Dos meses después.
Bostezando, Yoongi se sentó en aquella conocida roca plana para él. Dejó el arco en el suelo, y acomodó sus flechas.
Faltaban 4 horas para que acabara el año.
Si, ya había llegado fin de año, y todas la dinastías estaban preparadas para la gran caza. Antes de eso, siempre se hacía una reunión con una gran y costosa cena. Yoongi había logrado escaparse como pudo después de la comida.
Estiró sus pies observando sus botas como si fueran lo más llamativo del mundo. Y lo eran para él, ya que se las había obsequiado Jimin. El elfo mismo se las hizo tan solo con la rama de un árbol, y con magia obviamente.
En aquellos dos meses, Jimin y él se habían vuelto amigos y era muy cercanos. No hubo semana en la que Yoongi no regresara al bosque para verse con Jimin, inclusive, hubieron unas tres ocasiones en las que Yoongi se quedó dormido en la casa del elfo. Sin planearlo, habían forjado un peculiar vínculo.
Ahora, estaba esperando que llegara Jimin. En aquel lugar era donde siempre se encontraban. No hacía falta que él le avisara al elfo en que momento llegaría, pues este siempre lo sabría.
- Gatito con botas - susurró una voz en su oído, haciéndolo respingar, más no asustarse. Ya se había acostumbrado a que Jimin siempre hiciera algo así.
Yoongi se levantó de la roca, encarando a Jimin. Este estaba sonriente, con las manos atrás.
- ¿De verdad seguirás llamándome así de forma tan infantil? - Yoongi hizo un puchero cruzándose de brazos.
Jimin rió. - Es que eres un gato, y yo no lo confirme, te consta.
Yoongi reviró los ojos. Obvio recordaba aquella vez que le presentó a su amiga Giselle, una ninfa de animales, en esa ocasión hicieron un juego con unas ardillas donde estas le dirían en el oído a Giselle a que animal se parecían los tres, y la ninfa con sus poderes se los dejaría saber a Jimin y Yoongi transformandolos en estos. Yoongi se quedó impresionado y asustado cuando se vio en un espejo, con orejas, cola, nariz y bigotes de un gato. Aquella experiencia lo dejó traumado por días.
- Si, lo recuerdo, pero ya superalo.
- No quiero, ahora vamos. - Jimin tomó a Yoongi de la cintura, y en un abrir y cerrar de ojos ya estaban a las afueras de su casa.
- ¿Tanto te cuesta avisarme? - dijo Yoongi soltándose, y viendo curioso el jardín. - Acaso, ¿hiciste algún cambio estos días? Veo todo diferente.
- Se viene año nuevo, así que las flores junto con los árboles decidieron que era la ocasión ideal para un nuevo arreglo de puestos. Ellos mismos cambiaron todo - Jimin se alzó de hombros entrando a la casa.
Yoongi se quedó impresionado. - Vaya, tienen buen gusto en la decoración, ya decía yo que era muy raro que fuera obra tuya. - Yoongi entró y cerró la puerta.
- A mi también se me hizo extraño cuando supe que vendrías hoy - Jimin tomó de un frasquito un extraño líquido, mientras Yoongi se recostaba sobre uno de los sillones con las piernas sobre este, con la total confianza adquirida.
- ¿No querías que viniera en fin de año?
- No es eso, solo me moría por saber que excusa inventarías para librarte de tu padre en este día tan épico para los cazadores, pero cuando supe que solo huiste y ya, me dejó sorprendido - Jimin sonrió, tocando las botas de Yoongi, y estas al instante aparecieron a un lado del sillón. - Te he dicho miles de veces lo de tus zapatos.
- Bien, lo siento lo olvidé. Y con respecto a lo de huir, pues solo me dio pereza tener que inventar algo. - Yoongi vio sus flechas y arco en una de las sillas, entonces noto una curiosa capa azul en la otra silla. Jimin nunca usaba azul. Se irguio y observó más detenidamente esta. - Esa capa, ¿no es tuya verdad?
- ¿Ah? - Jimin la vio de reojo y negó. - No, no es mía, es de un amigo que vino anteayer y se le olvidó. No usaré mi magia para devolvérsela, él mismo la tendrá que venir a ver.
Yoongi lo quedó viendo. - Oh ya veo.
- ¿Qué sucede?
- ¿Qué? Nada, ¿por qué lo dices? - Yoongi se levantó del sillón sin importarle que estuviera descalzo, y fue hacia el mesón para prepararse uno de los deliciosos té que le había enseñado Jimin con sus pociones.
- No lo sé, será porque te pusiste tenso. Acaso, ¿estás celoso, gatito con botas?
Yoongi se volteó a verlo enseguida, con el ceño fruncido e indignado. - ¡¿Qué?! ¿Pero qué dices? Por supuesto que no, ¿por qué lo estaría?
- Tranquilo - reía Jimin ante la evidente reacción de Yoongi. - solo preguntaba. Alzó las manos en señal de inocencia.
