Jungkook no sabía quien era ese chico que conversaba con el rubio ya desde hace unos minutos. No es que le molestara, pero una sensación extraña permaneció en su pecho y ahora ya no podía apartar la mirada de ellos.
Se levantó de donde estaba sentado con todas las intenciones de acercarse a ambos, sólo para asegurarse de que el menor no estuviera en problemas.
Nada más por eso.
Pero todo su plan fracasó cuando a lo lejos una chica comenzó a acercarse correteando como colegiala enamorada hacia él. Sabía de quién se trataba pero aún así Jungkook quiso pasar de largo e ignorarla pero la pelirroja gritó su nombre a los cuatros vientos provocando que muchos pares de ojos recayeran en él.
—¡Oppa! —volvió a llamar la pelirroja, con aquella voz aguda que él no soportaba escuchar, acercándose cada vez más a él.
El pelinegro cerró con fuerza sus ojos, soltó un largo suspiro y contando en su mente hasta diez se giró robóticamente en dirección a la pelirroja, fingiendo una sonrisa.
—Aquí vamos de nuevo —susurró para sí mismo entre dientes.
—¡Jungkook oppa! —volvió a decir por tercera vez. La chica llegó hasta él con la intención de lanzarse sobre él, pero Jungkook la sujetó de los hombros y la alejó lo suficiente para que no invadiera su preciado espacio personal.
—¿Qué quieres, Jiyu? —preguntó entonces apresurado—. Tengo cosas que hacer, así que habla rápido.
—¿Por qué me hablas así? —puchereó la menor por unos meses, jugueteando con su suéter celeste—. ¡Yo solo quería invitarte a la feria! —chilló pisando con fuerza el suelo en forma de berrinche.
Jungkook quería llorar, no le gustaban las personas extremadamente ruidosas y que forzaban querer ser tiernas, y la pelirroja era una de ellas. Muchas veces ya se había acercado a él pera invitarlo a salir y demás, pero el pelinegro solo aceptó una vez y esa misma noche no pudo dormir debido a lo abrumador que terminó siendo la salida.
Jiyu quería salir con él, lo sabía porque HyunJin se lo había dicho, pero él definitivamente no quería nada con ella ni con nadie.
Bueno, a excepción de una sola persona.
Lo que no le gustaba era que invadieran su espacio personal y que lo acosaran. Y Jiyu hacía todo eso y otras cosas más que para nada estaban bien. Una vez incluso la encontró frente a su dormitorio a media noche cuando aún no tenía compañero, y desde aquel incidente Jungkook cambió todas sus llaves y se cercioraba de guardarlas muy bien.
Si algo así volvía a ocurrir sin dudar iba a hablar con él rector o algún superior de la universidad.
—¿Cuál feria? —preguntó curioso, fingiendo interés para que la pelirroja no terminara lanzándose en el suelo a lloriquear, porque sabía que era capaz de hacerlo.
La chica sonrió de oreja a oreja, balanceándose de una lado a otro mientras se acercaba lentamente al más alto. Jungkook lo notó, y le comenzó a dar miedo.
—Mañana habrá una feria en la plaza del centro, ¿quiéres ir conmigo? —susurró melosa muy cerca del pelinegro.
Jungkook la volvió a sujetar de los hombros y con un poco de fuerza -ya que la pelirroja se resistía- la alejó nuevamente de su cuerpo.
—Lo siento, tengo otro compromiso mañana —dijo fingiendo tristeza—. Pero otro día será... quizás ㅡy con eso hizo el amago de voltearse y marcharse pero la pelirroja lo detuvo sosteniéndolo del brazo, presionando sus dedos con un poco de fuerza sobre su piel.
—¡Puedes dejar lo que tienes que hacer por mí —exclamó, soltó su brazo para aferrarse a su cazadora—. ¡Por favor, por favor, por favor!
Por favor, no sigas humillándote así. Pensó Jungkook.
—No y esa es mi respuesta final —sentenció alejando la mano contraria que empuñaba su ropa—. Mejor busca a otra persona que sí pueda acompañarte, ahora, si me disculpas, tengo clases —y sin esperar otro berrinche de la menor Jungkook corrió lo más lejos posible de la pelirroja.
Una vez que estuvo en la zona de los casilleros, se acercó al suyo sacando lo que necesitaría en la siguiente clase mientras se lamentaba internamente.
No había podido hablar con el rubio y ahora debía esperar que las clases terminen para poder hacerlo. ¡Genial!
Su día no podía ir peor
[...]
Taehyung llegó al dormitorio un poco tarde, se había quedado conversando en su última clase con Seungmin sobre lo que había pasado con él y HyunJin que había perdido la noción del tiempo.
Jungkook probablemente estaría con el corazón en la boca, o tal vez no. Ya era costumbre que encuentre llamadas perdidas del mayor y muchos, de verdad, muchos mensajes del mismo cada vez que se tardaba más de lo habitual en llegar. Eso le parecía muy lindo.
Abrió la puerta y una vez dentro se sacó los zapatos, dejándolos en la entrada. Cerró la puerta detrás de sí y caminó en dirección al sofá en donde dejó su mochila caer sobre ésta y luego él se dejó caer a un lado.
Jungkook al escuchar el pitido tan familiar de cuando la puerta era desbloqueada se apresuró, saliendo del baño con sólo una toalla enrollada en su cintura.
