Adiós querida Kikyo
Perspectiva de Kagome
Ver a Inuyasha marcharse fue un puñal en mi corazón, uno que no esperaba tan rápido
- Kagome - Sango me habló y la miré. - ¿Quieres que lo esperemos?
Dirigí mi vista hacia donde se había marchado y respondí.
- No, es mejor darle su espacio. Regresemos a la aldea, yo tengo que ir a mi casa, extraño a mi familia. - traté de sonreir para que ellos no se preocuparan.
- Pero, señorita Kagome...
- Su excelencia, si ella quiere ir a su época, así sera.
- Gracias. - le sonreí, en modo de agradecimiento.
Ya no quería estar aquí, ya no quería hablar y tampoco quería ver la cara de Inuyasha, mucho menos después de que supiera todo lo que le había dicho a Kikyo. Él podría odiarme por eso, aunque ella quería sellarlo y eso no impidió que fuera a verla.
- Kagome.
Salí de mis pensamientos gracias a la voz de Sango, quién me había hecho espacio para que subiera al lomo de Kirara e irnos.
Mi último pensamiento fue para el yokai. Que ironía que, ahora que pude traer de regreso al hanyo, lo estaba extrañando mucho a él, pero se que había hecho lo correcto a pesar de que mi corazón doliera. Cerré mis ojos, mientras Kirara se dirigía a la aldea.
Perspectiva de Inuyasha
Llegué a unos árboles enormes y la vi, Kikyo me estaba esperando sentada sobre las ramas.
- Kikyo. - susurré y ella me miró.
- Inuyasha, ya volviste a ser el mismo.
- Si, ahora soy yo.
- Ya veo.
- Kikyo...
- ¿Si?
- Yo... bueo, yo...
- ¿Tú qué, Inuyasha?
- Yo quería pedirte perdón por la manera en la que te habló mi parte yokai.
- Vaya, veo que si recuerdas lo que pasó.
- Si, lo recuerdo y de verdad te pido perdón por eso.
- Inuyasha, ¿lo que dijo el yokai sobre Kagome es cierto?
- Kikyo, yo...
- Se sincero, por favor.
Me quedé observándola. Tenía razón, debía ser sincero con ella y conmigo mismo, pero sobre todo con Kagome.
- Kikyo, lo que dijo mi parte yokai sobre Kagome... es verdad. - hice una pausa. - Yo... Kikyo, yo te juro que vengaré tu muerte aunque pierda mi vida en el camino, prometo matar a Naraku pero... no puedo seguirte al infierno.
- No sigas por favor, no es necesario que digas más.
- Kikyo, yo...
- Inuyasha, la que tiene que pedirte perdón soy yo.
- ¿He?
- Kagome... ella me hizo ver la verdad.
- Kikyo...
- Dejame terminar, por favor. - me callé. - Yo estaba equivocada... el dolor me cegó hasta el punto de no ser capaz de ver la verdad, Inuyasha. El único culpable de mi muerte fue Naraku y... yo fui responsabe, en parte, por no ser capaz de percibir su energía maligna... ¿cómo pude confundir tu energía con la de ese ser?
- Kikyo...
- Todo es culpa de Naraku y, en parte, mia también. - sonrió, cerrando sus ojos. - Tú eres el más inocente de esta historia que transcurrió hace 50 años.
Ella se acercó hacía mi y acarició mi mejilla.
- Kikyo.
- Eres libre de seguir tu camino, Inuyasha, eres libre de la promesa que me hiciste y, aunque sé que harás todo lo posible por matara a Naraku, no deseo que sea al precio de tu vida.
- Pero...
- Kagome te necesita... esa chica si que te ama con el alma. - sonrió. - Perdóname por no haber aceptado tu lado yokai y... perdoname por haber querido sellarte otra vez.
- No tengo nada que perdonarte Kikyo, yo... de verdad te amé, pero...
- No fui el amor de tu vida, ¿verdad?
- No... pero, aún así.. yo siento un gran cariño por ti.
- Lo se. - su sonrisa se amplió. - Inuyasha, esta es nuestra despedida... tal vez nos encontremos más adelante, mientras buscamos a Naraku, pero sólo como dos amigos que persiguen un mismo objetivo.
- Kikyo...
- ¿Puedo abrazarte?
- He... si, claro.
Me abrazó y yo correspondí.
- Adiós, Inuyasha.
- Adiós, Kikyo.
Permanecimos abrazados durante unos segundos, hasta que me aparté.
- Inuyasha.
- ¿Si?
- ¿Tú le dijiste a Kagome que vendrías?
¿Qué?
Y fue en ese momento en que me reprimí mentalmente al darme cuenta de que había sido un idiota y es que había salido corriendo hacia Kikyo sin decirle nada a ella, ¿Qué estará pensando en este momento?
Idiota, ¡eres un idiota!
- Ay, Inuyasha, no tienes remedio. - mire a Kikyo y ella me regaló otra sonrisa. - Ve con ella, no hagas que se ponga triste... ella es muy especial, no la pierdas.
- Si... adiós, Kikyo. - voltee y corrí sin volver a mirar hacia atrás.
Perspectiva de Kikyo
Vi a Inuyasha marcharse y una lágrima rodó por mi mejilla.
- Adiós, mi amado Inuyasha. - susurré, mientras me adentraba en el bosque para seguir con mi camino.
Perspectiva de Inuyasha
Corrí lo más rápido que pude y, al llegar, noté que no había nadie. Nuevamente me maldije y seguí corriendo. Luego de un rato, logré verlos a la distancia.
