Estoy en el consultorio de la Dra. Galera, asícomo está dicho ser durante mi proceso de recuperación. Chiara hoy no pudo traerme, tenía lago que ver en su estudio. Noah fue a pasar el día a la casa de Denna, Theo quería pasar el día con él según mi mejor amiga. Hablando del estudio de Chiara, tengo que recordar pedirle que me lleve, tengo curiosidad en conocer su ambiente de trabajo. Pero volviendo a la consulta, estaba sola, sí, es un progreso. No totalmente ya que vine en taxi, y bien, Chiara me dio la dirección. Pero ya es algo, ¿verdad?
-Y entonces, Violeta, ¿Cómo van las cosas?
La Dra. Galera pregunta al sentarse en la silla junto a mí, tiene aquella enorme sonrisa, sentada de piernas cruzadas y su portapapeles en su regazo. Una cosa a la que me estoy acostumbrando es a esa sonrisa, Chiara no ha venido hoy y sin embargo no deja de sonreír. Tal vez le gusta dsfilar con esos dientes blancos alrededor, si la ves ella siempre está muy feliz. O tal vez demasiado triste, quien sabe.
-¿En el sentido general? - Ella asiente, poniéndose las gafas. Respiro profundo, las imágenes del fin de semana comienza a pasar en mi mente y aparece una gran sonrisa en mis labios. Eso no pasó desapercibido por la doctora. -Están cada vez mejor.
-¿Y esa enorme sonrisa?
Ella baja la cabeza y me mira sobre las lentes de las gafas, mi rostro comienza a ruborizarse y la Dra. Galera suelta una risita.
-Es que... Todo parece estar mejorando.
-Me doy cuenta. - Comenta sonriendo. Sonrío de nuevo. - ¿Y las cosas con Chiara? ¿También están mejor?
Como si aún fuese posible, mi sonrisa se ensancha aún más. ¿Cómo recordarla sin dejar de sonreír? Estoy impresionada de sentirme tan bien en relación a Chiara con tan poco tiempo de vivir juntas, civilizadamente hablando. Es sólo... Vivir con ella es tan fácil.
-Ella es la razón de esta sonrisa.
El rostro de la Dra. Galera se torna sorprendida al oírme decir aquello, la última vez que nos vimos a mí todavía no me gustaba mucho la presencia de Chiara. Es curioso como las cosas pueden cambiar de una noche, o algunas noches ¿No es así?
-¿Entonces se están llevando bien ahora? - Afirmo frenéticamente con la cabeza. - Eso está muy bien, muy bien.
-Fuimos a pasar el fin de semana con sus padres.
-¿Y cómo fue?
-Increíble. - Comienzo a recordar nuestro tiempo juntas en nuestra casa del árbol. Sí, nuestra. A pesar de que no recuerdo aquel lugar, esa cara ya se ganó un espacio enorme en mi vida. - Ella me llevo al sitio que tiene, es tan hermoso, Dra... - Suspiro de manera tonta, una pequeña sonrisa en mis labios. - Ella y yo... Nos besamos.
-¿Y cómo fue?
-No podría haber pedido un primer beso mejor que aquel.
Y realmente no podía.
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Después de la consulta con la Dra. Galera, me despedí de ella y llamé al mismo taxista que Chiara me dio el número, ella dijo que era extremadamente fiable y que siempre lo llame cuando sea necesario. Su nombre es Vic, es un señor, y bastante agradable. Y hablando de Chiara.
-¿Hola?
-¿Amor? Eh... ¿Ha terminando la consulta?
-Sí, acabo de salir de su oficina. - Salgo del ascensor y camino por el hall del edificio. -Estoy fuera del edificio ahora.
-¿Fue todo bien? ¿Conseguiste llegar a tiempo?
-Sí, fue todo genial. Y si lo conseguí, no fue tan difícil.
La oigo suspirar del otro lado. Me gusta esa preocupación que tiene conmigo, sé que es grande debido a mi pérdida de memoria. Pero a Chiara parece que le gusta cuidar de las personas que quiere.
-Bueno... ¿Quieres que vaya a por ti?
