Emociones Silenciadas - Carlo...

By Juls965

27.7K 1.7K 321

Una arquitecta con "la vida perfecta", un piloto español que no la tolera y una relación por contrato que lle... More

00
01 Inicio
02: ¿Curiosidad?
03: Una disculpa
04: Borrachera
05: Mallorca
06: Decisiones
07: Entre Trucos y Rumores
08: Un Ratón y Un Contrato Parte I
08: Un Ratón y Un Contrato Parte II
09: La Estrategia
10: Inicia El Show
11: Tensiones
12: Abril
13: Contrarreloj Parte I
13: Contrarreloj Parte II
14. Adiós, Leo Parte II
15: Monza Parte I/III
15: Monza Parte II/III
15: Monza Parte III/III
Especial: Monza, La Carrera
16: Límites
17: Celos
18: Confesiones
19: Desiciones 2.0
20: Acechada
21: El Sabor de la Victoria
22: El Plan
23: La Verdad de Leo Parte I/III
23: La Verdad de Leo Parte II/III
23: La Verdad de Leo III/III
24: El Día
25: Sin Obstáculos
26: Premonición
27: Quiebre
28: Demonios (?)
29: Bajo Sospecha
30: Oscuridad
31: Coma
32. Vacío
33: Piezas
34: Regresa a Mí
35: Laguna
36: Madera y Especias.
37: Manipulación
38: Odio (?)
39: Furia

14: Adiós, Leo Parte I

493 38 2
By Juls965



Julietta.

Despierto de golpe, enrojecida totalmente, no-es-po-si-ble. Sainz se ha colado entre mis sueños...después de...lo que pasó ayer yo...quería estar lejos de él. No podía pensar con claridad cuando lo tenía así...conmigo. Había cierta molestia en mi por haber despertado, soñaba como Carlos acariciaba mi rostro y depositaba pequeños besos por todas partes y odiaba esto, odiaba necesitar su tacto, sus caricias, demonios, en serio quería que me besara, quería besarlo todo el jodido tiempo.

Pero no podía permitir que esas sensaciones siguieran creciendo, tenía que poner un alto, por mi maldita cordura y sobre todo, porque ayer mientras anhelaba salir de mi habitación para ir a la de Carlos y sentir su calidez junto a mi, las palabras de Pierre llegaron como un balde de agua fría "Él nunca te hará su jodida novia" y tenía razón, todo esto y toda la maldita tensión que había entre nosotros, solo era producto de la abstinencia del piloto...y de mi curiosidad también.

Nunca me habían besado de esa manera...Leo apenas y rozaba mis labios cuando nos besabamos...el nunca me hizo sentir esa extraña presión que sentía en mi vientre cada vez que sentía los dedos de Carlos en mi piel, era como si su tacto me quemara, pero era un ardor placentero, uno que moría por seguir explorando, porque me sentía jodidamente bien cuando me tocaba, cuando me besaba...y quería saber cómo se sentirían sus labios sobre los míos, ahora que los había probado en mi piel, solo quería más de él. Pero me conozco...si permitía saciar mi curiosidad, terminaría enamorándome de él y era lo último que quería, porque él jamás se enamoraría de mí...el mismo Caco lo dijo.

"¿Vas a mandarlo todo a la mierda por una calentura?"

Aquel día no había sido mi intención escucharlos, solo quería avisarles que el desayuno estaba listo. Al escuchar a Caco decir esas palabras, sentí una horrible presión en el pecho y fui una cobarde, huí antes de escuchar la respuesta de Carlos, no era capaz de hacerlo, además no era correcto escuchar conversaciones ajenas. Todos estos días había mejorado, seguía trabajando en mis inseguridades, pero todo esto las removió.

Podía escuchar la risa de Leo atormentandome, repitiendo una y otra vez como nunca sería suficiente para ningún hombre y dolía como la mierda, porque ahora había dejado que un estúpido y sensual español se colara entre mis pensamientos, cuando despertaba...cuando dormía. Estaba jodida, no podía parar de pensar en él. Pero podía con esto, podía controlar mis malditas hormonas, esto era simplemente curiosidad, por eso no podía parar de pensar en él, pero habían soluciones, podría leer un libro, pintar, caminar, no lo sé. hacer otra cosa que no implicara pensar en él.

