Fontaine, Francia
A la siguiente semana, la familia Tveit tuvo que regresar a su hogar dejando atrás a Aether no sin antes prometerse volver a verse pronto, probablemente para el cumpleaños de Aether y Lumine dentro de unos meses.
Y así se llegó el tan esperado día.
Año nuevo chino.
El primero año que Aether no podrá celebrar en familia ni en su país, solo le queda ver el evento por internet.
- ¿Que haces? - Le preguntó si ahora pareja, Lyney, mientras lo abrazaba por la cintura y depositaba un pequeño beso en la mejilla de Aether.
- Rito de las linternas. - Dijo con un tono de tristeza palpable. - Hoy es 10 de febrero, se celebra el inicio del año del dragón.
- ¿Año del dragón? Debe ser una festividad increíble.
En efecto lo era, cada rito de las linternas estaba lleno de color, música, comida, bailes... Demasiadas cosas buenas que se estaría perdiendo.
- Cuando el festejo del día termina, las personas lanzan miles de linternas hechas de madera y papel al cielo nocturno, se ve tan hermoso que las linternas se confunden con estrellas cuando ya están en lo más alto del firmamento. - Aether decía todo esto mientras observaba el cielo ya atardeciendo. - Ya debe de haber iniciado.
- Fréminet dice que Gaming está igual que tú, muy triste por no estar en casa.
Aether levantó la cabeza sorprendido, encontrándose con la dulce sonrisa de oreja a oreja de Lyney.
¿Acaso lo sabía? Bueno, ya iba siendo momento que Fréminet le contara a su hermano, no podría guardar el secreto para toda vida.
- ¿Ya te lo contó?
- No, pero solo un ciego no se daría cuenta de que esos dos tenían algo, él piensa que aún no se nada y solo estoy esperando a que se arme de valor para decírmelo.
La cercanía de Lyney le traía mucha paz, apenas llevan 2 semanas saliendo y después de dos semanas de relación, Lyney y Aether experimentan una complicidad que va más allá de la amistad que compartían antes. Hay una dulce familiaridad en sus gestos, en cómo se buscan con la mirada y en la conexión emocional que se ha profundizado. Cada risa compartida y cada instante juntos han tejido un lazo íntimo entre ellos.
Lyney encuentra en la presencia de Aether un refugio reconfortante, un lugar donde puede ser completamente auténtico. Aether, por su parte, siente que ha hallado en Lyney no solo un compañero, sino alguien que entiende sus anhelos y alguien que comparte sus alegrias y tristezas, pero sobre todo que jamás lo va a abandonar.
La felicidad de estos primeros días de amor se refleja en sus sonrisas, en los gestos cariñosos y en la chispa que ilumina sus ojos al mencionar el nombre del otro. Dos semanas han sido suficientes para transformar lo que comenzó como una amistad sólida en un romance que promete crecer y florecer con el tiempo.
- Al final la embajada de China nos queda demasiado lejos para ir, mañana tenemos clases temprano y no sería bueno faltar. - Lyney recargó su cabeza sobre la de Aether. - Te hubiera llevado allá con todo el gusto del mundo, pero son 4 horas en carro.
- No tienes que preocuparte por eso, aunque me hubiera gustado mucho ir.
Aether se encuentra en otro continente, lejos de las festividades del Año Nuevo Chino que marcan la tierra que alguna vez llamó hogar. En la distancia, la ausencia de la vibrante celebración crea un vacío palpable en su corazón. Al estar rodeado de una realidad ajena a las tradiciones que solía conocer, la tristeza se arraiga en su ser.
- Por cierto, me hubiera gustado bailar contigo vamos las linternas en el clímax del Rito.
- ¿Q-que...?
Ante la reacción sorprendida de Aether, Lyney rió suavemente sin dejar de mirarle.
- Entendí un poco lo que hablaste con Lumine ese día, ya sabes... "Si bailas con alguien ese día es porque te vas a casar" algo así.
- Estás aprendiendo más mi idioma.
- ¿Como no aprender el idioma de la persona que más amo en este mundo? - Lyney sintiendo la necesidad de demostrarle cuanto le importa, sostuvo su mentón con delicadeza. - Tu idioma, Aether.
Ciertamente Lyney ahora que son pareja le ha puesto más empeño al idioma, pasa gran parte de la noche estudiando la pronunciación y gramática, a veces llega a dormirse sobre los libros y Aether lo suele cargar hasta la cama para que duerma mejor.
Además, No se queja para nada de cargar y cuidar de Lyney, él lo hizo antes con él y ahora debe corresponderle.
- Ma sherri, si me disculpas, debo irme,.volveré más tarde.
- ¿A donde vas, Lyney?
- Lynnette me pidió ayuda para cambiar de lugar algunos muebles, volveré más tarde para pasar contigo la noche, ¿De acuerdo?
