Oh, pobre de mí,
verte al caminar por los pasillos,
pero ya ni vernos podemos,
pues odio has de emitir.
¿Fue por alejarme de ti?
¿Fue por mi egoísmo?
Extraño aquellas charlas,
aquellas llamadas nocturnas,
pues tú eras mi razón de felicidad.
Oh, luna perdida,
oh, luna de mi cielo estrellado,
si algún día volvemos a hablar,
felicidad me traerás.
Por ahora,
solo te tendré en mis recuerdos,
en mis penumbras,
pues el miedo a perder tu amistad se dio.
Oh, luna brillante,
prometo no volver a sentir estas emociones,
pues fueron la causa de mi alejamiento.
Oh, gran luna,
si las cosas fueran diferentes,
caería rendido ante tus pies,
confesando mi eterno amor.
Oh, luna hermosa,
de ti jamás olvidaré.