Pov de Becky.
No entendía nada de lo que estaba pasando.
Nam acompañó a los inspectores hasta la puerta y yo tomé a Freen del brazo.
Me dio la sensación de que saldría corriendo en cuanto se fueran.
-¿Babe? -La llamé. -¿Qué fue lo que pasó?
-Aynur. -Respondió.
Noté la molestia en su voz.
En cuanto los inspectores salieron, ella tal y como lo pensé, se movió para irse pero yo ya la tenía agarrada del brazo con fuerza.
-Beck, dame cinco minutos. -Pidió.
Nam regresó corriendo a donde estabamos nosotras.
-¿Qué fue lo que pasó, Freen? -Preguntó.
Freen seguía haciendo fuerza hacia adelante para que la soltara del brazo.
No podía dejar que se fuera así.
Estaba ardiendo en ira y yo lo sabía.
-Nam, ayúdame a levantarme. -Le pedí.
Nam me ayudó despacio y de manera cuidadosa.
Cuando me levanté, rodeé a Freen con mis brazos.
-¿Qué haces? -Preguntó. -Te puedo lastimar sin querer hacerlo.
-Precisamente. -Aseguré. -Si tratas de ir a algún lado, me voy a caer.
Ella suspiró molesta.
-Relájate primero. -Ordené. -Y luego vas a donde tengas que ir.
Por fin vi que su mirada se suavizó de nuevo.
-No voy a ir a ningún lado, te lo prometo. -Aseguró. -Pero siéntate, no quiero que te esfuerces tanto.
Asentí.
Ella me ayudó a sentarme de nuevo.
-Freen... -La llamó Nam. -¿Puedo saber qué fue lo que pasó?
-¿Te acuerdas de Aynur Aydin? -Le recordó.
Nam se quedó pensando unos pocos segundos.
-¿La niñas que te empujó? -Preguntó para comprobar.
Freen asintió.
-Es la directora de finanzas de la empresa de la familia de Becky. -Le hizo saber.
Nam me miró sin entender.
-Pero ya pasó mucho tiempo. -Contestó. -Supongo que ya no es la misma niña molesta de antes.
-Eso le quiso hacer creer. -Agregué. -Pero enseguida noté que no tenía buenas intenciones.
Freen suspiró.
-Pero espera... -Respondió. -¿Qué tiene que ver ella con eso que dijeron de que fuiste agresiva?
Yo tampoco sabía y al igual que Nam, también quería saber.
-Me invitó a un restaurante. -Comentó. -Y dijo un montón de estupideces para provocarme.
Me sentía culpable.
Yo le había dicho a Freen que aceptara su invitación para saber que quería decirle cuando estuvieran las dos a solas.
Había fallado en proteger su corazón.
-Luego me levanté y traté de intimidarla -Dijo. -Quería empujarla por todo lo que me dijo.
-Pero no llegaste a hacerlo, ¿Verdad? -Preguntó Nam.
Freen negó con la cabeza.
-Eso es bueno. -Contestó. -Llamémos a Heng para que nos ayude todo esto. Ahora lo que veo más complicado es lo de el alcohol.
Ella bajó la cabeza.
-Nam, toma el puesto directivo mientras tanto. -Pidió. -No quiero que el orfanato esté en manos de alguien más.
Ella asintió y pasó su mano por su hombro.
Enseguida Freen empezó a caminar hacia la salida.
-¿A dónde vas? -Grité.
Ella se detuvo y giró para mirarme.
-A solicitar una junta para sacarla de tu empresa. -Respondió.
-Espérame. -Le dije.
Ella se quedó esperando hasta que me acercara y empezó a caminar a la misma velocidad de mi silla.
Nos subimos al carro y fuimos a la empresa.
Cuando llegámos, subimos a la oficina de mi hermano para hablar con él.
-Richie, saca a Aynur Aydin de tu empresa. -Fue lo primero que le dijo. -No sé qué intenta hacer pero no es nada bueno.
Richie notó que ella estaba alterada.
