capitulo treinta y cinco;
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TODAS LAS PERSONAS AL MORIR SE CONVIERTEN EN HISTORIAS. Lo que hicieron durante su vida, sus logros y fracasos se convierten en recuerdos colocados en una estantería de libros que alberga en nuestra memoria. Leer el libro, reproducir la película de recuerdos en nuestra memoria es la única forma para que ellos sigan en el plano de los vivos, solo como un intenso recuerdo. Ava tenía su estantería con algunos libros más brillantes de otros. La estantería estaba oculta en lo más profundo de su parque de memorias, porque cada vez qué entraba y leía se sumergía en el dolor que los recuerdos le traían, leer los libros de las memorias que guardaba de sus seres queridos era un martirio.
Su padre, Jacobo Motionless era uno de los libros de su estantería que más le atormentaba, recordándole su extraña partida junto a las páginas faltantes del final, páginas que ella misma había arrancado.
Se suele decir que vivir traumas hace que no recuerdes ciertos momentos, pero están ahí, solo los alejas como método de defensa.
Ava intentaba no pensar mucho en esos espacios blancos dentro de sus recuerdos y pensar en lo positivo, como en que su padre era la persona más cálida que conoció, era un Alfa joven y sabio al cual las personas se acercaban en busca de ayuda, lo adoraban. Amaban escucharlo y ayudarle. Ava quería ser como su padre, valiente, líder, sin miedo alguno, pero el universo no conspiraba a su favor.
Su cuerpo se sentía tan cansado aún, su mirada estaba clavada en las luces que entraban por la ventana. Estaba en un auto, siendo arropada por los brazos de Aaron quien peinaba sus cabellos con delicadeza mirando su rostro perdido. No tenía dolor en su cuerpo, pero tampoco alivio, había estado despierta alrededor de 5 minutos solamente pensando y sintiendo la humedad de su cuerpo, el fuerte olor a sangre y escuchando los corazones preocupados a su alrededor.
—Estamos bien… —escuchó la suave voz de su amigo contra su oído.
Aaron ya llevaba ropa limpia, que por el aroma que emanaba, notó que era de Derek. Su rostro aún tenía manchas de sangre que había intentado borrar, y su cabello estaba totalmente despeinado. Ava soltó un sollozo entrecortado por el alivio al verlo ahí, tan cerca y con su corazón latiendo fuertemente. Ambos chicos se sostuvieron en un fuerte abrazo mientras lágrimas silenciosas corrían por sus rostros. Sus manos se aferraron a sus prendas con desespero y necesidad.
—Creí… —hizo una pausa para tomar aire— Creí que te perdería.
—Sabes que jamás lo haría… Te lo prometí y lo cumpliré. — Aaron rompió el abrazo y sostuvo su rostro— Mi último suspiro siempre será en tu nombre, eres… Eres mi hermanita, todo lo que tengo, ¿Realmente piensas que te dejaría?
La muerte era una embustera, jamás la verías venir, ambos chicos temían por su futuro y juraban entre suspiros jamás dejarse, pero el futuro es inconcluso. De momento, se tienen el uno al otro, atados en un gran lazo de hermandad que va más allá del poder de la unión sanguínea.
Los ojos de Aaron recorrieron su rostro, sus mejillas, nariz y labios. Su rostro estaba mojado por las lágrimas y con manchas de sangre seca, algo de tierra y sudor. Estaba hecha un desastre, pero sus ojos la veían con alivio y amor, sus pulgares le acariciaron el rostro y se acercó a dejar un beso sobre su frente con fuerza. Ava cerró los ojos ante el contacto y se dejó volver a abrazar en su pecho. Escuchaba su corazón latir feliz, nada que ver como lo escuchó la última vez. Olfatea su cuerpo y se da cuenta de que solo es él.
Los dos estaban tan perdidos en su mundo que ninguno notó la mirada tan intensa por el retrovisor. Derek Hale los veía interactuar, su corazón estaba hecho trizas mientras miraba los ojos de Ava brillar con esperanza y alegría al ver a su compañero frente a ella, la forma en la que sus manos delineaban el rostro del chico quien le sonreía. Escuchaba su corazón latir reconfortado. Miraba los brazos de Aaron tomarla con fuerza y besar su rostro con cariño, sin saber si era el odio a sí mismo o los celos por la situación, ajustó sus manos en el volante con fuerza.
Él pensaba, «ese era mi lugar» mientras recuerdos de años atrás llegaban a su mente, cuando una Ava más pequeña y un Derek más joven se sostenían el uno al otro antes de que el miedo de las mentiras y secretos los separaran.
—Hemos llegado. —detuvo el auto y volvió a ver por el retrovisor. Dijo con una voz totalmente seca:— Tienes ropa limpia también. Scott traerá a Jackson aquí, así que hay que prepararnos.
