Ox los esperaba alerta cuando llegaron a la entrada de la casa al final del camino, el alfa miraba en silencio en dirección al bosque, acompañado por Joe. Por alguna extraña razón, no se había movido de allí, su compañero lo rodeaba en silencio a medio transformar. Bambie había llevado a Joshua dentro la casa junto con Jessie.
Elisabeth cubría sus hombros con un fino chal, mientras se acercaba en silencio hacia sus hijos. Carter mantenía una mano sobre el lomo gris de Gavin, quien se había transformado después de escuchar la explosión. Kelly protegía a Robbie con miedo, sentían una magia parecida a la de Robert. Todos sabían que estaba enterrado bajo tierra, era imposible que hubiese vuelto a la vida.
-Son muchos...- la voz de Ox sonaba más fuerte con el silencio de su manada. – Pero no es él. – esas palabras calmaron un poco a Joe. – Gordo ¿tienes idea de que pueda ser?
Gordo seguía sintiéndose aturdido desde el golpe en la barrera, Mark lo estaba ayudando a mantenerse en pie, esperando a que respondiera, el brujo tan solo negó con la cabeza. No tenía ni idea de lo que era, pero no era peligroso. Las náuseas ya se habían ido, pero ahora sentía un fuerte dolor de cabeza.
-Son lobos... - muy posiblemente no se hubieran transformado, o no tuvieran la capacidad para hacerlo. – Hay algo de magia, pero es muy débil.
Rico entro en la casa para comprobar que su esposa e hijo se encontrarán bien, Bambie estaba distrayendo a Joshua con el gorrito de luces que había dejado caer Gavin. El pequeño estaba absorto de la tensión que se sentía fuera.
Ox camina delante de ellos, Joe se mantenía pegado a él alerta por si el enemigo decidía atacarlos por la espalda. Carter le susurraba palabras tranquilizadoras a Gavin, mientras cuidaba que Kelly se encontrará bien. Tanto Robbie y Gavin se sentía nerviosos a medida que se iban adentrando más al bosque.
Jessie acompañaba a Elisabeth y Dominique, Chris y Tanner creaban una especie de escudo para que no se acercaran a ellas. Rico seguía en forma humana mientras cargaba en brazos a Joshua, Bambie estaba lista para atacar.
Fuera lo que fuera lo que se encontraba en el bosque, apenas se había movido. La nieve les cubría hasta los tobillos, Gordo sentía como se erizaba la piel de los brazos, Mark lo seguía mirando preocupado, aunque dijera que se encontraba bien, lo veía demasiado pálido y cansado.
Mark gruño cuando escucho algo moviéndose por detrás de ellos, estaba demasiado cerca, podía escuchar como respiraba deprisa, como si se estuviera quedando sin aire, unos pequeños sollozos lo acompañaba. Sonaba como un cachorro herido, los jadeos no iban al mismo tiempo que los sollozos, había dos cachorros. Escuchaban sus corazones, dos corazones que tan solo sentían miedo. Mark bufó bajito, haciendo que uno de ellos gritará asustado.
-¿Niños? – Mark asintió y dio unos pasos delante de Gordo.
Estaban escondidos detrás de un árbol, Elisabeth pudo acercarse a ellos sin hacer ruidos. Dos niños pequeños se abrazaban y temblaban, el más alto sujetaba una pequeña rama mientras prometía a su hermano que lo iba a proteger. El más pequeño volvió a gritar al escuchar como la loba se transformaba detrás de ellos.
-¿Qué hacéis aquí? – el que sujetaba la ramita le gruño para advertirle que no se acercara más. – No os haré daño.
-Lobos malos... - Elisabeth le mostró una pequeña sonrisa. – Malos. – repitió el más pequeño, mientras su hermano asentía.
-No os queremos hacer daño... - el pequeño movió la rama frente a ella para alejarla.
