THE FIRST OF HIS NAME

By cueva2001

7.4K 645 86

En las profundidades de los misteriosos confines de Volantis, donde la magia y el misterio se funden en un to... More

PROLOGO
PERSONAJES PRINCIPALES
Capitulo 1-Atravesando Tierras Conocidas y Desconocidas
Capitulo 2-El Renacimiento De Una Reina
Capitulo 3-El Encuentro en el Reñidero
Capitulo 4-Nuevas Amistades
Capitulo 5-Los 6 Reinos
Capitulo 6-La Sombra del Cuervo
Capitulo 7-La Reina En El Norte
Capitulo 8-Mas Alla Del Muro
Capitulo 9-Las Alianzas Del Dragon
Capitulo 10-La Antigua Sangre
Capitulo 11-Lobos En La Capital
Capitulo 12-La Muralla Negra
Capitulo 13-Khaleesi Y Jhattar
Capitulo 14-El Camino Del Acero
Capitulo 15-Leona Entre Dragones
Capitulo 16-Asshai De La Sombra
Capitulo 17-Traiciones
Capitulo 18-La Mano De La Reina
Capitulo 19-Vientos De Conquista
Capitulo 20-Planes De Conquista
Capitulo 21-La Capital
Capitulo 22-Venado Contra Dragon
Capitulo 23-El Faro
Capitulo 24-Rosas y Dragones
Capitulo 25-La Trucha y Los Gemelos
Capitulo 26-El Valle
Capitulo 27-La Reunion
Capitulo 28-El Oeste
Capitulo 29-Por El Trono
PARTE 2
Capitulo 30-Zaldrīzes Buzdari Iksos Daor
Capitulo 31-El Prisionero
Capitulo 32- Jhala
Capitulo 33-La Chica De Las Apuestas
Capitulo 35-La Misteriosa Princesa
Capitulo 36-Oscuridad Y Libertad
Capitulo 37-El Torneo
Capitulo 38-Dragon Contra Piratas
Capitulo 39-El Regreso
Capitulo 40-Nuevos Puestos
Capitulo 41-La Profecía
Capitulo 42-Reformando La Capital
Capitulo 43- Vado Rubí
Capitulo 44-Loba y Dragon
Capitulo 45-Negro O Rojo
PARTE 3
Capitulo 46-Vinculos Pasados
Capitulo 47-Oscura Capital
Capitulo 48-El Cuello
Capitulo 49-Falsos Ejercitos
Capitulo 50-Invernalia
Capitulo 51-Alianzas Fragiles
Capitulo 52- La Caza
Capitulo 53-La Guardia Real No Huye
Capitulo 54-Tambores De Rebelión
Capitulo 55-Casa Austera
Capitulo 56-La Batalla Helada
Capitulo 57-Conversaciones en la Oscuridad
Capitulo 58-Skane
Capitulo 59-De Tíos A Sobrinos
Capitulo 60-Hoy No
Capitulo 61-Luz O Oscuridad
Capitulo 62-Juntar Las Sangres
Capitulo 63-Despertando Al Dragon
Capitulo 64-Mi Amor Es Tuyo

Capitulo 34-Dagas y Rugidos

36 5 0
By cueva2001

Aegon y Rose se separaron del abrazo, y Aegon miró a su alrededor, asegurándose de que nadie estuviera cerca para escuchar lo que tenía que decir. Con un suspiro, comenzó a contarle todo lo que había pasado en Poniente desde que se separaron.

"Daenerys... ahora es la Reina de Poniente. Conquistó Desembarco del Rey, pero no fue como todos esperaban. La ciudad fue destruida por fuego y sangre, y muchos murieron. Me han hecho prisionero, y ahora me tienen luchando por mi vida en este infierno. Jon, Sansa, todos se han vuelto contra mí... he sido vendido como un esclavo para mantenerme lejos de Poniente. Y aquí estoy."

Rose escuchaba en silencio, su mirada oscureciéndose con cada palabra. La noticia de Daenerys como reina no la sorprendió tanto, pero la idea de Aegon siendo traicionado y vendido la llenaba de tristeza y rabia. Finalmente, cuando él terminó de hablar, ella tomó aire y comenzó su propia historia.