Y ahora estaba aquí, encerrada en mi habitación como una inmadura idiota, pero no quería verlo, no tenía cara para hacerlo después de lo que paso ayer. Seguramente ahora pensaba que era una promiscua o algo así. No podía entender porque me costaba tanto explorar mi sexualidad. Siempre había pensado que las mujeres tienen el derecho de acostarse con cincuenta si es que así lo desean, de tener sexo casual, de divertirse sin compromiso, eso no tenía nada de malo en tanto fuera consensuado...Pero yo nunca me sentí comoda con eso, Leo además de ser mi primer novio, también fue mi primer beso, nunca antes bese a nadie antes que el, porque la sola idea de besar a alguien que no fuera mi novio, me atormentaba. En aquella relación, nunca me sentí deseada...y ciertamente nunca desee a Leo, me sentía culpable por eso. Pensé que estaba defectuosa, incluso llegue a pensar que era asexual. Pero aquello no duro mucho, en una ocasión, mientras leía uno de mis libros de romance, me tope con una escena bastante descriptiva y sentí lo que supongo fue excitación, así que supuse, que el problema era yo, porque a pesar de que deseaba tener sexo, no lo deseaba tanto como para pedirselo a Leo, además el era poco afectivo, que me rechazará así me haría sentir aún peor.

Recuerdo que pensaba que Leo tenía algún problema con el contacto físico, pero que me quería. Idiota. En serio no puedo comprender como es que nunca lo ví, como pude ser tan estúpida...es decir, todas mis amigas tenían sexo con sus novios excepto yo, pero pensaba que Leo quería ir lento...¿lento dos años? vaya que era una estúpida, una total y completa estúpida.

Y luego las palabras de Carlos, me confundían. A qué se refería con "cuando estés lista para hablar, te escucharé...y te cumpliré." ¿cumplir qué cosa? ¿y por qué quería hablar? ¿por qué no solo ignoraba lo que había pasado? yo no quería hablar con él por un solo motivo: no quería escuchar como me proponía "pasarlo bien" "divertirnos juntos" "dejar que esto fluyera" porque eso solo me hacía sentir como un jodido pedazo de carne y no es que eso estuviera mal, simplemente y por alguna razón, yo me sentía de esa manera, como si entregarme al placer fuera a mancharme, a volverme menos, a ser una cualquiera y sabía que no debía sentirme así, pero simplemente no podía evitarlo. Y no pensaba decirlo, sería humillante.

Trataba de entender lo que sucedía con mi cuerpo, porque parecía moverse por inercia cuando se trataba de Carlos ¿era solo curiosidad? ¿Era mi nula experiencia siendo deseada? porque podré ser virgen, pero no estúpida, él me deseaba, pero solo sexualmente y yo no sabía si podría con eso, no voy a ser una maldita mosca muerta y fingir que yo tampoco lo deseo. Porque lo hago, jodidamente lo hago. Tal vez sea porque Carlos es el segundo hombre que me besa en la vida...podría decir que el primero porque Leo jamás me besó así, nunca. Y después de nuestra fallida relación, fui incapaz de relacionarme con otro hombre...hasta ahora y me preguntaba cómo mierda saldría de aquí.

No es como que pudiese evitarlo, teníamos un jodido contrato y no podía arruinar su carrera, no cuando habíamos formado una amistad y seguir con esto solo echaría a perder todo y no estaba dispuesta a perderlo, a no tenerlo en mi vida, así que había tomado una decisión, una en la que indirectamente Leo influía, porque por más esfuerzos que hacía por dejar el fantasma de Leo atrás, por olvidar todo el infierno que viví, el maldito me había condicionado y simplemente, no me sentía lista para que rompieran mi corazón una vez más. Leo era un jodido fantasma, a veces sentía como si me ahogara, pensaba que nunca sería feliz, no con Leo acechándome...

Sobre todo porque sabía que esta vez sería peor, Leo me provocaba asco, rencor, odio. Pero con Carlos era diferente, yo no podría odiarlo por rechazarme...y creo que de alguna manera aquello dolería aún más.

