Izuku esperaba nervioso cerca del auto, veía a Shoto que le sonrió suave y a Denki que no se veían tan nervioso, como podían estar tan tranquilos cuando el teme por la seguridad de no solo su alfa también el futuro rey.
Vio salir a Katsuki componiendo los puños de su camisa, parecía muy tenso y eso le asustó un poco, aún así avanzo casi corrió en dirección a él
Katsuki alzó la vista al escuchar los pasos rápidos, abrió los brazos para recibir en ellos a su Omega que se refugio en su pecho temblando.
—Tranquilo mi amor, todo está bien— susurro tratando de darle un poco de paz a su amado.
Izuku se dejó llevar por el cenizo hasta el auto, cuando el vehículo se ponía en marcha vio a Yagi en la entrada, en su mano sostenía su pañuelo que alzó hasta su boca, había una mirada tan pesada en él que Izuku sintió que algo estaba mal.
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Yagi amaba el poder pero no cualquier poder, por ello jamás había centrado su vista en la corona, no deseaba que fuera visto por el pueblo, quería ser temido entre las sombras.
La mayoría sospecha de los tratos chuecos que tienen los Chizaki pero pocos en verdad saben la realidad.
Y él deseaba ser el que controlará la red entre las sombras mientras seguía manteniéndose en el consejo, y ahora su hijo había arruinado todo, no solo había dejado a un lado el compromiso con Kai, se había enredado con el príncipe.
—Solo saca la ventaja que deseas de ello— comento Inko sentada en el borde del escritorio mientras limpiaba el labio roto de su pareja.
—Con un poco de poder podría someter a los Chizaki y tener más que ellos— susurro el alfa— bien, hagamos creer que la unión de Izuku con Katsuki nos llena de orgullo.
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Se sentia tan fuera de lugar, el palacio era enorme, entrar de la mano del príncipe lo hacía tener las miradas de todos los trabajadores sobre él
—Donde estabas— Mitsuki apareció por un pasillo elegantemente vestida, detrás de ella caminaba una hermosa Omega con un vestido rojo.
—Mi Omega me necesitaba— Katsuki se detuvo frente a su madre, la mujer desvío la vista al peliverde y luego regreso a Katsuki
—Por que tiene un golpe? Katsuki que hiciste?— gruño la alfa dando un paso en dirección a su hijo.
—no hice nada madre, fue el padre de Izuku el responsable— la alfa suspiro y nuevamente miro al peliverde, era un chico precioso un Omega delicado de bella estampa.
—Bien, has que chiyo lo revise y deja que descanse un poco, necesito hablar contigo en privado— le dijo la alfa.
Katsuki asintió y se alejo de ahí con Izuku de la mano, lo llevo con una mujer de avanzada edad que le reviso minuciosamente y luego lo condujo hasta el tercer piso donde estaban sus aposentos.
Abrió la puerta dejando ver una habitación de gran tamaño con lujos y elegancia por todos lados.
—Puedes tomar cualquier prenda de mi clóset, enviaré a alguien con un poco de comida, descansa, volveré en seguida— Katsuki se inclino y beso a Izuku con suavidad.
—Mi presencia no te causará problemas?— pregunto Izuku
—Jamas mi amor, eres mío, no dejaré que nadie ponga en duda eso— declaro saliendo de la habitación al fin
Izuku se quedó ahí en la habitación, se adentro en el clóset y admiro las piezas que habían ahí, busco lo más básico hasta que encontró una sección dirigida a ropa deportiva, tomo un chandal y una básica negra y se las coloco
—Hola— entro el pelirrojo de esa mañana, Izuku le sonrió un poco nervioso—Blasty envío comida— dejo la bandeja en una mesita de centro y observo mejor al chico, de cerca era mucho más bello, sonrió tratando de que no se sintiera incomodo— está mañana no me presenté, soy Eijiro Kirishima, cualquier cosa que desees dimelo, veré la forma en encontrarlo, sabes, me alegra que mi amigo encontrará al fin a su Omega, salvaste de una tragedia al reino
—Tragedia?— pregunto Izuku.
