Dos días después...
—Por los dioses—jadeo cuando entro al salón y me encuentro con los dos pequeños Lannister que el ejército de los Tully , la parte del tío de Robb, tomó como rehenes
—Tráiganlos—ordena Robb, con una voz tan tensa y enojada que me hace estremecer
Su tío, Blackfish, sale y autoriza a los hombres a entrar. Lo que permite que ellos traigan a Lord Kastark y los hombres que lo apoyaron en esta locura.
—¿Son todos ellos?—cuestiona Robb y su tío asiente—. ¿Les tomó a cinco asesinar a escuderos desarmados?
—No asesinato, majestad—dice el Lord—. Venganza.
Por dios, niños asesinados como venganza a su familia. Esto no es correcto viéndolo desde ningún punto y ahora Robb no se encuentra en una buena situación. «Joder»
—¿Venganza? Estos niños no mataron a tus hijos. Vi a Harrion morir en el campo de batalla y Thorren...
—Fue asesinado por el mata reyes—lo interrumpe—. Eran parientes.
—¡Eran niños!—le grita Robb y aprieto su brazo con suavidad—. Míralos —le exige
—Que tu madre los mire—alega—. Ella los asesinó tanto como yo.
—Mi madre no tuvo que ver con esto—Robb se endereza y aprieta sus manos en puños—. Esto fue tu traición.
—Es traición liberar a los enemigos. En la guerra matas a tus enemigos, ¿tu padre no te enseñó eso, niño?
Me tenso.
Brynden Tully le voltea el rostro y lo hace caer con un puñetazo.
—Déjalo—dice mi esposo
—Si, déjame con el rey—Lord Kastark voltea a ver a Brynden—. Quiere regañarme antes de liberarme—se levanta—. Así es como lidian con la traición. El rey en el norte... ¿o debo llamarlo... el rey que perdió el norte?
Me adelanto, la rabia me recorre el cuerpo y no puedo evitarlo cuando le volteo el rostro de una bofetada.
—Lleva a Lord Kastark a los calabozos—ordena Robb ante mi pérdida de control—. Ahorca al resto.
—¡Piedad, señor! ¡Yo no maté a nadie solo cuidaba de los guardias!—suplica uno de los hombres y frunzo el ceño mirándolo con desprecio
—Él solo era el que vigilaba—Robb se acerca y rodea mi cintura con su brazo, echándome un poco hacia atrás—. Ahórcalo al final para que observe a los demás morir.
Arrastran al hombre quien alega que lo obligaron, pero Robb me guía al escritorio al final del salón y parece querer que me siente, pero niego alejándome de su agarre.
—Esto no puede salir de Riverrun—Edmure da un paso al frente—. Eran sobrinos de Tywin Lannister. Los Lannister pagan sus deudas.
—¿Quieres que sea mentiroso además de asesino?—cuestiona Robb
—No será mentir. Los enteramos y guardamos silencio hasta que acabe la guerta.
—No peleo por la justicia si no le sirvo justicia a los asesinos en mis filas—masculla Robb, claramente ofendido—. Sin importar su nobleza, tiene que morir.
—Los Karstark son del norte—habla Lady Catelyn—. No perdonarán la muerte de su Lord.
Tenemos aliados, pero eso no significa que podarnos darnos el lujo de perderlos.
Si bien un castigo severo es adecuado, en este momento no nos conviene.
—Tu madre tiene razón—le digo—. Si haces esto, perderás a los Kartstark y los necesitas para terminar esa guerra.
—Perdona su vida—pide su madre–. Tenlo como rehén.
—Un rehén—su tío asiente—. Dile a los Karstark que siempre que sean leales, no se les hará daño.
***
—Robb...—intento hablar pero me ignora mientras se encamina hacia Lord Kastark, dejando que la lluvia los bañe a ambos.
Va a decapitarlo.
—Rickard Karstark, Lord de Kar Fort—dice—. Aquí, a la vista de los dioses y los hombres, lo sentencio a morir. ¿Dirás tus ultimas palabras?
Esto es un error. Un grave error. Pero él no quiere escucharnos y yo no quiero faltarle el respeto restándole importancia a sus órdenes públicamente.
—¡Mátame y sé maldecido!—le dice con desprecio—. ¡Tú no eres mi rey!
Robb levanta la espada y corta su cabeza, lo que me hace respirar profundo y tragar grueso para no vomitar. «Nunca he visto que decapiten a nadie»
Robb aprieta sus manos en puños, puedo notar que tiembla de rabia y su mandíbula está tan apretada que creo que podría rompérsela.
—Le aconsejo que vaya con él, majestad—murmura Visella—. Missandei y yo nos quedaremos con ser Barristan. No es nuestro lugar estar en medio de lo que pase.
Robb se apresura a caminar dentro, así que ignoro la lluvia y comienzo a seguirlo, ignorando el agua que empapa mi cabello y mi vestido, haciendo que ambos se peguen a mi piel.
