Luego de la cita del otro día y a pesar de lo nefasta que fue, Jake cumplió su palabra de devolverme mi libro. Cuando me llevó a su casa me dijo que buscara debajo de su almohada y ahí iba a estar, me enoje tanto saber que todo este tiempo estuve tan cerca de él y nunca me fije que ahí estaba escondido.
Pero al menos ya lo tengo de vuelta.
Paso la hoja suspirando por la frase que acabo de leer, había extrañado tanto esto que no había olvidado el efecto que tienen los personajes en mi. Mis vellos aún están erizados y mis mejillas sonrojadas, todo está saliendo tan perfecto que hasta envidio a los personajes. Me gustaría tener un romance como el de ellos.
Uno dulce y verdadero, pero a la vez, tan coqueto y pasional.
Cuando lo termine no sé qué será de mi.
—¿Dónde está la cumpleañera más hermosa de este planeta?
Pongo mis ojos en blanco cuando veo pasar a mi hermano por el umbral, ¿por qué presiento que algo quiere de mí este hombre?
—Aún faltan dos días Nathan.
—Lo sé, pero sabes lo débil que soy con las fiestas. No puedo aguantarme.
Se lanza sobre mi cama, justo al lado mío, pero sin ningún tipo de cuidado. Sus piernas largas me pegan en el trasero.
—¡Idiota!
—Vamos déjame consentirte hermanita.
—Tu solo quieres fastidiarme.
—Siempre —murmura, hundiendo su cabeza en mi almohada.
—No te duermas aquí.
—Shh.
Momentos así me hacen recordar cuando éramos niños y nos escondíamos de mamá para no tener que ir a la escuela, fingimos que uno de nosotros estaba enfermo y que el otro estaba contagiandose.
Eran tiempos sencillos.
—¿Qué película veremos esta noche?
Por alguna razón cuando faltaban dos o un día para el cumpleaños de alguno de los dos, hacíamos una pequeña celebración solo de hermanos. Vemos películas, jugamos videojuegos o molestamos a papá para que nos deje salir de noche. A veces salíamos a la playa o acampamos en el patio trasero.
Y eso a pesar de los años se ha mantenido constante en nuestras vidas.
—No lo sé…
—Wow, no puedo creer que mi hermanita cumplirá dieciocho al fin —se gira, hasta que queda mirando el techo—. ¿Te doy un consejo?
Cierro mi libro porque de nada sirve intentar leer cuando mi hermano está aquí. Me levanto de la cama para dejar el libro sobre el escritorio y tomar mi computadora también.
—Ilumíname con tu sabiduría.
—Siempre, pero siempre que salgas a una fiesta asegúrate de comer antes de beber.
Levanta el dedo índice para contabilizar sus consejos. Le sigue el dedo medio.
—También, tienes que tener un amigo lo suficientemente raro como para que no beba... Ah y claro que sepa conducir.
Mi hermano cree que tengo la vida social suficiente para salir de fiesta, que poco me conoce. Pongo mis ojos en blanco y recibo un almohadazo en respuesta.
—Sabes que odio que hagas eso... —levanta ahora su dedo pulgar—. Tercero, tienes que cargar siempre un condón en tu billetera porque… ¡No! Espera... olvida eso.
—Oye pero…
—¡Olvídalo ahora! Nada de esas cosas, no hasta que muera.
Su rostro está de todos los colores y me hace reír.
—Pero-
—¡Nada de peros! —me apunta con su dedo—. Dije que nada de eso hasta que yo muera, si no te prometo que yo mismo iré y lo dejaré sin posibilidad de nada. Tendrá que fingir orgasmos toda la vida y créeme eso será una mierda de vida.
Qué sutil. Pero está tan serio que no puedo evitar reírme a carcajadas.
—Eres cruel y no lo digo por mi, lo digo por quien se me acerque.
Ignorando su cara de indignación le entrego la computadora para que busque algo para ver, no tengo ganas de hacer eso.
—Sí por eso te recomiendo mantener al vecino a una distancia prudente. No creas que no los he visto.
