-¿Qué hacemos ahora? - preguntó Jaune al ver que la señal se había ido. En eso, un portal apareció detrás de ellos; al parecer, el otro equipo había tenido éxito.
-Ceñirnos al plan - dijo Ren.
-¿Cómo? - Cuestionó Nora. - Sin la torre de comunicaciones, no hay forma de decir a todo Atlas que vayan a cruzar puertas mágicas.
-Las hay. Usaremos las puertas y les avisaremos personalmente - Contestó Ren.
-¿Estamos seguros de que esto funciona? - Preguntó Emerald, que mientras ellos discutían, se acercó al portal. El grupo se quedó observando a su líder; después de todo, el líder es el que va primero, aunque Jaune no le agradaba esto para nada. Sin otra opción, decide cruzar el portal, sintiendo cómo pasaba a través del espacio-tiempo; no fue una bonita experiencia. Después de él, uno por uno llegó su equipo.
Nuestro grupo de héroes llegó a esta dimensión de bolsillo donde los portales tenían un camino que llevaba directo hacia otro portal más grande, pero no había rastros de persona alguna, como era de esperarse, ya que lo nuevo algunas veces da miedo, y más si aparece de la nada.
-Bien, podemos hacerlo - Dijo el rubio, para luego mirar a su equipo. - Nora y yo guiaremos a la gente. El resto, sigan sus roles. Recuerden que la evacuación es prioritaria, pase lo que pase.
-¿No necesitaremos más ayuda? - Preguntó alguien.
-Shade está repleto de Cazadores y Cazadoras, pero vamos a lanzarle la negatividad de todo un reino a sus puertas. Si alguien va a necesitar ayuda, son ellos - Respondió Nora.
Sin más que decir, comenzó la evacuación de Mantle y Atlas. Debido a que las comunicaciones se cortaron misteriosamente, nuestro grupo de héroes comenzó a atravesar personalmente los portales uno por uno y decirles a los refugiados que los atravesaran.
-¿Qué sucede?
Cuestionó uno de los ciudadanos, pues todos estaban ocultos detrás de las escaleras, incluso algunos debajo de las vías del metro. Sin tiempo que perder, deciden a quién mandar, el cual no parecía a gusto en ser seleccionado; con miedo, decide arrojar una piedra cerrando los ojos.
-¡Vengan todos...! ¡Ay!
Jaune emergió con una abrupta salida del portal, su figura repentinamente materializándose ante los ojos atónitos de los civiles cercanos. El estruendo de su llegada fue eclipsado por el impacto inminente de una piedra que lo golpeó sin piedad. Un suspiro colectivo de temor escapó de los labios de los espectadores, quienes, desconcertados por la aparición súbita de este individuo desconocido, se apresuraron a buscar refugio, temerosos de lo que pudiera seguir.
-Necesito que me presten atención - Declaró Jaune con voz firme, proyectando una presencia que demandaba respeto y colaboración. Mostrando su placa de cazador.
El equipo RWBYT y Penny se encontraban en un viaje interdimensional tan increíble como surrealista. Tras atravesar un portal, se vieron transportados a lo que solo podía describirse como la "dimensión del bolsillo", un lugar donde la realidad misma parecía doblarse y retorcerse en formas inimaginables. Divisaron a lo lejos a Fiona, una figura familiar que les saludaba con una sonrisa enigmática, detrás de ella salieron varios ciudadanos.
-Sigan, vamos. – Dijo Nora la cual guía a otro grupo.
-Eso es... Miren dónde pisan. – Dijo Ren.
-Con calma, no se asusten. – Dijo Pyrrha hacia su grupo.
-Eh, sin empujar. Te digo a ti Carl. – Dijo Jaune señalando a un civil.
-Sabía que no nos decepcionarías. – Dijo May con felicidad, saludando a Nora.
El equipo RWBYT y Penny avanzaban con determinación hacia el portal de salida, sus pasos resonaban en el suelo irreal de la dimensión del bolsillo. A medida que se acercaban al portal, observaban con satisfacción cómo el lugar se llenaba de los ciudadanos, indicando que su plan estaba funcionando a la perfección.
-Pensaba que ya habría mas gente. – Dijo Weiss.
-Debemos llevar a Penny y la vara a Vacuo. – Dijo Ruby la cual sujeta la mano de Tb por algún motivo. – Hasta entonces, confiemos en el resto. Sé que podrán encargarse.
Mientras tanto, Oscar, Ren y Emerald avanzaban con determinación hacia el misterioso portal que los conduciría hacia Vacuo, el árido reino conocido por su implacable desierto y su espíritu indomable. La esperanza brillaba en sus ojos mientras se acercaban al umbral que los separaba del desconocido destino que le aguardaba al otro lado.
-Deberíamos encontrarnos en las afueras de Vacuo. Es el lugar designado para los refugiados y también está dentro del alcance de las comunicaciones - Propuso Oscar, su voz resonando con confianza a pesar de la incertidumbre que les rodeaba.
