Castillo Montés (COMPLETA)

By XimenaToran

1.1K 182 14

Aimeé Montés es entrevistada por sus reconocidas pinturas, sin embargo durante la entrevista revelará los gra... More

Me presento
Prólogo
Capítulo I
Capítulo II
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo V
Capítulo VI
Capitulo VII
Capítulo VIII
Capítulo X
Capítulo XI
Capítulo XII
Capítulo XIII
Capítulo XIV
Capítulo XV
Capítulo XVI
Capítulo XVII
Capítulo XVIII
Capítulo XIX
Epílogo

Capítulo IX

28 7 0
By XimenaToran

—¿Qué pasó después?

—Tuve que seguir lidiando con el resto de familiares y amigos que seguían hospedados en el Castillo. Entre ellos estaba mi tía Sofía, aunque ella era la única que no representaba una molestia, no en comparación con Luis y su familia de la cuál aún no podía deshacerme. Mi tía Sofía era un vieja muy elegante y muy sola, después de enviudar, siempre vistió de negro y usaba un bastón de mango dorado. Su mayor pena fue que nunca pudo ser madre. Fue criticada y señalada por eso durante años, por todo mundo, incluso por su marido quien sí tuvo hijos bastardos que nunca reconoció, o al menos eso decían las malas lenguas. A mí me caía muy bien, nunca forzaba una plática, podía pasar la hora del té en perfecto silencio sin que fuera incómodo, a veces creía que algo nos unía, la tristeza tal vez.

—Acompañame mi querida Aimeé—pidió mientras me conducía lejos del gentío. Luego me senté a lado de ella, y colocó su huesuda mano, con aquel gran anillo que adornaba su dedo anular en mi rodilla—No te preguntaré como estás, porque sería una estupidez. Sin embargo, no quiere decir que no me importe, por lo tanto te tengo una propuesta.

—¿Cuál?

—Una invitación para vivir conmigo en París.

—¿París? —repetí e inmediatamente recordé la visión de mi madre, advirtiendome salir del Castillo —No...no sé qué decir.

—Es una respuesta sencilla, sí o no.

—Es que...

—¿Qué te detiene Aimeé? Siempre me has dicho lo mucho que te gustaría vivir allá.

—Lo sé, siempre he querido eso, pero...

—¿Por qué no aceptaste? —me pregunta confundida Ximena.

—Porque...me dió miedo abandonar el Castillo, supongo que a veces lo que más anhelamos es a lo que más tememos, y eso es lo que nos impide tenerlo. Que cruel paradoja ¿no? Además no podía sacar de mi cabeza la alucinación que tuve de mi madre, la que me decía que saliera del Castillo, porque eso era algo que ella jamás me pediría y porque por primera vez sentí que debía hacer algo importante en el Castillo, no sabía qué cosa, ni porque lo sentía, una corazonada lo llaman.

—Lo comprendo, respeto tu luto—dijo mi tía—la propuesta está abierta para cuando tú quieras. Confío en que Lily sabrá cuidar de ti como siempre lo ha hecho.

—Gracias tía.

—Una cosa más, tengo un obsequio para ti.

—¿Para mí?

—Un símbolo de esperanza—dijo al entregarme un hermoso broche de ropa, era un lindo pajarito.

—Es precioso, gracias.

—Me alegra que te guste, hace años una persona muy especial me lo dió, y después me casé. Yo te lo doy a ti porque eres especial para mí y tal vez algún día se lo des a alguien especial para ti. Sé que has perdido mucho Aimeé, pero estoy segura que tienes mucho por ganar y que algún día sanaras y serás libre como las aves.

—¿Y si no? ¿Y si estoy maldita o condenada a la desdicha?

—Eres muy joven para que tú vida ya esté determinada cariño—le sonreí en agradecimiento—Debo irme, suerte y te estaré esperando para cuando gustes.

—¿Y qué pasó con Luis?

—¿Qué con él?

—Lo mencionaste

—Ah cierto, Luis, después de despedir a mi tía lo encontré en el jardín.

—Aimeé ¿Podemos hablar?

—No.

—Aimeé ¿Qué pasó con tus modales?

—¿No te enteraste Luis? Desde la muerte de mis padres se me autorizó ser tan insoportable como quiera. Si fuera tu me mantendría lejos.

—Y yo que venía a proponerte lo contrario.

—Dices puras estupideces—dije caminando, tratando de ignorarlo, pero el idiota caminaba rápido y me alcanzó.

—Solo escúchame un minuto. Deseo ayudarte.

—¿Con qué?