-No es necesario, Vic dijo que estaría aquí en unos minutos.
-¿Estás segura?
-Sí, amor. No necesitas preocuparte. - Oigo algunas voces del otro lado de la línea. - ¿Has comido algo? Es casi la hora de almorzar.
-Comí una manzana hace algunos minutos, dentro de poco iré a almorzar con Martin. - Nos quedamos en silencio durante unos segundos. - Me gustaría almorzar contigo, me gusta más tu comida que la del restaurante de aquí cerca.
-Mmm... En la noche prepararé algo especial para ti, ¿alguna cosa que quieras?
Al mirar a mi izquierda veo el taxi del Sr. Vic aparcarse cerca de mí, asiento con la cabeza hacia él y camino a su dirección.
-Cualquier cosa, amor. - ¿Por qué este tonto corazón se acelera cuando me llama así -¿Vio?
-¿Hola?
Entró al taxi del Sr. Vic, me sonríe y espera a que cierre la puerta para irnos.
-Te extraño... mucho.
Su voz suena complicada, por lo que todo dentro de mí se derrite, hipotéticamente hablando. Es como si todos mis órganos entrarán en algún tipo de colapso, o algo así. Es sólo una sensación nueva, o único sentimiento fuerte que he tenido en la vida antes de que todo esto ocurriera, fue la pequeña pasión platónica que tuve por Julia, pero por Chiara... Las cosas son completamente diferentes.
Es intenso... real, demasiado real.
-También te extraño, bebé...
Y lo hago... Especialmente sus caricias.
Ahg... Chiara Oliver... O Chiara Hódar Oliver.
¿Sabes que Hódar-Oliver suena perfectamente bien?
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Estaba terminando de preparar la cena cuando escuché que se abría la puerta principal, luego las voces animadas de Noah y Chiara se escuchan en el ambiente silencioso. Todo mejora con los dos estando en la casa, sola aquí el día entero me siento deprimida. Continúo agitando la carne en la sartén para que no se queme. Durante la tarde estuve pensando que preparar para la cena y decidí hacer carne y verduras salteadas.
-Mmm... Huele maravilloso. - Escucho la voz de Chiara en la cocina, continúo concentrada en lo que estoy haciendo. Sus pasos se escuchan más cerca y después siento su presencia detrás de mí. ¿Cómo puedo sentir el calor que emana de ella sin ni siquiera estar atrapada en ella? - ¿Estás haciendo verduras? - Murmuro de acuerdo. -Oh my god, you're the best.
Coloca sus manos en mi cintura y su cadera en mi trasero, antes de que tenga cualquier tipo de reacción la siento besar mi nuca, que está expuesta por la coleta que me hice. Una corriente eléctrica desciende por mi espalda, erizando el vello de mis brazos. Siento el aire caliente de su boca en mi piel. ¿Por qué tengo la impresión de que ella está sonriendo?
-Ve-ve a lavarte las manos, o tomar una ducha. No sé...
Chiara suelta una risita al notar lo nerviosa que me dejó un simple beso. Pongo los ojos en blanco, tratando de mantenerme enfocada en lo que estoy haciendo. Finalmente me suelta y casi celebro y agradezco. Es un poco difícil pensar con claridad con esa mujer tan cerca de mí.
-Ya vuelvo.
La oigo decir y luego sale de la cocina. Suspiró aliviada por finalmente estar libre de aquella tentación en persona. Libre por ahora... Pero al menos puedo respirar ahora.
Durante la cena Noah me cuenta cómo fue pasar la tarde con Theo, él dijo que lo paso jugando videojuegos y fútbol con Álex. Me la pasé prácticamente todo el tiempo sonriendo, es tan bueno verlo todo feliz. A veces sólo quiero mirarlo, todavía no recuerdo la sensación de cargarlo dentro de mí, pero tenemos una conexión fuerte. Sólo quiero recordar todo, ¿Entiendes? Sabes cómo me sentí cuando lo tuve en mis brazos por primera vez, como fue que Chiara reaccionó cuando lo vió, como lo hicimos su primer período de recién nacido. Quiero recordar todo.