-Yo me encargaré de ocultar nuestras emociones tanto como sea posible. Pediremos ayuda en cuanto crucemos. - Agregó Ren, su determinación eclipsando cualquier rastro de duda en su tono.
Con pasos decididos, cruzaron el portal, esperando ser recibidos por la cálida bienvenida de Vacuo. Sin embargo, en lugar de eso, fueron recibidos por una violenta tormenta de arena que azotaba el paisaje, envolviéndolos en un remolino de partículas abrasadoras que bloqueaban por completo su visión.
-Esto no puede ser real - Murmuró Emerald, luchando por mantenerse en pie bajo la furia de la tormenta.
-¿Dónde está la ciudad? - Preguntó Ren, su voz apenas audible sobre el estruendo del viento y la arena.
-¡Debe estar cerca! ¡Sigamos adelante! - Instó Oscar, tratando de mantener la calma ante la adversidad.
Pero la tormenta no solo les había privado de su visibilidad; también habían sido privados de cualquier posibilidad de comunicación. Emerald mostró su scroll, que solo mostraba el desalentador mensaje: - No hay señal.
-Estamos atrapados en medio de una tormenta de arena sin visibilidad ni comunicación - Lamentó Ren, su expresión reflejando la gravedad de la situación.
Y para empeorar las cosas, comenzaron a llegar refugiados a través del portal, confundidos y desorientados por la repentina tormenta.
-¿Dónde estamos? - Preguntó uno de los recién llegados, mirando a los tres viajeros con desconcierto.
-Bienvenidos a Vacuo - Respondió Ren, con una mezcla de resignación y determinación en su voz, mientras se preparaban para enfrentar los desafíos que les deparaba este nuevo y hostil entorno.
En el diminuto espacio de la dimensión de bolsillo, donde los límites del mundo parecían desdibujarse entre la luz titilante y las sombras que danzaban, el equipo RWBYT y Penny se encontraron ante una escena desgarradora. Varios ciudadanos, con miradas cargadas de desprecio y palabras afiladas como dagas, repelían a Tb. Lo tildaban de asesino, de monstruo, y otros simplemente lo evitaban como si fuera portador de una plaga.
El corazón de las chicas se llenó de indignación y pesar al presenciar tal rechazo hacia la persona que aman. Sin embargo, antes de que pudieran hacer algo, Tb las detuvo con un gesto suave pero firme.
-Por favor, no hagan nada - Susurró con voz apagada, sus ojos reflejando una mezcla de resignación y pesar. - Después de todo, me lo merezco.
Una sonrisa, tenue pero cálida, se dibujó en sus labios, aunque estaba teñida por el peso de la culpa y el remordimiento. Tb había aceptado su destino, había aceptado el peso de sus acciones pasadas. Sabía que no podía esperar compasión, ni perdón, ni siquiera comprensión. Se sentía merecedor del rechazo, de las miradas cargadas de juicio.
-Desciendan por aquí - Indicó con voz serena, apartando la atención de las miradas acusadoras hacia un camino hacia la salida. - Sigan al resto.
Su voz resonaba con una extraña calma, como si hubiera hecho las paces con su destino y estuviera decidido a cargar con él, aunque fuera una carga demasiado pesada para soportar. En ese momento, no importaba el dolor que sentía al ver cómo lo trataban, su prioridad era proteger a sus compañeras, además de que acepto el peso de su propia condena.
Cuatro figuras encapuchadas emergieron de la oscuridad del portal, cada una portando un aura de misterio y peligro. Con movimientos ágiles, tres de ellas se dispersaron entre la multitud, confundiéndose con el bullicio del lugar, dejando atrás a la cuarta, quien dejó escapar una sutil sonrisa bajo la capucha.
En un instante, el tranquilo escenario se vio alterado por una explosión devastadora, que envió a los refugiados que se encontraban en una plataforma cercana hacia una muerte segura. Pero en medio del caos y el peligro inminente, un chico de cabello blanco se destacó entre la confusión. Con movimientos veloces y precisos, creó una serie de portales que permitieron a los sobrevivientes escapar del desastre, salvándolos de un destino fatal.
-¡Eso estuvo cerca! - Exclamó el joven mientras se acercaba a la zona de la explosión, sujetándose el cabello con gesto preocupado. - Tienes un valor increíble. ¿No sientes miedo de mí? - Preguntó, buscando en los ojos de la encapuchada una respuesta a su intriga.
-Jamás sentiría miedo de ti, querido.
Respondió ella con una voz serena, dejando entrever una sonrisa bajo la capucha. Y en un gesto revelador, la misteriosa figura se despojó del velo que ocultaba su rostro, revelando su identidad como Cinder. Una sonrisa iluminó su rostro al reconocer a su amado entre el caos, encontrándose nuevamente frente a él en un momento de peligro y emoción. Mientras tanto con las demás.