Así que estaba dispuesta a terminar con esto...a terminar con algo que ni siquiera había empezado. Le diría a Carlos que esto tenía que parar, que solamente quería ser su amiga, que lo de anoche había sido un error, que mis hormonas y su ridículo atractivo me habían jugado una mala pasada, pero que no se repetiría y que podíamos solucionarlo, fingir que nunca paso, y ser buenos amigos, continuar con el contrato y seguir con nuestra amistad, así que finalmente tomé una bocanada de aire para salir de la habitación y hablar con él. Llevándome una sorpresa al verlo afuera de mi habitación.

–Carlos...–

–Preparé el desayuno, ven. – dijo mientras me tomaba de la mano y odiaba esto, porque se lo permití.

–Quiero hablar contigo. – solté sin verlo a los ojos mientras me sentaba en la barra del desayunador.

–Mírame a los ojos, Julietta. – ordeno.

–Quiero ser tu amig... – me interrumpió.

–Ay Julietta, pero si vamos a hablar me gustaría que no me mintieras a la cara. Porque tú, pequeña mentirosa, no quieres ser solo mi amiga ¿y sabes por qué lo sé?. Porque yo no quiero ser tu jodido amigo. – dijo acercandose a mi como un jodido león a su presa. Aprisionando mi pequeña anatomía con sus brazos en la barra, se estaba volviendo una costumbre.

–Yo no...– tragué saliva. – ¡Atrás! Si estas tan cerca no puedo pensar con claridad y me dificultas articular bien mis palabras. – solté como vómito verbal, arrepintiéndome inmediatamente de mis palabras, él no debía saber eso.

–¿Ah sí?¿Por qué Julietta?¿Por qué te pongo nerviosa, no es así?. – preguntó coqueto, aún sin moverse de su posición.

–No, no es eso es solo que...yo, yo...– en serio estaba jodida, me corté cuando sentí los dedos del español jugar con mi cabello, maldito, no estaba siendo justo.

–¿Y sabes por qué estas nerviosa, bonita? ¡Porque te gusto! Es hora de que lo vayas aceptando. – en ese momento mi celular sonó y agradecí internamente, ahí estaba mi excusa perfecta para huir. –Ni se te ocurra contestar ese jodido teléfono Julietta, tu y yo estamos en algo y no te irás de aquí hasta que lo resolvamos ¿entiendes, bonita?. –

–Podría ser...importante, contesto rápido y seguimos con esto ¿si?. –

–No. Eres tan jodidamente inocente Julietta. Dije que no, no vas a contestar esa llamada, quien sea puede esperar. – dijo mientras alejaba mi celular de la barra, aún sin dejarme espacio para huir.

–Bueno, lo que quiero decir, es que...no debería..mos...eh. Que somos amigos joder, los amigos no...– no termine de decir la frase, mi maldito subconsiente me hizo bajar mi mirada a sus labios...y el lo notó.

–Mis ojos están arriba, preciosa. – dijo mientras sostenía mi barbilla, obligándome a verlo y yo me sentía incapaz de sostenerle la mirada.

–Mirame, Julietta. – demando, no obedecí, tomo mi rostro con una de sus manos, con delicadeza, pero firme y giro mi rostro una vez más, para quedar a milímetros del suyo. –No puedes verme porque me quieres besar, porque verme te dificulta mentirme ¿no es así?¿no me quieres besar preciosa?. – dijo rozando sus labios con los míos. Odiaba que hiciera eso...joder, por que no solo me besaba y ya. Quería que lo hiciera, lo necesitaba...pero no quería ceder, no quería que supiera lo mucho que deseaba hacerlo.

Durante todo este maldito momento ese estúpido telefono no había parado de sonar. Pero lo agradecía, porque de alguna manera aquel sonido me mantenía cuerda, me había impedido lanzarme desesperadamente a Carlos y besarlo yo misma, estaba cansada de sus estúpidos juegos, si él no me besaba a mi lo haría yo misma, a la mierda mi autocontrol...voy a besarlo. Me acerqué más a él, enrede mis dedos en su cuello y lo atraje hacia mi y cuando finalmente obtuve el coraje suficiente para besarlo, me arrepentí. Pero no quedaría como estúpida, no cuando estaba pegada a él como una maldita garrapata.

–Dos podemos jugar este juego, precioso. – dije rozando mis labios con los suyos, y ahora repetí su acción, empecé a dar pequeños y castos besos sobre la línea de su mandíbula, quería besarlo como él me había besado pero no tenía el valor para hacerlo. mis pensamientos fueron interrumpidos por ese bendito teléfono una vez más. Gracias a Dios.