Bajaron del auto, dejando a Aaron y a Ava juntos detrás en silencio. Mientras Derek, ahora fuera del auto, luchaba para descargar su ira.
—No necesitas hacerlo… estás cansada y debes recuperar fuerzas. —más que consejo, sonaba a plegaria— debes quedarte aquí.
Era la verdad, Ava se veía mal y recién se estaba recuperando, la herida gigante de su hombro aún no se curaba por completo aunque no estaba soltando sangre ya. Su cuerpo le pedía que se quedara en el auto y durmiera todo el tiempo que le fuera posible, pero su mente se encontraba intranquila aún. Aun con verlo vivo frente a sus ojos, ahora la vida de alguien más estaba en riesgo.
—Cuando falleció mi padre, una parte de mí tenía calma por qué tendría a donde visitarlo cada vez que lo necesitara, podía ir y conversar con él, —su voz sonaba algo rota, pero sus ojos seguían intactos.—y los padres de Jackson… No tendrán nada, no tienen idea de lo que está pasando en realidad. Creen que su hijo está en el hospital muerto… No tienen respuestas, solo dolor y le ruegan a dios poder verlo una última vez… No puedo dejar ese dolor en sus almas.
El castaño no le dijo nada, solo la miro y le dio una pequeña sonrisa dándole la razón, después de susurrarle un «te espero afuera» salió dejando que la chica cambiará su ropa sangrienta por una limpia. Reconoció en el aroma que está también pertenecía a Derek, pero su aroma era más intenso que la que llevaba su compañero. Con la camisa de color gris puesta, llevo a su nariz la tela oliéndola en profundidad, una sonrisa ante el recuerdo del libro abierto de cuando él la tomaba en sus brazos y ella podía encontrar paz en su olor.
Derek, quien había escuchado toda la conversación que ellos tuvieron dentro del auto, cuanto Aaron abandono el auto, la mirada intimidante cayó en él, haciéndolo girar y esperar a Ava mirando a un lado contrario del que él estaba. Él no lo odiaba, incluso tenía un inmenso agradecimiento por haberle devuelto la luz de ilusión a los ojos de Ava que le fue arrebatada cuando se fue. Estaba agradecido que haya cuidado de su corazón, de que haya ocupado su lugar. Aunque él aún lo deseaba de vuelta, él deseaba ser Aaron.
Pero las cosas se hicieron y no había forma de deshacerlas, solo quedaba quedarse con el sentimiento de arrepentimiento. Alejar las emociones negativas y quedarse con el conformismo de que ella estaba bien, incluso mejor, con alguien más.
La puerta del auto se abrió dejando ver a Ava con la ropa limpia, intentó atar su cabello en una coleta baja para alejar el calor de su cuerpo y miró a los tres hombres frente a ella que la miraban esperando sus palabras.
—Gracias… —se dirigió hacia Derek—, gracias por hacerlo…
—Haría lo que fuera por ti.
Fue lo único que logró decir con las palabras atadas en su garganta.
Los ojos verdosos de Derek la miraban, mientras sus manos se hacían puño luchando por no atraparla en él. No se habían abrazado desde que se volvieron a ver, se mantuvieron al margen por sus diferencias del pasado y conflictos, y ahora, la tiene frente a ella después de haber pensado que la había perdido.
Y cuando creyó que la tensión de sus cuerpos se desvanecerá en un abrazo, el sonido de una camioneta viniendo a toda velocidad comenzó a hacerse más fuerte, todos se giraron en alerta. Aaron se acercó a Ava para cubrirla con su cuerpo.
—Son ellos, vayan adentro y esperen ahí. —Indica Derek antes de salir corriendo hacia donde la camioneta había parado.
Aaron y Ava siguieron a Peter Hale, quien se encargó de llevarlos hacia adentro, en un lugar donde podían ver a tres hombres: Scott, Isaac y curiosamente, Chris Argent, los tres bajaban de un auto.
—¿Qué hace él ahí? —preguntó Aaron.
Derek llegó a la escena, venía corriendo a lo lejos, no de forma normal, corría como un canino mientras sus ojos brillantes en color rojo intenso, una imagen un poco extraña pero impresionante.
—A alguien le gusta entrar con estilo. —Comentó Peter haciendo sonreír a Ava.
La castaña vio a Isaac y a Scott tomar el cuerpo de Jackson que parecía estar en una bolsa de morgue y llevarlo dentro del lugar, ella aprovechó para salir de las sombras y hacerse ver a los chicos.
—Ava. ¿Estás bien? —preguntó preocupado el rubio. —Él te…
Su mirada la llevó a Aaron quien con vergüenza se escondía detrás de su cuerpo, sonriendo apenado.