Blake observaba con atención a las figuras encapuchadas que rodeaban a Penny, incapaz de moverse por el miedo que la invadía. La voz de Penny la había sacudido, pero ahora, con Akuji blandiendo sus guadañas y Snowflake empuñando una espada de hielo, el peligro era palpable en el aire.
-Penny, sigue adelante, nosotras nos encargamos - Yang dijo con determinación, tratando de ocultar el temblor en su voz. Sabía que debía proteger a su amiga, cueste lo que cueste.
Entonces, una voz fría y sibilante cortó el aire. - Hola, Yang.
El corazón de Yang se detuvo por un momento. Esa voz era inconfundible, una mezcla de peligro y confianza que le hacía temblar por dentro. Lentamente, se volteó para enfrentar a la fuente de esa voz, encontrándose con una chica de pelo blanco que le sonreía con malicia.
El sudor frío le corría por la espalda a Yang mientras enfrentaba a la enigmática figura frente a ella. Los ojos de la chica parecían penetrar en lo más profundo de su ser, leyendo cada pensamiento y emoción. Yang sabía que estaba en problemas.
Akuji, sin embargo, no estaba dispuesta a perder el tiempo en formalidades. Con un movimiento ágil, sacó sus guadañas con cadenas, preparada para el combate. La tensión en el aire era palpable, cada movimiento, cada susurro, cargado de un peligro latente.
Pero antes de que pudieran intercambiar un solo golpe, Snowflake intervino, sosteniendo su espada de hielo con firmeza. - Akuji, en este momento ellas no son importantes - dijo, su voz fría como el propio hielo. "Solo queremos a Penny, así que si no es una...
Antes de que Snowflake pudiera terminar su amenaza, una ráfaga de movimiento rápido cortó el aire. Weiss lanzó un fragmento de hielo en dirección a la encapuchada, pero antes de que pudiera impactar, la figura desapareció como un borrón, dejando a todos desconcertados.
El grito de Weiss resonó en el aire, lleno de dolor y sorpresa. Yang se giró rápidamente para ver a su amiga, horrorizada al verla con un fragmento de hielo incrustado en su hombro, una herida profunda que le arrancó un gemido de angustia.
-No me gusta que me interrumpan - Dijo una voz suave y amenazadora desde las sombras, revelando la presencia de un nuevo adversario. El peligro ahora era aún más real, y ellas sabían que debían luchar juntas si querían salir de esa situación con vida.
El chico de cabello blanco, Tb Levantó la mirada con sorpresa para encontrarse con Cinder, una presencia que había conocido en circunstancias muy diferentes. Al principio, la sorpresa se reflejó en sus ojos, pero rápidamente se transformó en una determinación silenciosa.
-Cinder, qué sorpresa verte aquí - Murmuró Tb, tratando de ocultar la complejidad de emociones que revolvían su interior.
-Oh, bueno, ya sabes, solo quería ver a mi querido - Respondió Cinder con una sonrisa pícara bailando en sus labios mientras se acercaba lentamente a Tb. Su presencia era como una sombra acechante, envolviendo el aire con un aura de misterio y peligro. - Por cierto, ¿me extrañaste? ¿Pensaste en mí tanto como yo pienso en ti?"
Las palabras de Cinder resonaron en el aire, tejiendo una red de intriga y seducción a su alrededor. Tb se sintió atrapado en esa tela de araña, consciente de los peligros que acechaban en cada esquina de la mente de Cinder. Sin embargo, también recordó a la niña asustada que alguna vez conoció, la chispa de luz que yacía sepultada bajo capas de oscuridad.
Ese día, antes de que todo se desencadenara, Cinder y Arthur se encontraron con un grupo peculiar en un callejón oscuro. Neo, Akuji y Snowflake se alinearon frente a ellos, tensión en el aire como una tormenta a punto de estallar. Neo sostenía su paraguas como un arma apuntando hacia Watts, quien, dividido entre la rendición y la incertidumbre, alzaba las manos en señal de paz.
-Señorita Akuji, Snowflake y Neopolitan, ¿verdad? Este no es el momento para alimentar rencores - Interviene Watts, intentando calmar las aguas.
-No tenemos rencores - Responde Akuji con un tono cortante, sacando sus guadañas. - Pero Neo está decepcionada contigo, Cinder. Hizo todo lo que le pediste, ¿no es así?
-Sé que no cumplí con mi parte del trato - Admite Cinder, con un atisbo de sinceridad en su voz. - Lo siento.
Neo baja el paraguas, pero su rostro sigue impregnado de enojo, su desconfianza palpable en el aire.
-Te entregaré a Ruby Rose hoy mismo - Promete Cinder. - Pero primero debo hacer una pregunta a la lámpara.
Neo mira a Snowflake en busca de aprobación, y al recibir un asentimiento, saca la reliquia del conocimiento de su sombrero. Cinder intenta arrebatársela, pero un intercambio de miradas con Neo le hace retroceder, pero al final le da la lampara.
-Jinn - Llama Cinder, activando la reliquia con determinación. - ¿Tienes una pregunta que hacerme?