-¿Tienes algo que me ayude para poder despedirla? -Cuestionó.
Freen se quedó en silencio.
-Sería despido injustificado de lo contrario. -Agregó. -Y no puedo hacerlo, menos con la situación actual de la empresa.
-Solicita una junta con tu equipo y con ella. -Sugirió. -Para analizar a detalle lo de sus informes. Sé que podemos sacarla si estoy en lo correcto.
Richie accedió y de inmediato bajámos a la sala de juntas.
Me partía el corazón verla tan estresada.
Cuando estábamos a solas, mientras esperábamos a los demás quise saber qué era lo que le había dicho.
-¿Por qué no me quieres decir que fue lo que te dijo para ponerte así? -Pregunté.
-Porque son tonterías, ya te dije. -Contestó.
Puse mi mano sobre la suya.
-¿Dijo algo sobre mí? -Cuestioné.
Ella suspiró y asintió.
-No quiero decirte todo lo que me dijo. -Comentó. -Pero eran cosas sobre que estaba perdiendo mi tiempo contigo y cosas así.
La miré con tristeza.
-Además dijo algo acerca de que yo siempre tenía que ser la perfecta en todo. -Agregó. -Como si se estuviera quejando.
-No dejes que te provoque. -Respondí. -Solo te dice todo eso para dañarte.
Ella sonrió.
Escuchamos que se abrió la puerta mientras seguíamos hablando.
Era Aynur.
-Aww, la pareja del año. -Comentó burlonamente.
Freen volteó a verla molesta.
Le di dos palmadas suaves en la mano para que recordara lo que acababa de decirle.
Enseguida entró Richie con el personal de la empresa y el abogado.
Él venía con un portafolio con los documentos de finanzas desde que ella había entrado a trabajar.
-Nos reunimos porque la señorita Freen asegura que hay inconsistencias acerca de los ingresos, egresos y fondos de la empresa. -Comentó mi hermano.
Ella sonreía sarcásticamente mirando Freen.
-Debe haber un error. -Aseguró. -Llevo meses trabajando aquí y es la primera vez que escucho algo así.
Mi hermano no dijo nada y le pasó los documentos a Freen para que empezara a explicar.
Después de bastante tiempo, al personal tampoco le quedó claro si las inconsistencias eran reales o no.
Mi hermano pidió tiempo y dijo que empezaría un proceso más serio.
-¿Lo ven? No hay nada de que preocuparse. -Dijo Aynur. -Además, ¿Qué autoridad tiene aquí la directora de finanzas de la empresa que es competencia?
Todo el personal intercambió miradas.
-¿Ó solo están confiando ciegamente porque es novia de la dueña? -Soltó.
Me llevé la mano a la cara.
Nadie en la empresa sabía que Freen y yo teníamos una relación. Al menos eso creía.
-Le pido que guarde silencio, por favor. -Comentó mi hermano. -Estamos aquí por cosas de negocios, no por la vida personal de nadie.
-Una disculpa. -Ofreció hipócritamente. -Pensé que todos sabían ya.
Freen tenía la mirada clavada en ella.
-Tal vez la señorita Freen no quería que supieran que salía con una persona con la condición de su novia. -Agregó.
Ni siquiera me dio tiempo de pensar en una respuesta porque Freen le pegó a la mesa con la palma de su mano y con mucha fuerza para después, levantárse de su silla.
Miré a mi hermano preocupada.
Él se levantó enseguida para tratar de suavizar la situación.
Freen se quedó parada enfrente de la silla de Aynur mientras mi hermano la detenía con una mano.
Eso no sería bueno para ella teniendo en cuenta el proceso de investigación que estaba pasando para poder mantener su cargo en el orfanto.
-Sal de aquí. -Ordenó enojada.
Aynur solo sonreía en su silla.
-Relájate, estaba jugando. -Contestó.
Ella quiso tocarle el brazo y Freen la apartó con fuerza.
Me dio miedo la situación.
No sé ni cómo lo hice pero logré pararme de la silla yo sola por primera vez después de meses e incluso, sonteniéndome de la mesa di unos pasos.