"Yo llegué aquí... de una manera diferente. Después de que nos separamos en Essos, terminé siendo capturada por unos piratas. Me vendieron a un mercader en estas islas, y terminé trabajando para él en el mercado. Durante unos meses, fui una simple sirvienta, pero aprendí rápido a manejar el dinero y las apuestas. El mercader me enseñó a manejar las apuestas de los gladiadores, y así me convertí en la chica de las apuestas. Nadie sospecha que fui una esclava, y aprendí a hacerme valer en este mundo. Aquí es donde estoy ahora... atrapada, pero no derrotada."

Aegon la miró con admiración. Sabía que Rose era fuerte, pero escuchar su historia lo llenó de un respeto renovado por ella. Después de un momento, Aegon preguntó:

"¿Y cómo es que conoces a Khinra?"

Rose sonrió con una mezcla de ironía y curiosidad. "La princesa es una clienta habitual. Aunque no suele venir en persona, siempre manda a algún esclavo de confianza para apostar por los gladiadores. Tiene un ojo muy agudo para las peleas, y parece que le has llamado la atención, Aegon. No es solo tu nombre lo que te hace especial. Algo en ti la ha intrigado."

Aegon sonrió débilmente, recordando sus encuentros con princesas de tiempos pasados. "No es la primera vez que una princesa se interesa por mí."

Rose se rió suavemente y asintió. "Bueno, esta vez no se trata solo de interés. Aegon, tienes que ganar el Torneo del Solsticio. Si lo haces, el pueblo pedirá para ti la lanza de madera, la única forma de conseguir tu libertad."

"Cuéntame más sobre ese torneo," pidió Aegon, curioso.

Rose asintió y comenzó a explicarle. "El Torneo del Solsticio es la mayor competición en las Islas del Verano. Guerreros de todo el mundo conocido vienen para representar a las casas nobles de las islas. Hay casas poderosas aquí: los Kalloa, expertos en arquería y conocidos por su riqueza en joyas; los Zhani, maestros en el arte de la lanza y el escudo, y los Farakka, guerreros temidos que luchan con espadas dobles y los Taa los reyes de las islas que ya los conoces. Cada casa elige a un campeón, ya sea un gladiador o un guerrero contratado. El torneo no es solo una exhibición de habilidades de combate, es un evento sagrado en honor al dios Sol, y el vencedor gana prestigio para la casa a la que representa. Para un gladiador, la victoria significa libertad... la lanza de madera."

Aegon la miró con intensidad. "Y cuando gane ese torneo, ¿cómo piensas que pueda volver a Poniente?"

Rose, siempre con un plan, respondió rápidamente. "Conozco a un tipo. Se mueve entre las sombras del puerto, un contrabandista llamado Quhuru Mo . Él podría conseguirnos un barco. No será fácil, pero si logramos el oro suficiente y las conexiones adecuadas, podremos salir de aquí."

Aegon asintió, sintiendo cómo la idea de la libertad comenzaba a cobrar vida en su mente. "Bien. Empecemos con el plan entonces. Me prepararé para el torneo y, cuando gane, encontraremos la forma de salir de estas malditas islas."

Rose se acercó a él una vez más, y Aegon le dio un suave beso en la frente. "Me alegro de verte, Rose. No sabes cuánto."

Ella le sonrió con ternura, aunque su preocupación era evidente. "Ten cuidado, Aegon. Los gladiadores no son como los nobles de Poniente. Aquí luchan para matar, y no mostrarán piedad."

Aegon, con la mirada decidida, respondió. "Tampoco deberían esperar piedad de mí."

Y con esas palabras, se despidió de Rose, preparándose mentalmente para lo que estaba por venir. El Torneo del Solsticio se acercaba, y la libertad, aunque lejana, ya no parecía inalcanzable.