- Bien. - terminó de preparar su té y bebió un poco. - Después de todo, yo también invito a amigos a mi habitación, y estos olvidan muchas veces sus prendas, ya sabes.
Jimin sonrió de lado. - ¿Qué quieres lograr diciéndome algo así? ¿Darme celos?
- Claro que no, solo te estoy contado algo casual. - Yoongi negó, sintiéndose un poco nervioso, así que tratando de librarse de la situación, iba a tomar sus botas para salir a tomar un poco de aire al puente, pero Jimin se lo impidió, sosteniendo su antebrazo.
- Si querías darme celos, pues lo lograste.
Yoongi abrió los ojos asustado. - ¿P-pero qué tonterías dices?
Jimin lo apegó a su pecho, sacándole un jadeo a Yoongi.
- No es ninguna tontería, es la verdad. El solo imaginar a alguien más en tu habitación me enfurece. - Yoongi estaba impactado por aquellas palabras, y más por la actitud de Jimin, ya que rara vez lo veía enojado, por decir nunca.
- C-calmate... - susurró apartando la vista, pues la mirada seria de Jimin lo ponía muy nervioso. - ...al parecer tu humor hoy está extraño, d-deberiamos ir a tomar aire. - Yoongi se soltó del agarre de Jimin, y dio media vuelta, pero se quedó en shock, cuando quiso ir a la puerta, pero esta ya no estaba, sino solo la pared. - ¡Oye! ¡¿Pero qué... - volteó a ver a Jimin, quien seguía serio. - ... ¿qué crees que haces?
Jimin alzó sus hombros. - El hecho de que hayas logrado huir de tu casa no quiere decir que también podrás hacerlo aquí. - se acercó a Yoongi, quedando muy cerca de su cara.
- ¿Vas a encerrarme? - a Yoongi le temblaban los labios, sumandole a que él ambiente se había vuelto tenso.
- No era mi intención - susurró Jimin muy cerca de sus labio, su aliento chocando con la comisura del labio superior de Yoongi, provocándole un leve arqueo. - Pero veo que es necesario para poder encargarme.
- ¿Encargarte d-de que?
Jimin sonrió de lado. - De lo que ambos hemos querido todo este tiempo.
Posando una de sus manos en la nuca de Yoongi, Jimin tiró de él, rompiendo el pequeño espacio que había y juntando sus labios en un brusco beso.
Sin dejarse rogar o hacerse el difícil, Yoongi correspondió al instante, metiendo sus manos por debajo de la capa de Jimin.
Chaqueos y jadeos resonaban en aquella casa, tanto así que las flores y árboles que estaban frente a las ventanas de los lados, se voltearon sonrojados.
En menos de dos segundos, aparecieron en la cama de Jimin. Yoongi se abrazó del cuello de Jimin atrayendolo más hacia él, por lo que el cuerpo de este comenzó a restregarse con el de Yoongi.
- Ahhh...ah... - jadeos escaparon de la boca de Yoongi, cuando Jimin comenzó a devorar su cuello, mientras Yoongi jaloneaba su cabello.
Jimin fue bajando, mientras habría la camisa de Yoongi, y lamía la piel expuesta. Yoongi se retorcía al sentir la humedad y los dientes de Jimin probar su piel.
- Vamos a coger hasta que me canse, y te confieso que bebí una poción que me ha dado mucha energía.
- Oh... - Yoongi tembló de ansiedad.
**************
- Ahhh...ahhh...ahhh...ahhhhh~
Los gemidos de Yoongi, junto al sonido de la cama chocar con la pared, era como música sonando en aquella habitación.
Jimin lo tenía tomado del cabello mientras lo embestia estando Yoongi en cuatro. La mandíbula de Jimin se mantenía apretada, y su cabello pegado en su frente por el sudor.
El trasero de Yoongi estaba rosado, por las palmadas que le daba Jimin, al igual que sus rodillas por la posición.
Entonces, Jimin dejó el cabello de Yoongi para levantarlo por los hombros y acercarlo a su pecho, quedando los dos de rodillas en medio de la cama.
- Eres delicioso... - le susurró Jimin, mientras lamía su cuello.
Yoongi arqueo su cuerpo cuando Jimin golpeó por infinita vez su punto dulce.
- ¡Ahhh!! - Yoongi recostó su cabeza en el hombro de Jimin, sintiéndose ido por tanta sobre estimulación. - N-no imaginaba que los elfos podían coger a-asii...
Jimin rió, dándole una profunda embestida que hizo delirar aún más a Yoongi, para después soltarlo y hacer que se acostara en la cama para que descanse sus rodillas. Se colocó detrás de él, y doblando una de sus piernas, lo penetró nuevamente.
Yoongi retorció su cuerpo y apretó sus manos en la sábana, la cual estaba más que arrugada y fuera de lugar. Sentir las manos de Jimin recorrer su pecho, y apretar sus muslos, lo hacía sentir irónicamente en otro mundo.
Cada cierto tiempo cambiaban de posición, deleitandose de todas las formas que sus cuerpos hayaban.
