En algún lugar desconocido para el ser humano...
El momento ha llegado, ese chico que Yumei veía en su sueño está ahora mismo frente a sus ojos.
La premonición entra en juego, y con ella, dos posibles caminos se muestran en el horizonte. Ahora Yumei deberá tomar una decisión.
- Imagino que tú esperas que tome la primera opción, ¿no es así, Hiromi? - Le pregunté mientras la observaba.
La apariencia de Hiromi siempre me ha parecido peculiar. Su cabello rosado y esos ojos azules resaltan su belleza, eso es innegable.
Por otro lado, sus expresiones dan una sensación de tranquilidad, pero al mismo tiempo, se siente un pequeño aire de picardía en su aura. Es bastante curioso.
- Puede que sí, puede que no, ¿quién sabe? - Respondió intentado evadir la pregunta.
- No finjas, sé perfectamente que eso es lo que deseas. Al fin y al cabo, los principios que conforman tu ser te hacen desear ese resultado.
- ... Tienes razón en lo que dices, pero tranquilo, mantendré mis impulsos bajo control.
- Eso espero, no podemos intervenir aquí, las cosas deben seguir su curso natural.
- No es necesario que me lo digas, Kyomi. Me conformo con que la chica logré unir a esas dos personas que le encomendé. - Continuó.
- Sin embargo, si aquí surge alguna chispa, no estaría mal. - Dijo Hiromi con una sonrisa.
- Eso lo decidirá Yumei. Bueno, veamos cómo se desarrolla está situación.
Teniendo en cuenta como fue su última experiencia, no creo que baje la guardia en este caso.
Lo más seguro es que se mantenga cerrada y atenta a cualquier mínima insinuación que tengan que ver con forjar una relación de pareja.
Sin embargo, ella sabe que no puede seguir así para siempre, su vida sigue, no tiene caso mantenerse estancada en ese punto.
Así que la pregunta es, ¿le dará una oportunidad? O por el contrario, ¿mantendrá las puertas de su corazón cerradas?
En ese choque mental que ocurre en su cabeza, deberá encontrar su propia respuesta.
...
No puede ser, la situación actual me hace llegar a una sola conclusión. Es el chico que veía en mi sueño, ha llegado el momento de la premonición, ¿eh?
Siendo sincera, me habría gustado recibir algún tipo de aviso, pero no fue el caso, esto me tomo completamente por sorpresa.
Ahora, ¿qué debería hacer? ¿Cómo debería actuar? Las heridas en mi corazón siguen presentes. Teniendo eso en cuenta, la mejor opción es...
- Oye, ¿me escuchas? ¿Tú también estás perdida? - Me preguntó el chico mientras me observaba fijamente.
Detuve mis pensamientos y... ¿¡Qué!? Me concentre tanto en mis pensamientos que no note que se había acercado tanto. En este momento, el chico está justo al frente de mí.
- Lo siento, estaba distraída. ¿Perdida? ¿A qué te refieres? - Dije mientras desviaba la mirada.
- ¿No apareciste en este lugar de repente al igual que yo?
De repente, ¿eh? ¿Será obra de Kyomi-sama? ¿O de el Jardín De Cerezos? O quizás, ¿de ninguno de ellos?
Al ser una premonición, esto tenía que suceder tarde o temprano, así que dudo que el Jardín o Kyomi-sama sean los responsables de que este chico apareciera aquí.
- No, estoy aquí porque vine caminando, no aparecí de repente, eso solo se ve en la fantasía.
- Entiendo, tienes razón, las personas no aparecen de repente en algún lugar. Olvida lo que dije, seguramente me adentré mucho en el bosque y, sin darme cuenta, terminé llegando a este lugar.
- ¿Bosque? ¿Qué estabas haciendo tú solo en un bosque?
- Verás, me dedico a dibujar, estaba buscando algo en que inspirarme. - Dijo mientras me ensaña el cuaderno que tiene en su mano.
- Puedo dibujar casi cualquier cosa, pero disfrutó más dibujando paisajes de la naturaleza. Cosas como las hojas de otoño cayendo de un árbol, el sol, la luna, los ríos y cascadas, mi pasión es dibujar todo ese tipo de cosas. - Agregó con una sonrisa.
