Soy víctima de tus besos, caricias y atención. Tenerte en mis brazos se ha vuelto mi droga dicción y saber que me amas mi razón de vivir; por eso,
aunque se te sea difícil, no te vayas de golpe cuando se te acabe el amor, he notado en cómo me has tratado últimamente que ya se ha esfumado la poca pasión que se mantenía endeble en tu corazón, noté como se iba junto al
humo del cigarro que fumabas en el balcón, vi cómo se esfumaba junto a las ganas de verme despertar al lado tuya en la siguiente mañana.
Por eso te pido que favor me des tu despedida como si me envenenaras, en pequeñas dosis mientras usas las charlas como placebo para que "no me
percate" que lo único que deseas es deshacerte de mí cuando sabes de más que solo te sigo el juego para no hacer de esta despedida un evento más incómodo y trágico para ambos.
Con una sonrisa que acompaña una lágrima que rueda por el lado izquierdo de mi mejilla disfruto de tus últimas caricias, de tus besos y atención.
Congelo el tiempo cuando estás en mis brazos y finjo que aún me amas mientras visualizo como mi razón de vivir se desvanece como el humo del cigarro que acabas de exhalar.