—¿De qué hablas tonto? —suelto una risa pequeña, nada comparado a lo de hace un rato—. No tengo nada con el vecino.
Y no sé qué tanto ha visto porque la verdad no hemos hecho nada del otro mundo. Solo somos amigos, supongo, ¿tal vez? No lo sé.
—No soy idiota hermanita, se nota como el chico te mira —se incorpora—. ¿Y tú? Estás colada por él, como que lo miras y empiezas a babear todo el lugar.
Pff, ¿qué?
—¡No me gusta Jake! —digo a la defensiva.
—Oh y el muy desgraciado tiene nombre.
Le pego en el brazo pero Nathan ni se inmuta, prefiriendo continuar con sus teorías raras.
—Pero imagínatelo y dime que no te gustaría la idea.
Frunzo el entrecejo. ¿Jake y yo? ¿Yo y Jake? Nah, ¿en qué clase de mente eso parece una buena idea?
—No me gusta Jake —confirmo.
Él es tan sonrisas y diversión, viviendo el momento y tomando malas decisiones. Mientras que yo soy tan amargada y sarcástica que ni siquiera sé cómo April puede aguantarme.
Él, a pesar de todo, es agradable para todo el mundo. A mi nadie me conoce y aún así me odian.
En todo este tiempo que he tratado de cambiarlo me he dado cuenta de las diferencias que tenemos y si soy sincera son una cantidad importante. Ni siquiera sé si esto, lo que sea que es, va a durar, no puedo imaginarme siendo su pareja porque él quizás quiera cosas que yo no y viceversa.
Seríamos una mala combinación.
¿Podría imaginarme una simple cita con él? Sería un desastre, probablemente él esté hablando todo el rato por los dos porque yo estaría leyendo toda la velada. O tal vez quiera invitarme a una fiesta y yo lo llevaría a casa de mi abuela a jugar bingo con la familia.
Tampoco soy buena para las demostraciones de afecto y según todo lo que he visto, Jake las adora. Sería injusto para ambos presionarnos a hacer esas cosas.
—¡Si lo estás imaginando! —exclama tan acusatoriamente que me hace sonrojar.
—¡Pe-pero si tu preguntaste! —digo a la defensiva.
—¡Era una broma!
—¡Deja de gritarme!
Se burla de mí a carcajadas. Estoy tan roja y ofendida que no me atrevo a mirarlo. ¿Cómo se le ocurre pensar que me gusta Jake?
—Así que te gusta el vecino Summer…
—Cállate.
Le quito mi computadora y me acomodo en mi cama quitándole las mantas a mi hermano. Me distraigo con la página de películas para evitar su burla.
—No te enojes, yo guardaré tu secreto.
Bufo.
Si lo pienso bien, él es una buena persona y todas aquellas cosas que han estado pasando entre nosotros ha sido prueba irrefutable de ello. Honestamente sería imposible poder decir algo malo acerca de él.
Tampoco puedo negar la punzada de celos cada vez que me hablaba de Zoey, pero no por su relación, sino porque se ve tan feliz adorandola, que me dan ganas de algo como eso. Alguien que quiera hacer de todo solo por verme sonreír, alguien que sin importar nada puede impulsarte a ser y sentirte mejor.
Jake es una buena persona, lo presiento porque me siento cómoda conmigo misma al lado de él. A pesar de haber actuado como un idiota al principio, ahora me siento alegre con él y respetada. Aunque creo que eso se debe a que aprendí a conocerlo y no simplemente juzgarlo por todo lo que decide.
Me agrada esto que tenemos. Alguien que se encargue de hacerme reír, alguien que se encargue de hacerme sentir cómoda y salir de mi burbuja. Alguien se encarga de preguntarme qué tal va todo y ese alguien es Jake.
—¿Podrías dejar de suspirar por el vecino? Estoy intentando ver una película aquí.
Pero no estoy segura de si podría llamarlo amistad o si no se va a acabar luego de que todo con Zoey se concrete.
—Vamos, camina Summer.
April me está arrastrando por el centro comercial.
—¿Por qué estamos aquí?