Algo dubitativo, Aether aceptó.
- De acuerdo, ¿Pedimos algo para cenar o quieres que cocine algo?
- No te preocupes por mi, yo te traeré la cena a ti, hasta más tarde, ma sherri.
Y dando un beso corto en los labios, Lyney se retiró de la habitación dejando en soledad a Aether.
Las cosas han ido bien, pero aún en su corazón hay un espacio que no quiere ser llenado con nada, no sabía que superar una ruptura tardaría mucho tiempo, pero lo más extraño es que ese espacio vacío se creó cuando comenzó a salir con Lyney.
Claro, él es una gran persona y amigo, se podría decir que ha llegado a amarlo... Pero, ¿Acaso es culpa? Claro... Las cosas con Xiao no tuvieron un final adecuado para poder sanar correctamente y aunque lo tuviera enfrente... No está listo para entablar una conversación con él, no ahora y quien sabe cuándo lo estaría.
Pero necesita un cierre.
¿Y si intento llamarlo?
A veces Aether solía recordarse que fue Xiao quien se alejó.
No... No creo que él quiera eso.
Pero dudando, marcó los números del celular de Xiao.
- 0...0...86...1...33...
Ahí estaba, a un botón de volver a escuchar a Xiao, con las manos temblando, ese conjunto de dígitos que alguna vez representó amor y complicidad estaba ahí en la pantalla, aunque muy probablemente no me respondería y si lo hace, cortaría la llamada de golpe al darse cuenta que se trata de él.
Dio un suspiro y prefirió mejor ni llamar y no forzar para nada las cosas, si en algún momento deben hablar será mejor hacerlo en persona así sea dentro de un par de años más cuando termine sus estudios y vuelva a Liyue, si, así será mejor.
Las heridas siguen frescas.
Tal vez él ya encontró a otra personas.
Aether se pone de pie para hacer otra cosa que le ayude a despejar su mente de recuerdos, pero la repentina sensación de vértigo le hace perder momentáneamente el control. En ese instante, su teléfono escapa de su agarre, deslizándose hacia el suelo. El corazón le late más rápido mientras sus dedos se extienden instintivamente, logrando atrapar el dispositivo antes de que otro celular más terminara roto.
En el proceso, sus dedos, aún temblorosos, presionan accidentalmente el botón de llamada. El sonido del tono de marcado resuena, creando una melodía imprevista en medio de la tensión. Aether se queda mirando el teléfono en sus manos, con una mezcla de asombro y preocupación.
- Mierda... - Incluso tocar la pantalla se le hizo difícil, los nervios le produjeron temblor en las manos. - ¡¿POR QUE NO RESPONDE LA PANTALLA?!
El celular parecía estarle jugando una mala broma, la pantalla se apagó, pero los tonos de marcación seguían ahí hasta que...
- ¿Hola? - Era su voz. - ¿Quien llama a estas malditas horas de la noche?
El silencio pesa en el aire por parte de Aether que escucha la voz conocida de su ex pareja al otro lado del teléfono. Las palabras quedan atrapadas en su garganta, y aunque la tentación de expresar lo que siente es fuerte, la incapacidad de articularlas se impone.
- Quien quiera que seas, no me hagas perder mi tiempo, ya tengo mucho en que pensar.
La llamada se corta en un silencio incómodo, dejando a Aether con un nudo de emociones apretado en el pecho. La ausencia de palabras parece amplificar la intensidad de lo no dicho, mientras la incertidumbre y la nostalgia se entrelazan en un torbellino de sentimientos.
Aether se queda allí, con el teléfono aún en la mano, tratando de desentrañar la complejidad de las emociones que se agolpan. El silencio persiste, pero el eco de la conversación no dicha resuena, dejando a Aether sumido en un mar de pensamientos y sentimientos sin resolver.
Pensé que me había bloqueado las llamadas.
- ¡Es cierto! Cambie el número de celular cuando rompí el anterior, significa que no me ha bloqueado este número. - Aether estaba de lo más nervioso. - Pero... No creo que quisiera saber de mi, él fue quien desapareció primero.
Ciertamente, ahora Aether tenía la forma de comunicarse con él, pero corría el riesgo de que al llamarle lo vuelva a bloquear y desaparecer, tal vez las cosas están mejor sin tocarlas y que cada quien siga su camino como hasta el momento lo han hecho.
Y una vez más, suspiró y con el celular en mano se acostó en la cama, sin dejar de lado aquel aparato, lo apretó contra su pecho sonriendo con melancolia.
- Feliz rito de las linternas, Li Xiao.
Siendo aún temprano y sabiendo que no era hora de dormir, Aether se quedó en esa posición un rato más esperando por su pareja, Lyney volvería pronto y podría disfrutar su compañía nuevamente.
Liyue, China.
