Se hizo un silencio repentino tras sus palabras y fue en ese momento que Hwang supo que había cometido un error; se suponía que Sexual Writer como tal no sabía del verdadero nombre de Zeus.
—Cómo... —fue todo lo que salió de la boca de Jeongin antes que el castaño se acercara y besara sus labios para silenciarlo. Ambas mentes se perdieron por un par de segundos mientras chupaba su boca desesperado, seguía casi encima del muchacho en ese jacuzzi dejando que el agua acariciara la superficie de la piel de ambos.
Piensa rápido, piensa rápido ¡Házlo ya!
—¿Ese es tu nombre verdad? —lo soltó para murmurar contra el costado derecho de su rostro, aún la venda seguía tapando sus ojos y protegiéndolo de su identidad— Me... me lo dijiste la primera vez que tuvimos sexo ¿No te acuerdas?
Jeongin, que tenía los músculos tensos, frunció el ceño tratando de hacer memoria, pero no recordaba momento alguno en el cual lo haya hecho, aunque no había otra explicación para que lo supiera ¿O sí?
—La verdad no lo recuerdo.
—Fue después de tener nuestra segunda ronda, en la madrugada... quizás no lo recuerdas porque poco después te quedaste dormido bebé, pero... —piensa, piensa— puedo seguir diciéndote Zeus y... puedo compartir un secreto contigo también para quedar a mano.
Por supuesto que quería seguir siendo llamado Zeus, era la forma en la que su inseguridad se iba rápido, en la que podía interpretar sus deseos más ocultos. Tampoco podía culparse del hecho de no recordar cuando se lo dijo porque seguramente había estado tan satisfecho tras el sexo, que su cerebro no conectó bien con la boca y dijo un secreto.
Bien, podía lidiar con eso. Sexual Writer sabía su nombre.
—¿Qué secreto, señor?
—Mi manager fue a Estados Unidos para llegar un acuerdo, hay estudios cinematográficos que quieren llevar a "Farah" a la pantalla grande tras el éxito en taquilla de "La obsesión del demonio" —hizo un sonido con los labios, no estaba viendo el rostro de ese hombre, pero casi podía percibir una sonrisa perversa en su boca, Jeongin se preguntaba el por qué— Eres el primero que lo sabe ¿Cómo no podría contárselo a mi fan número 1?
Bien, realmente estaban a mano, aunque después de unos segundos ahogó un gritito de emoción tapándose la boca con una mano. ¡Su libro favorito iba a tener una película! Por supuesto había leído y visto la primera parte ¡Esto era emocionante! Hyunjin sintió como la culpa aparecía, pero la apagó besando la boca de ese muchacho, era cierto que era la primera persona fuera de su círculo que se enteraba de ello, pero su emoción lo entristeció, Jeongin estaba entregando sus temores y la seguridad de su cuerpo a él ¿Por qué no era capaz de contarle que era Sexual Writer?
Salió del jacuzzi, fue en busca de una toalla y le pidió que sostuviera su mano para salir también, fue así que lo envolvió y lo abrazó por detrás mientras llenaba su cuello de besos. Su estómago apretado o su corazón martilleando el pecho por dentro eran signos de que Jeongin podía gustarle más allá que solo sexo.
Cerró la habitación mirándola con curiosidad, y pensar que nuevamente hoy habían probado solo un poco de todo lo que podían hacer. ¿Cuándo lo iba a tener totalmente amordazado o atado a una cruz en la pared? ¿Cuándo iban a "probar" con otros? Había muchas cosas que su nuevo compañero sexual no sabía que había hecho.
—Puedes quitarte la venda —murmuró después de colocarse la media máscara blanca.