Tenían pequeñas heridas en las manos y los pies, debido al frio, sus mejillas estaban rojas y su piel se sentía congelada. El más pequeño lloraba en silencio intentando esconderse de ellos, cada vez que veía que alguno intentaba acercase a él, gritaba y abrazaba con fuerza a su compañero. Aunque tenía vista fija en Gordo, Mark pudo escuchar cómo le gruñía cuando se acercó a él, también lo hacía si Gordo lo tocaba o le decía algo.
Al pequeño le brillaban los ojos al ver los tatuajes del brujo, y estiraba sus brazos para poder tocarlo, mientras el más grande le rogaba a Elisabeth que le devolviera su ramita. Gordo se quedó completamente quieto cuando el pequeño comenzó a caminar hacia él, dejando desconcentrado a su hermano.
Gordo se agacho con cuidado para estar a la misma altura que él, haciendo que le mostrara una pequeña sonrisa, aunque parecía no le gustaba demasiado Mark, ya que volvió a gruñirle cuando este lo rozó con el hocico.
-¿Papá? – de fondo se escuchó la sorpresa contenida de sus compañeros. - ¿Papá?
La voz del pequeño sonaba cada vez más dulce al llamar a Gordo "papá", no le gustó que Mark mordiera su camisa, le gruño mostrándole el pequeño hueco entre sus dientes y volvió a llamar a Gordo, papá está vez sin preguntarle. Rio cuando el brujo lo acarició con su muñón, aún se podía ver el camino que habían hecho sus lágrimas por las mejillas.
-Papá... - sonrió con seguridad, buscando a su hermano con la mirada. – Mío ¡Grrr! – dijo mirando hacía Mark.
Gordo no sabía cómo reaccionar, el pequeño lo abrazaba con fuerza mientras frotaba su cabeza contra su pecho. El otro niño berreaba en los brazos de Elisabeth mientras le decía que lo soltará, había intentado robarle la ramita, sin mucho éxito.
-No le hagas daño... - grito asustado, quería deshacerse de los brazos de la loba y correr hacía su hermano. – No, lobo malo.
-Gordo, no es un lobo. – el pequeño se quedó en silencio y miró a Elisabeth con sospecha. – Él es un brujo. – el niño no dudo en señalar a Mark. – Él es Mark, su compañero.
A Elisabeth le parecía divertido ver las reacciones del pequeño, señalaba a quienes aún seguían transformados en lobo, y miraba furioso a Gordo mientras él seguía abrazando a su hermano, el cual no dejaba que se acercará a Mark. Elisabeth podía notar unos pequeños celos de parte de Mark mientras este tiraba de la camisa del pequeño, todos podían escuchar la pequeña batalla interna de Mark contra el pequeño.
"GordoCompañeroAmorManada", Mark lo miraba entornando los ojos, pero no se atrevía a acercarse a ellos. Gordo le advertía en silencio que no lo hiciera, esos niños no representaban ningún peligro, ninguno de ellos parecía ser un omega, tampoco parecían ser lobos, aunque podía un poco de magia por parte del pequeño.
Elisabeth decidió soltar al pequeño gruñón, que no tardó en salir corriendo hacía su hermano, consiguiendo otra ramita.
-Lobo malo... - su hermano lo ignoraba mientras intentaba darle la mano. – Son peligrosos. – Mark estornudo cuando lo golpeo en el hocico con la ramita.
-Papá. – insistió, negando con la cabeza. – Lobo amigo de papá. – sonrió. – Lobo bueno.
El pequeño se negaba a separarse de Gordo, aunque su hermano tirara de él para esconderse de nuevo detrás del árbol. Él había decidido que el brujo era su lugar seguro, y que tendría que aceptar al lobo para poder estar a su lado, aunque no le pareciera demasiado divertido. El pequeño gruñón se sentó enfrente de Elisabeth visiblemente enfadado mientras movía la ramita de un lado al otro vigilando a la loba.
-¿Qué hacéis aquí? – el pequeño encogió sus hombros sin entender la pregunta de Gordo.