Pude notar como Carlos había bajado la guardia, así que vi mi oportunidad y la tome. Me solté de su agarre rápidamente, ganándome una mirada de desaprobación por su parte. Antes de que pudiese reprocharme, decidí contestar la llamada, Carlos me había tomado por la muñeca, jalandome hacia él, quedando ridículamente cerca mío. Pero yo ya había tomado la llamada.

–¿Estoy hablando con la srita. Julietta Palatchi?. – preguntó una voz femenina.

–Buenos días, si ella habla ¿en que le puedo ayudar?. – pregunté mirando traviesa a Carlos, quien estaba prendido de mi cuello una vez más.

–Srita Palatchi...hablo del hospital general de emergencias. – Carlos paró en seco, había puesto el altavoz, para poder seguir con nuestro jueguito, pero claramente ya no había ánimos para aquello, yo estaba tensa, expectante ¿qué carajos había pasado? y más importante ¿a quién?

–¿Qué ha pasado?¿A quién?. – pregunte euforica.

–Lo siento muchísimo Srita. Palatchi...– tragué en seco y sentí mi cuerpo ceder, de no ser por Carlos, me habría desmoronado, pensaba en mis padres, hermanos...– El ingeniero Lombardi ingresó aquí la noche de ayer después de un fatídico accidente de auto. Lamentablemente, no resistió la cirugía y falleció esta madrugada. Ninguno de sus contactos de emergencia contestó a excepción suya...el hospital está autorizado a entregar los restos del paciente únicamente a sus contactos de emergencia. ¿Usted...–

–Él quería que lo cremaran...– contesté en automático. – Debo tomar un vuelo señorita, no estoy en la ciudad. Llego hoy por la noche.– colgué inmediatamente.

Odiaba a Leo, lo detestaba. Pero no podía dejar su cuerpo pudrirse, solo, sin nadie. Abandonado, nadie merecía aquello. Recuerdo que una vez me comentó que cuando muriera, quería ser cremado y que tiraran sus cenizas en el jardín de su casa. Leo era retorcido y muy específico. De alguna manera, me sentí en la obligación de cumplir su último deseo, aunque no lo mereciera...no quería hacerlo sola, pero tampoco quería pedir ayuda. Era humillante...estaba tan ida en mis pensamientos que ni siquiera noté que estaba llorando, hasta que sentí los brazos de Carlos rodearme y sentí como mi cuerpo y alma se entregaron a aquel gesto.

–No tienes que hacer esto sola Julietta, iremos juntos ¿me lo permites?¿me permites acompañarte?. – pregunto acariciando mi rostro con gentileza, mientras limpiaba mis mejillas.

–Lo odio. Lo odio. Lo odio. – tome aire. – Por qué hace esto, por qué se muere y por qué tengo que ser yo quien vele por sus restos. No es justo Carlos, no es justo. Lo odio. – sollocé mientras me dejaba caer al suelo, Carlos repitió mi acción, quedando acurrucada junto a él, estaba cansada, solo cansada...mi cuerpo estaba cansado...mi alma estaba cansada...ni siquiera era capaz de sostener mi propio peso. –Lo odio. –

La muerte de Leo no me dolía en lo absoluto, no sentía más que repulsión por aquel hombre, pero no podía parar de pensar en lo estúpida que era, como podía estar pensando en ir por sus restos y cumplir su última voluntad, ese no era mi jodido problema, ni mi responsabilidad, pero así lo sentía y me culpaba, me culpaba por no poder dejar en la mierda sus huesos, así como el lo hizo conmigo.

–He pedido que vengan por nosotros, supuse que no querrías tomar un vuelo comercial. venga Ju, vamos, esperan por nosotros, nuestro avión llegará pronto. – dijo levantando el bulto de huesos en el que estaba convertida.

No hablé, no hice nada, solo dejaba que Carlos guiase mis movimientos. Me sentía como en otra realidad, me había ayudado a sentarme en una esquina de la cama y veía como hacía mi maleta rápidamente pero con cuidado, tomaba ropa negra y la acomodaba, no podía escuchar nada, veía sus labios moverse, pero había perdido la capacidad de escuchar lo que decía. Me sentía desubicada, no entendía nada de lo que estaba pasando...como llegue a la cama ¿por qué Carlos hace mi maleta?. Sentí como me tomaba por la muñeca, caminé junto a él por inercia y en un abrir y cerrar de ojos, estábamos subidos en el avión ¿cómo llegué aquí?¿cuándo?