La habitación a la que habían llegado solo tenía velas por lo que la luz era muy escasa. Jeongin se miró a sí mismo totalmente desnudo y luego al hombre parado contra una pared como un fantasma o un delincuente misterioso. Gimió, su cuerpo era bien proporcionado y sus labios... sus labios eran la cosa favorita en el mundo. Se acostaron bajo las mantas de la cama, de forma inmediata se abrazaron de "cucharita" mientras S.W. escondía el rostro en el cuello y lo llenaba de besos otra vez, estaban totalmente desnudos y totalmente accesibles por si la necesidad los asaltaba a media madrugada.
—A partir de ahora estaré en contacto más seguido contigo —murmuró en el borde de su oreja— Tienes que estar atento a tu teléfono ¿Sí? puede que... quizás repitamos esto mucho antes de lo que pensamos.
—Si vuelve a jurarme que no es un viejo pervertido aprovechándose de mí, entonces acepto.
Hyunjin acarició su abdomen cerca de sus caderas para hacerle cosquillas, mierda, era un año más joven que él incluso ¡¿Viejo?! Jeongin se desesperó y empezó a patear a su alrededor mientras se carcajeaba, no era una cosa pequeña, sus piernas eran muy largas y fuertes, pero S.W. logró inmovilizarlo bajo su cuerpo entre jadeos y una erección muy dura.
Las velas se habían apagado por lo que estaban sumergidos en la oscuridad absoluta, en ese momento se quitó la media máscara y se inclinó para besarlo de nuevo mientras contorneaba su cadera contra la entrepierna del muchacho. Las risas se convirtieron en más gemidos y jadeos, aquellas piernas que se inquietaron para lanzar patadas ahora se abrieron casi automáticamente hacia los costados como cuando estuvieron atadas. Le estaba dando el acceso y el permiso para que lo penetrara de nuevo.
Esta vez fue mucho más íntimo y mucho más bonito que hace unos minutos. Las manos del pelinaranjo se enredaron en su cuello y le fue dando besos en todo el rostro, en los ojos, en la punta de su nariz y en sus mejillas antes de volver a tomar control de sus labios generosos y esa lengua traviesa. Hyunjin sintió como enredaba sus tobillos en la parte baja de su columna.
—Cosita hermosa —le susurró antes de estimularlo con la punta de su miembro erecto. Mierda ¿Iba a hacerle el amor? pues... sí y quería disfrutar cada segundo de ello.
Miércoles 28 de noviembre 2018, 1 semana después.
"Cuando regrese lo primero que haré será estar en cuatro tragándome su pene" pensó sonrojado ante el atrevimiento de sus palabras y el de sus pensamientos.
Había cumplido, desde que tuvieron ese delicioso encuentro hace una semana atrás es que se habían comunicado por WhatsApp, aunque fue por el mismo medio que le comentó que debía viajar a Nueva Zelanda a un congreso de literatura, quería iniciar un nuevo libro y siempre estaba en la búsqueda de nuevas inspiraciones además de oportunidades para mejorar su escritura. Era un poco atrevido y explícito, las conversaciones lo dejaban cachondo.
Mierda.
Escuchó que alguien tosía a su lado y recordó en ese momento que su mejor amigo estaba en la misma sala de estar. Su mirada era confundida, Félix quería leer su mente.
—Se supone que soy tu mayor confidente ¿Por qué no me dices lo que está pasando? —mordió un poco de palomitas de maíz, había venido a acompañarlo antes de irse a la universidad en la tarde.
—Solo leí el párrafo de un libro erótico ¿Quieres saber cómo le chupa el pene un mu...
—¡Cállate! ¡Eres asqueroso! —lo empujó antes de sonreír y volver la mirada a la TV— Casi creí que podías estar hablando con mi primo Hyunjin —Jeongin entrecerró los ojos sin entender a lo que se refería.
—¿Y eso por qué?
—Vamos, ya van como dos veces que salen solos por la noche sin decir a donde, estás pegado a un teléfono sonrojándote, ¿Te gusta? Puedes decírmelo, no soy celoso de mi familia o algo por el estilo.
—Estás mal enfocado, solo somos amigos.
