Hoy no pude comer, ni siquiera tenía hambre y el nudo en mi garganta guardando la rabia y el dolor que sentía solo me hacía vomitar al no poder soltar como debería todo lo que me genera está herida.
Sigo creyendo que es una horrible pesadilla, solo quiero hablarle y decirle todo lo que siento, ir corriendo a sus brazos, darle un beso y decirle que aún podemos lo mejor.
Entraba a su perfil, con la esperanza de que no se borrarán esos lindos recuerdos, y al no verlos ahí sentí una fuerte presión en el pecho, y el aire en mi habitación se volvía escaso.
Mi corazón no puede odiarla, solo extrañarla, quiere impulsarme a buscarla, pedirle perdón por cualquier cosa que hice mal, se niega por completo a guardarle luto a tan hermosa historia.
Mis amigos vinieron a buscarme, guardaban silencios que por momentos se me volvían incómodos al punto de querer volver y dejar que la ansiedad haga su trabajo. Yo decidí vestirme como si fuera a verla, con la remera que le encanta, las cadenas que me regaló, ese reloj que volvió especial mi cumpleaños, me hice los rulos tal y como a ella le gusta, me puse el último pullover que me dió, y me impregné del perfume que tanto le encanta oler
Luego de un tiempo, de una charla incomoda y breve, me alejé con la excusa de vomitar y terminé con los nudillos lastimados por la impotencia descargada contra un fuerte árbol. Era tanto el descargo, que terminé sentado al lado del río, rendido sin saber que fue lo que hice mal.
Mis mejillas se volvieron camino de cataratas, por cada lagrima salía un recuerdo a su lado, mirando sus fotos, sus mensajes, queriendo volver atrás y enmendar todo, implorando a gritos su vuelta como si me escuchara desde tanta distancia.
Mi amigo me vio rendido, y queriendo otorgarme consuelo, con simplemente poner su mano en mi hombro, levanté la cabeza con la ilusión de que fuera ella y al ver que no era así solo pude quebrarme con el corazón roto en mil pedazos que me generaban puntadas en el pecho.
Mi corazón se niega a olvidarla, decidió esperarla el tiempo que sea necesario, estar ahí para ella aguantando ese intenso amor para otorgarselo cuando ella esté lista, y mostrarle que esta historia aún no acaba, porque algo tan hermoso no puede acabar de una forma tan tragica y una llama tan intensa no puede apagarse con un vaso agua.