Ya casi es media noche, unos minutos más para el año nuevo chino y que el rito de las linternas lleguen al clímax del festejo, ese cuando todos bailan al son de la música tradicional bajo las linternas que son lanzadas al cielo llevando consigo los deseos de las personas que las construyeron.
Ha pasado un año desde que se le declaró a Aether en el mismo rito, pensó que estarían juntos el siguiente año disfrutando del festejo como todos los años, celebrando su primer aniversario como pareja, brindando por los deseos cumplidos del año anterior y demostrándose cuanto te amaban.
- Las leyendas son solo eso, leyendas. - Xiao sostenía un vaso con la mitad de su contenido, era whisky.
Ahora está solo mirando desde el edificio donde vive actualmente con su padre, aquellas linternas que se elevan majestuosamente hacia el cielo llegando a confundirse con las más brillantes estrellas.
Aún recuerda la primera linterna que hizo con sus propias manos, la lanzó hacia el cielo junto a Aether cuando eran apenas unos niños al poco tiempo de morir la madre de Aether.
Pero son tiempos que jamás volverán.
Sumido en sus pensamientos depresivos, sintió como su teléfono vibraba indicando que alguien le está llamando.
A regañadientes tomó su celular, pensó que era su padre con alguna petición para la oficina, como que lo acompañe a otra aburrida reunión o que ordene el papeleo, cualquier cosa, pero será molesto.
Entonces vio el número en su pantalla.
Xiao frunce el ceño al ver la pantalla de su celular iluminarse con una llamada de un número extranjero. La confusión se refleja en sus ojos mientras se plantea quién podría estar llamando desde tan lejos. Sus pensamientos se vuelven un laberinto de especulaciones, pero la incertidumbre persiste.
- ¿"+33"?
Con cautela, Xiao responde.
Ese no era un número nacional, el código de país no coincide con ninguno que él conozca.
Se regañó a si mismo por contestar un número de otro país, ¿Quien en su sano juicio haría algo así? Nadie, definitivamente un idiota como él.
Ya bebí demasiado por hoy.
Al otro lado de la línea no se escuchaba nada, solo una respiración entrecortada como si alguien se hubiera quedado sin voz, mudo.
- ¿Hola? ¿Quien llama a estas malditas horas de la noche?
Ninguna respuesta.
- Quien quiera que seas, no me hagas perder mi tiempo, ya tengo mucho en que pensar. - Cortó la llamada.
Entonces a los pocos minutos los fuegos artificiales iluminaron más el cielo indicando que el año nuevo chino había llegado y se festejaba ahora la llegada del gran dragón.
Sintiendo un vacío que no se llenaba con nada en su interior, terminó de beber su trago hasta el fondo.
- "+33" ¿De que país será? - Observó el cielo hermosamente iluminado. - Luego buscaré.
Para él, el rito de las linternas no es más que un festejo cualquiera desde que Aether se fue de su lado.
Pero no puede estarse lamentando toda la vida, aunque el odio por esa persona ha crecido en los últimos meses, no puede vivir recordando algo que ya fue.
- Mierda Aether, hace un año me dijiste "Quiero que tu ser se quede grabado hasta lo más profundo de mi corazón." - Sus ojos amenazaron con llorar pues se cristalizaron. - Adivina que... - Agachó su cabeza. - Así fue, estás aquí... - Tocó su pecho con el puño. - Aquí y no sales, no sales aunque quiera echarte a patadas de aquí, maldición. - Golpeó su pecho justo al momento de soltar la primera lágrima. - Odio que tu olor de mi almohada no puedo quitar, odio tus frases de idiota enamorado, odio tu forma de hablar... Pero es que eso no es lo que más odio. - Xiao dejó de lado el vaso vacío y cayó de rodillas. - Odio amarte maldita sea, odio amarte de una forma tan estúpidamente fuerte, no me gusta odiar, pero es que tú me obligas.
Rito de las linternas, un festejo para celebrar la prosperidad del año y que los deseos de las personas se cumplan, también según la leyenda, para que las parejas que bailen juntos en el clímax del Rito de las linternas sean destinadas a casarse.
Que gran mentira.
- Odio que nunca dijeras adiós... - Xiao se rompió.
Él no había llorado la partida de Aether en paz, su padre siempre estaba encima de él, tampoco lloró cuando desapareció, no tuvo oportunidad... Pero ahora está ahí, tirado en el suelo sujetando su celular contra su pecho recordando cada momento lindo con la persona que aún adora con toda su maldita existencia.
Odia amarlo, amar a alguien con una locura fuera de este mundo es devastador cuando todo se acaba, en especial cuando a esa persona se le entrega tu vida entera.
- Feliz rito de las linternas, Aether, ojalá bailes con alguien más este día.
Luego de este capítulo habrá un time skip bastante grande.
Gracias por sus bonitos comentarios y apoyo💕