- ¡Kagome! - grité pero no me escuchó.
Shippo y Kirara... malditos traidores, seguro que me escucharon pero prefirieron fingir que no...
Aceleré el pasó, saltando entre los árboles, hasta que pude atravesarme en su camino, deteniéndome frente a Kirara.
- ¡Para! - grité.
- ¡Inuyasha! ¡¿Qué haces?! - gritó Sango.
- Necesito hablar con Kagome.
- Ella va a regresar a su época.
Ignoré su respuesta y dirigí mis ojos hacia ella.
- Kagome, ven conmigo, por favor.
- Inuyasha...
- Por favor, ven. - me acerqué extendiendo mi mano. - Por favor.
Soltó un suspiro, descendiendo del lomo de Kirara por sus propios medios.
- Ven. - le ofrecí mi espalda, pero ella no se subió y eso si me dolio.
- Kagome, puedes llevarte a Kirara si quieres, nosotros regresaremos caminando a la aldea, ya estamos cerca.
- Gracias, Sango.
Ella se subió nuevamente al lomo de Kirara y puedo notar el enojo en los ojos de Sango, al parecer, quisiera cortarme la cabeza en ese mismo momento. Comencé a correr, mientras Kirara me seguía al lado. Llegamos a una cascada en donde, al frente, había un campo lleno de flores.
- Kirara, ¿podrías regresar con los demas? - pregunté.
- Mejor que se quede. - intervino Kagome.
- Kagome, los muchachos deben estar muy cansados, ¿los dejaras que caminen hasta allá? - estaba seguro de que eso haría que ella aceptace que Kirara se fuera.
- Esta bien. - suspiró. - Kirara, puedes ir con Sango, gracias por traerme. - ella se fue y Kagome se sentó sobre una roca. - Bien, te escucho.
Me acerqué, sentándome a su lado.
- Kagome, yo quería pedirte perdón por salir corriendo sin decir nada.
- Inuyasha, no tienes que...
- Por favor, dejame terminar, ¿si? - asintió. - Yo no fui a ver a Kikyo por lo que tú piensas.
- Inuyasha...
- Kagome, yo fui para despedirme de ella.
- ¿He?
- Si, lo que escuchaste.
- Inuyasha...
- Kagome, ¿puedo explicarte lo que hable con ella? - nuevamente asintió. - Esto fue lo que sucedió...
Perspectivas de Sango y Miroku
- Kirara, ¿Qué haces aquí?
- Creo que Inuyasha quiere quedarse a solas con la señorita Kagome.
- Pero, su excelencia...
- Sango, si ella no hubiese querido lo mismo, Kirara no estaría aquí, ¿no crees?
- Bueno... si, puede que tenga razón.
- Bien, será mejor regresar a la aldea con Kirara, la señorita Kagome se encuentra en buenas manos, ¿de acuerdo?
- Si, tiene razón.
Perspectiva de Kagome
- Y eso fue todo.
No lo podía creer, Inuyasha me había elegido a mi y no a ella como pensé.
- Inuyasha, ¿estas seguro de lo que dices? Yo... pensé que me odiarias.
- ¿Qué? -¿Por qué pensaste eso?
- Pues, bueno... ¿Kikyo te habló de la discusión que tuvimos? Yo... le dije algunas cosas y pensé que tú...
- Kagome, se muy bien lo que hablaste con ella, recuerda que yo estaba dentro y... recuerdo todo lo que sucedió. No estoy enojado contigo... nunca podría estarlo.
- Inuyasha... ¿Tú recuerdas todo?
- Si.
Mi cara se puso roja en ese instante, ¿eso quería decir que recordaba lo que había hecho con el yokai?. Me puse de pie para salir corriendo, rogando porque un ogro apareciera en el camino y me devorara. Estaba a punto de dar un paso cuando él me sujeto de la muñeca, jalándome en su dirección y provocando que cayera en su regazo.
- Inuyasha.
Nuestras miradas se encontraron, quedándose fijas durante unos segundos.
- Kagome, lo que dijo mi parte yokai es cierto, pero no puedo obligarte a hacer algo que no desees.
- ¿De que hablas?
- Yo... yo quiero que seas mi compañera, pero te lo pedí en un momento en el que tú no tenías la opción de decir que no. Yo quería matar a Naraku primero para pedírtelo, pero mi lado demoníaco se adelantó, dejándote sin una salida. Es por ello que, si tú no quieres, yo no te obligaré.
No dejé que siguiera hablando, ya que mis labios se posaron sobre los de él. Lo besé de una manera en la que, en otro momento, me hubiese dado verguenza, pero no ahora, no con mi Inuyasha.
Sentí como él correspondía mi beso y sonreí, separándome de él y mirandolo a los ojos.
- Inuyasha, yo si acepto ser tu compañera... sería muy feliz de estar contigo, ¿tú quieres ser mi compañero?
- ¿De verdad quieres estar conmigo?
- Es lo que más deseo, mi querido Inuyasha. - le sonreí y él me devolvió la sonrisa, mientras se acercaba y me daba un apasionado beso, uno que pedía ir más allá de las caricias y yo estaba dispuesta a dárselo a mi amado Inuyasha.
Continuará...
Si llegaron hasta aquí, gracias :)
Créditos por la ortografía a la bella autora, Cbt1996, gracias linda :)
Próximo capítulo: La marca es realizada (advertencia de lemon)
Y será el final de esta historia.