¿Se podía decir siquiera que eran amigos? No se comunicaban lo suficiente y era en estos momentos en los que se cuestionaba lo mal que estaba llevando las cosas, Hyunjin era un buen chico y había mentido dos veces para que Jeongin fuera a follar sin siquiera saberlo. Lo había visto un par de veces en el pasillo cuando había salido a rescatar a una pequeña e intrépida Kkomi que se había escapado a investigar a su alrededor, pero tampoco había entrado a su departamento o lo había invitado a algo porque en el fondo, muy muy en el fondo se seguía sintiendo ansioso estando cerca.
Mierda, iba a tener que mejorar eso, se estaba sintiendo el malvado de la película aprovechándose de la voluntad de un inocente.
Dejaron el tema de lado y prepararon el almuerzo, mientras estaban en ello su padre le mandó un mensaje por Line que lo hizo sonreír levemente. ¿Acaso se estaba atreviendo a hacer cosas importantes?
Contestó.
—¿Ahora qué es? —abandonó los palillos y sonrió.
—Mi papá —volvió a mirar el teléfono, mas, contestó tan rápido como pudo antes que su amigo le arrebatara el aparato— Ni siquiera le he dicho que soy gay... —su voz tembló evidenciando toda la maldita inseguridad— ¿Cómo puede pensar eso?
Félix soltó una pequeña carcajada, pero luego se detuvo cuando vio a su amigo verdaderamente preocupado.
Le entregó el teléfono de vuelta y se paró de la mesa para abrazarlo de lado.
—¿No crees que tu papá ya lo sospecha? Solo está esperando que se lo digas, ni siquiera parece enojado, más bien se lee como alguien que quiere bromear... pero —movió los labios—, incluso él sospecha que te gusta Hyunjin, esto no puede ser coincidencia.
Bien, tenía que pensar en la manera de decirle a su padre que en realidad estaba atraído a los hombres y que podía desestimar la idea de que podía ser abuelo con un nieto en una familia convencional. No, eso era cruel e innecesario, más bien tenía que sincerarse y decirle lo que estaba pasando desde el corazón.
Tragó el nudo en la garganta y se metió en la conversación que Félix le estaba diciendo. Su amigo no tenía clases en la mañana al menos por hoy y aprovechó el momento para compartir juntos y alentarlo a hacer lo que tenía que hacer en la tarde: ir a terapia solo.
"Todo saldrá bien, por favor llámame cuando termines la terapia o mándame un mensaje" Le dijo Félix al oído mientras lo abrazaba en la puerta del departamento. Él tenía que irse, lamentaba no poder acompañarlo a la terapia con el psicólogo.
Así pasó gran parte de la tarde, dando vueltas entre su habitación y la sala de estar, observándose al espejo, haciendo la hora, ansioso mirando el reloj pensando que, cuando la cena de hoy terminara, hablaría con su padre para aclarar dos cosas: era gay y Hyunjin solo era un amigo.
Salió del departamento cuando eran las 5 de la tarde después de repetir mil veces en su mente que podía hacerlo. Saludó al conserje, pero al bajar los escalones de la entrada, vio a Hyunjin con una bolsa grande en la mano y una mochila colgando atrás ¿Había vuelto de clases?
—Ho... Hola —dijo ansioso.
El castaño solo le sonrió gentilmente asintiendo con la cabeza, parecía que iba a continuar su camino cuando tuvo el impulso idiota de detenerlo.
—Discul... disculpa ¿Cómo ha... ha estado Kkomi?
—Aquí traigo su arenero, nunca he tenido un gato antes así que... creí que solo podía hacer sus necesidades en papel de diario —movió los hombros con simpleza— ¿Estás bien?
—Ahora iré al psicólogo, por... primera vez solo.
No debía mentirse, tenía la leve y pequeña esperanza que aquel hombre se ofreciera a acompañarlo, sin embargo, sabía que haciendo eso le haría más daño y provocaría un retroceso más que una ayuda ¿Quizás lo sabía? ¿Quizás había leído su mente?