-Estábamos buscando, él dijo que teníamos que buscar... - estaba teniendo un poco más de confía en Mark. – Papá bueno, brujo. Papá malo, lobo. – dijo señalando a Gordo y después a Mark.- Ellos cuidaran de nosotros, manada. Somos más.
El pequeño señalo al fondo del camino del camino, donde terminaban los árboles y abrazó de nuevo a Gordo, estaba empezando a sentir frío de nuevo, incluso dejo que Mark se acercará a él aunque fueron unos pocos segundos, antes de gruñirle de nuevo y después reírse al ver que lo había asustado.
-Papá lobo, tonto... - río y acaricio su hocico, donde había golpeado su hermano. – Gareth, él dijo no pegar. – Gareth le saco la lengua. – Lo siento, papá lobo tonto. – Gordo se rio haciendo que el pequeño lo imitará.
-¿Cómo te llamas? – la pregunta hizo que la sonrisa del pequeño se ensanchará.
-Marco... - dijo poniendo su mano sobre su pecho. – Gareth. – señalo a su hermano. – Él es bueno.
Marco los guio hasta donde se encontraban los demás niños, Gareth estaba sobre Mark mientras miraba de reojo a Elisabeth, había conseguido quitarle la ramita de nuevo, aunque se la hubiese escondido debajo de la camisa. Gareth acariciaba el lomo de Mark con curiosidad atento a lo que hacía su hermano en los brazos de Gordo, Marco no había querido ir con él.
-Bebés pequeños. – explico con tranquilidad. – Lloran mucho, me duele la cabeza. – se quejó. – Ellos los cuidaban, mientras nosotros buscamos.
Ninguno de los dos respondía a la pregunta de que como habían llegado, Marco miraba con miedo a Gareth cuando él quería decir algo más, y se escondía en los brazos de Gordo cuando escuchaba algo que no le gustaba.
No tardaron en llegar al lugar donde les habían señalado. Tal y como había dicho Marco, habían niños y bebés. En concreto, dos bebés y tres niños, estaban medio escondido entre unos arbustos, temblando de frio, podían escuchar como una de las bebés lloraba e intentaban calmarla. Marco cubrió sus orejas mientras decía que era demasiado escandalosa.
Ox se acercó a ellos a medio transformar, la bebé dejó de llorar cuando rozó su mejilla con el dedo e intento atraparlo antes de se apartará, Joe bufó molesto cuando la pequeña mordió el dedo de Ox mostrando una sonrisita.
-Puede que tenga hambre... - los pequeños lo miraban con precaución. - ¿Tenéis hambre? – uno de ellos asintió. - ¿Os habéis perdido?
-Él dijo buscar... - respondió Marco de fondo. – Buscar lobos, buscar brujo, manada.
De nuevo se quedaron sin respuesta cuando preguntaron de quien estaban hablando. Los pequeños miraban confundidos a su alrededor, uno de ellos se orino cuando Carter se acercó a ellos y le mostro una pequeña mueca, se estaba conteniendo para no llorar, mientras cubría su orina con un poco de nieve. Sus muecas se hicieron más visibles cuando Gavin se acercó a él, no se movió.
-No le gruñas... - le regaño Carter. – Has marcado casi todo el bosque, no es peligroso. – Gavin asintió, y volvió a gruñir. – Puedo escucharte, idiota.
Carter aparto con cuidado a Gavin, para poder acercarse al pequeño, el cuál intentó esconderse entre sus propias sus ropas, temblaba cada vez que escuchaba que Gavin le gruñía, tan solo se detenía cuando Carter lo miraba de reojo.
-No le hagas caso, es un celoso. – Gavin bufó molesto. – Es solo un niño, tú mides casi dos metros, por eso está asustado. – el lobo gris lo ignoro. – Al menos presentante... - negó con la cabeza. – Me llamó Carter, y él es Gavin... - él volvió a gruñir. – Me da igual lo que me digas.