Observó los distintos dibujos que hay en el cuaderno con atención.
Vaya, es muy bueno, se nota que le apasiona el dibujó.
No sé mucho sobre este tema, de hecho, soy mala dibujando, solo sé dibujar bocetos de ropa. Hacer un retrato o dibujar un paisaje es algo que va más allá de mis habilidades.
A pesar de eso, soy capaz de notar los pequeños detalles que contienen los dibujos más trabajados.
En los dibujos que este chico tiene en su cuaderno, puedo observar bastantes cosas.
Líneas finas y gruesas, las tonalidades del color y el sombreado, todo está trabajado con extremo cuidado, no cabe duda de que sabe lo que hace.
Tal y como lo dijo, la mayoría son dibujos de paisajes, pero están tan bien detallados que dan una impresión bastante peculiar.
Es como si no lo estuvieras viendo en papel, da la sensación de realidad.
- ¿Haces todo esto a mano alzada? - Le pregunté sin apartar la mirada del cuaderno.
- Así es, llevo dibujando desde que era pequeño, son años de práctica.
- Entiendo, es increíble, tienes mucho talento.
- Gracias, me alegra que pienses eso. Bueno, ya te expliqué qué estaba haciendo antes de llegar aquí, ahora te toca a ti. ¿Qué hace una chica sola en este lugar?
Ahí está, la pregunta tenía que llegar tarde o temprano. Bien... ¿qué le respondo? Teniendo en cuenta la zona y mi atuendo... supongo que eso podría sonar creíble.
- Vengo de un templo cercano a este lugar, vine hasta aquí para despejar un poco mi mente con está vista tan hermosa.
- ¿Un templo? Ya veo, eso explica tu atuendo. Despejar tu mente, ¿eh? Ciertamente, la vista de este lugar puede hacer que te olvides de todos tus problemas por un rato. - Continuó.
- Es una lástima, ahora que encontre un excelente lugar para plasmar en uno de mis dibujos, se me acabó el tiempo, debo irme. - Dijo mientras observaba la hora en su reloj de pulsera.
Tras observar todo el jardín a su alrededor, sus ojos se posaron sobre mí.
- ¿Ocurre algo? - Le pregunté.
- No, no es nada. Intentaré regresar por donde vine, fue un placer hablar contigo durante un rato, chica del templo.
- Chico dibujante, para que lo sepas, tengo nombre, Yumei Kinoshita, no soy la chica del templo.
- Kinoshita-san, ¿eh? Yo soy Sota Hayashi, espero que nos volvamos a encontrar en otra ocasión.
- Eso solo el tiempo lo dirá, Hayashi-kun.
Tras ese intercambio de palabras, Hayashi-kun desapareció.
Encontrarnos nuevamente en otra ocasión, ¿eh? Mi intuición me dice que las posibilidades de que eso ocurra son altas.
Vine aquí con al intención de entrenar y resulta que las cosas acabaron de está forma... Nunca me lo hubiese imaginado.
- ¿Qué te pareció el chico, Yumei?
Esa voz... Kyomi-sama, ¿observó todo?
- Así es, lo vi todo de inicio a fin. Has conocido al chico que veías en tus sueños, aunque en ese entonces solo podías ver su silueta, ahora has visto su apariencia. - Continuó.
- ¿Qué piensas de este encuentro? - Me preguntó.
¿Qué pienso? La verdad, me tomo por sorpresa, pero debo admitir que Hayashi-kun parece ser un buen chico a primera vista.
Sin embargo, no tengo intenciones de ir más allá de una amistad de momento.
- Vaya, vaya, dijo de momento, así que hay posibilidades. - Dijo con alegría una voz femenina.
No puede ser, ¿la Kami del amor?
- Sí, soy yo, también observé todo. Deberías darle una oportunidad al chico, Yumei-chan.
Entiendo lo que dice, pero no es tan sencillo.
- Vamos, el amor es la flor de la vida, no hay nada mejor que compartir ese sentimiento con otra persona. No deberías cerrar tu corazón por una mala experiencia, te recomiendo que la próxima vez que lo veas hagas... ¿Kyomi? ¿Qué haces?
En ese momento, dejé de escuchar la voz de la Kami del amor.