—Eres un hombre increíble, tú podrás hacerlo.
Descansó una mano en su hombro y lo movió ínfimamente en forma circular, parecía que iba a dejar la conversación hasta allí. Jeongin frunció el ceño, generalmente Hyunjin era más eufórico o decía sus palabras en inglés, sonreía más ¿Estaba evitándolo?
Una vez más su cerebro y su cuerpo parecieron querer actuar sin siquiera preguntarle, porque su mano volvió a sujetar el codo de este. Ambos eran prácticamente del mismo tamaño, pero se sentía más indefenso. Mierda, iba a tener que dejar ir la ansiedad.
—Mi papá va a hacer una cena, i... irá alguien que le gusta, puedes ir también, digo no es una propuesta —sintió su cara arder, podía apostar todo a que su cabello hacía juego con sus mejillas— Mierda, yo... Hyunjin puedes ir a cenar también, te estoy invitando.
Genial, ahora su padre tendría la oportunidad perfecta para ver cosas donde no existían. Estaba respirando agitado con los ojos sobre sus zapatos, pero la mano cálida de su vecino que descansó en el hombro hizo que levantara la mirada. Tenía una sonrisa de labios sellados, estaba demasiado tranquilo.
—No tienes que hacerlo si no quieres, que te ayude a mentir no significa que estés obligado a compartir conmigo.
La culpa volvió a patear su estómago. Tomó suficiente aire dejando una mano también en su hombro, estaba tratando de reunir el suficiente valor antes de dejarse llevar por la fobia.
—No... realmente quiero que vayas, Hyunjin.
En ese momento repasó una mano por su cabellera castaña y la peinó hacia atrás, traía una bandana color negra. Lo observó durante muchos segundos, su mirada era inquietante ¿Tal vez familiar?
"No creo que pueda, estoy muy ocupado estudiando para mis exámenes". Dijo a modo de disculpa, pero en el fondo de su corazón Jeongin sintió que realmente estaba tratando de alejarlo y tampoco podía culparlo. Se quedó quieto en su sitio cuando la voz de ese hombre llamó su atención desde la entrada del edificio, estaba con el rostro inclinado hacia atrás.
—¿A las 8 te parece bien?
Asintió, fue todo lo que pudo hacer cuando lo vio sonreír e ingresar al edificio. Esto no debía emocionarlo, pero su corazón tuvo un "no sé qué" cuando supo que realmente iba a cenar con ellos. Se movió en el mismo sitio un par de veces antes de mirar hacia el frente y continuar con la caminata hacia el punto acordado con el psicólogo Minho Way— Ar.
Iba a arrepentirse, pero era una buena forma de tratar de entablar una "amistad" con ese hombre, tenía que esforzarse o al final solo terminaría siendo el malo de la película.
—¿Quieres comprobar que lo que dije fue cierto? acércate a esa muchacha, pregúntale si ha visto una billetera.
Minho estaba allí junto a él sentados en una banca de piedra, las luces de la ciudad se iban encendiendo y es que prácticamente ya estaban en invierno, el sol se escondía antes. Su psicólogo quería ayudarlo a enfrentar a las personas, pero para eso tenía que "trabajar en terreno".
Cada paso, cada cosa buena que el muchacho pudiera hacer él se lo haría saber y también cuando había que corregir algo. Frunció el ceño, tomó mucho aire, apretó las manos a sus costados y caminó hacia la preciosa chica de cabello liso castaño que leía un libro, sus piernas estaban temblando, pero estaba completamente decidido a dar otro gran paso en el día. Cuando se sintió observada, la mujer descendió el libro y de inmediato escondió un mechón de cabello tras su oreja, el psicólogo sonrió desde donde estaba observando ¿Tan obvia tenía que ser? incluso casi podía decir que pestañeaba en demasía.