-¿Qué tienen planeado Ruby y sus compañeros? –
Dispara Cinder, tomando por sorpresa a Jinn, quien parece reacia a responder, pero finalmente revela los detalles del plan ideado por Ruby y sus aliados. Cinder observa con atención, notando la presencia de Emerald entre el grupo de Ruby mientras el flashback se despliega ante sus ojos.
-Tras la transmisión del proceso de evacuación, se dirigirán al centro de comunicaciones - Recita Ruby en el flashback. - Y una vez terminemos en la cámara, nos llevaremos a Penny y la lanza.
-Pudiste dividir el reino usando solo tu ingenio - Comenta Cinder, volviéndose hacia Watts. - ¿Y si terminamos lo que empezaste?
Tiempo después, en las instalaciones militares de Atlas, las puertas se abren de par en par, revelando a un grupo determinado que irrumpen en el lugar. Antes de que los soldados puedan reaccionar, Snowflake desata su habilidad, congelándolos hasta la muerte, dejando el resto ileso.
-Entonces, Doctor, ¿tiene todo lo que necesita? - Pregunta Snowflake, mientras Watts se aproxima a la computadora central con una sonrisa siniestra.
-Oh, créeme, esto es todo lo que siempre he deseado - Responde Watts, deleitándose con la perspectiva de su plan finalmente en marcha.
Snowflake chasquea los dedos, haciendo que los cuerpos congelados se quiebren como cristales. Luego, ella se une a Neo, Akuji y Cinder, pero antes Cinder le lanza unas palabras finales a Watts antes de partir.
-Te lo mereces, Arthur. Volveremos.
Cuando se alejan, Arthur escucha el inicio de la transmisión de Jaune. Watts se toma su tiempo para tomar una manzana, limpiándola de sangre antes de darle un mordisco. Con un movimiento, apaga el sistema de comunicación justo cuando Arc comienza su transmisión.
En medio de la tensión y el caos, Watts observa las cámaras de la zona de despegue, donde Qrow y Robyn sujetan a Elm, Harriet y Vine.
-¿Van a usar la vara? - Pregunta Elm, con una mezcla de incredulidad y preocupación. - ¡Están locos! ¡Destruirán el reino!
-¿Qué crees que es un reino? - Responde Robyn, desafiante. - ¿Su gente o el pedazo de tierra en el que viven?
-En cualquier caso, se acabó - Declara Qrow, mientras comienza a esposar a Vine. -Ironwood ha caído.
Pero antes de que puedan terminar de asegurar a Vine, un Atlesian Knight entra en escena, llamando la atención de todos. Este robot ha sido hackeado por Watts, quien lo dirige directo hacia ellos, ignorando los disparos que le siguen.
-¡No!
Grito Marrow quien estaba usando su Semblante para hacer que sus compañeros de Ace-Ops se quedaran quietos, se interpone en el camino de la explosión, lo que lleva a que su aura se rompa.
Con el caos reinando en la escena, la ciudad flotante comienza a descender lentamente, un símbolo ominoso de que el desastre se avecina. Mientras tanto, en medio de la confusión, Harriet encuentra una oportunidad para escapar. Sus ojos se fijan en la aeronave que contiene la bomba, su mente calculadora trazando un plan de acción rápido y audaz. Sin dudarlo, se dirige hacia ella con determinación, su corazón latiendo con la adrenalina de la fuga inminente. Vine le sigue usando su semblante para sujetarse de la aeronave.
Dentro de los confines de la imponente prisión militar de Atlas, James Ironwood recupera la conciencia en su celda, solo para encontrarse con la presencia burlona de Jacques Schnee, quien aprovecha la distancia entre ellos para lanzar sus provocaciones con impunidad.
-Veo que finalmente has despertado. Atlas se derrumba ante tus propios ojos. ¿Cómo se siente eso, James? - Se mofa Jacques, su voz resonando con un tono de triunfo malicioso.
La noticia golpea a Ironwood con fuerza, sus pensamientos se vuelven hacia la pérdida inminente, hacia el temor por el destino de su reino y su gente.
-La vara... tienen la vara - Murmura James, levantándose de un salto, su expresión marcada por la urgencia y la ansiedad.
-Exactamente. Has perdido", confirma Jacques con un aire de superioridad, disfrutando de la oportunidad de humillar a su rival en un momento de debilidad, pero después suspira con tristeza. – Al igual que yo.
La desesperación se refleja en el rostro de Ironwood mientras intenta asimilar la magnitud de su derrota. Sin embargo, mientras todo el reino de Atlas se sacude con el uso desenfrenado del Bastón Relicario por parte del equipo RWBYT, un cambio inesperado sacude las bases de la prisión: la pared exterior de la celda de Ironwood se desvanece repentinamente, otorgándole una oportunidad inesperada de escapar.
-¿Qué? - Exclama Jacques, sorprendido por la repentina ventaja de su rival. - Oye, también abrirás la mía, ¿verdad?