- Lo siento, Yumei, Hiromi prometió que se iba a controlar, pero parece que se dejó llevar.
Tranquilo, lo entiendo. Hiromi-sama tiene algo de razón en lo que dice, empezaré a pensar seriamente en ello durante los próximos días.
Después de meditarlo cuidadosamente, tomaré mi decisión.
- Comprendo, eso es lo mejor, piénsalo con calma.
Por cierto, ¿qué hay de él? ¿Logró regresar?
- Sí, la realidad es que no había salido de su casa, su espíritu fue el que viajó hasta aquí. Para él, todo lo ocurrido aquí habrá sido un sueño.
Ya veo, un sueño, ¿eh? El mismo patrón se repite.
- Si se vuelven a ver, lo más probable es que se encuentren en el plano terrenal, así que ten eso en mente.
De acuerdo, lo tendré presente. Solo tengo una pregunta más... ¿Aquí no anochece?
- Eso es correcto, en este espacio a parte creado por el Jardín De Cerezos siempre brilla el sol.
Comprendo, es como algo simbólico, ¿no? La luz que consume la oscuridad.
- Se podría ver de esa forma, no es una mala conclusión.
Bien, tengo que irme, mañana regresaré para seguir entrenando. Dile a Hiromi-sama que el proceso para cumplir con lo que me ha encomendado va por buen camino.
- De acuerdo, se lo comunicaré.
Ah, y no te preocupes, no dejaré de lado mi deber de tratar con las almas errantes.
- Lo sé, he sido testigo del empeño que le has puesto a tu papel de sacerdotisa de los cerezos. Sigue así, Yumei, estoy seguro que lograrás acabar con las almas errantes.
Así será, Kyomi-sama, creo firmemente en eso, le aseguro que seguiré dando lo mejor de mí para obtener ese resultado. Bueno, me despido, hasta otra ocasión.
Cierro los ojos, me concentro un poco y, tras unos segundos... ya estoy de regreso en casa.
Llegó el momento de descansar, mañana seguiré con mi travesía por este camino que he escogido para mi segunda vida.
Tengo que pensar detenidamente en el asunto de hoy mientras continuó con mi entrenamiento durante los próximos días.
...
Mis ojos se abren, observó fijamente el techo de mi habitación mientras intentó obtener la fuerza para levantarme. Empieza otro nuevo día.
Tras levantarme de la cama, dirijo mis pasos hacia el baño. Al observar mi rostro en el espejo, me doy cuenta que aún estoy algo dormido.
Abro el grifo del lavamanos, junto mis manos en el chorro y retengo el agua en mis palmas, luego la lanzó rápidamente hacia mi rostro.
Listo, ahora estoy un poco más despierto. Me siento agotado, como si no hubiese dormido nada anoche, ¿será por ese sueño extraño que tuve?
Los sueños son algo poco común para mí, rara vez los tengo, y cuando los tengo, no suele ser nada en especial, al menos de los que recuerdo.
Es díficil recordar lo que has visto en un sueño, lo común es que lo olvides todo en un instante al despertar. Pero por alguna razón, este sueño se quedó grabado en mi memoria.
Esa chica, Yumei Kinoshita, mi encuentro con ella se sintió tan real... No, no tiene caso seguir pensando en eso, fue un simple sueño, nada más.
Mi subconsciente me hizo una mala jugada, esa chica era muy bonita.
Regreso a mi habitación, dirijo la mirada hacia una pequeña mesa que está al lado de mi cama, luego observo el reloj digital que está colocado sobre ella.
Rayos, tengo poco tiempo, debo apresurarme. Me pongo en movimiento y comienzo a prepararme para salir.
Tras unos veinticinco minutos, estaba listo. Tome mi mochila y salí de mi habitación.
Al llegar a la puerta de mi casa, recordé algo... Mi cuaderno de dibujo, cómo se me pudo haber olvidado.
Regresé rápidamente a mi habitación, tome mi cuaderno, que estaba en mi escritorio, luego lo coloque dentro del bolso y salí nuevamente.
Aún tengo quince minutos, si el autobús no tarda mucho en llegar, debería estar a tiempo.
Antes de salir de casa, observó un pequeño cuadro en el que se encuentra enmarcada una foto. Está colocado encima de un estante a un par de metros de la puerta principal.
