Quedate conmigo hasta que me duerma.
Hoy, cuando abrí la ventana, escuché los pasos del tiempo...
Cuando despertó se sentía caliente, abrió lentamente los ojos mirando que ella terminó recargada en su pecho y él rodeándola con sus brazos —Mierda— murmuró con fastidio pero Ai le parecía tan hermosa que le era complicado enojarse... suavizó su expresión admirándola mientras aún dormía, pasó una de sus manos por su cabello, era suave y bonito, sin saber porque se agachó un poco para darle un beso sobre la frente.
—Bakugo ¿Qué haces?— Kirishima miraba de un lado a otro pues no hacía mucho que todos bajaron pero Todoroki estaba a unos pasos del autobús esperando a Ichinose —Es hora de irnos.
—¡Idiota!— la soltó rápido haciendo que ella despertara, le avergonzaba que el pelirrojo se diera cuenta de lo que pasó.
—Lo siento por asustarte— miró de nuevo hacia afuera —Pero si no bajan ahora vendrán a buscarlos y no quiero que nadie los vea así— se rascó la mejilla, no sabía si Ichinose sentía lo mismo por su amigo pero el rubio claramente estaba un poco loquito por ella.
Ai se talló los ojos aún adormilada —Kacchan, estoy cansada... llévame a la cama, no seas malo— pidió cubriéndose de nuevo con el abrigo, eso no era descabellado, ella y Katsuki trabajaron juntos durante muchos años formando un vínculo de amistad, no era la primera vez que el rubio la ayudaba a llegar a casa luego de un largo día.
—¿He?— las mejillas de Kirishima se pusieron rojas —Bakugo, no pueden hacer eso en la academia— le regañó pensando en la vez que la llevó al dormitorio.
—¡Maldito! Eso no ha pasado— su rostro se contorsiono en una mueca de confusión y desagrado —Mierda— la tomó de las manos pasando sus brazos por sobre sus hombros para que ella lo abrazara, la cargó de las caderas haciendo que ella rodeada su cintura con sus piernas, de ese modo podía seguir dormida recargando la cabeza en su hombro.
—Ella duerme como un un oso— El pelirrojo tomó el abrigo de Bakugo y lo puso en la espalda de Ai, luego cogió el propio acomodándolo en su cintura para que no se le viera nada en la posición en la que Bakugo la llevaba, tampoco permitiría que otro hombre le pusiera el ojo a la mujer de su amigo.
Tenía que admitir ciertas cosas, para empezar, eso era muy incómodo, ella pesaba más de lo que aparentaba, también tenía unos pechos de buen tamaño que se aplastaban contra sus pectorales, sin mencionar que sus piernas eran esponjosas y tentadoras... además llevándola de ese modo sus manos tocaban más de lo que admitía era correcto.
—¿Ella está bien?— cuando Todoroki los vio bajar del autobús tuvo un impulso de correr y arrebatársela de las manos pero eso seguía siendo una locura, no entendía ese pensamiento ni ese sentimiento que apareció de la nada.
—Esta bien, solo está profundamente dormida— Explicó Kirishima.
Bakugo no se detuvo, quería caminar, quería correr, quería soltarla y lanzarla con la cara redonda para que ella se ocupara de Ai. Él ya no podía ocuparse de esa niña que le estaba respirando en el cuello y hacía ruidos que provocaban en él reacciones naturales propias de su edad, era un chico sano ¡Maldita sea! Claro que era un chico sano y su cuerpo funcionaba perfecto como para que la sangre no bombera en ese sitio particular.
Al entrar a la residencia todos miraron de nuevo a esa pareja peculiar, para algunos era perfecto que ella cambiara su brújula a Bakugo y que de una vez por todas dejara a Todoroki. Además tal vez era lo que Bakugo necesitaba para calmarse un poco.
—¡Cara redonda!— gritó aunque su voz sonó inexplicablemente descompuesta.
—Uraraka ya se fue a la cama— Explicó Jiro en tanto tomaba una taza de té en compañía de Momo.
Katsuki rodó los ojos, no pensaba dejarla en otras manos que no fueran las de Ochako Uraraka. Siguió de largo por las escaleras hasta el cuarto piso, ya se conocía el camino y de verdad le urgía bajarla de inmediato. Abrió la puerta con brusquedad recostándola en la cama.
—Shoto— ella le llamó entre sueños.
El rubio se quedó estático encima de ella, el corazón se le sintió oprimido y unas ganas de vomitar se hicieron presentes.
—Shoto, no te vayas, por favor— las lágrimas brotaron por los extremos de sus ojos y la lluvia cayó silenciosa del otro lado de la ventana.
—Ese maldito mitad mitad— soltó un suspiro, no entendía como podía hacerla llorar incluso en sus sueños —Ai— era la primera vez que la llamaba por su nombre, le acarició la mejilla con cariño —No llores por ese idiota— se agachó atreviéndose a hacer algo que su mente le gritaba que estaba mal pero su cabeza inferior creía que era una excelente idea y su corazón, su estúpido, estúpido corazón le decía que tenía que hacerlo de lo contrario era un maldito cobarde.
Sus labios apenas se rozaron en una sensación volátil, una sensación caliente que le hacía cosquillas en diferentes partes del cuerpo. Saco la lengua para delinearle los labios, porque sí, era un héroe, lo era pero también era un maldito cabrón que podía dejar la mente en blanco y a la vez tan abarrotada de ideas que terminaba encima de su compañera para robarle un beso mientras ella decía el nombre de otro tipo aún más imbécil... tampoco lo iba a romantizar, él no era esa clase de pervertido pero si era la clase de tipos que puede robarle un beso a una chica dormida —Ai, yo nunca te haría llorar— se empujó lejos de ella, ahora si, tenía que salir de ahí antes de que se olvidara de todos sus principios.