El general Ironwood, sin perder un momento, agarra su cañón, asegura sus armas y se gira hacia Jacques con una determinación fría y calculada.
-Por supuesto - Responde James, su voz resonando con una serenidad inquebrantable mientras apunta su arma hacia Jacques.
En un instante, la celda de Jacques estalla en una lluvia de cenizas, consumida por el poder del cañón de Ironwood, dejando solo un rastro de destrucción y un eco silencioso en el aire cargado de tensión.
Mientras el equipo RWBYT estaba distraído luchando contra las antiguas socias de la vida criminal de Tb, la batalla alcanzaba niveles de brutalidad inimaginables. Nuestros héroes se veían superados por las chicas, quienes mostraban una ferocidad despiadada en cada movimiento.
Con una velocidad sobrehumana, Akuji saltó hacia adelante, desatando una ráfaga de golpes ardientes en el aire contra Yang. Cada golpe era como una explosión de fuego, y con una precisión letal, envió a Yang al borde de la plataforma, dejándola al borde del abismo. Sin detenerse un momento, Akuji giró en el aire, lanzando una patada que impactó con fuerza devastadora contra Pyrrha, enviándola, volando por los aires como una marioneta descontrolada.
Sin mostrar piedad alguna, Akuji se deslizó con una velocidad impresionante hacia donde yacía Pyrrha en el aire, preparada para el golpe final. Antes de que Pyrrha pudiera siquiera tocar el suelo, Akuji descendió con fuerza, aplastándola con brutalidad contra el suelo, creando una grieta en la tierra mientras el impacto resonaba como un trueno.
-Sería tan fácil acabar con ustedes - Dijo Akuji con una sonrisa sádica, mientras se sentaba sobre el cuerpo herido de Pyrrha. - Pero me estoy divirtiendo tanto...
Con un movimiento ágil, Akuji se levantó, su mirada llena de malicia mientras se preparaba para infligir más dolor. Con un golpe rápido y preciso, golpeó a Pyrrha con la culata de su arma, elevándola en el aire antes de enviarla girando con un puñetazo que resonó como un cañonazo.
La velocidad de Akuji era impresionante, y con un impulso violento, embistió a Pyrrha con una fuerza descomunal, dejándola con múltiples heridas que comenzaron a manar sangre, tiñendo el suelo con un rojo oscuro.
-Vamos, Pyrrha - Instó Akuji con voz despiadada, avanzando lentamente hacia ella. - Activa ese estado como la última vez...
Con un movimiento ágil y letal, Snowflake esquivó los ataques de Nora, Weiss y Ruby, burlándose de sus intentos de alcanzarla. Ni siquiera los embates más feroces podían hacerle mella; parecía bailar entre los golpes sin esfuerzo alguno. Con un bostezo de desdén, agarró su espada y, con un simple gesto, las lanzó por los aires como si fueran hojas al viento.
Sin perder tiempo, desató una lluvia de fragmentos de hielo hacia sus indefensas víctimas, prolongando la tormenta de cristales con una ferocidad helada. Acto seguido, convocó una bandada de aves de hielo, que se abalanzaron sobre ellas como rapaces ansiosos de carne fresca. Mientras las distraía con aquel espectáculo gélido, se deslizó sigilosamente detrás de ellas y las derribó con una voltereta seguida de una patada, enviándolas de nuevo al torbellino de la batalla.
Aprovechando el breve lapso, acumuló energía en un poderoso ataque de hielo que impactó con fuerza devastadora, seguido de una patada que aprovechó el impulso de su propio poder. Y como colofón, aumentó el tamaño de su espada, utilizando su semblante para congelarlas temporalmente antes de descargar el golpe final, lanzándolas varios metros lejos de su posición.
-Son tan débiles - Musitó con desdén, observando el caos que había sembrado.
Mientras tanto, Yang, aun recuperándose del golpe, divisó a Neo acechando a Ruby, apenas en pie. Sin dudarlo, activó su semblante y se lanzó hacia adelante, empujando a su hermana fuera del alcance del ataque, recibiendo ella misma el golpe en su lugar.
-¡Ruby! - Gritó con angustia, pero su preocupación se vio interrumpida cuando su aura se rompió y perdió el conocimiento, desplomándose hacia el abismo. Sin embargo, antes de caer, fue rescatada por Akuji, quien la tomó de la mano y, con una sonrisa siniestra, la lanzó hacia abajo, provocando que el suelo se resquebrajara bajo su peso.
-¡Yang! - Exclamó Blake con desesperación, intentando correr hacia ella. Pero antes de que pudiera hacer nada, la otra chica la detuvo con unas lianas misteriosas, atrapándola y lanzándola hacia Yang con fuerza desmedida.
La misteriosa figura modificó su arma en unos abanicos mortales, lanzándose hacia ellas con una danza de muerte. Con giros ágiles y cortes precisos, las golpeó una y otra vez, desatando una ráfaga de viento descendente en forma de X que estalló al impactar, envolviéndolas en una nube de humo y escombros.