Mantengo la mirada fija en la foto, tras unos segundos, respiro profundamente y exhaló por la boca.
- Ya me voy. - Dije y salí de la casa.
Lo mejor será que corra para aprovechar el tiempo. Tras cerrar la puerta con llave, comencé a correr.
El viento golpea mi rostro mientras esquivo a las personas que se van topando en mi camino.
No soy alguien atlético, pero se me da bien movilizarme entre la multitud.
Y así, tras unos tres minutos, llegué a la parada de autobús.
Al observar a mi alrededor, mis ojos captan un autobús que está a punto irse.
Sin dudarlo, corro hacia el y me subo rápidamente. Tras recuperar un poco el aliento, tomo asiento en el puesto más cercano a la puerta.
Ha pasado tiempo desde la última vez que me pasó esto. Si no recuerdo mal, me ocurrió a principios de secundaria.
Sí, el primer día se me hizo tarde, así que tuve que darme prisa para llegar a tiempo.
Desde ahí, aprendí mi lección, así que comencé a despertarme temprano para llegar tranquilo a la preparatoria y con tiempo de sobra.
Supongo que puedo tomar está situación como revivir los viejos tiempos. Ya han pasado cuatro años, el tiempo pasa volando, y en ese entonces, ellos todavía estaban...
Deja de dar vueltas en eso, no tiene caso ponerse sentimental ahora, ya han pasado dos años desde aquel suceso. Ahora estoy en la universidad, además, tengo un trabajo de medio tiempo, he logrado salir adelante.
Estoy seguro que dónde sea que estén, me están observando, así que no puedo darme por vencido, tengo que seguir mi camino.
Dirijo mis ojos hacia la ventana, observó con atención los distintos vehículos y personas que circulan por las calles. Debido a eso, un recuerdo invade mi cabeza.
- La vida es muy fugaz. - Susurré sin apartar la mirada de la ventana.
En ese momento, las lágrimas comenzaron a salir una tras otra.
¿Por qué? ¿Por qué? Se supone que ya había cerrado esa herida. ¿Amanecí sentimental hoy? ¿Será un efecto secundario de ese sueño que tuve?
Independiente de la razón, debo calmarme, no puedo dejar que el jefe y mis compañeros de trabajo me vean así.
Sequé las lágrimas de mis ojos, luego me puse de pie al percatarme que había llegado a mi destino.
Baje del autobús y dirigí mis pasos hacia una tienda que está cerca de aquí.
Saco mi teléfono de mi bolsillo derecho y observo la hora. Faltan cinco minutos, lo logré, la puerta aún tiene puesto el cartel que dice cerrado.
Frente a mí tengo el lugar donde trabajo, es un pequeño supermercado.
Ya ha pasado un año y medio desde que comencé a trabajar aquí, siendo sincero, me ha ido bastante bien, no tengo queja alguna.
Gracias a que el jefe me aceptó, he sido capaz de pagar todos los gastos que me han surgido.
Dejo de perder el tiempo y dirijo mis pasos hacia adentro. La puerta automática se abrió frente a mis ojos y la vista del interior se extendió en mi campo de visión.
Desde la sección de verduras a la de carne, pescado y, por último, el rincón de alimentos procesados, está es la vista que tengo todos los días al trabajar. Estar aquí me hace sentir relajado.
En el fondo del pasillo se encuentra mi lugar habitual, el mostrador, desde ahí atiendo a las distintas personas que vienen a comprar.
Recuerdo que al inicio me costó acostumbrarme, en los días más concurridos había muchas personas y no era capaz de controlar la situación. Tenía que apoyarme en mis superiores para poder hacer mi trabajo.
Actualmente es distinto, ya que ahora cuento con la experiencia.
- Vaya, pensé que no vendrías, es raro que llegues a está hora, siempre sueles ser el primero en llegar. - Dijo el jefe mientras salía de la parte trasera de la tienda.
Él es mi jefe, llevá este supermercado desde hace varios años. Por lo que me ha contado, fue la herencia que le dejó su difunto padre.
Esté pequeño local ha pasado de generación en generación, en otras palabras, es un negocio familiar.
El lema que tenemos aquí es: buena atención al cliente, familia satisfecha.