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Después de la cena, fuimos al salón, por insistencia de Chiara, quien quería que viésemos una película de dibujitos. Mi villano favorito, nunca la vi es obvio, o no recuerdo haberla visto. Pero Chiara me aseguró que es divertida. Estamos los tres tumbados en el sofá, por alguna razón del destino no sabía que se abría y se convertía en un sofá cama. Noah está entre nosotras, su cabeza descansa en la barriga de Chiara, que acaricia sus cabellos castaños. Ni siquiera le presto atención a la película, prefiero entretenerme viendo a los dos. Me gusta esto, me gusta mucho.
Siempre me imaginé tener una familia cuando creciera, tener por lo menos un par de niños y una esposa bonita. Bueno, todavía no tengo un par de niños, pero ¿Quién sabe de aquí a un tiempo?
-Mamá, ¿Podemos ver la película de capitán América después?
-Por supuesto, mi vida.
Una enorme sonrisa aparece en mis labios. De repente me siento orgullosa. Sí, orgullosa. Orgullosa de mi familia, de tener todo lo que quería. Una esposa que descubrí, y continuo descubriendo que es increíble, un hijo increíble. Una casa maravillosa, una vida estable. Tengo todo eso, con Chiara obviamente. Sí, no recuerdo cómo logré tener todo eso, pero eso es un mero detalle por sobre todas las cosas buenas. Si por alguna razón esta es una segunda oportunidad debo aprovechar todo lo que tengo, ni lo desperdiciaré.
No es lo mismo.
Después de la película de animación, a la cual no presté atención alguna ya que sólo continue observando la interacción de los dos a mi lado, Chiara de levantó para colocar la película que Noah pidió. Ambos parecían muy contentos de ver esa película. De vez en cuando pienso que, Chiara y Noah terminan teniendo la misma edad. Confieso que es precioso ver cómo cambia cuando está con nuestro hijo. Nuestro hijo... Eso es tan sorprendente.
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-¿Vas a dormir ahora?
Chiara pregunta cuando se pone de pie, se agacha para recoger a Noah que está dormido profundamente toro acurrucado en el sofá.
-Todavía no tengo sueño.
-Todo bien. - Carga al pequeño y se llega a su cuerpo. - ¿Puedo bajar a ver la televisión contigo después de que lo ponga en la cama?
Le sonrío, es lindo verla de manera tímida. Es decir, de vez en cuando veo reflejos de la Chiara antigua. Principalmente ahora que ella insiste en lanzarme miradas fugaces, y toques inesperados un tanto atrevidos. Y la he visto repasándome varias veces... Principalmente mi espalda y trasero.
Navego por los canales mientras espero a que Chiara vuelva. Unos minutos después oigo pasos en las escaleras, en cuestión de segundos ella pasa frente a mí y se sienta a mi lado en el sofá. La miro.
-¿Qué vamos a ver?
Pregunto volviendo a mirar la televisión. No hay nada interesante que me llame la atención.
-Lo que sea, siempre y cuando me quede aquí a tu lado, por mí lo que sea.
Increíblemente mis mejillas comienzan a calentarse. ¿Por qué tengo que ser tan... Yo en esos momentos? Sólo quiero no sentirme de esa forma a su alrededor. Tan... Idiota. Parezco una adolescente enamorada por primera vez.
-¿Entonces podemos sólo... hablar?
-Puede ser. - Apago la televisión y me siento mejor en el sofá, me giro de lado para mirar a Chiara. Ella hace lo mismo, su cabeza apoyada en su brazo. - Dime cómo fue la consulta de hoy.
Pregunta y tomo un respiro antes de comenzar a contarle sobre la consulta, ni omito ningún detalle, ni siquiera el hecho de que ella ha sido asunto en la consulta. A Chiara parecía gustarle bastante oír todo aquello ya que no paraba de sonreír. Después de que termino de contar sobre mi emocionante día, es su turno de contar sobre el suyo. Escucho atentamente, admito que me distraje diversas veces por quedarme observando su rostro, sus expresiones y principalmente su forma linda de no conseguir hablar sin gesticular. En serio, ella mueve sus manos todo el tiempo. Pero es adorable, así como ella.