—Bueno si, Katsuki puede ser muy calmado la mayor parte de veces pero en realidad es muy reactivo, su alfa mucho más, y ambos estaban negadose a marcar a cualquier Omega que no fuera el suyo, su lobo estaba firme en acabar en mala situación si le imponían una pareja— comento— durante años Shinso y yo lo vimos pelear con esa sensación de que quizá jamás te encontraría.
—Yo, no sabía eso, fue bueno que viniera al baile entonces — comento Izuku
—No planeabas venir?
Izuku nego y se acercó a la bandeja sirviendo un poco de agua, agradeció que estuviera helada y bebió— no encontraba sentido cuando mi destino había sido decidido por mi padre, solo vine por qué Sho y Kami me arrastraron— confesó mientras la sombra de una sonrisa bailaba en su rostro.
—Pero viniste y eso es lo importante— sonrió y se levantó— si necesitas algo, coje el teléfono fijo y marca 365 te comunicará con el encargado del servicio del castillo, puedes pedirle lo que sea— le aviso y salió de ahí dejando solo a Izuku
Sin mucho más que hacer, se dejó caer en el sofá y encendió el televisor mientras comía un poco de lo que habían llevado.
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Katsuki entro a la oficina de su madre donde Momo seguía ahí, la pelinegra se levantó de golpe al verlo entrar y Mitsuki solo suspiro cansada de la chica.
—Prometieron que yo sería tu reina! No un idiota de quinta, exijo que rompas ese lazo y me cumplas— grito la pelinegra molesta
—Primero, yo jamás te prometí nada todas esas ideas son tuya y de mi madre arreglen eso ustedes, segunda vuelves a referirte de esa forma de mi Omega y te cortó la lengua y tercero con que derecho crees que puedes alzarme la voz?— la voz de Katsuki estaba claramente teñida de molestia y eso hizo que la pelinegra bajara la vista y se encogiera temerosa de lo que hizo.— lárgate este asunto es entre mi madre y yo, ahora.
Momo salió de ahí con lágrimas en los ojos y la ira creciendo en su interior, que se creía ese estúpido Omega para quitarle lo que era suyo por derecho.
Fue directo a los aposentos de Katsuki, jamás había estado ahí antes, es más, jamás había hablado realmente con el alfa, solo deseaba qué ese Omega se apartará de su camino a la corona.
—Yo no entraría ahí— Shinso hablo acercándose a la puerta de la habitación de Katsuki — no tienes nada que buscar aquí Yaoyoruzo
—Es la habitación de mi prometido, claro que tengo mucho que hacer aqui— le respondió con voz "inocente"
—Lamento decirte que no eres la prometida de Katsuki, él ya tiene Omega y eso lo hace tu príncipe, así que vete, no molestes a la pareja de kats— soltó con amenaza
La chica le miro con molestia alejándose, no dejaría las cosas así, hablaría con ese Omega, lo quitaría de su camino.
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Volvió a su habitación un par de horas más tarde, su madre estaba feliz por él, había aceptado de manera buena la unión, quizá lo que lo retraso más fue la cantidad de amenazas de su madre si llegaba a lastimar a su destinado.
Luego de jurar que no lo haría al fin fue libre, claro también le felicito por su acción con Yagi.
Al entrar vio la TV encendida en lo que parecía una película, su Omega estaba acostado en el sofá, se había quedado dormido, apagó el aparato y alzó al peliverde llevándolo a la cama.
—volviste— susurro Izuku apenas consciente
—Si amor, descansa, me iré a poner algo cómodo y ya vuelvo— susurro Katsuki sintiendo el agarre en su muñeca cuando quiso alejarse.
—Puedo ayudarle a estar cómodo alteza— susurro Izuku dejando que su aroma fuera una invitación a lo que deseaba.
Katsuki jamás se había sentido tan doblegado a alguien como se sentía en ese momento, era más que claro que aceptaría lo que su Omega pedía.