—Este jitomate está tan maduro que siento hará un desastre de Venezuela.
Liam inspeccionaba las verduras en el supermercado. Después de un par de días haciéndose el flojo tendría que cumplir con sus obligaciones de soltero y surtir su despensa. Cereal, carne congelada, algunos jugos, aderezos y panes fueron antes que la verdura. Entre remolachas, zanahorias, papas y jitomates se encontraba debatiéndose la necesidad de ser un adulto.
« ¿Cuándo te vas a ver con señor sexy bombero Malik? Estoy contando los minutos para que me puedas hablar detalladamente sobre su cuerpo »Harry cuestionaba por teléfono.
—Todavía ni le veo sin playera, Harold. Además, no tengo prisa. Las cosas con Zayn van lentas, como tienen que suceder. Todas las piezas de este rompecabezas caen por su cuenta en donde tienen que caer sin necesidad de que las empuje. A veces la vida es eso, dejar que las cosas sucedan.
« Cuando suceda su primera vez te acordarás de mis palabras. Además, no estamos en los ochentas, Payne, no hay conflicto en el que aceptes que el afecto carnal es igual de bueno que el romántico y con Zayn... me imagino debe tener un pe- »cortó la llamada cuando un carrito repleto de comida empaquetada chocó con él.
—¡Niall, hola! —saludó al rubio recién llegado con una sonrisa en los labios. Deseaba que no hubiera escuchado nada de lo que hablaba con Harry, pero nadie le aseguraba nada. Liam, para la próxima no compartas detalles íntimos de tu vida en el teléfono con altavoz en un lugar público. Descencia.
—Oh, Liam. Qué gusto verte por aquí, justo le preguntaba a Zayn más temprano cómo habías estado. ¿Qué cuenta la vida, hermano? ¿Cómo va tu adaptación a la gran ciudad?
—Cada día es una sorpresa más grande que la anterior —comentó— un momento cierro los ojos y ya estoy en una esquina sosteniendo veinte kilos de despensa que seguro se acabará en un par de días. Es un desastre.
—Por eso opto por la salida fácil —señaló la cantidad abusiva de comida congelada que llevaba en su carrito. Desde pizzas pequeñas hasta waffles, incluso fruta congelada que sería la perfecta base de un smoothie. Nada se le escapaba— ¿Ya regresó Zayn de con Izzie?
—N-no, tengo desde ayer temprano que no le veo... estuve hablando con él por teléfono en la mañana pero no me comentó nada de no estar... ¿I...Izzie? ¿Quién es ella?
—¿Zayn no te ha contado sobre su esposa?
La vida de Liam se nubló inmediatamente. Sentía como su corazón se aceleraba y comenzaba a latir cerca de su pecho. Cubrió su frente con una mano mientras se sostenía del carrito de compras, si no, se caería en el suelo y no necesariamente de forma bonita.
—¿Esposa? ¿Zayn tiene una esposa?
—¡Sí! Zayn se casó apenas llegó a Nueva York. Me sorprende que no la conozcas, Izzie es monísima. Trabaja en un hospital a las afueras de la ciudad, sé que no viene mucho y Zayn es más quién la visita.