Me sentía mareada, agobiada, confundida. No decía nada. Quería dormir, estaba cansada...muy cansada, sentía mi cuerpo pesado igual que mis párpados, pero no podía dormir...no podía hacerlo. ¿Esto era real?.

*

Me sentía culpable. Estúpida. Inútil. Carlos había resuelto todo por mi, porque yo era un absurdo costal de huesos, uno inutil, ni siquiera podía hablar, estaba confundida y cansada, no hable durante todo el vuelo, no sé cuántas horas fueron, Carlos había llevado mi cabeza a su hombro, acariciaba sutilmente mi cabello y no soltaba mi mano, sentía su tacto hervir en mi piel helada, tenía frío, pero en los huesos, no sé cómo describir esa sensación, me decía que no estaba sola, que no me preocupara por nada y yo era incapaz de contestarle, no podía articular palabra.

"–No te atormentes. Estoy aquí. No te preocupes por nada, voy a resolverlo todo. Voy a resolverlo por ti. No tienes que hacer nada. Dejamelo a mi. –"

Finalmente llegamos al hospital y nuevamente Carlos guiaba mis pasos, yo me limitaba a respirar. Era confuso para mi, como había logrado saber en qué piso estaban los restos de Leo, es decir, obviamente en la morgue, pero como sabía exactamente todo lo que debía hacer...estaba genuinamente agobiada, habían pasado aproximadamente siete horas desde la llamada y Carlos parecía haber resuelto todo con agilidad. Me sorprendí cuando ingresamos a un pasillo, no parecía la morgue, pero bueno, nunca había estado en una así que tampoco le di importancia.

Cuando escuché la puerta abrirse, paré en seco y me sujeté con una fuerza absurda al brazo de Carlos. Haciéndolo parar conmigo en mi lugar y por primera vez después de la llamada hable.

–No quiero verlo. Tengo miedo. No...puedo. – solloce, hundiendo mi rostro en su pecho. Escuchaba otras voces, la de los doctores, supongo, pero no eran claras, no para mí, la única voz que podía entender, era la de Carlos.

–Ya no puede hacerte daño, bonita. No tienes que verlo, ya está hecho, solo venimos por sus cenizas. – dijo depositando un beso en mi frente.

–¿Qué?¿Como?¿Que no se tardan diez horas en cremar un cuerpo? Pero si no firme nada, que hay del papeleo, yo, yo...no...entiendo. –

–Te dije que lo resolvería, preciosa. Hice un par de llamadas y ya está. Ahora dime ¿qué planeas hacer con sus cenizas?. –

Antes de que pudiese responder la enfermera que tenía al lado tropezó, dejando caer el expediente de mi ahora difunto ex, con las fotos de Leo inerte sobre la plancha de la morgue...la tomé entre mis manos y lloré nuevamente, no por él, sino por mi.

–Esta pude haber sido yo. – suspire –¿Recuerdas mi accidente? ¡Fue su maldita culpa! y ahora el muerto es él...– sollocé viendo aquellas fotos con culpa. Ni siquiera fui consciente en qué momento Carlos me llevó a una especie de sala privada, no quería que me vieran así y él lo sabía, me estaba dando privacidad para poder sacar mis fantasmas. Estaba resolviendo todo, pero no podía arreglarme a mi...estaba rota. Defectuosa.

–No fue su culpa. – dije después de unos minutos de silencio. – Fue mi culpa, por estúpida, soy una completa estúpida...debí ser y...–

–Basta. Basta Julietta. No voy a permitirte esto. Mirame, mirame a los ojos joder. – ordeno, pero era confuso para mi, lo escuchaba con claridad, pero no entendía sus palabras, ni su enojo, Carlos se veía borroso y yo sentía fuertes mareos...todo parecía tan irreal ¿estaba en shock?¿por qué todo parecía dar vueltas? no entiendo nada.

–Quiero estar dormida. – contesté confusa, no tenía idea de que estaba diciendo el hombre frente a mi, que cada vez se volvía más borroso. Y de pronto, sentí como mi cuerpo se desvanecía.

