-Llama y di que estás enfermo.
Déjà vu. Ellos habían tenido esa conversación unas noches antes.
-No.
Judo gruñó poniéndose cómodo sobre su espaldas entre las sábanas de la cama de Fluke.
Fluke sonrió mientras se vestía. No podía evitarlo. Incluso aunque ellos no habían tenido sexo, despertar en los brazos de Judo esa mañana lo tenía de buen humor. No podía decirle eso a Judo pero estaba tentado en hacer lo que le pedía. Aún seguía cansado y dormir se oía realmente bien, especialmente con Judo acostado casi desnudo en su cama. Pero había la posibilidad de que alguien lo viera en el espectáculo de esa noche. Las chicas de la oficina y algunos profesores estaban emocionados con eso.
La voz que venía de entre los edredones era sorprendentemente clara.
-¿A qué hora llegarás al club está noche?
-Probablemente alrededor de las ochos.
Judo bajó el edredón lo suficiente para mostrar su cara. La estática tenía su pelo en ángulos extraños.
-¿Podrías llegar más temprano?
-Quizás. ¿Por qué?
Judo bajó el edredón hasta su cintura.
-Olvidé preguntarte antes. Es un favor para Perth, ¿puedes quedarte cerca de Chimon antes de la actuación?
Fluke se congeló con su camisa a medio abotonar.
-¿Por qué?
-Odia las multitudes y las fiestas. Perth teme que esconda la cabeza y regrese al hotel si alguien no lo vigila.
Fluke se rio.
-Estás bromeando.
-No. Eso ha sucedido antes. Él está mejor pero solo cuando Perth o uno de nosotros está alrededor.- Judo sonrió-. Es hermoso pero en ocasiones es realmente molesto.
Fluke ignoró la punzada de celos al oír que Judo describía a otro hombre como lindo. Primero, ese era Chimon, que estaba más que ocupado. Segundo, Chimon era hermoso. Y tercero, él no tenía razón para estar celoso, después de todo, Judo no era suyo.
Fluke acabó de abrocharse la camisa de camino al cuarto de baño. Lanzó la toalla que había usado a una pila en la esquina.
-Seguro. Puedo quedarme cerca. ¿No le molesta tener niñera?
-Vas a hacer que no parezca que lo estás haciendo- le dijo desde el dormitorio.
-¡Ah! Está bien.- Cogió su cepillo de dientes-. ¿A qué hora me necesitáis?
-¿A las siete?
-Sí, puedo hacerlo.
Se cepilló los dientes y terminó de arreglarse el pelo. Judo seguía acostado cuando regresó al dormitorio.
-¿Te quedarás hoy aquí?
Judo lo miró a los ojos, se veía decadentemente tentador, casi desnudo extendido en la cama de Fluke.
-¿Te molesta?
Parte de Fluke quería correr por su cámara digital para poder recordarlo de esa forma. El artista en él memorizó el pelo desordenado, la perezosa sonrisa y la suave y brillante piel. Mentalmente catalogó las diferentes mezclas de colores que necesitaba para realmente mostrar las intrigantes sombras en el cuerpo de Judo.
Suficiente de eso; tenía que trabajar.
-¿Molestarme? No.- Sacó una corbata de su armario.
Por el rabillo del ojo vio a Judo salir de la cama. El bajista llegó detrás de él mientras se miraba en el espejo de la cómoda, anudando su corbata. Sus miradas se encontraron en el reflejo. El corazón de Fluke se saltó un latido.
-¿Seguro que no vas a llamar para decir que estás enfermo?
-No puedo.
Judo se inclinó y besó el punto entre el cuello y su oreja izqueirda.
-No quieres.
-Es lo mismo.
Judo levantó la cabeza y miró de nuevo a Fluke a los ojos en el reflejo. Toda ligereza se había ido de esa cara, esos oscuros ojos brillaban con intenciones.
-Hey...
Fluke esperó pero la oración se detuvo ahí. Arqueó una ceja.
-¿Hey?
Pensamientos peligrosos cruzaban la cara de Judo pero Fluke no podía describir ninguno de ellos. Finalmente, Judo sonrió. Colocó sus manos sobre los hombros de Fluke y lo giró dentro de un abrazo.
-Nada.
El beso que Judo le dio a Fluke en los labios prometía que el pene de Fluke se moviera de nuevo si él no lo mantenía en línea. No fue particularmente caliente o demandante pero era dolorosamente dulce e hizo que Fluke quisiera acurrucarse con Judo y solo besarse de esa forma por horas.
Pero él no podía hacerlo. Se apartó.