-¿Yang? – Pregunto Ruby con miedo.
El humo se disipó lentamente, revelando los cuerpos maltrechos de Yang y Blake, tendidos en el suelo como testigos mudos del violento enfrentamiento. Yang yacía inconsciente, su aura quebrada y su cuerpo marcado por los estragos del combate. Blake, por su parte, mostraba signos de lucha y resistencia, pero sus heridas eran evidentes, reflejando el brutal castigo infligido por su adversaria.
Un silencio pesado cayó sobre el campo de batalla, solo interrumpido por el sonido del viento que soplaba entre los escombros. Akuji se erguía con una sonrisa siniestra, observando con satisfacción el resultado de la brutalidad. La misteriosa figura se acercó lentamente a los cuerpos caídos, sus abanicos aún desplegados y listos para otro golpe mortal, mientras el frío del ambiente helaba los corazones de quienes presenciaban aquel desolador espectáculo.
La escena era un sombrío recordatorio de la crueldad que habitaba en aquel mundo, donde la violencia y el poder se entrelazaban en una danza macabra, dejando a su paso el rastro de la destrucción y el sufrimiento.
Neo, aprovechando la confusión sembrada por el caos circundante, se deslizó sigilosamente hacia Ruby, quien aún intentaba recuperarse. Con un movimiento rápido y letal, atravesó el abdomen de Ruby con su abanico, arrancándole un grito de dolor mientras la sangre brotaba de la herida como un torrente carmesí.
Ruby, luchando por mantenerse en pie, intentó desesperadamente apartar a Neo, pero su agarre era implacable, manteniéndola atrapada en un abrazo mortal. Con cada movimiento del abanico, la herida se ensanchaba, haciendo que Ruby escupiera más sangre mientras sus fuerzas menguaban rápidamente.
La agonía se reflejaba en los ojos de Ruby mientras luchaba por liberarse, pero cada intento era en vano, y el dolor amenazaba con consumirla por completo. La oscuridad se cerraba a su alrededor, mientras Neo continuaba su cruel danza de muerte, alimentando el suelo con la sangre de su víctima indefensa.
-¡Deja a Ruby! - Gritó Penny con determinación, corriendo a toda velocidad hacia Neo en un intento desesperado por salvar a su amiga. Pero antes de que pudiera llegar a ella, un remolino de viento surgió de la nada, envolviendo a Penny en su mortal abrazo.
Las ráfagas de viento se convirtieron en cuchillas afiladas que desgarraban la piel de Penny, mientras era elevada en el aire y arrojada violentamente contra el suelo con un estruendo sordo. El impacto resonó en el campo de batalla, dejando a Penny inmóvil y herida, pero aún decidida a luchar.
-Pensé que habías huido- Dijo la misteriosa figura enmascarada, sacando un pedazo de jade con unsímbolo de gota de agua. Con un rápido movimiento, activó el dispositivo, quese transformó en una muñequera brillante alrededor de su muñeca, emanando unaura de poder ominoso
Nota: Esta imagen es de la cuarta alumna de DeathHunter, Maki. Y el jade de la doncella del invierno es el que está en la imagen con su forma de modo arma. (Por cierto, alguien hizo esta imagen, un amigo mío)
-Esto se habría evitado si tan solo nos hubieran dado a Penny - Espetó Snowflake con un tono gélido, señalando con su arma el corazón de Weiss con una mirada de desprecio. La amenaza en sus palabras resonó en el aire cargado de tensión, mientras el grupo luchaba por mantenerse en pie ante la adversidad que los rodeaba.
El dolor y la angustia se reflejaban en los ojos de Weiss mientras enfrentaba la cruda realidad de la situación. La decisión de no ceder ante las demandas de Snowflake ahora parecía una elección cargada de consecuencias mortales. En medio del caos y la desesperación, la vida de Penny y Weiss colgaba en un delicado equilibrio, mientras la sombra del conflicto se cernía sobre ellos con implacable ferocidad.
Pero justo cuando Snowflake se disponía a asestar el golpe final, una figura emergió frente a ellas, desatando un poderoso torbellino que las atrapó, haciéndolas girar en el aire antes de lanzarlas lejos de él y del grupo de héroes. Era Tb, sosteniendo a Ruby entre sus brazos con una determinación feroz. Con movimientos rápidos, destapó una botella conteniendo un líquido misterioso, y al aplicarlo en la herida de Ruby, esta comenzó a regenerarse ante sus ojos, como si el daño nunca hubiera ocurrido.
Tb, con una furia palpable reflejada en sus ojos y rodeado por un aura asesina, proclamó con voz atronadora: - ¡¡¡No se atrevan a ponerles un dedo encima a ninguna de ellas, jamás!!!!
Su advertencia resonó en el aire, cargada de determinación y el peso de una amenaza implícita. En ese momento, estaba claro que cualquier intento de hacer daño a sus compañeras sería enfrentado con una ferocidad sin igual.
