___________ caminaba por su habitación con cierta duda, pues en la navidad con los Weasley, sin querer había escuchado como Harry le contaba al señor Weasley y a su padre lo que había escuchado al salir tras Draco y Snape, sobre el hecho de que Snape había hecho un juramento inquebrantable con Narcissa Malfoy para ayudar a Draco en su misión.
Necesitaba saber que ocurría realmente, no podía abandonar a su mejor amigo cuando ha notando que tan mal se la ha estado pasando; lo había visto más cansado, deprimido, incluso le iba mal en clases.
Mordió su labio inferior nerviosa, tenía un plan, pero no sabe si daría un buen resultado.
—¿Kreacher? —dijo el nombre del elfo doméstico que pertenecía a los Black.
Por un segundo pensó que no vendría, que solo seguiría órdenes de un Black, pero no quería Regulus supiera, no quería meterlo en más problemas después de haber golpeado a Draco.
El elfo apareció frente a ella, haciéndole una reverencia exagerada, tal parece que le alegraba verla.
—Kreacher a venido a su llamado, señorita __________ —la miró—. Kreacher está en disposición de la hija de Charlotte Manson y la novia del amo Regulus Black.
—Gracias, Kreacher —sonrió un poco—. Necesito un favor y esto deberá quedarse entre nosotros. No queremos que Regulus se involucre y pueda llegar a resultar herido, ¿o si?
—Por supuesto que no —respondió un poco alterado—. Kreacher debe de cuidar de ambos.
La castaña nunca había pisado la Mansión Malfoy, no hasta ahora. Kreacher la había llevado en tan solo segundos, donde le había indicado donde estaban las habitaciones y que tuviera cuidado de encontrarse a Bellatrix Lestrange; la chica estaba tentada a ir a buscar a esa mujer, hacerla pagar por lo que le hizo sufrir, pero ahora no era tan importante, Draco lo era.
Contó las puertas, Kreacher le había dicho cuál era, pero estaba nerviosa de equivocarse y encontrar a alguien que no fuera.
Llego hasta la habitación de Draco, notando su chimenea seguía encendida.
Con cierta timidez toco la puerta, escuchando a alguien moverse ahí adentro, pero no abrieron.
—No estoy de humor, mamá —lo escuchó hablar. Así que volvió a tocar—. Mamá, en serio, no estoy... —siguió diciendo hasta que abrió la puerta—. ___________ —murmuró sorprendido al verla ahí.
El rubio-platinado miró a ambos lados del pasillo de forma rápida, tomando el brazo de su amiga y metiéndola a su habitación, para después cerrar la puerta asustado de verla ahí.
—¿Cómo... cómo entraste? —preguntó sorprendido.
—Es una historia algo interesante —respondió nerviosa por el hecho de volver a hablarse—. Solo necesitaba verte y saber si estabas bien. ¿Lo estás? —ambos se miraron a los ojos.
—Lo estoy —respondió evitando hacer contacto visual y se alejó de ella.
—No te creo.
—Pues debes —dijo cortante—. Y deberías de irte antes de que alguien se de cuenta de tu presencia —la miró—. No podría soportar si alguien te hiciera daño —murmuró triste.
_____________ sintió que su corazón se rompía al escucharlo de esa forma; ver a Draco era ver a un niño indefenso que no sabía que hacía, pero lo hacía porque estaba obligado.
—¿Qué sucede, Draco? —preguntó con voz suave y acercándose a él—. Quiero ayudarte.
Cuando estuvo frente al chico, llevo una de sus manos a su mejilla, acariciandola mientras Draco disfrutaba de la cálida y suave mano de su amiga. La había extrañado tanto. El no tenerla a su lado era una gran tortura, no tenía a su otra mitad a su lado, alguien que lo escuchara, tratara de entenderlo, lo ayudará a salir de ahí.
—Ay, Thea —murmuró abriendo los ojos mientras algunas lágrimas salían—. Todo es un caos.
Y cuando menos lo pensó, estaba en los brazos de la castaña llorando. Ella lo abrazó con demasiada fuerza mientras se sentaban en el suelo; sabía que Draco solo estaba aparentando ser fuerte, pero solo era otro adolescente más.
Dejo que se desahogara, mientras acariciaba su cabello con ternura. No lo iba a obligar a hablar, porque lo que ahora mismo necesito Draco Malfoy, solo era una compañía, alguien que no lo fuera a dejar aún así él creía que era una persona mala.