El pequeño rio cuando Gavin se intentó sentar sobre Carter, haciendo que tuviera que apartarse. Tenía curiosidad sobre ellos, sobre todo por Gavin, no tardó en imitarlo, al sentarse al igual que él y mostrarle la lengua, quiso imitar la forma de gruñir del lobo, pero soñó demasiado bajo, haciendo que se sonrojara. Gavin golpeo su pecho con cuidado y gruño de nuevo, está vez para enseñarle, el pequeño lo volvió a imitar, haciendo que Gavin mostrará lo que parecía una pequeña sonrisa.
-Parece que le caes bien, aunque él diga lo contrario cuando se transforme en humano de nuevo. – Gavin lo ignoro. - ¿Cómo te llamas?
-Warner. – respondió rascando su mejilla.
-¿Sabes cómo se llama la bebé? – Carter señalo a la pequeña que cargaba Ox, la cual lloraba cada vez que Joe se acercaba demasiado a él. - ¿La conoces? – asintió.
-Maddie, hace mucha caca... - dijo cubriéndose la nariz. – Y llora mucho.
Warner toco con precaución la cabeza de Gavin, apartando su mano deprisa cuando él abrió la boca para intentar morderlo, él le gruño para advertirle que era fuerte, mientras se acercaba a Carter con cautela. El lobo gris parecía algo peligroso, no debía hacerlo enfadar, aunque no tardo en frotarse en los brazos de Carter hasta poder acomodarse, mirando de reojo a Gavin.
-Creo que voy a tener problemas... - Elisabeth sonrió al escucharlo. – No puedes ponerte celoso de un niño, lo entiendes. Él se ha acercado a mí porque tenía frío. – Gavin entorno los ojos. – No era mi intención, tan solo quería saber si se encontraba bien.
Kelly intentaba alejar a la pequeña de las orejas de Robbie, las cuales estaban siendo mordidos sin piedad por una bebé de unos seis meses, mientras enredaba con fuerza sus dedos entre el pelaje del lobo. La pequeña se había enredado a Robbie cuando él se acercó a investigar.
-Suéltalo... - le gruño, abriendo sus manos con cuidado para separarla. – Suéltalo. – Robbie movía su cabeza de un lado hacía otro haciendo casi imposible la misión de Kelly. – Cuanto más te mueves, más se enreda.
La pequeña reía, al pensar que estaban jugando, Robbie quería transformarse en humano para librarse de las horribles garras de aquel cachorro, pero no podía, la pequeña tiro con fuerza cuando vio su cabello, enredándose aún más en él. Kelly estaba cada vez más nervioso, no quería hacerle daño, pero tampoco quería que le arranque el cabello a Robbie.
-Espera, suéltala... - Kelly se detuvo al escucharlo. – Hazle cosquillas, puede que tenga, eso hará que me suelte. – parecía que el plan no iba a salir como él pensaba. - ¿Qué estás haciendo?
-No quiere soltarte. – Kelly busco la ayuda de su madre, pero parecía estar entretenida con la pequeña Maddie, y consolando al pobre Joe.
Tenía que encontrar algo que lograra entretener al bebé lo suficiente para que Robbie pudiera librarse de su agarre, acercó su cabeza a ella, pero lo ignoro. Le interesaba más jugar con Robbie. Tan solo lo soltó cuando se cansó y dejó que Kelly la cargara.
-¿Estás bien? – Robbie asintió, viendo que en la mano de la pequeña habían algunos cabellos suyos.
Tanner y Chris jugaban con el pequeño que se había presentado como Liam, mientras daban vueltas a su alrededor. Liam los miraba atento intentando alcanzarlo y sonriendo con cierta picardía cuando conseguía sorprender a uno de ellos.
-Lo estás haciendo muy bien. – lo animó Rico de fondo. – Ahí hay un hueco, podrás atrapar a Tanner si eres lo suficientemente rápido. – Liam asintió e intento el truco de Rico. – Demasiado lento, debes ser más rápido.
Jessie cubrió a la última niña que se encontraba escondida, con su chaqueta. La pequeña apoyo su cabeza sobre su pecho antes de suspirar aliviada. Apenas se podía mover, estaba demasiado cansada y hambrienta.