Pero antes de que pudieran reaccionar por completo, Akuji emergió de entre las sombras, sacando sus guadañas con una sonrisa desafiante.
-Veo que Cinder no te detuvo - Comentó Akuji, preparándose para el enfrentamiento.
-Querido, no te metas. No queremos hacerte daño - Advirtió Snowflake, invocando varias espadas que flotaban amenazadoramente detrás de ella.
-No permitiré que me engañes con más mujeres, esposo mío - Agregó la misteriosa figura, apuntando con su muñeca hacia Penny con determinación.
Con un movimiento rápido y fluido, la misteriosa chica activó un dispositivo en su brazo, desplegando un látigo en espiral que impactó directamente contra Penny, causando un grito de sorpresa y dolor.
-¡Maki! - exclamó Tb con enojo, lanzando una cuchilla de viento que cortó el látigo en un destello de energía. Tb, con un gran enojo, invocó varios brazos gigantes que se alzaron detrás de él, apuntando hacia Maki, quien observaba fascinada ante la perspectiva de enfrentarse a su amado con una poderosa técnica.
Sin embargo, antes de que la confrontación pudiera llegar a su clímax, Akuji intervino, utilizando el poder de la Doncella de Otoño para crear un remolino de fuego que se abalanzó directamente hacia Tb, amenazando con consumirlo en llamas. Pero este ataque resultó ser solo una ilusión, ya que Akuji activó un dispositivo oculto que transportó a Tb, Akuji, Snowflake, Maki y a Kitsune a un lugar apartado del espacio-tiempo, dejando solo a Cinder, Neo y el grupo de héroes inconscientes en el campo de batalla.
Mientras tanto, en el confinado espacio de la aeronave, Harriet maniobraba hábilmente los controles mientras se dirigía hacia Mantle. Sus manos se movían con precisión sobre el panel de control, cada acción calculada y decidida. Con el viento golpeando contra la cabina, su mente estaba inmersa en un torbellino de emociones y pensamientos.
Al llegar a su destino, Harriet se preparó para lo que sabía que iba a ser una tarea arriesgada. Descendió por las escaleras con determinación, sus ojos observaron a Vine, quien estaba recuperando el aliento.
-Vine - Llamó Harriet con un tono de voz que apenas podía disimular su alivio por ver a alguien más. - Me alegra que alguien sobreviviera. Pero ten cuidado, voy a comprobar que esto sigue armado.
Sin embargo, justo cuando Harriet estaba a punto de activar la bomba, Vine la detuvo, sujetándola del brazo con firmeza, pero con una mirada llena de súplica.
-Ya no estoy seguro de que esta sea la acción más lógica - Expresó Vine, su voz resonando con dudas y preocupaciones legítimas.
Harriet frunció el ceño, su enojo palpable en el aire. - ¿De verdad quieres hacer esto, Zeki? - Cuestionó, su voz cargada de incredulidad.
-No, no quiero - Respondió Vine con sinceridad. - Harriet, el general ya no está al mando. Ruby y el resto han tomado el control, Atlas está cayendo, pero su gente estará a salvo. A menos que tú...
Pero antes de que Vine pudiera terminar su frase, Harriet golpeó con fuerza la bomba, interrumpiéndolo bruscamente. - ¡De eso se trata, Vine! ¡De lealtad! Clover lo entendería. Clover lo vería claro - Exclamó, su voz temblorosa por la emoción contenida.
Sin embargo, las palabras de Vine parecieron penetrar la coraza emocional de Harriet. - Tal vez Clover también se equivocaba", murmuró él, su tono lleno de tristeza y compasión.
-¡No te atrevas! - Replicó Harriet con un destello de enojo en sus ojos. - Clover era...
Pero antes de que pudiera terminar su frase, las lágrimas comenzaron a rodar por las mejillas de Harriet, su voz quebrándose por la carga emocional que llevaba dentro. - Importante para ti - Completó Vine suavemente. - Harriet, no eres la única que sufre por la muerte de Clover. Él era como un padre para mí también.
En ese momento, en medio del silencio que siguió, se hizo evidente que tanto Harriet como Vine compartían un dolor profundo y una determinación común: honrar el legado de su líder caído, mientras luchaban por encontrar su propio camino en un mundo cambiante y peligroso.
Mientras Harriet y Vine se encontraban inmersos en su emotiva conversación, un sonido inesperado llenó la cabina de la aeronave. Era el sonido de una llamada entrante, un zumbido electrónico que cortó el aire tenso como si fuera un rayo de luz en la oscuridad. Harriet, sorprendida, miró incrédula la pantalla de su comunicador, donde parpadeaba el nombre que nunca pensó volvería a ver: Clover.
La sorpresa se reflejaba en los rostros de ambos mientras la llamada persistía, como si fuera un eco del pasado que resurgía en medio del caos presente. Harriet y Vine intercambiaron miradas cargadas de incredulidad y duda, cada uno contemplando la posibilidad de responder, pero a la vez temerosos de lo que podrían descubrir al otro lado de la línea.