¡No! Ya me puse como una tinta sentimental.
Chiara y yo estamos recordando los viejos tiempos. Hablamos de todo y nada al mismo tiempo, a veces divagamos juntas. Pero estamos riéndonos mucho. Es bueno hablar del pasado, incluso si es un poco extraño para mí ya que técnicamente el pasado es mi presente, mi mente estaba en blanco.
Confuso, ¿no es así? Lo sé.
-Ah, Vivi... Aquellos tiempos eran muy divertidos.
-¿Sabías que odiaba ese apodo?
-¿En serio?
Ella deja de reír y me mira inquisitivamente.
-Vivi... Cuando tú me llamabas así, yo... - Me da un poco de risa. - Sentía ganas de matarte, parecías tan... Agh.
Y era cierto, cuando caminaba en la escuela y escuchaba a Chiara llamarme así, cerraba los ojos pidiendo morir
-¿En serio?
-Sí, siempre parecías estar burlándote. Pero confieso que ahora me agrada... Es incluso un poco lindo.
Su rostro se vuelve a iluminar y aparece una enorme sonrisa en sus labios.
-Me gusta llamarte así, quería una cosa única y en aquella época fue lo único que conseguir pensar.
-Vivi... - Digo con una sonrisa en los labios, Chiara también sonríe. -Me gusta como suena viniendo de ti.
-Vivi.
Susurra con aquella maldita voz ronca que estremece a cualquier persona a metros de distancia. Suspiro, encantada con su sonrisa.
-Necesito algo sólo mío.
-¿Cómo qué?
-Un apodo exclusivo para ti. - Eleva las cejas con curiosidad. - Todo el mundo te llama Kiki o Keeks, quiero algo propio.
-Denna me llama fantasma y en ocasiones pedazo de nube
Dice y se encoge de hombros, termino riéndome por la forma graciosa en la que hablo.
-Le encanta burlarse de la gente. - Chiara está de acuerdo y las dos nos reímos. - Chiara... Chiara... Chiara...
Repito su nombre mientras trato de pensar en algo genial para llamarla. Nada de Chiarita o sus derivados... Una cosa sólo mía. Eso de poner apodos es tan complicado.
-¿Ya lo tienes?
-La verdad no.
-¿Puedo recordarte como me decías antes?
Pide con una sonrisa animada, casi infantil.
-Claro.
Revelo sonriendo, pero al verla mirar mi cara, mi sonrisa muere lentamente. Siento mi cuerpo encogerse involuntariamente, soy una mierda con los apodos.
-Me llamabas suerte, lo decías a diario. - Su sonrisa vuelve a su rostro. - Es único, exclusivo y sonaba jodidamente bien, viniendo de ti.
Tal vez por la animación del momento, o simplemente el hecho de que su sonrisa me encanta. Por alguna razón, voy a para a su regazo, con las rodillas apoyadas en el sofá al lado de sus muslos. Chiara toma mi cintura y delicadamente nos besamos, ella acaricia mi cadera mientras yo tomo su cabello. Me gusta eso, me gusta tirar de su pelo y sentirla suspirar en mi boca, como su pidiera más. Nos quedamos en ese beso durante un buen tiempo, al final sonreímos en medio de él, de vez en cuando ella muerde mi labio inferior, chupándolo.
-Mi suerte...
-Mi amor...
Ella susurra a través de un jadeo antes de volverme a besar. Siento su corazón latiendo en su pecho. Soy de ella, completamente de ella.
Nos miramos, acaricio su cuello lentamente. Chiara levanta las manos un poco más arriba, tirándome hacia ella y dejándome en una posición más cómoda en su regazo. Tal vez yo creí que vamos demasiado rápido, eso sería obvio su fuéramos dos adolescentes todavía. Pero técnicamente somos adultas y casadas. Por lo tanto no hay ningún problema, ¿cierto? También porque Chiara parece gustarme bastante estos momentos, principalmente cuando estoy en su regazo.
-Chiara, ¿Dónde están las fotos de nuestra boda?
Chiara se toma unos segundos para volver a la realidad, su ceño fruncido se va relajando poco a poco.