Se habían quedado por una hora en silencio, Draco estaba acostado en el suelo, con una cobija que la chica le había puesto, y sobre sus piernas estaba la cabeza del rubio.
—Draco —hablo la chica por fin, mientras le seguía haciendo mimos en su cabello y miraba la chimenea que tenía poco fuego—, ¿qué está ocurriendo? Quiero ayudarte.
El chico temblo un poco, tenía miedo, no quería involucrarla, a la persona, aparte de su madre, que quiere tener a salvo; no quería meterla en aquella mierda.
—Si te lo cuento —murmuro aún acostado en posición fetal—, ¿aún estarías conmigo? ¿No me dejarías sabiendo que soy una mala persona?
—Nunca lo haría —le aseguró.
Draco soltó un suspiró y se levantó del suelo, sentándose al lado de su amiga, pero no la miraba a ella, miraba el fuego que empezaba apagarse.
—Tengo que hacer una cosa —confeso en voz baja—. Algo que si no lo hago bien... me matará —la miró, en su mirada se veía todo el miedo.
—¿Qué tienes que hacer exactamente? —preguntó con temor a lo que diría.
—Debo... —empezó a temblar más su voz—. Debo... —bajo la mirada—. Debo matar a Dumbledore.
___________ trago en seco al escuchar aquello, mientras todas la ideas que Harry tenía sobre Draco empezaba a tener sentido. Lo miró, pero el rubio no quería mirarla, no quería que lo mirara decepcionada o le empezara a tener miedo. De todos, no iba a soportar que ella lo mirara diferente.
—¿Por eso me alejaste?
—No quiero que te hagan daño —por fin la miró—. Odiaría que alguien lo hiciera. Ya empezaste perdiendo a tu madre. Yo no podría soportar si yo te pierdo a ti.
La miraba con cierta desesperación, mientras ella lo miraba con cierta calma, que tranquilizaba a Draco un poco, porque ahora estaba seguro que su mejor amiga no lo veía como un monstruo.
—Creí que era obvio que yo sabía defenderme —tomo su mano con cariño—. Draco, no estas solo, yo no te dejaré solo.
—¿A qué te refieres? —la miró asustado.
—Yo... —trago saliva, estaba apunto de traicionar a todos—. Yo... intentaré ayudarte.
—¡¿Qué?! —hablo sorprendido Draco—. No, ni siquiera lo haz pensando con claridad —se levantó del suelo, al igual que ella—. Meterte sería un completo suicido y no te dejaré.
—Draco —dijo ella con calma—, ¿tú crees que yo no pensé que si tú estabas haciendo algo mal o no? —se miraron—. Tú lo dijiste, ya perdí a mi madre, una de las personas que más amaba, ¿crees que estoy preparada para querer perder a otra?
Regulus llevaba en la habitación de _____________ desde hace tres horas, ella no se encontraba ahí y no quería alertar a Sirius y Remus, aún no; esperaba que ella apareciera en cualquier momento.
Suspiró frustrado, todo empezaba a salirse de las manos, sobre todo porque parecía que los detalles que había vivido antes, empezaban a borrarse, como si todo empezará a cambiar y empezara a navegar por un mar sin un mapa. Ahora no entendía exactamente que ocurría, si seguiría todo en marcha como antes o si cambió las cosas por las decisiones, aunque fueran pequeñas, que él había alterado.
Se asusto un poco cuando la chica apareció en su habitación junto con Kreacher, que al ver a Regulus, no tardo en hacerle una reverencia.
—Kreacher a traído de regreso sana y salva a la señorita Lupin —le aviso—. Kreacher cuido que no le ocurriera nada.
—Gracias, Kreacher —le dijo Regulus, haciendo que el elfo se emocionara—. Regresa a Hogwarts y no digas nada de esto.
—Como usted me indique, joven Regulus. Kreacher no dirá nada.
Le hizo una reverencia y luego a la chica, para desaparecer.
____________ miró a Regulus, en su rostro se podía ver preocupación y molestia; estaba apunto de explicarle donde había ido, pero se sorprendió cuando él fue abrazarla.
—Pensé que algo te había ocurrido —le murmuro—. Estaba pensando en salir con mi varita y buscarte por todo el mundo magico.
—Estoy bien —respondió ella y lo abrazo—. Lamento si no te avise, pero si lo hacía, tal vez no me dejarás ir.
—¿Adonde fuiste? —pregunto mientras se separaban.
—Fui a ver a Draco —respondió evitando su mirada—. Sé que tú y él no están en buenos termino, pero Draco necesita ayuda —dijo rápido.