Unas semanas habían pasado desde que Aegon comenzó a luchar en el coliseo, y su reputación había crecido rápidamente. Los combates eran brutales, y Aegon enfrentaba enemigos cada vez más fuertes, pero su determinación, combinada con su destreza, lo convertía en un gladiador temido y respetado. Luchó contra guerreros provenientes de las islas más lejanas, algunos usando armas exóticas, otros peleando con una ferocidad salvaje. En una ocasión, enfrentó a un gigante de las Isla de Los Huesos, armado con un enorme martillo que destrozaba el suelo a cada golpe. Aunque debilitado, Aegon lo derribó con una hábil maniobra, ganándose la ovación del público.

Cada victoria le otorgaba más privilegios. Ahora, Aegon podía moverse libremente por la ciudad. Visitaba el puerto, donde observaba los barcos mercantes que llegaban desde Essos y Sothoryos, soñando con el día en que él también pudiera zarpar lejos de esa prisión. También paseaba por el mercado, donde empezaba a familiarizarse con la vida cotidiana de las Islas del Verano. De vez en cuando, se encontraba con Khinra, la princesa, en encuentros breves pero significativos, y las visitas a Rose eran frecuentes. Aunque su relación con Rose seguía siendo profunda, había una tensión en el aire: ambos sabían que los días de Aegon en las islas estaban contados, para bien o para mal.

Una tarde lluviosa, Aegon decidió ir al mercado para comprar algo de comida para Sried, su compañero gladiador. Mientras caminaba por las calles empedradas, las gotas de lluvia golpeaban su piel y el viento frío le calaba los huesos. Las sombras de los callejones se extendían como si fueran parte de la tormenta misma. De repente, una mano salió de uno de esos callejones oscuros y lo agarró con fuerza. Instintivamente, Aegon se defendió, lanzando a la persona al suelo y sacándole la capucha. Para su sorpresa, la persona debajo de la capucha no era un enemigo, sino Janei, una vieja conocida de Poniente.

"¡Janei!", exclamó Aegon, sorprendido.

Ella lo miró, su cabello empapado por la lluvia, pero con una sonrisa traviesa en los labios. "Sabía que no te tenían prisionero, Aegon."

Aegon, todavía perplejo, le preguntó: "¿Cómo sabías dónde estaba?"

Janei se incorporó, sacudiéndose el barro de la capa. "Fui a Puerto Blanco y pregunté. Aunque tuve que utilizar algo de oro para soltar las lenguas de unos borrachos. Me dijeron que te habían vendido como esclavo a un traficante y que te llevaron a estas islas."

Aegon suspiró, resignado ante el destino que lo había llevado hasta allí. Decidió contarle todo: desde su traición, el tormento de ser prisionero, hasta sus luchas en la arena. También le mencionó que Rose estaba en la isla y que había tenido algunos encuentros con Khinra, la princesa.

Cuando terminó, Janei lo miró con seriedad. "Entonces, ¿qué quieres que haga? Estoy aquí por ti, Aegon. Puedo conseguir información de lo que sea necesario."

Aegon la observó detenidamente, sabiendo que Janei siempre había sido alguien en quien podía confiar. "Quiero que busques información sobre Khalvos, el Rey de las Cadenas."

Janei arqueó una ceja, intrigada. "¿Khalvos? ¿Qué quieres saber de él?"

Aegon apretó los puños, su voz se volvió fría y dura. "Todo. Necesito saber todo lo que puedas averiguar sobre él... porque lo voy a matar."

Janei no mostró sorpresa, como si hubiera esperado ese tipo de respuesta. Asintió lentamente. "Bien. Me encargaré de averiguar lo que pueda. Pero ten cuidado, Aegon."

Aegon la miró con determinación. "Ya estoy jugando con mi vida todos los días en la arena. Khalvos es solo una extensión de eso."

Janei lo miró fijamente durante un momento más, antes de volver a cubrirse con su capucha. "Haré lo que pueda. Nos vemos pronto."

Con esas palabras, Janei se desvaneció en las sombras del callejón, dejando a Aegon solo bajo la lluvia. Sabía que el camino que estaba eligiendo no sería fácil, pero si algo le había enseñado el coliseo, era que debía luchar hasta el último aliento para obtener su libertad y vengarse de aquellos que lo habían traicionado.

