Valentía. Fue el ultimo en caer, el único que se atrevió a cuestionar a Asgore y el único que lo retó a una batalla.... La cual fue la primera en la que fracasó... ―Conté mientras sentía como si la imagen me embelesará. Frisk me miro con tristeza y por un momento vi como cuestiono el devolverlos a la Caja. Pero en vez de eso decidió guardar el cuchillo de juguete.
― También tenía una bandana que según él. Lo hacía ver muy masculino, podrías comprarla en la tienda de Snowdin, vi que la señora que dirige la tienda la encontró enterrada entre la nieve hace unos años ―Dije, sonriendo con pena. El chico me devolvió la sonrisa y sin más dilaciones, continuamos avanzando.
Frente a él estaban los Hermanos Skeleton. Se quedo quieto viendo a Sans, volteo, volvió a mirarlo, volteo y volvió a mirarlo. Repitió el mismo movimiento al menos cinco veces. Gesticulo un poco con las manos y boca pero no dijo nada. Pero en resumen, estaba confundido.
Por lo que dio un paso más. Papyrus lo miro, Sans miro a Papyrus. Luego Sans miro a Frisk y Papyrus miro a Sans, y así hasta que alcanzaron una velocidad imposible. Y cuando ya no pudieron seguir más rápido, pararon y comenzaron a "susurrar" aunque en realidad se podía escuchar a la perfección― Oye Sans... ¿Eso es lo que creo que es? ―Pregunto, con una clara sonrisa de extasís.
― Sera... ¿¡Un humano?! ―Volvió a preguntar, por si Sans no había entendido― A mi me parece una roca ―Dijo. Papyrus volteo y decepcionado dejo salir un triste― Oh... ―Bajando la mirada. A lo que Sans respondió exclamando melodramáticamente― ¿¡Hey, pero que es eso frente a la roca?! ―Papyrus elevó la vista de nuevo con estrellas en su cavidad orbitaria― ¡¿Un humano?! ―Exclamo, a lo que Sans asintió afirmativamente― ¡¡Oh por Dios!! ¡¡¡¡Undyne va a- ―Se corto― ¡¡¡¡Todos van a- ―Vuelve a cortarse― ¡¡¡¡Voy a ser tan popular. Popular. POPULAR!!!! ―Exclamó finalmente. No solo una, ni dos. Si no que tres veces.
Entonces se dio cuenta de que había dejado de susurrar, por lo que se aclaró la garganta (Garganta inexistente por cierto)― ¡Humano! Como ya te habrán contado. Necesitamos Siete Almas Humanas para poder escapar de este mundo y finalmente tener nuestra preciada libertad. Como muy bien sabrás, tu Alma es la más importante, puesto que es la ultima que necesitamos. ¡¡Así que YO, Él Gran Papyrus!! ¡¡¡Me veré en la obligación de capturarte y llevarte con la Comandante y Líder de la Guardia Real "Undyne", donde tendrán una SANGRIENTA y CRUENTA!!! ¡Clase de cocina! ―Explico, gesticulando con su cuerpo de una forma tan dramática y dentro del papel que hasta podía llegar a ser chistosa.
Sans miró a su hermano bastante confundido, seguramente por el anticlimático final― Aunque no entiendo muy bien que tiene que ver la cocina con quitarle el Alma a alguien.... Supongo que deberé tener cuidado cuando cocino para no sacarle el Alma a mi hermano... ―Murmuro, dejándole la palabra a Sans quien en su oscura mirada se le veía que le aliviaba que Undyne no hubiera sido honesta con Papyrus y le hubiera dado una versión errónea de lo que ocurriría una vez encontrara al humano.
― ¡En cualquier caso! ―Retomo la palabra al ver que Sans se quedo callado. Algo extraño en él― ¡¡Continua solo si te atreves!! NYE JE JE JE JE JE JE JE JE JE ―Dijo una vez más, para luego salir corriendo mientras reía malévolamente. Dejando a Frisk con la palabra en la boca. Una vez su risa se dejo de escuchar, Sans se acercó a Frisk y le puso la mano en el hombro― Por favor, no le digas lo que te ocurriría si la Líder de la Guardia Real te atrapa. Es demasiado inocente para entenderlo... ―Dijo, dando dos pasos― Pero. ¿No es algo cruel? Papyrus tiene derecho a ―Frisk se giró para ver a Sans. Pero ahí ya no había nadie.
― Saberlo... ―Termino la oración; Y comenzó a cuestionarse si era ético dejar que Papyrus fuera tan ignorante. Después de todo, ¿Qué es peor? ¿Estar enterado de la situación y de su gravedad, y por lo tanto estar todo el tiempo ansioso y preocupado? ¿O vivir en un mundo de fantasías donde todo esta infantilizado para no arruinar tu perspectiva de las cosas? Esa pregunta estaría en la cabeza de ambos por un buen rato, hasta que llegáramos al primer puzzle que Papyrus había preparado en sus palabras "Para detenernos" Aunque por la presentación parecían más un simple juego.