-Freen... -La llamé.
Todos voltearon a verme.
Ella aún no me había visto porque estaba concentrada en su ira por Aynur.
Richie le tocó el hombro y me señaló.
Ella volteó a verme.
Era increíble ver como su mirada se había suavizado en un segundo.
-¿Beck? -Preguntó sorprendida.
Dejó de lado a Aynur y vino rápidamente a donde estaba yo.
-¿Pudiste pararte tú sola? -Cuestionó con un tono de voz realmente suave.
No le importó o se le olvidó por completo que estaba el personal de la empresa ahí y que con eso comprobaba que sí estabamos juntas.
Yo asentí.
Ella me tomó delicadamente del brazo y observaba mi rostro conmovida.
Vi que los ojos se le empezaron a llenar de lágrimas.
Aynur cero, yo uno.
La ira de Freen nunca iba a poder superar todo el amor que había en su corazón.
Aynur tenía su vista clavada en mí.
-Será mejor que démos por finalizada la reunión. -Dijo Richie. -Gracias a todos por su presencia y su tiempo.
Noté en las caras de los demás que nadie entendía nada.
Todos se estaban parando y Aynur se quedó en su silla.
Freen volvió a ayudarme a sentarme con cuidado y mi hermano se acercó a mí en cuanto todos habían salido.
-¿Qué sigues haciendo aquí? -Le preguntó Freen.
-Presenciar su momento conmovedor. -Contestó.
Freen volvió a mirarla con ira.
-Retírese, señorita Aynur. -Pidió mi hermano.
-Aún tengo que recoger mis cosas. -Respondió señalando los documentos sobre la mesa.
Freen suspiró molesta.
-Richie, lleva a Freen a que tome aire. -Dije.
-Pero... -Ambos dijeron al mismo tiempo.
-Vayan. -Repetí.
Ambos intercambiaron miradas y asintieron.
Dejaron la sala y yo me quedé a solas con Aynur.
Ella sonreía sarcásticamente mientras recogía sus documentos con una calma gigante.
-¿Sabes? La verdad me siento mal por ti. -Corté el silencio.
-¿Tú por mí? -Preguntó riéndose.
Asentí.
-Es decir, debe ser difícil querer ser como ella y no poder. -Comenté. -También debe ser difícil querer tenerla y tampoco poder.
Dejó de reirse y subió su mirada para verme molesta.
Esta vez, yo fui la que sonrió.
-¿De verdad te crees eso de que ella va a pasar toda su vida contigo? -Preguntó burlonamente.
-No lo creo, lo tengo por seguro. -Corregí. -Y tú también lo sabes por eso es que te mueres de envidia cada vez que nos ves juntas.
Noté que se quedó sin respuestas.
-Y ya que tanto te quejas de que es perfecta en todo... -Agregué. -También es perfecta durante el sexo. Lástima por ti que nunca vas a poder comprobarlo.
Tensó la mandíbula.
Logré molestarla.
-Yo misma voy a hacer que salgas de aquí definitivamente. -Aseguré.
Se levantó con sus documentos y no dijo nada más.
Abrió la puerta y salió.
Freen y Richie entraron enseguida.
Ambos me miraron confundidos.
-¿Todo bien? -Preguntó mi hermano.
-Todo bien. -Confirmé. -¿Nos vamos?
Salimos de ahí y Freen me subió al carro para ir a la casa.
-¿Se atrevió a decirte algo? -Preguntó preocupada.
-Para nada. -Aseguré. -Yo fui la que le dijo todo lo que tenía que decirle.
Ella sonrió.
Se veía agotada.
Puse mi mano sobre la suya que se encontraba reposando en mi pierna.
-¿Estás bien? -Cuestioné.
-Más o menos. -Aceptó. -Estoy preocupada con su presencia y con lo del orfanato pero también estoy feliz de que hayas logrado levantarte tú sola y dar unos cuantos pasos
Sonreí.