—Dis... discu... disculpa, pero —miró sus rodillas, estaban chocando ¿Estaba sudando también? respiró profundamente y trató de esbozar una sonrisa incluso si creía que se estaba muriendo por dentro— has... ¿Has visto un... una billetera? creo que... la perdí.
La mujer suspiró y se mordió los labios, Jeongin sentía sus mejillas aún más rojas.
—No, la verdad es que no... ¿Te asaltaron?
—Se... me cayó, no la encuentro.
Volvió a acomodarse el cabello, movió la cabeza hacia el lado.
—¿Te ayudo a buscarlo?
—No te preocupes... gra... gracias de verdad.— Se inclinó antes de retirarse y caminar directamente hacia Minho.
La mujer seguía observándolo y mordiéndose los labios.
—Haz como que revisas debajo de esta banca, ella puede pensar que estamos locos —así lo hizo, se agachó fingiendo que trataba de encontrar algo, luego de unos segundos se sentó y miró al hombre a su lado— ¿Cómo te sentiste?
—Como si estuviera haciendo el ridículo, sus ojos estaban... tan fijos en mí y... hasta llegué a marearme un poco.
—Por sus signos corporales puedo decirte que con seguridad que esa chica te miraba porque eres alguien guapo, escondía su cabello, incluso pestañeó más rápido y... desabotonó su chaqueta ¿Qué más claro que eso?
Vaya, Jeongin miró con disimulo a la chica, quien luego de un par de segundos le guiñó un ojo. Era una lástima que fuera absolutamente gay, porque podía reconocer que era guapa y cualquier idiota se sentiría afortunado.
Trató de hacer lo mismo con un par de personas cerca, con cada intento sus palabras tropezaron menos y el saco de confianza se llenaba un poco más, observó más a los ojos y elevó un poco más la voz.
—Tienes que tolerar lo que te sucede y no ponerte ansioso porque te "vas a" poner ansioso, tienes que dejarlo ir y decir esto pasará, esto lo solucionaré... sentir cada cosa con la visión de que desaparecerá —sonrió, el frío lo hacía lucir más blanco —, también recordar que si hay silencios NO es por tu culpa, usualmente ocurren silencios incluso con las personas más cercanas ¿Te imaginas ser máquinas que no paran de hablar?
Sonrió, eso sería terrible. Pensó en Hyunjin aquella vez que fueron a una cafetería el día que adoptó a Kkomi y como habló bastante para que Jeongin tuviera que hablar poco; se sintió conmovido por el gesto.
"Vamos a poner en práctica otras cosas, cuando sientas miedo a medida que caminas en un cúmulo de gente, céntrate en por ejemplo el color del cielo, los avisos comerciales, la decoración del lugar, el cómo se viste la gente".
Con ese pensamiento, Minho lo invitó a caminar a un paseo en el centro donde había demasiadas personas, le murmuró que pusiera en práctica los detalles que aparentemente no valían la pena y en ese momento Jeongin descubrió que todas las mujeres usaban cortes parecidos o que la mayoría miraba su teléfono celular.
"La mayoría de las cosas a las que temes, no ocurren, no han sucedido, no pienses que va a suceder algo porque lo atraes, piensa en positivo la mayoría del tiempo. Mientras estés solo, piensa en cómo te gustaría sentirte, quizás feliz, piensa en todo lo que te hace sentir bien".
—Odio pensar que soy así por una mujer que no supo valorarnos como familia, pero me alegra saber que puedo revertir esto.
—Nómbrame los puntos positivos de lo que hicimos hoy.
Se sentaron en otro parque, Jeongin aceptó el café que el hombre le había comprado, esto estaba llegando a su fin después de 1 hora y media.
—Umm uhh ¿Llegué solo? ¿Puede caminar en medio de muchas... muchas personas sin desmayarme? le... le hablé a unas personas por mi billetera.