Mientras tanto, Watts acechaba en silencio, sus dedos ágiles danzaban sobre el teclado mientras hackeaba la interfaz de la nave. Aprovechando la distracción de Harriet y Vine, se infiltraba en los sistemas con una determinación fría y calculadora, listo para tomar el control en cualquier momento.
La llamada de Clover continuaba resonando en la cabina, como un eco persistente que desafiaba la lógica y la razón. Harriet y Vine, indecisos y con el corazón en la garganta, se encontraban en una encrucijada: ¿responderían al llamado del pasado o seguirían adelante con el curso de acción que habían elegido?
Winter se encontraba en la bóveda de la Academia de Atlas, rodeada por la imponente estructura de metal y cristal que albergaba los secretos más preciados de su reino. Con el corazón latiendo con fuerza en su pecho, intentaba desesperadamente establecer contacto con alguien que pudiera proporcionarle información sobre la evacuación en curso.
-Repito, ¿me recibe alguien? - Dijo Winter, su voz cargada de preocupación y urgencia. - ¿Puede alguien informarme sobre la evacuación?
Sin embargo, antes de que pudiera recibir una respuesta, su atención fue bruscamente desviada por un destello de luz que se movía rápidamente hacia ella. Instintivamente, Winter reaccionó, creando un glifo protector justo a tiempo para detener la explosión del cañón dirigido hacia ella.
El impacto fue poderoso, rompiendo el glifo de Winter y enviándola al suelo con un grito de dolor. Con dificultad, se levantó, su mente enfocada en el peligro inminente que enfrentaba.
-He perseguido muchas sombras con los años - Resonó la voz de James Ironwood, mientras se acercaba a ella con determinación, el arma en su mano lista para disparar. - Siempre esperando una traición. Pero jamás pensé que tú me traicionarías. Sé lo que es mejor para Atlas, y haré lo que sea necesario para conseguir esa vara. Así que considera esto mi última orden. Apártate.
Con los ojos llenos de determinación, Winter se puso en pie, separando su espada en dos con un movimiento fluido. - Nunca me he amedrentado ante los enemigos de este reino - Declaró con voz firme. - Y no voy a hacerlo ahora.
Una sola lágrima se deslizó por la mejilla de Ironwood, un gesto de angustia y conflicto interior. Pero en ese momento, los dos estaban atrapados en un enfrentamiento inevitable, cada uno decidido a defender sus ideales y cumplir con su deber.
El choque de acero resonó en la bóveda, el sonido de la lucha que marcaba el destino de Atlas y de aquellos que lo defendían. Winter y Ironwood se enfrentaban, no solo como oponentes, sino como representantes de dos visiones opuestas del futuro de su reino, en un duelo que decidiría el destino de todos aquellos que amaban y protegían.
En el abrasador y despiadado paisaje de Vacuo, una tormenta de arena rugía, envolviendo todo a su paso en un velo sepulcral de polvo y oscuridad. Ren, con su semblante imperturbable, había usado su habilidad para ocultar las emociones de los ciudadanos, brindándoles un refugio momentáneo en medio de la furia de la naturaleza. Sin embargo, conforme el tiempo pasaba, la intensidad de la tormenta amenazaba con romper su aura de calma.
-Estoy agotado - murmuró Ren, sintiendo el peso de su tarea sobre sus hombros.
Emerald, con la mirada perdida en el horizonte velado, preguntó por Penny, notando su ausencia en medio del caos.
-¿Dónde está Penny? ¿Acaso no pudo soportar esta tormenta? - inquirió, su voz apenas audible sobre el estruendo del viento.
Oscar frunció el ceño, preocupado por la situación. - Penny debería haber llegado hace tiempo. Algo no está bien - dijo con un dejo de ansiedad en su tono.
La intuición de Oscar resultó ser acertada cuando intentó regresar al portal, solo para ser repelido por una fuerza invisible.
-¿Qué está pasando? ¿Por qué no puedo...? - comenzó a decir, antes de que la verdad golpeara su mente con la fuerza de una revelación divina. (¡Cielos... Ambrosius!)
El portal que habían utilizado era un boleto solo de ida hacia Vacuo, sin posibilidad de retorno, esto es debido a que un miembro del equipo RWBYT hablo mal. Con un corazón pesado, Oscar se volvió hacia sus compañeros para comunicarles la amarga verdad.
-No podemos volver. La puerta nos ha cerrado el paso - anunció con un tono sombrío.
El rugido de un Grimm resonó en la distancia, interrumpiendo el momento de desesperación. Una bandada de Ravager se abalanzó sobre ellos, desatando el caos y la destrucción a su paso. La gente comenzó a huir en todas direcciones, presa del pánico, mientras Oscar, Ren y Emerald se preparaban para enfrentarse a la amenaza, sacando sus armas con determinación en medio de la tormenta de arena.
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