-Tengo que ir a trabajar.
-Si tú lo dices.
-Judo.
La estrella de rock suspiró y lo liberó. De nuevo, se veía como si estuviera pensando en algo pero él no dijo nada mientras seguía a Fluke por las escaleras. Judo lo vio coger sus cosas sin un comentario pero tiro de él a otro abrazo antes de que pudiera abrir la puerta.
Judo se apartó y pasó sus dedos por la mandíbula de Fluke.
-Te veré esta noche en el club.
Fluke sonrió y le dio un rápido beso.
-Sí. Nos veremos ahí. Cierra cuando te vayas.
Fluke se fue al trabajo confundido. Confundido por sus reacciones. Confundido por lo que parecía que sucedía y no podía estar sucediendo.
-¿No deberías estar en tu luna de miel?
Ireshi sonrió a Chimon.
-Aún no.- Ella había hablado más alto que de costumbre a causa de la música que llenaba el club. La conversación era posible donde ellos se encontraban pero su voz tenía que tener el volumen más alto-. Nos iremos mañana.
Chimón se inclinó sobre la mesa, apoyando su mentón en su puño. La camisa de seda verde limón brillaba con la tenue luz de las velas y las luces multicolores en la pista de baile detrás de él.
-¿Por qué el retraso?
Ireshi se encogió de hombros, haciendo que su vestido rojo brillara con la luz.
-Solo porque se ajusta mejor con nuestras finanzas.- Ella movió sus pestañas hacia él-. No podemos costearnos un viaje extravagante como el que tú y Perth hicieron al Caribe.
Fluke no pudo verlo bien con la tenue luz pero estaba seguro de que Chimon se había ruborizado. El hombre era adorable. Era fácil ver por qué había caído Perth por él.
-¡Ja!- Fluke llegó al rescate de Chimon-. Un viaje al Caribe es poca compensación por aguantar a Perth.
Chimon giró sus ojos hacia Fluke, claramente listo para defender a su marido. Su preocupación se evaporó cuando Fluke le dio una gran sonrisa y un guiño.
-Sí. Eso es difícil.
Ireshi se rio y se acurrucó más cerca de su nuevo marido.
-Oh, nosotros sabemos sobre eso- le sonrió a Fluke-, Perth nos molestó por años.
Ellos estaban en una pequeña mesa en un área restringida del Kongtek. El lugar estaba lleno, más de lo usual. La actuación de los Orot Sawan no había sido publicitada pero la información boca a boca ciertamente había tenido éxito.
Los Orot Sawan habían invitado para ver la actuación a todo su club de fans original que estaban en una área restringida con pases VIP. A los VIP se les permitió el área del segundo bar que estaba acordonado. Había también algunas otras mesas en el área, aunque la mayoría habían sido empujadas hacia la pared para permitir mayor espacio. Toda el área del piso principal permitía la vista del escenario sin obstrucciones sobre las cabezas de la concurrencia.
Por centésima vez, Chimon miró hacia el escenario. Todo el equipo estaba instalado pero la banda aún no aparecía.
-Desearía que ellos empezaran ya con esto.
Fluke sonrió. Él llegó a las siete, antes de que el lugar estuviera abierto, y se encontró con la banda tras el escenario. En ese momento, Chimon estaba bien pero él estaba entre un grupo de gente con la que se sentía cómodo. Cuando Fluke y Chimon se habían apartado para dar a la banda tiempo para prepararse, Fluke vio por qué Perth le había pedido el favor. Chimon no era exactamente feliz entre la multitud del club.
-¿Qué sucede Chimon? ¿Aún no te acostumbras a todo esto?
Chimon giró los ojos.
-No.- Le dio un trago a su bebida-. ¿Alguien podría acostumbrarse a esto?
-¡Seguro! Perth, Judo, First, Krist...
-Ellos no cuentas. Están locos. Cada uno de ellos.
-Bueno...- Fluke asintió señalando hacia el delgado anillo dorado en el dedo anular izquierdo de Chimon.- Tú te ataste a uno de ellos.
Chimon miró el anillo. Él tenía realmente una hermosa sonrisa en su cara.
-Sí, lo hice.
<<Hombre, él realmente lo ama.>>
Chimon se giró hacia él.
-¿Qué acerca de ti y Judo?
-Uh...
Chimon inclinó la cabeza a un lado, estudiando a Fluke. Él se ruborizó y alejó la mirada, tomándose la mitad de su bebida de un trago.
Fluke volvió a mirarlo cuando Chimon palmeó su brazo.
-Está bien. Sé lo que se siente.