Era oficial, Minho pensaba que Jeongin era el paciente más adorable que tenía. Era como un cachorro que necesitaba ser guiado y se sentía emocionado con que diera pequeños pasos para conseguir abandonar aquella fobia social. Se despidieron afuera del centro médico una vez que el muchacho se acercó a la secretaria para anotar otra hora con el psicólogo para el próximo miércoles.
Tal vez se reunirían en otra parte para seguir poniendo en práctica todos los consejos.
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—Hola, Jeongin, ha sido un tiempo
La mujer frente suyo esbozó una sonrisa encantadora, podía decir que, si hubiese sido heterosexual habría estado suspirando enamorado, más solo le quedaba suspirar porque era agradable.
—Señorita Seol, pu... puede pasar, adelante —inclinó la cabeza sonrojado y sonriendo con los labios sellados.
Casi sintió ternura en el momento en que su padre salió de la cocina secándose las manos con una toalla. Se detuvo, sus mejillas estuvieron sonrojadas y una sonrisa pequeña tomó parte en su rostro antes de inclinarse cordialmente y estirar la mano. Ella por su parte aceptó la mano, Jeongin, como alguien experto en la ansiedad, pudo darse cuenta en la forma en la que sus dedos temblaron cuando se tocaron. Maldita sea ¿Acaso todo el mundo podía darse cuenta de que se gustaban mutuamente, menos ellos?
—Estoy cocinando cortando la carne para poner en las parrillas de la mesa, me falta rellenar algunos platillos de la guarnición, se está cociendo el arroz y tengo unos cangrejos casi listos.
—¿Interrumpo en la fortaleza masculina si me meto en la cocina para ayudar?, la verdad es que no soportaría ser servida sin hacer algo.
—Puedes —murmuró torpe indicando la cocina— Muchas gracias InAh.
Jeongin estaba en el comedor colocando copas para el vino, podía escucharlos hablar en la cocina mientras conversaban en inglés, riendo quizás por alguna broma interna como los amigos que eran. Pensó con esperanza en un detalle, hace un par de meses atrás, semanas quizás, habría estado temblando en su habitación ansioso por tener una persona extraña en casa. Ahora estaba tranquilo, le había abierto la puerta e incluso había esperado esta cena para poder compartir con ella y disfrutar de la visión de su padre "enamorado". Wow, estaba avanzando ¡Realmente estaba avanzando!
No, no tenía que pensar en la conversación que quería tener con su padre después de la cena, aunque cuando le dijo que había invitado a Hyunjin, todo lo que recibió de su parte fue un asentimiento de cabeza y una sonrisa. En aquel momento sonó el timbre, su corazón se sintió inquieto ¿Por qué? abrió después de tomar mucho aire encontrándose con un gatito blanca que maullaba eufórica.
—Kkomi —murmuró sonriendo a la pequeña, luego alzó la vista para ver el cuerpo de aquellos brazos que acunaban a la mascota— Ho... hola Hyunjin, puedes pasar.
—Hola hyung, traje el postre —murmuró— No quise dejarla sola, he estado todo el día en la universidad ¿Hay algún inconveniente?
Negó con la cabeza, no se resistió, tuvo que estirar los brazos para sostener a Kkomi entre ellos y acariciar su pequeña cabeza mientras maullaba repetidamente por atención. Hyunjin tuvo que ahogar un gemido.
—Te adora —dijo con una pequeña sonrisa antes de acercarse a la cocina tocando antes la puerta— Good night, sorry i i interrupt something but i brought the dessert. (Buenas noches, lo siento si interrumpo algo, pero he traído el postre)
Los dos, que cocinaban muy cerca el uno del otro, voltearon los rostros hacia Hyunjin parado tímidamente contra la puerta. Jeongin frunció el ceño mientras acunaba al pequeño gatito, no sabía que su vecino hablara con tanta claridad el inglés.
—Hyunjin, que bueno que llegaras, estamos casi listos —MinKyu apoyó su mano en el hombro para presentarla— Ella es mi amiga, Seol InAh, fue mi profesora de inglés por un tiempo.