Corrió rápido a la planta baja para ir en dirección a su alcoba, no quería ver a nadie porque su cara estaba roja y joder que tenía una erección enorme que ni de puta broma permitiría que alguien viera.
El corazón de Uraraka palpitó con fuerza, se pellizcó una mejilla ¿Vio bien lo que pasó? ¿Bakugo? ¿Bakugo Katsuki, el grosero de la clase A había besado a Ichinose Ai?
Entró rápido a la recámara de su amiga, ella dormía con un rostro triste —Ai— apretó su mano y se recostó a su lado, quería preguntarle dónde le dolía, si le dolía el corazón... y si su corazón dolía, quería saber si era por Bakugo o Todoroki y cuando lo supiera quería patear a cualquiera de los dos.
Cuando despertó lo hizo al lado de su amiga, Ochako llevaba su pijama y ella el uniforme así que supuso se quedó dormida en el autobús. ¿Shinso la llevó a su alcoba? Se incorporó viendo caer dos chaquetas que no eran suyas, tomó ambas, una tenía el bordado con las letras BK y la otra tenía escrito con marcador permanente Kirishima Ejiro. Se quedó petrificada al recordar, le había hablando con tanta familiaridad a ese chico malhumorado. Bakugo ahora mismo no eran más que su compañero de clase, seguramente el rubio estaría molesto y ahora la trataría mal.
Uraraka se revolvió entre las mantas pero en cuanto vio que era de día saltó de la cama —Ai, llegaremos tarde— aviso antes de salir corriendo.
Ichinose tardó en reaccionar pero tan pronto lo hizo tomó su mochila para guardar algunas cosas y su maletín con el traje. No recordaba que era fin de semana y los fines de semana tenían que ir a patrullar cumpliendo su misión como héroes.
Salió corriendo al recibidor donde Asui y Uraraka la esperaban.
Fueron directamente a la agencia Three, cuando la vio por fuera sonrió de forma amplia y honesta. Era un basurero, un edificio viejo donde solo ocupaban dos pisos pequeños y sucios... pero, un día sería de las agencias más grandes del país, en un edificio céntrico con todos los pisos para ellos donde se encargarían de diversos proyectos para el bien común.
—¡Que bueno que llegaron!— Nejire movía unas cajas, se sentía feliz pues las tres decidieron ayudarlos en su tercer año, ofreciendo sus servicios de heroínas —Ai, ¿Estás bien? Escuché que enfermaste— voló hacia su prima inspeccionándola de arriba abajo.
—Gracias por venir— Tamaki sonrió apenas, en tanto veía a esas dos. Nejire quería mucho a su prima, en especial porque cuando era niña sus padres murieron a causa de un accidente en la línea del deber. La familia Hado tuvo que recibir a la pequeña y más que una prima terminó siendo la hermana menor.
—Estoy bien— dejó claro antes de que Nejire quisiera llevarla al hospital.
—Mmmm— la peli azul aún no le creía —Bien— pero luego de un momento reaccionó —¡Al fin cambiaste tu traje! ¡Así luce más bonito!
—Sisisisi— trató de que restara importancia, no podían quedarse a hablar cuando debían patrullar.
—Si ya están todos listos hay que salir— Mirio apareció con sus nuevos reclutas —Demos una vuelta por la zona— propuso.
Los héroes profesionales encabezaron el rondín aunque los pequeños trabajos que salieran debían ser atendidos por los aprendices.
—Mira, mira— Nejire apuntó a unos ladrones, pero tan pronto lo hizo un rayo les cayó encima. Se giró a ver a su prima, de pronto mejoró muchísimo.
Siguieron su camino luego de encargarse de que la policía se los llevara.
Escucharon una explosión que provenía cerca de una fábrica.
—¿Deberíamos ir a ver?— Tamaki conocía bien el sonido de la explosión y el punto incandescente en el cielo era el héroe número uno, sin mencionar que Midoriya se encontraba con ellos y le sería muy fácil terminar el trabajo que hacían.
—Vayamos, será divertido saludar a Midoriya— Mirio solo quería echar un vistazo.
La misión no era difícil, únicamente eran un montón de idiotas que quedaron remanentes de las ideas de la nueva liberación.
—¡Dynamight!— Shoto le gritó para que se encargara de los que escapaban.
—¡Ya lo sé! ¡No actúes cómo si me pudieras dar órdenes!— con sus explosiones los hizo revolcar hasta el mitad mitad —¡Congélalos, idiota!
—Si— Se apresuró para aprisionarlos con su hielo.
Midoriya miró a sus dos amigos, se la pasaban peleando pero aún así hacían un excelente equipo. Se hizo cargo de un par más que querían escapar dejándolos atados con sus látigos.
Por su parte Endeavor miraba desde arriba, esos tres podían mantener todo bajo control últimamente, el crimen disminuyó mucho gracias a los héroes que se formaron en tiempos de crisis. Ahora todo era más tranquilo aunque sabía que después de una época de paz podía avecinarse una época de caos. No quería decírselo a Shoto, Bakugo o Midoriya pero debían empezar a pensar en casarse con una mujer digna que les ayudara a dejar una buena descendencia para esos tiempos.
El aplauso de las personas los atrajo rápidamente a los cuatro.
—¡Bien echo chicos!— les felicito Mirio.
Los ojos de Enji fueron directo a la chica de cabellos azules, ella peleó activamente demostrando su fuerza y valor... Najire, quizá ella sería una buena esposa para Shoto.
Agradezco mucho su apoyo, espero les gustara este capítulo!
Atentos al siguiente bay bay!