El pene de Jimin entraba y salía del agujero de Yoongi, mientras este brincaba sobre él, abriendo más y más sus piernas. Aquello era dolorosamente placentero para Yoongi. Su mirada estaba hacia el techo y sus manos en los muslos de Jimin. Las manos del elfo recorrían y aruñaban el pecho sudado de Yoongi.
- Así, así, así, así.... - susurraba Yoongi, totalmente perdido.
Jimin tiró su cabeza hacia atrás, cuando Yoongi apretó aún más su pene.
- Ahh...aprietame más gatito, más.... - Jimin apretó los muslos de Yoongi abriendo más sus piernas e introduciendo más su miembro.
- ¡Jiminnnnnn!
**************
El reloj marcaba la media noche.
Jimin y Yoongi se encontraban acostados dándose mimos, después de unas largas horas de sexo.
- Mnnm~... - Yoongi mantenía los ojos cerrados, mientras descansaba en el pecho de Jimin, y este acariciaba su cabello. - Si no supiera que bebiste esa poción, de verdad me sorprendería el hecho de que no estés cansado.
- Aún si lo estuviera, si te veo tendido en mi cama sin ropa alguna, encuentro energía donde sea. - ambos rieron.
Yoongi abrió sus ojos, y se levantó levemente, asentando su barbilla en el pectoral de Jimin.
- ¿Desde cuándo tenías ganas de esto? - preguntó Yoongi, acariciando las puntudas orejas de Jimin.
- Desde el primer día que te vi.
Yoongi jadeo sorprendido. - E-esa respuesta no me la esperaba.
Jimin sonrió, dejando un besito en la nariz de Yoongi. - ¿De verdad crees que me acerqué a ti solo porque no eras peligroso? ¿Que te mostré mi hogar por pura amabilidad?
- Oh...- Yoongi se sonrojó.
Jimin rió. - Sí resultaste ser ingenuo. Yoongi, estuviste viniendo aquí algunas veces, te daba indirectas y jamás te diste cuenta.
- Y-yo...no lo noté, perdón - Yoongi sonrió avergonzado. - No creí que tu...un elfo se fijaría en mi, un humano.
- No me importa si eres un humano o cualquier otro ser. Eres hermoso y me encantas, así de simple.
- Dios, que directo... - Yoongi sonrió, y besó los labios de Jimin. - ...a mi también me encantas.
Jimin acostó a Yoongi en la cama, y se colocó encima de él, comenzando a dejar suaves besitos en su cara y pecho, sacándole una tierna risa a Yoongi.
- Me imagino que ya todos deben estar en el bosque para la caza. - dijo Yoongi.
- ¿Te preocupa verdad? - Jimin apartó el cabello de la frente de Yoongi.
- Si, un poco. Papá debe de estar muy molesto conmigo por haberme ido. De seguro me va a regañar hasta la muerte.
Jimin lo observó en silencio unos segundos. - Gatito, ¿y si te quedas a vivir conmigo?
Tantas veces Jimin le había dicho eso, pero siempre en "broma", ahora su voz sonaba seria, al igual que su expresión.
- Jimin... - Yoongi acarició sus orejas. - ...yo solo soy un simple humano, no tengo poderes o algo especial como tu o tus amigos...
- Yoongi, ya te dije que eso no me importa.
- Pero...
- Pero nada, si sientes que necesitas si o si tener algo "especial", lo podemos arreglar con magia, pero para mí, así como estás eres más que especial.
Yoongi sonrió, abrazándose al cuello de Jimin. - La verdad es que, yo también quiero quedarme aquí contigo.
- ¿Entonces? No tienes nada que perder. Tu familia siendo tu sangre no te ama más que yo. - Jimin le sonrió, casi rogándole.
Yoongi mordió su labio inferior, resistiendo sus ganas de llorar. - ¿Podría seguir con mi pasatiempo de arco y flecha? - preguntó con un puchero.
- Haré un lugar especial para ti cada que quieras hacer tiro - Jimin tomó a Yoongi más que emocionado, y se levantó con él en sus brazos, quedando sentados en la cama. - ¿Eso es un si?
- ¡Un enorme si!
Jimin plantó un gran beso en los labios de Yoongi, para después quedarse con sus frentes juntas.
- Gracias, gracias, gracias... - apretó más su abrazo. - ...si te seguías negando me ibas a obligar a usar un hechizo - ambos rieron.
- Sé que no tengo poderes, pero tendrás que enseñarme a usar tus pociones.
- Lo que tu quieras, mi gatito con botas...
Mucho tiempo después, gracias a un hechizo de Jimin, pudieron cumplir su sueño de ser padres. El embarazo fue una inolvidable experiencia para Yoongi, pero tuvo la ayuda de su pareja, los árboles y flores, y de los amigos de Jimin.
Ahora, tiene un pequeño elfo llamado Sug, quien nació en un fin de año.
F I N
Espero que les haya gustado esta historia, que es mi especial de fin de año.