-Mañana te llevo a cita con el médico. -Comentó. -Ya ahora sí estás a nada de volver a tu normalidad.
Todo había sido gracias a ella.
Había sido un proceso agotador y terrorífico pero siempre la tuve conmigo.
Hizo todo por hacerme sentir cómoda; gastó miles en consultas y medicinas y además me dedicó todo su tiempo y paciencia. Ella me había demostrado que me amaba cada día, sin falta y me había dejado en claro que estaba conmigo en esto, aunque durara toda la vida.
-Todo gracias a ti. -Contesté.
Ella quitó la vista del camino y volteó a verme.
Sonrió.
Cuando devolvió su vista al camino la noté pensativa.
-¿En qué piensas? -Pregunté.
Ella suspiró.
-No te lo había dicho antes. -Expresó. -Pero a veces tengo pesadillas contigo en el hospital.
La miré atentamente.
-Vuelvo a revivir todo y me muero de miedo en tan solo pensar que estuve a nada de perderte. -Agregó. -No hubiera podido vivir si el resultado hubiera sido diferente.
Recordé que nadie de mi familia, incluyéndola a ella, me habían contado cómo habían pasado esos días en el hospital.
-Pero luego despierto y te miro durmiendo a mi lado y me doy cuenta de que lo tengo todo. -Comentó. -Las demás dificultades son mínimas y se pueden resolver.
Sonreí.
-¿Algún día me vas a hablar acerca de los días que estuve en el hospital? -Pregunté.
Noté que se le cristalizaron los ojos.
-No es porque no quiera que sepas. -Aclaró. -Es que el solo recordarlo me llena de miedo y angustia.
-Estoy aquí. -Afirmé. -Todo está bien.
Acaricié su mano con delicadeza.
Observé una lágrima cayendo de su ojo.
Tomó aire.
-En el segundo día después de la cirugía... -Comenzó a contar. -Estaba a punto de salir a mi casa a bañarme.
Dejé que hablara sin interrumpirla.
-Ya le había dejado todas mis cosas a Richie. -Comentó. -Y después vimos a tu médico y enfermeros corriendo a tu habitación.
Yo no sabía nada de eso, por supuesto.
-Todos nos acercámos al cristal de la habitación y vimos en el monitor que tus signos vitales se habían detenido. -Agregó.
La miré sorprendida.
-Fue terrible. -Aseguró. -En ese momento vimos que estuvimos a tan solo segundos de perderte.
Suspiré.
Incluso a mí me dio miedo ahora que me lo contaba.
-Esa es la pesadilla que suelo tener. -Dijo.
Se me cristalizaron los ojos.
-La vida es efímera, Beck. -Comentó. -Quiero vivir cada segundo de la mía contigo.
-Yo también. -Respondí.
-Es solo que parece que no podemos estar tranquilas. -Agregó. -Siguen pasando situaciones que nos desestabilizan.
-Tú misma lo dijiste. -Retomé. -Mientras nos tengamos la una a la otra podemos superar todo lo demás.
Ella sonrió.
Volteó a verme y tomó mi mano para dejar un beso.
-Podemos ir a Suiza cuando ya estémos más tranquilas. -Sugirió. -Será nuestro premio después de tanto estrés.
La miré confundida.
-Creí que estabas dormida el día que te conté que ese era mi sueño de niña. -Contesté.
-Te escuché entre sueño. -Admitió. -¿Pero qué dices?, ¿Te agrada la idea?
-Me agradaría más si vamos cuando me recupere por completo. -Aseguré. -Quiero tener una tipo luna de miel.
Ella se rió.
-¿Una luna de miel? -Cuestionó. -Me parece bien.
-Espero que ya te estés preparando para cuando me recupere. -Comenté. -No te voy a dejar salir del cuarto en una semana.
Ella sonrió y asintió.
-Está bien, haz lo que quieras conmigo. -Dijo.
Voltó a verme con su mirada provocativa.
-Yo haré lo que tú me pidas que haga. -Agregó.
Necesitaba estar bien hoy mismo.