Se acercó a la sala y vio a Taehyung de espaldas mirando algo en la televisión, mientras comía una barrita de chocolate.
El pelinegro se acercó en silencio sigilosamente, y al estar descalzo aquello era mucho más fácil para él. Sorprendió al menor cuando lo sujetó repentinamente de los hombros provocando dos cosas.
Uno; que el rubio gritara agudamente por la sorpresa y girara rápidamente sobre sus talones, propinándole un golpe en la mejilla que resonó por todo el lugar dejándolos a ambos más que sorprendidos.
Y dos; que Taehyung dejara caer al suelo su tan preciada barra de chocolate a medio terminar.
Jungkook miró al menor con los ojos muy abiertos, dirigiendo una mano a su mejilla golpeada. Taehyung se llevó ambas manos a la boca, ambos mirándose todavía con mucho asombro y perplejos se quedaron quietos en sus lugares sin dejar de mirarse o de siquiera mencionar palabra.
—Vaya... si que golpeas fuerte —dijo luego de unos largos segundos el pelinegro, sobando su mejilla mientras movía de forma circular la mandíbula.
—¡Lo siento! —exclamó Taehyung. Caminó apresurado hasta subirse en el sofá ya que Jungkook estaba detrás de esta por lo que no lo pensó mucho y sólo se quedó parado allí—. Lo siento, hyung, me s-sorprendiste mucho.
El mencionado levantó la mirada ya que el rubio estaba sobre el sofá. Lo miró a los ojos y pudo notar lo cristalinos que estaban por lo que rápidamente lo sujetó de las mejillas.
—Tranquilo, supongo que me lo merecía —dijo, olvidándose completamente de que sólo estaba con una toalla cubriendo su cuerpo. Taehyung negó con la cabeza varias veces.
—P-Pero te golpeé muy fuerte —sollozó señalando la mejilla del mayor en donde la zona comenzaba a ponerse rojiza—. Y-Yo no q-quise hyung... yo de verdad n-no...
—Shh, no llores. No es para tanto —se acercó al menor, revolviéndole los cabellos trató de consolarlo—. Ni si quiera me duele. ¿Ves? —se golpeó ligeramente la mejilla varias veces demostrando al menor que lo que decía era cierto.
Pero no lo era, la mejilla aún le dolía, poco, pero el dolor existía.
Taehyung se dejó caer al sofá dándole la espalda al mayor y cruzándose de brazos ignoró al más alto que seguía detrás de él.
El pelinegro quiso hablar con él pero primero se dirigió a su habitación, buscó la ropa que solía usar como pijama y una vez que la encontró se apresuró en vestirse, pocos minutos después ya se encontraba sentado junto al rubio que seguía mirando la televisión, ignorándolo por completo.
—Taehyungie... —lo llamó picando con su dedo índice sobre el estómago del rubio. El mencionado se removió, aguantando las ganas de reír—. No me ignores por favor, uhm —volvió a picotear con su dedo índice.
Taehyung se mordió el labio inferior mientras giraba la cabeza en dirección al mayor. Sus ojos se encontraron por largos segundos hasta que el menor apartó la mirada.
—No vuelvas a hacer eso —pidió abultando sus labios. Sus bonitos labios rosados brillaban demasiado en ese momento.
Jungkook quería tanto besarlo.
—¿Hacer qué cosa? —preguntó acercándose un poco más al chico.
—Asustarme, duh —dijo como si fuera obvio—. Si lo vuelves a hacer es porque eres masoquista y te gusta que te golpeen —continuó sin girarse a verlo aún.
Jungkook por otro lado se iba acercando cada vez más. Acercó su rostro al del menor, tomándolo por sorpresa, pero Taehyung no lo apartó y no tuvo intenciones de hacerlo.
—¿Y qué si lo soy? —cuestionó, muy cerca del rostro contrario.
—P-Pues, pues... eres muy t-tonto si lo eres —habló atropelladamente por la cercanía del pelinegro. Era una sensación extraña pero le agradaba.
—¿Lo soy? —Jungkook bajó sus ojos hasta los labios del rubio. Taehyung era demasiado lindo y adorable, no podría soportar mucho tiempo sin lanzarse sobre él.
—Sí.
—Te gusta que sea así, ¿verdad?
—Y-Yo...
—Mírame, Taehyung —el pelinegro pidió, pero el mencionado negó varias veces provocando que su cabello hiciera el mismo movimiento que su cabeza—. Taehyungie...
Llevó sus dedos hasta la mandíbula del rubio, y con delicadeza lo obligó a mirarlo. Sus ojos chocaron con los contrarios una vez más, los orbes azules y negros admirándose en el silencio del momento.
—Eres tan bonito —dijo Jungkook de un segundo a otro, acariciando la mejilla abultada del menor con suavidad.
Taehyung cerró sus ojos cuando vio al mayor acercarse lentamente a su rostro, Jungkook sonrió antes de cerrar también sus ojos y probar al fin los labios que estaba seguro sabían a chocolate.
Sus labios se rozaron superficialmente y cuando Jungkook iba a atrapar el labio inferior del ojiazul entre los suyos, un golpe en la puerta principal los sorprendió. Taehyung se alejó abruptamente de él y Jungkook dejó caer la mano que sostenía el rostro del menor sobre el sofá.
Maldijo internamente. Definitivamente ese no era su día.
aún no es momento del
beso kooktae 🏃🏻♂️🏃🏻♂️🏃🏻♂