—Verás, el plan era que después de la muerte de tus padres la responsabilidad del Castillo caía sobre Bárbara que a su vez caía sobre su esposo, ese iba a ser yo. Pero desafortunadamente Bárbara tampoco está, así que ahora tu eres la única heredera y toda la responsabilidad cae sobre ti—hasta ese momento no me había preocupado quien se haría cargo del Castillo— pero yo sé que para una mujer manejar un negocio tan grande puede ser muy complicado, sobre todo cuando nunca se le instruyó cómo. Yo me ofrezco a ayudarte como lo iba a hacer con Bárbara con la bendición de tus padres.

—¿Me estás pidiendo que me casé contigo?

—De una manera informal, si lo deseas luego puedo hacerlo más romántico.

—Tu y yo nos odiamos.

—Yo no te odio Aimeé, solo creo que eres muy...testaruda, seguro puedo hacerte cambiar con el tiempo.

—¿Cómo puedes pedirme eso? Hasta hace unos días eras el novio de mi hermana, se supone que la amabas.

—Lo hacía, de verdad. Digamos que lo hago en su memoria. Digamos que es un favor para ti en su memoria.

—¿Favor?

—Sí, recuerdo el drama entre tu primo, ese sirviente y tú, para que veas que no soy tan imbécil como crees, no me importa que estés...usada.

—Usadas tus botas, imbécil. Jamás me casaría contigo, primero muerta.

—Entonces te recomiendo que busques a otro pretendiente, si es que encuentras uno, porque el Consejo se reunirá para discutir ese asunto y de todas maneras te eligirán un esposo o subastarán el Castillo al mejor postor. Piénsalo.

—¿Qué hiciste?

—Busque con desesperación a Lily.

—Lily, Lily tienes que ayudarme.

—Claro Aimeé ¿Qué necesitas?

—No me quiero casar con Luis y no quiero que su familia posea el Castillo.

—Entiendo, cálmate y siéntate.

—Luis acaba de pedirme matrimonio ¿Puedes creerlo? Dice que sí no consigo marido que me ayude a administrar el Castillo, lo hará alguien del Consejo y probablemente sea su padre. ¿Por qué no luces sorprendida?

—Porque no lo estoy. El compromiso entre Bárbara y Luis era solo un negocio más, es obvio que iban a buscar como mantener el Castillo y los negocios a flote. Pero el Consejo no va a permitir que una joven de 16 años se haga cargo del Castillo, no significa que te lo van a quitar, solo que podrás decidir sobre él hasta la mayoría de edad.

—Así que soy lo bastante joven para no poder responsabilizarme de un Castillo, pero sí lo suficiente para casarme.

—No te preocupes, tengo una idea.

—Lo que sea, lo haré.

—Tienes dos opciones, elegir tú a un esposo de tu agrado o que al menos no te desagrade tanto, o si eliges un tutor que te represente ante el Consejo y legalmente, no tendrás que casarte, ni hacerte cargo del Castillo, al menos hasta tu mayoría de edad.

—Eso es grandioso ¿Cómo no lo había pensado?

—Pensé que podría ser tu tía Sofía ya que la aprecias mucho.

—No, ella vive en París y no creo que pueda venir, además es mucho pedir...Lily me gustaría que fueras tú.

—¿Yo?

—Sí, no confío en nadie más y toda tu vida has vivido aquí, conoces el Castillo y su administración mejor que nadie. Sé que es mucho pedir y entenderé si te niegas, pero...

—Será un honor ser tu tutor, siempre deseé que fueras mi hija, ahora lo serás aunque solo sea legalmente—dijo con lágrimas en sus ojos.

—Muchas gracias Lily—le dije y luego la abracé.

—¿Qué pasó después?

—Citamos al Consejo.

—Muchas gracias a todos por asistir a esta junta, sobre todo con tan poco tiempo de notificación, pero sé que están ansiosos por decidir quién se hará cargo del Castillo de mi familia. Bueno debo informarles que firme con el notario, el señor Jiménez aquí presente a mi nuevo tutor Lily Pérez, ella me representará en múltiples asuntos incluyendo todos y cada una de las decisiones del Castillo. Como accionista mayoritaria y única heredera, dejó el Castillo en manos de mi tutor, no hay decisión que se tome sin el consentimiento de ella, ni opinión que valga más que la de ella.

—¿Pero no es ella la que nos trae el café en cada junta?

—Se acostumbrará a qué lo haga alguien más señor Medina, porque de ahora en adelante ella es la cabeza de este consejo. Denle un fuerte aplauso al primer miembro femenino del Consejo, ya hacía falta—pedí, pero nadie aplaudió solo se miraban unos a otros enojados, inconformes.

—No escuché el aplauso,

¿Luis no te alegra la notícia? Solucione nuestro problema, de nada—la familia de Luis comenzó a aplaudir de mala gana y después de ellos, los demás y la junta terminó.