Unos días después, Aegon se encontraba en el coliseo preparándose para lo que sería su último combate antes del gran Torneo del Solsticio. El ambiente era tenso; la arena vibraba con la expectación del público que había venido a verlo luchar, ansioso por otro espectáculo de sangre. Aegon se ajustó las correas de sus botas y repasó mentalmente la estrategia, aunque sabía que en la arena nada salía según lo planeado. Había aprendido a adaptarse, a reaccionar con instinto y determinación.

Cuando las puertas se abrieron, Aegon salió bajo la mirada de miles de espectadores que rugían su nombre. Frente a él, su rival esperaba. Era un hombre enorme, con tatuajes que cubrían todo su torso y brazos, portando una espada curva que parecía tan mortal como su mirada. El presentador, un hombre de voz grave y ceremoniosa, anunció con entusiasmo el combate:

"¡Hoy, la sangre manchará esta arena una vez más! En esta esquina, el indomable Aegon, el gladiador que desafía a los dioses. Y en la otra esquina, el asesino de Essos, Targos el Viento Negro, cuyo nombre ha sembrado terror en cada rincón del continente!"

El combate comenzó con furia. Targos, ágil a pesar de su tamaño, atacó con rapidez, lanzando cortes profundos que Aegon apenas pudo esquivar. Pero Aegon, más experimentado en la brutalidad de la arena, contraatacó con una precisión feroz. Durante varios minutos, ambos intercambiaron golpes mortales, hasta que Aegon encontró una apertura y hundió su espada en el costado de Targos. Con un giro violento, arrancó la hoja, y el gigante cayó de rodillas, desangrándose.

Sin mostrar compasión, Aegon decapitó a Targos de un solo golpe. Con la cabeza aún sangrante en la mano, la levantó hacia el público, mostrándola como un trofeo. El público enloqueció, gritando su nombre, vitoreando el brutal espectáculo que acababan de presenciar.

Aegon regresó a los pasillos donde los gladiadores aguardaban tras sus combates, respirando con dificultad pero victorioso. Allí lo esperaban Rose y Janei, ambas con expresiones diferentes. Rose, con una sonrisa satisfecha, le dijo: "Buena pelea, Aegon. Aunque... lo de la cabeza fue un poco excesivo."

Janei, arqueando una ceja, agregó: "Sí, lo de la cabeza fue algo raro, pero no se puede negar que fue un buen combate."

Sin darle mucho peso a sus comentarios, Janei cambió rápidamente de tema. "He averiguado más sobre Khalvos. Tiene una hija... y se va a casar en unos días."

Rose sacó unas invitaciones y, mostrándoselas a Aegon, dijo: "Y, sorprendentemente, estamos invitados."

Aegon, intrigado, preguntó: "¿Cómo conseguiste las invitaciones?"

"Esta señorita de aquí," respondió Rose señalando a Janei, "sabe cómo hablar. Ha sido una labor convincente."

Aegon asintió, sabiendo que Janei siempre había tenido un don para obtener lo que necesitaba. "Necesitamos un plan," dijo con determinación.

Rose lo miró fijamente y preguntó, preocupada: "¿Lo vas a matar en la boda de su hija? Yo pensaba en asistir, estudiar su entorno, encontrar el mejor momento..."

Aegon, con una expresión oscura, respondió: "No solo lo voy a matar a él."

Janei, más pragmática, intervino: "Haz lo que tengas que hacer, Aegon. Yo te apoyo."

Rose, sin embargo, lo miró con preocupación. "Su hija es inocente, Aegon. No merece pagar por los pecados de su padre."

Aegon se giró hacia ella, levantando su camisa para mostrar las cicatrices que había acumulado en su cuerpo desde su llegada al coliseo. Heridas profundas y cicatrices irregulares adornaban su piel como marcas de guerra. "Si un hombre pinta un objetivo en su pecho, debe esperar que tarde o temprano alguien le suelte una flecha," dijo con dureza. "Y Khalvos lo pintó hace mucho tiempo."