Carlos

–¡Julietta!¡Julietta responde!¡Julietta!. – brame mientras daba palmadas suaves en sus mejillas, esperando que reaccionara. –¡Un doctor!¡Ayuda, ayuda por favor!

Julietta estaba rara, pero pensé que era normal por el shock, no le dí importancia y ahora tenía el cuerpo frío de Julietta entre mis brazos y no reaccionaba...–¡Reacciona joder!¡Contestame!¡Despierta! – por qué nadie hace nada joder. –¡Necesito un jodido doctor, mi novia no reacciona!. – grité desesperado por ayuda.

–¿Qué ha pasado? ¿Es su novia alérgica a algo? ¿Ha bebido?. –

–No, no, ¡no lo sé! ¡Si lo sé, pero no puedo recordarlo! Ella...no ha comido nada, no ha tomado nada desde hace 8 hrs, tuvimos un viaje express...se enteró del fallecimiento de...y luego...tenía sueño ¡dijo que quería estar dormida! y luego...después se desmayó. – intente dar cada detalle posible, pero no podía, era incapaz de pensar. Estaba desesperado y los malditos mensajes de Caco no me dejaban concentrarme.

Caco

Podrías contestar tu jodido celular. Tenías que grabar contenido esta noche. Donde carajos se metieron tú y Julietta, ella tampoco responde.

Yo

"Caco basta. No puedo hablar en este momento. Julietta está en el hospital. Hablamos luego."

Tecleé colérico, apagando mi teléfono. A quien mierda le importaba un estupido post cuando no sabía qué carajos estaba pasando con mi novia. A la mierda las redes, que suban algo viejo, que más da.

Estaba desesperado, se habían llevado a Julietta para hacerle unos exámenes y yo solo...¿quería llorar? No. Imposible. No era para tanto, Julietta no tenía nada, solo fue el shock de la noticia, si, eso. Está en shock.

–¿Familiares de Julietta Palatchi?. – preguntó el doctor, mientras se guiaba a la habitación de la castaña.

–¿Despertó?¿Está bien?¿Qué ha pasado?. –

–Su novia tiene un cuadro de agotamiento agudo. – hizo una pausa. – Los exámenes indican que está comiendo y durmiendo mal, desde hace meses. Poco tiene que ver con la pérdida que tuvo este día, pudo ser un detonante, si, pero el cuerpo de Julietta le ha pasado factura ¿Ha estado sometida a mucho estrés últimamente?. –

–¡Pero si ella duerme, todo el tiempo!¡Y come, comemos juntos! Y anoche no parecía estresada. – me arrepentí al darme cuenta de que lo había dicho en voz alta, pero le resté importancia. Mi única preocupación era ella.

–Como le mencionaba, esto no es algo de días. Julietta lleva meses en este estado, a veces las personas pueden ocultar estos comportamientos muy bien, sobre todo con sus seres queridos. De momento debe descansar, voy a recetar vitaminas entre otros suplementos, los exámenes arrojaron que Julietta tiene anemia, tiene que pasar la noche aquí. Puede volver mañana, le daré el alta rápido. – hizo una pausa, parecía querer decir algo. –Señor Sainz, esto no me compete, pero le sugiero que le sugiera a su novia buscar ayuda profesional...ya sabe, terapia. A lo mejor estoy sacando conclusiones apresuradas, usualmente me guardo estos comentarios...pero admiro mucho su carrera profesional y...hacen una bonita pareja. Pero en mi experiencia...Julietta parece estar deprimida. Como digo, solo es una conjetura. No me malinterprete.

–¿¡Anemia!?¿¡Volver!?¿¡Deprimida!? ¡No! Me quedo ¿me puedo quedar?¡me voy a quedar! Yo...gracias Doctor yo...yo... –

–Señor Sainz el horario de visitas ha terminado...pero supongo que puedo hacer una excepción por un jovencito enamorado...y por el piloto favorito de mis hijos. Venga, entra, pero si te descubren fingiré demencia. –

¿Enamorado? No, no ¡no! Julietta solo me gusta, no estoy enamorado de ella. Y y y es mi amiga, por eso me preocupo.

–¿Doctor...?