—¿Te crees muy lista? Lily no va a poder manejar el Castillo, lo llevará a la ruina y con este a todos nosotros—me dijo Luis cuando salimos del despacho de mi padre.

—Pues yo creo que hará un excelente trabajo y que es lo que todos temen, que una mujer, una simple criada como la llamabas pueda hacer mejor el trabajo que todos ustedes juntos.

—¿Qué pasó con el trato de tu familia y la mía?

—Sobre mi cadáver tú o tu familia poseerán mi Castillo.

—Eso se puede solucionar.

—¿Es una amenaza?

—Por supuesto que no ex cuñada, solo un recordatorio que has colmado mi paciencia y que le digas a Lily que esté al pendiente porque al menor error y cuando menos lo esperé le quitaremos el poder sobre el Castillo y eso sí es una amenaza.

—¿Qué pasó después?

—La noche llegó.

—No pensé que dijeras en serio lo de ser mi sombra—dije ya acostada en mi cama, Alessandro acomodaba unos cojines en el sofá frente a mi cama.

—Pues ya ves que sí—dijo sentándose—Ahora dime ¿Quieres un cuento para dormir?

—Sería agradable.

—Que lástima que no me sepa ninguno.

—Buenas noches Alessandro.

—Descansa Aimeé—dijo acomodándose en mi sofá. Cerré mis ojos y fingí estar dormida, pensé que así lograría conciliar el sueño, pero era muy difícil sabiendo que Alessandro estaba ahí, a unos pasos de mi. Ya había acabado de contar en mi mente todos los rebaños del pueblo y me pregunté si Alessandro ya estaba dormido¿Cómo se vería dormido? ¿Su ceño se relajaría? Me permite abrir los ojos para averiguarlo. Cuando los abrí Alessandro no estaba en el sillón. Estaba parado en la ventana mirando por la misma, no llevaba camisa y la luz de la luna junto la oscuridad de mi alcoba dibujan perfecto su espalda y brazos. Debió sentir que lo veían pues dejó la ventana para darse vuelta, me sonrió de una manera muy peculiar, no era coqueto, ni tímido, ni burlesco, era una sonrisa diferente a la de siempre un nuevo Alessandro .

—¿No puedes dormir? —pregunté.

—Tu sillón no es tan cómodo como imaginé. ¿Y tú?

—No, hay un extraño en mi alcoba.

—¡Auch! extraño— no respondí nada, después de unos segundos de silencio sugerí

—En mi cama hay suficiente espacio para dos—Alessandro no respondió nada, me miró a los ojos como en la busca de algo y luego caminó hacia mi cama para acostarse a mi lado, por encima de las colchas de seda.

—Un caballero no debería estar acostado en tu cama, menos sin su camisa puesta—dijo.

—Que suerte que no eres un caballero—dije con una sonrisa, nos miramos unos segundos en silencio, analicé su rostro, su ceño que por fin parecía relajado, sus densas cejas, sus hermosos ojos azules su definida mandíbula y sus labios ¿Serían tan suaves como se veían? Mis ojos bajaron hasta su pecho, su abdomen y sus brazos, todos cubiertos por tatuajes. Me obligué a dar un cuarto de vuelta, desviando la mirada, viendo ahora el techo, sintiendo el subir y bajar de mi pecho, como si el aire se volviera denso, difícil de respirar. Sabía que Alessandro me observaba, de la misma forma en que yo lo había hecho y me pregunté si a él también le gustaba lo que veía. Alessandro estiró su brazo llegando hasta mi otro costado, como si envolviera mi cintura, y entonces mi respiración paró, tomó un poco del edredón y me cobijó.

—Buenas noches Aimeé—luego recogió su brazo y cerró sus ojos para dormir. Y entonces exhale el aire que había estado reteniendo.



NOTA DE LA AUTORA

Muchas gracias por leer, votar y comentar. Me motivas a continuar con este proyecto. Espero te este encantando :)

Ximena Toran

Continue Reading

You'll Also Like

317 60 41
En el despiadado mundo de la mafia, donde el poder y la traición se entrelazan en una danza peligrosa, Reina de Acero narra la apasionante historia d...
35.2K 2.4K 33
La vida escolar de Dante es normal y tranquila hasta que gracias a una fatídica notita en clase de matemáticas, descubre que Karina, la niña apocada...
653K 69.1K 62
Las cosas no pueden acabar así, ¿no?. Este es un nuevo comienzo pero aunque una de las partes se niegue, por una situación u otra siempre acaban invo...
9.6K 805 16
"La consumición de unos ojos grises" Cuando decidí regresar, en mis planes no estaba el enamorarme de una mente perturbada, pero se cuenta que el fut...