—Porque tan solo falta un día para tu cumpleaños y con los chicos decidimos hacer una fiesta sorpresa… —titubea—, bueno no tan sorpresa ahora, pero da igual te ibas a enterar de todas formas.
¿Con los chicos…?
Me detengo de lleno. Sé que quizás es absurdo emocionarme por una fiesta sorpresa —ya ni tan sorpresa—, pero nunca había tenido a alguien que la organizara que no fuera mi familia.
—Ellos… ¿una fiesta?
—¡Si! A Jake se le ocurrió la idea, dijo que sería divertido.
Mis mejillas se encienden de inmediato ante la mención de su nombre. Las palabras de mi hermano vienen rápidas a mi cabeza.
A Jake se le ocurrió… ¿por qué? ¿Por qué él haría algo así?
—¿Por qué?
April se gira, frunciendo su entrecejo hacia mi.
—¿A qué te refieres con por qué? —aprieto los labios—. ¡Somos amigos! Eso es lo que hacen los amigos, celebran las cosas de los otros…
¿Somos amigos? No lo entiendo, se supone que solo estoy aquí para ayudarlo.
—¿No me digas que todavía piensas que Jake no es nuestro amigo?
Por supuesto.
—¿No?
Ella suelta una pequeña risa y se acerca a mí para tomarme de nuevo del brazo.
—A estas alturas deberías saber que todos estamos aquí para ti. Todos somos amigos…
April no lo dice de algún modo en especial, tampoco discurso como si fuera un discurso motivacional, pero esa palabra, esa pequeña palabra, hace que dentro de mí todo se sienta cálido.
Ella me da una mirada rara, pero no le presto atención. Podría llorar en cualquier segundo, tan solo ayer dudaba sobre esto y hoy me dicen que mis pensamientos son infundados.
—No lo dudes nunca Summer, eres especial para nosotros.
No sabía que esto era lo que necesitaba escuchar hasta este momento. Definitivamente voy a llorar, pero no dejo que ella lo vea, no es el momento ni lugar para volverme emocional.
—¿Qué hacemos aquí?
Ella no hace ningún comentario sobre mi abrupto cambio de tema, por otro lado sus ojos se iluminan al entrar a una tienda de ropa. Todo es tan extravagante de primera mano.
—Tienes que verte bonita para ese día y yo necesito algo con que poner celoso a Jesse.
—¿Por qué tengo que comprar algo? ¿Por qué no me puedo vestir como siempre?
—Porque esta vez es especial.
Detengo mi caminar, mis manos sobre una bonita blusa transparente de color verde, es bonita, pero no sé si me vaya a quedar. Al ver que no entiendo April suelta un suspiro frustrado.
—Porque está Jake.
¿Ah?
—No actúes como si no lo notaras…
¿Me perdí de algo más en esta conversación?
Ahora estoy confundida.
—Porque se nota que entre ustedes hay química, es algo que está ahí presente cada vez que se juntan.
¿Acaso no vió que acabo de tener un colapso mental por pensar que somos amigos? ¿De qué química está hablando?
¿Se pusieron de acuerdo?
Se planta frente a mí ignorando a una dependienta que se acercaba como animal en caza a ofrecernos su ayuda. Mi mejor amiga soba mi brazo como si me estuviera confortando, mire el gesto con el ceño fruncido.
—¿De qué hablas? Él tiene novia.
—¿Y? No lo has visto mirarte Summer.
Definitivamente se pusieron de acuerdo.
Apenas estoy procesando esto de la amistad, ¿por qué creer ya que me gusta?
Yo lo ayudo y ya. Pero presiento que discutir esto con April no me llevará a ningún lado, así que guardo silencio.
Camino dejando ese tema detrás y ella hace lo mismo, lo cual agradezco. Una chica se nos acerca, ofreciéndonos su ayuda para “asesorarnos en nuestra elección de ropa”. Descartamos su ayuda tan pronto como lo dice, April murmurando algo que no logro entender, la dependienta por otro lado si, y veo que hace una mueca antes de irse.