–Dr. Echegaray. – contestó

–Dr. Echegaray ¡muchisimas gracias por esto! No tengo forma de agradecer el gesto. Pero me gustaría enviarle a ud y su hijos...a su esposa o esposo entradas VIP para el paddock ¡Por favor aceptelas! ¿Me puede pasar su número? ¡Mi asistente lo contactará!. – espete emocionado

–No es necesario jovencito. No debes hacerlo – contestó entre risas

–¡Pero quiero hacerlo! Además ¿qué dirían sus hijos? seguro se lo reprocharían ¿no?. –

–Vale, vale, ten mi tarjeta. Y suerte con tu novia, es una chica linda. –

–La más linda, Dr. ¡Feliz noche!. –

Me escabullí en esa pequeña cama junto a Julietta, me jodía verla así, debía protegerla, quería protegerla. Acariciaba su cabello, su rostro, sus labios y depositaba pequeños besos en su frente, estaba preocupado por ella joder.

–¿Que te estas haciendo bonita?. – susurré.

–Mami...– contesto adormilada, no abrió los ojos, estaba delirando supongo. Pero el aire regresó a mis pulmones al escucharla hablar Julietta estaba bien.

–Soy Carlos princesa...estás delirando. – susurre

–Mami...te mentí. –

–Princesa...– Conteste, tratando de hacerle saber que no era su madre...no quería invadir su privacidad.

–¿Recuerdas lo que dije de Sainz?. – susurro adormecida, y mi curiosidad volcó mis buenas intenciones de no ser entrometido.

–¿Qué dijiste?. – pregunté curioso.

–Que era un idiota, un payaso arrogante...y que no lo soportaba. –

Una risilla escapó de mis labios, aun insultándome se veía jodidamente tierna.

–¿Y cual es la mentira entonces?. –

–Todo. Carlos es un caballero, mami y me gusta ¡ese idiota me encanta!

Mi corazón se paró, lo sabía, era algo obvio que yo le gustaba. Pero escucharla decirlo me había inflado el pecho de felicidad, así no me lo dijera a mi en teoría ¡Pero le gustaba a Julietta joder! Una sonrisa se apoderó de mis labios. Y de pronto sentí un hormigueo...como mariposas en mi panza. Y no lo ignoré, no me importo. Estaba feliz.

–Díselo entonces. –

–No. Él nunca se fijaría en mí, mami. El nunca...yo...es mejor así. –

–Estas tan ciega. Joder – salí de mi personaje.

–No te veo, mami, ¡si estoy ciega!. – y una sonora carcajada salió de la castaña, joder, si que estaba delirando.

–Buenas noches mami. –

–Buenas noches, mi amor. – dije depositando un beso en su frente, ya no indague más, Julietta debía descansar y yo podía dormir tranquilo esta noche, a su lado.


Hello! Como están? 

En este capitulo pudimos ver más de cerca los fantasmas de Julietta, en la segunda parte, los veremos más a profundidad. Carlos finalmente esta entendiendo porque Julietta es como es...parece estar venciendo sus miedos por la castaña, veremos como lo lleva.

Este capitulo es muy importante en la historia, ya que marca un antes y después,  ¿será Julietta por fin feliz? mi niña lo merece...ha pasado por mucho.

Por la importancia y los detalles de este capitulo, decidí dividirlo en dos, ya que esta bastante largo. Aun no termino la segunda parte, tratare subirla hoy, sino lo logro, lo subiré mañana.

¡Espero leer sus comentarios y conclusiones!

Nos leemos más tarde o mañana. Le quiero.

-Juls.

Continue Reading

You'll Also Like

150K 6.9K 132
SOCIAL-MEDIA 📸❤️ Charles Leclerc, el piloto de Fórmula 1 más codiciado de toda la parrilla ¿Enamorado de una Modelo? Camille Lovato, Modelo nacida...
20.4K 2K 10
.:。♡゚| "No necesito un hombre cuando tengo a mi hermosa Nini, porque ninguno se iguala a ella." Donde Rosé quiere que su madre entienda que lo mejor...
33K 555 30
Olympia Ricciardo es la hermana menor del corredor de autos Daniel Ricciardo, ella también es corredora de autos pero trabaja con Carlos Sainz Jr, de...
2.4K 102 36
Ella es Gala, una chica que no ha tenido la vida fácil, pero, que un día cualquiera, su mejor amiga Estela, le pide urgentemente que le acompañe a un...