-Allí, en el mueble de la televisión. - Apunta para un lado, acompañado con su mirada. - ¿Quieres verlas?
-Si por fi.
Es posible notar la emoción en mi voz, Chiara sonríe enorme y sella nuestros labios. Suavemente ella segura mi cintura y me pone en el sofá, se arrastra hacia adelante y se levanta. Me recuesto en el sofá y la observo. Chiara se arrodilla en el suelo y arrastra una pequeña puerta del mueble, en cuestión de segundos la cierra de nuevo y se levanta. Cuando se da la vuelta hacia mí, puedo ver el álbum con la portada marrón claro en sus manos.
-Aquí, amor. - Me extiende el álbum y se sienta a mi lado. - ¿Sabías que tuvimos una pequeña discusión en nuestras fiesta de boda?
-¿En serio?
-Sí. - Tan pronto como abrí el álbum puedo ver nuestros nombres bordados en letras bonitas. Paso el dedo por encima, sintiendo la textura. - Yo quería tomar algunas fotos de la fiesta t tú no me querías soltar, me dijiste que teníamos que estar juntas.
-Bueno... ¿Y no era verdad?
Rebato rápidamente y Chiara suelta una risita torpe, la miro de lado y se encoge de hombros. Niego con la cabeza, con una sonrisa en los labios. Una cosa que siempre supe de ella era la pasión que tenía por la fotografía. Y admito que siempre fue buena con eso. Las mejores fotos de nuestros bailes y fiestas conmemorativas en la escuela, eran todas mérito de ella. Al menos ella era buena en algo en ese entonces.
-Sí, era... Pero tenía miedo de que el fotógrafo que contrataste no hiciera un buen trabajo.
-Déjame adivinar, ¿Estuviste encima de él dándole consejos?
-¿Soy tan predecible?
Finge un tono de indignación mientras observó la priemra foto. Chiara y yo estamos al lado de la otra, con las caras pegadas y sonrisas enormes en nuestros labios. Ambas con vestido y velo.
Nuestra felicidad está empanada en nuestra mirada, obviamente me casé con ella por amor.
-Me gusta esta foto.
Señalo la segunda. En ella, Chiara y yo estamos de pie, ella toma mi cintura y me mira sonriendo, mientras yo tenía la cabeza echada hacia atrás y parecía estar riendo de algo que ella dijo.
-Esa siempre fue tu favorita. - Ella dijo, acercándose para ver la foto. - Debido a que fue espontánea, te estaba contando chistes en el momento que nos estaban fotografiando.
Alzo las cejas, no tan sorprendida. Miro a Chiara, que está con su cara cerca a la mía. Sonrío antes de besar su mejilla.
-Sienlre quise hacer una foto así, es preciosa.
Comentó maravillada al ver la tercera foto. Chiara me sostenía en el aire por la cintura, yo la abrazo por los hombros y la miró a los ojos. Parecemos perdidas en los ojos la una a la otra. ¡Vuelos! Parece que estamos tan enamoradas.
Seguimos viendo otra fotos, no puedo dejar de sonreír con ninguna de ellas. Fue genial ver edad fotos, incluso su no recuerdo ningún momento de ese día, puedo sentir las mariposas en el estómago que debo haber sentido cuando le di el sí a Chiara. Ella salta todo el tiempo y comenta sobre nuestra vida, principalmente sobre la luna de miel que pasamos en Chicago. Chiara declaró ese momento como el más agradable de toda nuestra vida juntas, preferí no preguntar el motivo. Porque era muy claro a lo que se estaba refiriendo. Chiara es una pervertida.
-Siempre me gustó la forma en que eras decidida, firme. ¿Sabes? Toda seria cuando tenías que resolver algo.
-¿Muy seria?
-Mucho, era algo así como... - Ella respira profundo, preparándose para imitarme. Junta sus cejas todo lo que puede y me mira. - Chiara Oliver, ¿Cuántas veces tengo que mandarte a recoger la toalla mojada de la cama? - Su voz en gruesa, termino riendo por la pose mandona. - O bien, Chiara no vamkd s salir con este frío para tomarle fotos a la luna, y mi favorito, yo soy la embarazada y yo mando.