Suspiro, viendo como mi mejor amiga sostenía una blusa suelta de color blanca, es muy bonito, tiene uno de sus hombros caídos y llegaba hasta por sobre el ombligo.
—¿Comprarás algo para el baile de máscaras?
Me mira pensativa. En nuestra escuela se celebra un baile antes de diciembre, y se hace con máscaras. Algunos antiguos estudiantes sugirieron la idea y se ha quedado por varios años como tradición. La gracia es que todos vengan con máscaras puestas, pero nunca he sabido qué se celebra.
Es raro porque no celebramos nada en especial, simplemente hacemos una fiesta común y corriente solo que de incógnito. Aunque la verdad, nunca voy.
—Podría comprarme algo ahora.
Me estira la blusa para que me la pruebe y yo la miro con disgusto. No usaría algo así, odio mi ombligo.
—¿Iremos al baile?
—Tú sabes que no voy a esas cosas.
—Pero esta vez es espe- diferente.
Agarro un vestido, es demasiado llamativo con cintas rosado fluorescente haciendo rosas falsas en los hombros y cintura de este pomposo vestido chillón, era como imaginarse a una Barbie con su vestido soñado, es horrible. Todo inflado en los hombros, con miles de vuelos por el bajo del vestido.
¿Cómo venden estas cosas? Lo sostuve frente a mí viéndole el precio… «¡Dios mío! ¿Pagan tanto por cosas como éstas?»
—Y esto no tiene nada que ver con Jake… tiene que ver con que es nuestro ultimo año, tenemos compañía, hay que aprovechar.
Quizás ella tenga razón, antes no teníamos más personas para ir.
—Podría ser divertido…
—¡Si!
Esto me traerá pesadillas definitivamente.
Seguimos caminando por toda la tienda, no es necesario buscar un vestido, pero sé que al menos April ya tenía visto algunos.
Mi amiga llega la blusa que me mostró hace un rato en la mano y a medida que camina va agarrando más y más. Vuelvo a mirar la blusa verde y por alguna razón ella la agrega a su pila de ropa también.
Una vez cerca de los vestidores, la de cabello rojo, me pone todo a mi en la mano y me empuja bruscamente dentro de un cubículo de probador.
—¿Qué haces?
—Se nota que quieres probarlo. Anda, seguramente te quedará genial.
Hago un ademán para quejarme, pero ella es rápida en cerrar la cortina para callarme.
—No quiero hacerlo —me quejo. Qué vergüenza.
—¡No seas así! Te verás bonita.
—¿Por qué insistes pelirroja?
—Porque te conozco y sé que en el fondo de tu ser quieres llevártelo para verte guapa.
Puse mis ojos en blanco aunque ella no me ve.
—No le presto atención a esas cosas, qué te hace creer que lo hare ahora.
A pesar de mis quejas igual tomé el dobladillo de mi sudadera para quitármela al igual que mi polera. Me quedo un segundo mirando mi figura, mi piel es tan blanca que mis lunares y vellos se me notan mucho, eso no me gusta. Sostengo mis pechos pequeños, abarcando mi brasier negro con mis manos.
Mi mamá siempreme ha dicho que le gusta mi cuerpo, porque es delicado, no sé qué quiere decir con eso, yo solo sé que mi ombligo es raro.
Suelto un suspiro y continúo con lo mío. Del otro lado puedo escuchar a April decir:
—Por Jake.
Detengo mis movimientos, quedando con la blusa metida en mi cabeza, ¿Por qué todos creen que me gusta Jake? No he dado razones, ¿o sí?
Me acomode la blusa bien, no me había dado cuenta que me probé la que April me ofreció. Frunzo el ceño, me siento incómoda al momento de ver mi ombligo, pero más allá de eso, la blusa se ve bonita. Solo quiero que mi ombligo deje de verse.
—¿Por qué haría eso?
Salgo del cubículo para que ella me vea, el frío del pasillo hace que mi piel se erice.
—Wow... a ver, date la vuelta. Te queda muy bien.
Suspiro de nuevo, volviendo dentro del probador sintiendo el peso de la mirada de April sobre mi nuca. A través del espejo veo como ella se apoya contra el umbral.