-Toma. – Jessie le dio una galletita que tenía guardada. – Come, a Josh no le importará compartir. – la pequeña sonrió.
-Huele extraño... - Dominique toco su mejilla con cuidado. – Parece que está enferma.
-También he notado que tiene algo de fiebre. – la cubrió un poco más.
-Ella no es lobo... - le confirmó. – Parece humana, no huele a lobo.
Mark intentaba sin éxito ganarse el cariño de los pequeños, que habían decidido que Gordo era su escudo. Aunque Gareth pretendía no importarle en absoluto el brujo, buscaba de manera inconsciente tocar alguna parte de su cuerpo, con disimulo acariciaba su brazo, sin apartar la mirada de Mark.
-Se parece a ti. – se burló Mark. – Los dos hacéis los mismos gestos cuando estáis concentrados.
Gareth le gruño cuando se acercó demasiado a ellos, haciendo que Mark comenzara a reír. Se había rendido con Marco, parecía que él no le haría caso si Gordo seguía cerca, pero Gareth estaba atento a él. No estaba muy seguro si era por curiosidad o porque esperaba el momento indicado para volver a golpearlo.
-Huelen a magia. – Gordo asintió. – Pero también a lobos. – Gareth le gruño. – Los otros niños parecen ser todos lobos.
-¿De dónde crees que vienen? – Mark no sabía que responder. – No parece que pertenezcan a otra manada.
-Si fuera así, sus padres estarían con ellos. Es muy extraño que una loba deje que sus cachorros se queden solos y sin su protección, pero no huelen a otras personas.
Marco se estaba quedando dormido en los brazos de Gordo, mientras mordisqueaba un dulce que le había dado Bambie, Gareth había sido rápido al devorarlo. Quería mostrarle a Joshua que él era muy rápido, incluso le reto a una carrera hasta llegar al claro. Pero Elisabeth no dejo que salieran corriendo en cualquier dirección, así que esperarían a llegar a casa.
-----------
No estoy muy segura de que Gordo dejará que alguien se acercara a él con tanta facilidad y sin conocerlo. Pero creo que al Marco ser un niño, lo ve indefenso, además Marco no ha echo nada para que sospeche de él, incluso Gareth le ha llamado la atención desde el principio. Creo que estos gemelos, tienen cierto favoritismo hacia su papá brujo, creo que Mark tendrá que hacer algo para ganar su confianza.
Más información sobre los bebés:
Gareth y Marco: Son gemelos, tienen unos tres años. Y se parecen bastante a Gordo, aunque Gareth comparte ciertos aspectos físicos con Mark, entre ellos el color de sus ojos.
Maddie: La bebé que sostiene Ox en brazos, tiene unos cuatro meses, y es peloncita. Le gusta Ox porque se siente segura en sus brazos, y le asusta Joe porque se acerca demasiado a ella.
Warner: Es un niño de cuatro años, algo asustadizo y curioso. Gavin será un gran maestro. Aunque Carter tendrá que ir pensando en comprar una cama más grande, no creo que ninguno de los quiera separarse de su lado.
Liam: Tiene cinco años, y algo travieso. Siente curiosidad por Chris y Tanner, y no entiende porque.
Ayla: La bebé que casi deja sin pelo a Robbie, y consigue que le de un ataque de pánico a Kelly, tiene seis meses. Y aunque pueda parecer un bichito en primera estancia, es bastante tranquila, aunque le gusta bastante jugar con Robbie.
Olive: Es una niña, y la única humana de los niños. Es bastante enfermiza, y muy tranquila, creo que es algo que contratara bastante con Jessie.
Hora de pregunta:
¿De quién habla Marco? ¿Quién es él?
¿Por qué han aparecido en el bosque?
Espero que os haya gustado :)
Voten y comenten 🥰💕🥰💕
P.D...: Intentaré traer de dos a tres capítulos por semana. 😊