*Narra el autor*
El sol asomaba tímidamente por las cortinas de la habitación de Lucas, marcando el comienzo de un nuevo día en la vida de la familia Thompson. La risa infantil resonaba mientras Sara se acercaba a la cama de Lucas, quien despertaba con ojos curiosos y una sonrisa juguetona.
*Narración de Sara:*
El día comenzó con la suavidad de la luz matutina y el amor que envolvía cada rincón de nuestra casa. Después de despertar a Lucas, lo recogí en brazos y le dediqué una mirada cariñosa.
—Buenos días, mi pequeño sol. ¿Listo para empezar el día? —pregunté, sintiendo la calidez de su abrazo.
Lucas asintió con entusiasmo, y juntos nos dirigimos al baño para cambiar su pañal. La rutina matutina se convirtió en un momento de conexión y risas, y cada carcajada de Lucas era un recordatorio de la alegría que traía a nuestras vidas.
Después de vestirlo con ropa cómoda, bajamos a la cocina, donde el aroma del desayuno llenaba el aire.
*Narración de Matías:*
La cocina se llenó de risas y el sonido de platos mientras Sara y Lucas preparaban el desayuno juntos. Los huevos revueltos y las tostadas se convirtieron en una pequeña fiesta matutina, con Lucas contribuyendo con su toque especial al esparcir mermelada en las tostadas.
—Mira papi puedo hacerlo solito! —dijo Lucas con orgullo, extendiendo su tostada como un pequeño chef.
Sara y yo intercambiamos miradas de complicidad, agradeciendo por esos momentos cotidianos que creaban recuerdos tan preciosos.
*Narración de Lucas:*
Después del desayuno, pasamos la tarde juntos, explorando el mundo a través de juegos y risas. La sala de estar se convirtió en un escenario de diversión mientras construíamos torres con bloques y jugábamos a escondernos y buscar.
—¡Te encontré, Lucas! —exclamó Sara, riendo mientras me descubría detrás del sofá.
La tarde continuó con más juegos y risas. Descubrimos que Lucas tenía un talento especial para inventar historias con sus juguetes, y cada narración era una aventura única que nos llevaba a mundos imaginarios.
La casa de los Thompson se envolvía en una calidez acogedora mientras el sol se ocultaba en el horizonte, pintando el cielo con tonalidades suaves de naranja y rosa. Lucas, el pequeño niño que había encontrado un hogar en el corazón de Sara y Matías, correteaba por la sala con su risa juguetona.
*Narración de Sara:*
La rutina nocturna con Lucas se había convertido en uno de mis momentos favoritos del día. Después de la cena y las actividades, llegaba el momento de prepararnos para la noche. La suave luz de las lámparas creaba una atmósfera apacible mientras nos dirigíamos hacia la habitación de Lucas.
—¿Quieres tomar un baño antes de dormir, cariño? —pregunté, sabiendo que le encantaba jugar con sus juguetes en la bañera.
Lucas asintió con entusiasmo, y mientras llenábamos la bañera, su risa resonaba en la habitación. El agua tibia y las burbujas formaban un pequeño santuario de diversión. Sus ojos brillaban con alegría mientras chapoteaba y jugaba con sus juguetes favoritos.
— Mira mami mi patito nada muy rápido! —exclamó Lucas, sosteniendo su patito de plástico en el agua.
Le sonreí y disfruté de esos momentos preciosos que compartíamos en la rutina diaria. Después del baño, lo envolvimos en una toalla suave y lo llevamos a su habitación para ponerle un pañal y su pijama favorito.
—¿Qué tal si elegimos un cuento antes de dormir? —propuso Matías, uniéndose a nosotros en la habitación.
*Narración de Matías:*
Ver a Lucas disfrutar del baño y la rutina nocturna siempre me llenaba el corazón de alegría. Cada día, su alegría contagiaba nuestra casa, convirtiéndola en un lugar especial y acogedor. Después de vestirlo con su pijama, nos sentamos juntos en la cama, listos para sumergirnos en las páginas de un cuento.
—Hoy, creo que vamos a leer sobre aventuras en el espacio —anuncié, sosteniendo un libro ilustrado.
Lucas, con sus ojos curiosos, se acomodó entre nosotros. Cada palabra del cuento era como un puente que conectaba nuestro pequeño rincón del mundo con un universo de fantasía. Suspiró de satisfacción mientras las imágenes cobraban vida en su imaginación.
Cuál fue tu parte favorita bebé? —pregunté al finalizar el cuento.
Él señaló una ilustración de un cohete despegando y sus ojos brillaron con emoción. Era evidente que cada historia se convertía en un capítulo más de su aventura en este nuevo mundo que compartíamos.
*Narración de Lucas:*
Después del cuento, llegó el momento de apagar las luces y prepararse para dormir. Pero antes de cerrar los ojos, sentí el deseo de estar aún más cerca de mi mami y mi papi. Nos sentamos juntos en el sofá de la sala, y la habitación se iluminó con luces suaves y titilantes. Mi corazón latía con la felicidad de pertenecer.
— mami puedo dormir con ustedes esta noche? —pregunté tímidamente, buscando la mirada de mis padres.
Sara y Matías intercambiaron una mirada cálida antes de asentir con una sonrisa. Nos dirigimos a la habitación principal, y mientras mamá preparaba la cama, papá y yo conversábamos en susurros, disfrutando del momento íntimo.
— bebé quieres un biberón con leche — dijo papá
Asentí con entusiasmo, y pronto me encontré en medio de un abrazo reconfortante entre mis papás mientras disfrutaba de mi biberón. El suave tintineo de la caja de música en la mesita de noche creaba una melodía suave que acompañaba nuestros susurros y risas.
—Buenas noches, mi pequeño soñador —susurró Sara, colocando un suave beso en mi frente.
Me acurruqué entre ellos, sintiendo la calidez de sus abrazos. La suavidad de las sábanas y el aroma familiar de la habitación me envolvían como un manto de amor y seguridad.
*Narración de Sara:*
La noche era tranquila mientras nos acomodábamos en la cama, cada uno abrazando a Lucas. La luz tenue de la lámpara proyectaba sombras suaves en la habitación, y el silencio se llenó de la respiración tranquila de nuestro pequeño huésped.
—Esta es una de mis noches favoritas —murmuró Matías, acariciando la espalda de Lucas con ternura.
Asentí con una sonrisa, agradecida por los pequeños momentos que nos regalaba la vida. La rutina nocturna se había transformado en una danza de sueños compartidos, fortaleciendo los lazos que nos unían como familia.
Mientras cerrábamos los ojos y nos sumíamos en el abrazo de los sueños, el único sonido en la habitación era la respiración tranquila y rítmica que marcaba el inicio de otra noche llena de amor y dulces sueños.
Bueno hasta aquí el capítulo prometo que estaré más activo ahora que estoy de vacaciones