-Parecía ser mandona.
-Mucho. - Ella responde prontamente, sonriendo. - Cuando estaban construyendo nuestra casa te aseguraste de verlo de cerca, estabas aquí todo el día prácticamente dando órdenes a los hombres a cargo de construir nuestra casa. - Echa la cabeza hacia atrás y ríe. - Recuerdo que una vez, te tuve que venir a buscar y uno de los constructores me vino a suplicar que ni te dejara regresar allí hasta que todo estuviera listo, porque eras demasiado mandona.
-Dios mío.
-Sí, señorita Hódar. Pero, ¿sabes qué? Siente pensé que te veías sexy mandando, principalmente en la cama.
Dice naturalmente y siento mis mejillas calientes, hasta mis oídos. Es imposible no sentir vergüenza, por más que sabía que tenemos una vida sexual aparentemente activa, no consigo lidiar con eso, ni siquiera puedo aceptar la realidad de que no soy nada inocente ya. Aunque no recuerdo la sensación de tener relaciones sexuales con alguien, sé lo que es sentirse caliente porque es imposible no excitarse viendo a las animadoras. Además, no fui santa durante mi adolescencia, sólo me preservaba para alguien especial.
Pero imaginarme a Chiara y a mí juntas en una cama, completamente desnudas...
-¡Mi Dios!
-No amor, soy Chiara.
-Eres una idiota. - Empujo sus hombros y Chiara cae para atrás, pero me lleva con ella y le caigo encima. Nos mirábamos y sonreíamos, Chiara me roba un beso o dos. - Chiara... Chiara... Mi suerte. - Su sonrisa aumenta al escuchar el apodo. - ¿Echas de menos a la vieja Violeta? Ya sabes... La Violeta enamorada de ti, que moría de amor.
-Pero tú eres la Vio que muere de amor.
-No, no. - De repente me siento tímida, diría que tengo miedo. Miedo de no ser suficiente para ella, pienso en cuanto debe extrañar a la Violeta que solía ser. - Quiero decir... Tu esposa Vio.
Chiara parece finalmente entender lo que estoy queriendo decir, ella suelta un "Oh" bajo e inclina la cabeza para atrás. Siento una inseguridad hasta ahora desconocida para mí. A pesar de que la tengo a mi lado ayudándome, no sé si ella tiene esperanzas de que vuelva a ser la misma. Porque, sinceramente, no sé si volveré a ser como antes.
-Violeta, voy a ser sincera contigo... - Mis manos comienzan a sudar, las paso por el sofá para secarlas. - Al principio, después de que perdieras la memoria y te volvieras aquella Vio grosera, extrañaba mucho a mi Violeta. ¿Entiendes? Era horrible verte y no poder tocarte, y peor aún, escuchar las cosas que me decías. Tenía miedo y no me dabas consuelo, extrañaba a mi Vio porque ella me consolaría.
-Lo siento.
-No pasa nada. - Ella respira profundo. - Estamos empezando a entendernos ahora, hasta que pueda ganarte de nuevo. - me mira y sonríe. - Por el momento no extraño a la antigua Vio, amor, me está gustando conocer a esta nueva Violeta.
Oír aquello es como quitar un peso de tres toneladas de los hombros. Mi temor era que ella extrañara a la antigua Vio y tenía esperanzas de tenerla de vuelta. No quiero decepcionarla de ninguna manera, principalmente porque sé que tal vez, aquella antigua Vio nunca regresará.
De la misma forma que ella está conociendo una nueva Vio, yo estoy conociendo una Chiara completamente nueva para mí. Y lo confieso... Estoy adorando conocerla mejor.
Es curioso que incluso sin saber, y en tan poco tiempo, yo sabía que seríamos importantes la una para la otra, algo en mí siempre lo supo y siempre lo sabrá... Ella es mi persona
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Qué bonitas que son y que cariño le tengo a esta historia <3
Por cierto hay una canción que me recuerda mucho a ellas y a este capítulo en concreto, se llama contigo de Carla Morrison por si alguien quieres escucharla :)
⭐❤️