Hyunjin era alguien que apreciaba la belleza y sí, él sabía que la mujer frente suyo realmente podía pasar fácilmente por una modelo o una idílica imagen de Tumblr. Agachó la cabeza a modo de saludo.
—Your pronunciation was very good. Where did you learn to speak English? (Tu pronunciación fue muy buena. ¿Dónde aprendiste a hablar inglés?)
—My parentsforced me to learn many languages, including English, I also know how to speak Russian, Korean, Spanish and German. (Mis padres me obligaron a aprender muchos idiomas, incluido el inglés, también sé hablar ruso, coreano, español y alemán)
El cerebro de Jeongin contó rápidamente: contando el tailandes, mandarín y cantonés hablaba 8 idiomas. Lo observó de arriba hacia abajo sintiéndose aún más culpable ¿Quién iba a pensar que ese muchacho que le había traído la pizza tenía una mente tan fenomenal? Incluso estudiaba dirección de empresas, lo había mencionado la otra vez que lo acompañó al psicólogo.
"Y tú creías que era un idiota, todo risas".
MinKyu aceptó la tarta de frutas con una sonrisa, el muchacho hizo una pequeña inclinación con su cuerpo antes de acercarse de vuelta al comedor. Cuando desapareció meneó la cabeza, Hwang era un buen chico. Realmente tenía que hablar con su hijo sobre lo que no estaba dicho, pero era evidente.
Jeongin acostó en el sofá a Kkomi que se había quedado dormida entre sus brazos después de un par de mimos sobre su panza, era increíble lo bonito que era y la confianza con la que se entregaba a las personas como cualquier gato común NO hacía. No podía dejar de pensar que era un animalito con suerte. Después de eso se sentaron a la mesa a comer cuando los platos estuvieron listos, Hyunjin juntó sus manos y después de unos segundos con los ojos cerrados sostuvo sus utensilios y se dispuso a comer.
—Esto está delicioso —murmuró mordiendo con discreción el cangrejo— Gracias por la invitación.
InAh observó con disimulo a Jeongin, el muchacho estaba callado tomando y observando su plato de sopa. Parecía ensimismado demasiado en sus pensamientos ¿O estaba asustado por la fobia social?
—Creo que esto es injusto —dijo con una pequeña risita— Sigo siendo la única mujer, aunque... pienso que ser especial es una ventaja, no tenemos que ser como todas las personas.
El pelinaranjo levantó los ojos y la miró con una emoción contenida, le estaba hablando a él, le estaba diciendo que ser diferente era bueno. Esbozó una pequeña sonrisa antes de seguir comiendo.
—¿Te ha ido bien con el gatito? ¿No te ha arruinado el departamento? —MinKyu preguntó después de comer arroz y otro par de cosas, Hyunjin limpió sus comisuras labiales con delicadeza.
—Para nada, de hecho, es la reina de la casa, le compré un rascador de 5 niveles y tiene un arenero de lujo, la persona que lo abandonó le terminó haciendo un favor... si hay algo que no tranzo es el maltrato animal.
—Eres héroe para más de alguien —Jeongin frunció el ceño a su padre ¿A qué se refería con eso?— ¿Quieres vino?
—Muchas gracias, señor, pero no puedo beber, estoy en periodo de exámenes.
—Personalmente quiero agradecerte por haber acompañado a mi hijo al psicólogo, no es... fácil, pero hoy fue por primera vez solo, está dando buenos pasos.
Hyunjin miró a Jeongin, ahora sí estaba todo sonrojado. Quería comérselo a besos y acunarlo contra su cuerpo diciéndole que no tuviera vergüenza, pero mierda, contenerse y comportarse con educación era difícil. El resto de la velada fue particularmente agradable y entretenida, Seol InAh no era como la mujer tailandesa y eso lo hacía fascinante. Tenía el temperamento para comentar cualquier cosa con respeto sin intimidarse frente a tres hombres, en cambio las asiáticas generalmente observaban mucho y se reían por lo bajo todo el tiempo.