—Lo digo porque cada vez que están juntos tu personalidad florece. Es raro, pero como que te vuelves más, eh cómo decirlo...
Se queda en silencio unos segundos mientras yo me quitaba la blusa. April cierra la cortina quedándose dentro conmigo.
Más... qué «más tonta, más celosa, más atrevida, más tonta» Ya dijiste eso.
—Más… ¿qué?
Lo siguiente que me pruebo es la blusa verde transparente, es una elección bastante osada para alguien como yo, pero tampoco es como que fuera a comprarla. Lentamente cierro los botones dejando que la punta de mis dedos rocen mi piel.
Se siente tan suave contra mi piel que no puedo evitar sonreír. Es tan bonita.
April chasquea los dedos tan repentinamente que doy un respingo. Mis ojos chocando con los de ella a través del espejo. La vergüenza se apropia de mi pronto, por lo que me desabotono la blusa luego para quitármela.
—¡Eso es! ¡Más coqueta! —me apunta con su dedo—. Cuando estas con Jake, te vuelves más coqueta.
A pesar de la pila de ropas no hice el intento de probarme nada más, por alguna razón estoy demasiado incómoda para hacerlo. Me visto rápido y me relajo al sentir el calor y familiaridad de mi propia ropa. Es reconfortante.
Salgo del cubículo ignorando a mi amiga y su confundida mirada. Vuelvo al lugar donde se encontraba anteriormente la blusa para dejarla ahí. La dependienta en caza venía nuevamente al ataque. April me arrebata la blusa de las manos, dirigiéndose a la caja, la dependienta nos regala una fingida y dolorosa sonrisa.
Me reí en una carcajada, ¿yo? ¿coqueta?. Por favor, no se seducir ni a un pedazo de pan y dice que soy coqueta con Jake.
Le quito la blusa antes de que llegara a la caja y la lance en uno de los estantes. Que ni crea que con su divertida y absurda charla me persuadió.
La misma chica que nos iba a atender borra su sonrisa viendo como yo no quería su producto y lo lanzaba lejos.
—Tú definitivamente has perdido un tornillo.
—¡Deja de quitarmelo! —April frunce el ceño—. Y sí, como que cambias con él, sacas una faceta totalmente nueva.
Tiro de su mano para alejarla de la caja, antes de que pudiera comprarla y la saque de la tienda, ignorando sus quejas. Salimos de ahí con las manos vacías pero el día —lamentablemente para mí, odio las compras—, seguía siendo joven.
—Déjate con eso, acabo de asumir que somos amigos. Creo que me daría cuenta si me gustará Jake, ¿no crees?
—No.
Wow.
—Y digo que no porque te conozco y sé que si te gustará Jake lo negarias… ¡como lo haces ahora!
Dejo de mover mi cabeza, no había notado que estaba negándome hasta ahora.
—Eso no tiene nada que ver.
—¡Si! No lo aceptas ahora, pero podría ser que dentro de ti sientas algo por él.
—Yo creo que ya enloqueciste. April, necesitas ayuda urgente.
—Podría ser, es algo que se puede ver…
Ya es la tercera persona que me comenta algo como esto. No es justo.
—Si claro, al parecer todos saben más que yo, cuando en realidad apenas si nos relacionamos. Apenas si me doy cuenta que somos amigos o que quiero una amistad con él y ya todo el mundo cree que debería gustarme. ¿Por qué siquiera es tan importante?
Pase una mano por mi cabello ajustando mis gafas que caían por el puente de mi nariz, molesta con esta presión. ¿Qué les importa si me gusta o no Jake? Tiene novia y yo le ayude con eso, nada va a cambiar.
—¡Pero eres una obstinada! Sabes llegará un momento en que te darás cuenta, y yo te diré: ¡Te lo dije!
Hago un movimiento para restarle importancia. No quiero seguir hablando de esto con nadie más, quiero que me dejen disfrutar de esta nueva amistad tranquila.
No me gusta Jake.
Y es un no me gusta definitivo.