A pesar de que no estamos unidos por la sangre, el jefe considera a todos los que trabajan aquí como miembros de su familia.
- Lo siento, jefe, se me hizo tarde el día de hoy. - Dije mientras agachaba la cabeza.
- No te preocupes, es cierto que llegaste más tarde de lo usual, pero estás a tiempo. Además, comparado a tus otros compañeros, tú eres el más eficiente.
- Jefe...
- Oye, escuché eso, ¿estás insinuando que los demás no hacemos bien nuestro trabajo? Viejo.
Vaya, esto ya lo he visto antes, y en repetidas ocasiones. Parece que ocurría otro choque entre el jefe y Yuu-senpai.
- Mocoso, cuántas veces te he dicho que dejes de llamarme viejo.
- Lo siento, lo siento, pero prácticamente dijiste que los demás no hacemos bien nuestra parte, así que no puedo ignorar eso. - Dijo Yuu-senpai con una mirada aguda.
Puedo ver claramente como salen chispas por todos lados, el ambiente se está poniendo bastante denso.
Yo nunca he sido capaz de detenerlos, quién siempre los calma es...
- ¿Otra vez? Vamos, ya fue suficiente, no tiene caso que sigan discutiendo, pronto será la hora de abrir. - Continuó Amane-senpai.
- Jefe, vaya tranquilo al compromiso que tiene para hoy, nosotros nos encargaremos de la tienda. - Dijo mientras se acercaba.
- Tienes razón, Amane-kun, no tiene caso seguir con esto. Bueno, ya saben lo que tienen que hacer, estaré de regreso después de la hora del almuerzo.
Tras decir esas palabras, el jefe se dirigió hacia la parada de autobús.
- Yuu, tienes que dejar de buscar problemas con el jefe, sabes que puede hartarse de ti y despedirte, ¿no?
- Lo sé, lo sé muy bien, Amane, pero no pude evitarlo, sentí que estaba menospreciando mi trabajo. Todo porque Sota es su favorito.
Debió a que Yuu-senpai dijo esas palabras, tanto él como Amane-senpai concentraron su mirada en mí.
- Es cierto que el jefe tiene en alta estima a Sota, pero eso no significa que menosprecia nuestro trabajo. Si no estuviéramos haciendo bien nuestra parte, no estaríamos aquí, ¿no lo crees?
- Bueno, en eso tienes razón. - Dijo Yuu-senpai mientras desviaba la mirada.
- ¿Verdad? Bueno, no perdamos más el tiempo. Sota, ve a la parte de atrás y ponte el uniforme, Yuu y yo abriremos la tienda.
- De acuerdo, Amane-senpai. - Dije mientras lo observaba.
Dirigí mis pasos hacia la parte de atrás. Tras unos minutos, ya estaba listo para empezar.
Con el uniforme puesto, me movilice hacia el mostrador. Bien, llegó la hora de atender.
- ¡Bienvenido! ¿Eso es todo lo que va a llevar? - Le pregunté mientras observaba las cosas colocadas sobre el mostrador.
- Sí, esto es todo. ¿Cuánto sería? - Me preguntó el señor.
- Veamos, deme un momento...
Y así, otro día de trabajo dió inicio.
...
Solo faltan dos días para que acabe el tiempo límite. Ya recolecte lo necesario, llegó el momento de atacar.
Hoy, a plena luz del día, comenzará mi batalla contra la sacerdotisa de los cerezos. Le haré sentir un miedo sin igual.
Además, le demostraré la ira que me han encomendado. Vengare a los caídos, está batalla será su final, lo juró.
Bueno, llegó la hora de comenzar. La sacerdotisa está sola en un mirador, ha estado muy pensativa estos últimos días, me aprovecharé de eso, su guardia está baja en este momento.
Usaré el miedo que obtuve de su madre, no tiene caso guardarlo para el final... Bien, comencemos.
No tengo idea de quién es está chica, pero pienso aprovechar al máximo este miedo. Miedo a no haber hecho lo suficiente, en otras palabras, las ataduras del pasado, apostare todo a está carta.
- Como alma errante del miedo, te ordenó usar toda la energía oscura que te conforma para acabar con mi enemigo. - Continúe.
- Vamos, ve y acaba con ella, no te contengas... Shizuka Takiyama.