—Robb—lo llamo, subiendo las escaleras tras él con el agua goteando por el camino que tomamos
—No ahora, Alyssa—niega y respiro profundo, levantando mi vestido para poder caminar sin tropezar
—Robb, lo que él te dijo...
Se da la vuelta para encararme.
—Lo que él dijo es cierto—sisea—. Perdí el norte. ¿Como me llaman rey después de haber perdido lo que más importaba?
—Te llaman rey porque luchas por tu casa—abre la puerta de nuestra habitación y yo me apresuro a entrar y cerrar detrás de mi—. Si, perdiste el norte, pero tomaste cartas en el asunto y lo recuperaste. Un rey sabe reponerse.
Se queda en silencio, así que me acerco a él y rodeo su m torso con mis brazos, apoyando mi mejilla en su espalda mientras desciendo mis manos por su abdomen.
»Déjame ayudarte a sacar esa rabia que sientes—murmuro—. Déjame ayudar, esposo.
No necesito pedirlo de nuevo. Se da la vuelta y me lleva a la cama.
***
—Los karstark se fueron, casi la mitad de nuestras fuerzas—me dice Robb cuando me remuevo en la cama—. Tywin Lannister sabe qué hacer para ganarnos... nada, solo esperar.
—Es un poco tarde para eso, Robb—me froto los ojos—. Ven a la cama, mañana pensaremos en una forma nueva de tomar delantera a los Lannister.
—¿Qué podemos hacer?—cuestiona—. ¿Atacar King's Landing? Nada le gustaría más. Nos aplastaría.
—No lo haría—suspiro, tomando su capa para cubrirme antes de levantarme de la cama y caminar hacia él, echándole un vistazo al mapa con las piezas de Tyrell y Lannister sobre cada sitio en el que se encuentran—. Tenemos un dragón.
—Cuando reuní a mis Lores teníamos un propósito, una misión. Ahora solo somos niños peleoneros.
—Gracias—ironizo y cierra los ojos, maldiciendo en voz baja—. Es bueno saber que mi esposo solo ve mi causa como un pequeño berrinche.
—No me refiero a eso—niega—. Cuando comenzamos esto el punto era recuperar a mi padre, después era vengarlo y ahora... tú. Pero ¿cuál es la causa del norte, de mi casa?
Los Norteños están aquí porque Robb lo está, eso es algo que todos sabemos. Siguen a su rey, no a mi.
—Su reina—le recuerdo—. Soy tu esposa, Robb, y en el momento en que me casé contigo tomé al norte bajo mi cuidado. ¿No se convirtió mi causa en la tuya?
—Lo hizo—asiente, rodeando mi cintura con su brazo y apoyando la otra en mi mejilla—. Lo siento.
—Eres mi esposo, Robb—le recuerdo—. Dime si este matrimonio se ha vuelto inútil, dime si el Norte ya no va a apoyarme, si lo que harás será rendirte y me iré mañana mismo.
—No, Alyssa—frunce el ceño—. Yo creo en tu causa. Creo que eres la heredera al trono de hierro—besa la esquina de mis labios—. Lo siento.
—Ajá—giro mi rostro para apartarlo de mis labios—. ¿Buscarás disculpas con sexo? Dudo que eso te funcione hoy.
Ríe.
—No, no busco disculpas con sexo—niega—. A menos que eso quiera mi esposa.
—No, no lo quiero—dejo caer la capa y me encamino a la silla junto a la cama para tomar mi vestido—. Iré a ver a Visella mientras tú... no lo sé, buscas algún lugar Lannister que tomar para buscar la causa de tu casa.
Ya que la mía no es suficiente, ya que el norte no va a pelear por mi. Entonces ¿para qué fue este matrimonio? Visella dijo que era buena idea, Varys también lo pensó pero... creo que estaban equivocados.
No se puede tener una alianza con alguien que no lucharía por ti.
—Eso es—dice y ruedo los ojos—. No puedo obligarlos a vernos en el campo, y no puedo atacarlos donde son mas fuertes... pero puedo atacarlos donde no lo son, y Casterly Rock no se puede mover.
—Nadie se atreve a tomar Casterly Rock—mascullo—. ¿Sabes por qué? Porque la maldita montaña es impenetrable. Mejor intenta con Lannisport.
—Necesitaríamos a los Frey y a los Inmaculados.
—¡Robb, joder!—me doy la vuelta y lo miro—. No voy a traer a mis hombres para que mueran haciendo nada. Hasta que no estemos seguros de poder atacar King's Landing, no voy a traer a mis hombres, y debido a que mi esposo no cree en mi causa, dudo que eso sea pronto.
—Aceptaste pelear por el norte—me recuerda
—¿Solo porque si?—niego—. Cuando encuentres esa maldita causa que sea suficiente para ti y tus hombres, pelearé por el norte. Me retiro.
Me encamino a la puerta, anudando mi vestido con manos torpes mientras siento mi cuerpo temblar por el enojo.
No puedo creer que haya pensado en Casterly Rock, parece que solo quiere guerra y nada más.
—Alyssa—me llama, pero lo ignoro saliendo de la recamara