—¿Y por qué simplemente no lo pide? —hablo con cierta frialdad, seguía sin perdonarlo por la forma en que le había hablado a __________.
—Es más complicado de lo que crees —se suspiro y sentó en la cama, Regulus la siguió—. Voldemort lo mando hacer algo que Draco jamás haría.
—¿Qué te dijo? —preguntó fingiendo interés, sabía perfectamente lo que tenía que hacer, más estaba sorprendido porque se lo contó.
—Tiene que asesinar a Dumbledore —respondió en un murmuró—. Está muy asustado, Regulus —lo miró a los ojos—. El plan no le esta saliendo como él pensaba. Stanley incluso lo empezó a ayudar, pero no sale.
—¿Por qué esta involucrado Stanley? —preguntó desconcertado.
—Ambos... A ambos le pusieron la marca tenebrosa en vacaciones.
Regulus se sorprendió; sabía que su primo la tenía, que incluso evitaba a toda costa enseñarla, pero, ¿Stanley? ¿En que momento había sucedido eso?
—De acuerdo —murmuró Regulus mientras pensaba unos segundos—. Le diremos a la Orden que les ayude. Después de todo el padre de Stanley está en ella...
—Asesinaron a su padre hace unos días —menciono con tristeza—. ¿De verdad crees que la Orden ayudara?
—¿Tú no lo crees? —pregunto con cierta incredulidad—. Nuestros padres están ella.
—Y a mi padre lo mando a ir a vivir con una manada de hombres lobos —escupió enojada—. A tu padre lo mandan cada vez más cerca de los mortifagos, como si fuera una ofrenda para matarlo.
El chico se quedo callado, tenía razón, es como si Dumbledore a veces olvidará de todos los riesgos que vivían los miembros de la Orden del Fénix, aunque todos ellos estén de acuerdo en poner su vida en riesgo, solo para que el mundo mágico vuelva a tener su normalidad, ¿pero a que costo?
—¿Qué haremos? —la miró a los ojos, aunque ella los evito.
—Yo... —suspiró y lo miró—. Le ofrecí a Draco mi ayuda.
—¿Ayudarás a matar a Dumbledore? —preguntó con cierto terror.
—No exactamente —hizo una mueca—. Draco necesita arreglar algo...
—Para matarlo.
—Yo sé que esta mal —se levanto de su cama—. Pensarás que estoy traicionando el lado bueno, pero sinceramente cada quien tiene el suyo —suspiro frustrada—. Yo tengo el mío, y no es ninguno de los dos que ya existe; es el mío es donde haré todo para que las personas que amo estén a salvo. Aún si yo tengo que arriesgarme, no los dejaré que les ocurra algo.
Regulus la miró unos segundos de forma intensa; quería sonreír, pues era como si estuviera mirando a su esposa, el como defendía todo en lo que ella creía, a los suyos, la que haría lo imposible para que ellos estuviera bien, aun si tuviera que pasar sobre ella, pero no dejaría que lo hicieran.
Pensó unos segundos sobre su conversación con Dumbledore, sobre si él le pidiera que ayudara a Draco, ¿lo haría? Tal vez semanas atrás pensó que era una locura, una estupidez, pero empezaba a creer que incluso todo aquello parecía ser parte del plan de Dumbledore.
Se levantó de la cama, bajo la mira de ____________, que por un momento pensó que Regulus abandonaría su habitación; no lo culparía, todo aquello era una locura y si lo ponían en los ojos de los demás, una traición. Pero Regulus hizo lo contrarío, fue rumbo a ella y le dio un pequeño beso en los labios, sorprendiéndola.
—No te dejaré sola, «mon amore» —la miró a los ojos—. Yo también los ayudaré —dijo seguro.
—No tienes que hacerlo...
—Cariño —acaricio su mejilla—, debes de entender que cuando tú me aceptaste a tu lado, estaría contigo en todo, no me importa que tan peligroso sea. Jamás, escúchalo bien, yo jamás te dejaré sola
—No me gustaría que algo te pasara a ti —murmuró con miedo—. Iríamos contra todos.
—Y lo haremos juntos —beso su frente—. Te lo repito, todo lo que tú me pidas yo te lo daré, intentare con todas mis fuerzas hacerlo.
Ella sonrió un poco, no sabía como fue el momento que Regulus se había convertido en su persona, el como llegaron a estar juntos o incluso como pudo caer en sus encantos, pero si de algo estaba segura, es que también haría lo que fuera por él. TODO.