Tenía el suficiente ojo para darse cuenta de que cuando ella y el padre de Jeongin hablaban, había una mirada especial y le hizo pensar a dos adolescentes incapaces de decirse o hacer algo para demostrar que se gustaban.
—Necesito buscar mi teléfono en el auto, lo... ohh, se me quedó allí.
Dijo la mujer cuando estuvieron a punto de servir el postre. Miró preocupada hacia todas partes, había estado preocupada de llegar a tiempo que olvidó lo demás.
—¡La acompaño señorita Seol? —murmuró tímidamente el pelinaranjo.
Eran pasado de las 9 de la noche ¿Era seguro para una muchacha tan atractiva bajar al auto? ¿O quizás su inseguridad social le hacía ver peligro en todas partes?
InAh asintió agradecida. Una vez estando solos, el padre de Jeongin observó fijamente a Hyunjin, tomó suficiente aire y frunció levemente el ceño.
Iba a hacer alguna pregunta ¿Verdad? ¿Estaba sospechando algo extraño?
—¡Aquí está! —dijo inclinándose aún más cuando sostuvo el aparato, se le había caído bajo el asiento del conductor— Lamento andar con la cabeza en otra parte.
Jeongin cerró con cuidado la puerta para ella y se mantuvo así hasta que le puso seguro. La noche se había vuelto muy fría, el viento movía las hojas que aún quedaban del otoño ¿Iba a nevar? Observó a su alrededor con desconfianza ¿Sería seguro para ella volver sola a casa?
Caminaron juntos el uno al otro hacia el departamento, aunque los pasos eran lentos. Jeongin la miró de reojo y tuvo la imperiosa necesidad de comentarle algo.
—Se... señorita Seol, gracias por ser... ser una buena persona para mi papá —enterró los dedos sobre sus muslos cuando lo metió dentro de sus bolsillos, hablar con otra persona a solas era un poco difícil, pero estaba poniéndose a prueba con los consejos del psicólogo— No sé el alcance de cosas que usted sepa, pero al menos... de... desde mi punto de vista, debe saber que es un hombre increíble como papá ¿Es un... buen amigo con usted?
Caminaron cerca de un farol a solo una cuadra del edificio, la mujer abrazó su abrigo y lo observó con los ojos húmedos, no sabía del todo la verdad, pero sabía que Jeongin había sido perjudicado entre todas las cosas y, que estuviera hablando con ella era un avance enorme.
—Es una persona increíble, es... es como esas personas que crees que no existen ahora, muy detallista y... quizás no lo creas, pero el hecho que se refiera a ti con tanto amor y admiración es algo atractivo para mí.
Cuando terminó de decir esas palabras se sonrojó tanto que tapó su rostro con ambas manos mientras mascullaba mortificada. Jeongin suspiró y sonrió en demasía, ella lo había confirmado ¡Le parecía atractivo!
Con un poco más de emoción y con el atrevimiento de poder decirle algo respecto a ello como un cupido, colocó una mano en su hombro al mismo tiempo que escuchó que alguien lo llamaba por su nombre. Giró su cabeza confundido, InAh se dio cuenta de la gama negativa de emociones que fueron deformando su precioso rostro, finalizando en el "pánico". La primera cosa que tuvo la necesidad de hacer fue entrelazar los dedos de él con los suyos y acercarse como si quisiera protegerlo.
No necesitó más de 1 segundo para saber quién era. El parecido era innegable y los espasmos del muchacho también.
—Hijo... hijo soy yo ¿No me reconoces? —la otra mujer respiraba lentamente observando a Jeongin, se había acercado un par de pasos, afirmaba su cartera con ansiedad. Apenas podía creer que había dado con el paradero de él después de tanto tiempo en secreto— Soy yo... soy tu madre.