Rose lo observó en silencio, procesando sus palabras, pero con una última advertencia: "Recuerda una cosa, Aegon: la violencia es una enfermedad... y no la curas contagiándola a otras personas."

Janei, por primera vez de acuerdo con Rose, añadió: "Ahí, la pelinegra tiene razón."

Aegon, con una calma calculada, colocó una mano sobre el hombro de cada una, mostrándoles una sonrisa que intentaba calmarlas. "Tranquilas. Sé lo que tengo que hacer en todo momento."

Ambas mujeres lo miraron con preocupación, pero sabían que no había vuelta atrás. Aegon había trazado su propio camino, uno lleno de sangre, lucha y venganza. Y en ese sendero, solo la muerte o la libertad lo aguardaban al final.

Unos días después, Rose y Janei se encontraban en una pequeña habitación, probándose los elegantes trajes para la boda. La luz tenue de la estancia caía sobre ellas mientras cada una se miraba en el espejo con una mezcla de emoción y tensión. Rose, con un vestido negro ajustado que realzaba su figura y le daba un aire de misterio, preguntó: "¿Qué te parece, Aegon?"

Janei, vestida con un resplandeciente vestido dorado que contrastaba con su piel, giró sobre sí misma, mostrándole los detalles del atuendo a Aegon. "¿Y yo? ¿Cómo me veo?" añadió con una sonrisa divertida.

Aegon las observó con una mirada evaluadora y, tras un momento de silencio, esbozó una sonrisa ligera. "Están muy guapas, ambas. Parecen listas para algo más que una boda. Parecen reinas."

Janei se acercó con una sonrisa traviesa y le entregó una prenda. "Y este es para ti, Aegon. Te toca."

Aegon tomó el traje y, después de un momento de duda, se lo puso. Era elegante, pero sobrio, diseñado para ocultar su presencia entre los invitados de la boda sin dejar de destacar. Mientras se lo ajustaba, Janei le lanzó una mirada apreciativa. "Estás muy guapo, Aegon," comentó, dejando escapar una risita.

Rose, sin perder su aire sarcástico, añadió: "Una lástima que se vaya a manchar."

Janei rió junto a ella, pero su risa se detuvo al sacar un pequeño frasco de su bolso. "Y de regalo de boda... esto," dijo mientras le mostraba el frasco con la letal leche de amapolas.

Aegon lo miró durante un segundo, sus ojos entrecerrados. "No lo eches en el vaso de Khalvos," dijo en un tono bajo pero firme. "Quiero que me vea mientras muere. Quiero que sepa quién lo mató, que lo sienta."

Janei, guardando el frasco con un gesto despreocupado, respondió: "Lo que tú digas, Aegon. Tú eres el que lleva las riendas en esto."

Rose lo observó en silencio, sus ojos reflejando tanto preocupación como comprensión. Sabía que el deseo de venganza de Aegon era inquebrantable, pero temía que aquello consumiera lo poco de humanidad que le quedaba. Pero por ahora, todo estaba listo. La boda sería en pocos días, y la muerte rondaba cerca de Khalvos sin que este lo supiera.

El plan estaba en marcha, y en cada paso que daban, el destino de Aegon se entrelazaba cada vez más con la violencia y la red de mentiras que los rodeaba. Rose, Janei y Aegon se preparaban para una noche que lo cambiaría todo.

Continue Reading

You'll Also Like

1.4K 84 6
[CANCELADA] Solo entren y lean: Estado:Cancelada Protagonistas:hope mikaelson ryan clark
40.9K 1.6K 52
marina trainor es una chica dulce y tierna. pero es fria y se saber defender de las personas que le pueden hacer daño ella tenia una vida perfecta a...
5.5K 617 25
Una relación amor odio surge entre el vaquero Phil Burbank y la joven ___ Gordon. Poco a poco empezaron a hacercarse más hasta ser amigos y esa relac...
30.4K 990 25
Pequeñas historias sobreLeah Clearwater y personajes masculinos/Femeninos -The Vampire diaries [Crónicas vampiricas] -The originals -Teen Wolf -Cr...