—Él es él. No hay de qué preocuparnos.
La mano de Ava se escabulle hacia la mano de Aaron dándole más seguridad ante la situación, Scott parece relajarse y confiar en ambos mientras dirige su mirada a Derek, quien se acercaba a Jackson.
—¿En dónde está Lydia? —preguntó, y Derek no contestó. —Espera un poco, dijiste que lo salvarías.
El ceño de Ava se frunció al ver la situación, la forma tan despectiva en la que Derek abría la bolsa que envolvía a Jackson, le causó náuseas y decepción.
—Derek —ella lo llamó— ¿Qué pasa con el plan? Funciono con Aaron, debe funcionar con él también.
—Piénsalo bien —alzó la voz— Ahora el poder del Kanima está en una sola persona, se volverá más poderoso, Gerard planeo todo esto para que Jackson sea más grande y más poderoso.
Tenía razón, y Ava se lo había planteado desde hace días. Todo había sido plan de Gerard desde el primer momento. El que llegara a Beacon Hills de vuelta le había marcado el inicio de su plan y movió cada peón a su placer llegando hasta el punto de ahora, a nada del jaque mate. Cada movimiento estaba calculado y el miedo corría por las venas de Ava por hacer el movimiento equivocado.
—No, él no haría eso… Si Jackson es su perro, ya está rabioso —comentó el hijo Argent—. Y mi padre no dejaría un perro rabioso con vida.
—Tienes toda la razón, —la voz de Gerard se hizo presente. —algo tan poderoso debe morir.
El olor a sangre hizo a todos los lobos voltear de vuelta a Jackson. El aire abandonó los pulmones de Ava, su rostro notaba nada más que sorpresa y terror al ver como Derek era empuñado de las garras de Jackson levantándolo en el aire mientras la sangre comenzó a escurrir de su boca de forma desagradable antes de que su cuerpo fuera lanzado lejos de donde estaban.
Ahora Jackson estaba de pie frente a todos, de nuevo lleno de vida y veneno.
—Bien hecho hasta el fin, Scott. —el viejo nuevamente hablo— como el buen amigo que eres trajiste a Jackson con Derek para salvarlo. Lo único que no sabías es que estabas trayendo a Derek a mí.
Ava giro su rostro hacia Scott y nuevamente al mayor de los Argent, pero el sonido de una flecha fue detectado por su oído haciéndola bajar en seguida. Scott hizo lo mismo y la flecha quedó encajada en el pecho de Isaac, quien se derrumbó en sus rodillas sosteniendo su pecho. Ella corre a él para socorrerlo y le ayuda sosteniendo su pecho mientras busca al culpable de esa acción, encontrando.
—¿Allison?
La ira creció en su pecho al ver a la más joven de la familia hacer honor a su apellido, y mientras todos los demás parecían sorprendidos por su acción, Ava se dirigía a Scott con unos ojos que le decían «te lo dije». Siendo de una familia de cazadores, sin importar el romance, solo necesitaba un impulso para volverse igual que ellos, y lo había conseguido. El resentimiento se hizo fuerte en su pecho al haber confiado en ella, aunque había sido poco y haber terminado traicionada. Pero no era comparación a lo que sentía Scott, o su padre.
Chris Argent, quien miraba con decepción a su hija, quien empuñaba con orgullo su arco, y antes de decir algo el Kanima se presentó lanzándose a él. Saco su arma como primer reflejo y comenzó a disparar en su dirección, pero las balas no lo lastimaba, incluso con su cola tomó la pistola y se la quito de las manos lanzándola lejos de él.
—¿Estás bien? —le preguntó Ava a Isaac mientras le ayuda a retirar la flecha encajada en su pecho— Deberías esperar aquí.
—¿Yo? Tú eres la que tiene heridas de colmillos él todo el hombro.
Giró su rostro y lo confirmó con su vista, las marcas de los colmillos seguían vivas en su piel y podían verse a través de la camisa que le quedaba grande y caía de su brazo, revelando parte de su sostén y hombro marcado.
—En ese caso, peleemos ambos. —Ava extiende su mano e Isaac la toma.
Volvieron a donde estaban los demás y vio a Aaron quien peleaba con fuerza contra Jackson, quien se encontraba convertido totalmente en el Kanima. Él le lanzaba golpes, pero Aaron era rápido y bloqueaba con sus brazos cada zarpazo. Lanzaba sus goles hacia su rostro y sus patadas hacia su abdomen, pero la cola tomó a su amigo de la pierna y lo lanzó lejos.
—Andando.
Escuchó la voz de Isaac, lo miró y este ya contaba con vello facial característico de hombre lobo y con sus ojos brillando en un fuerte color amarillo. En silencio, Ava bajo la mirada y asintió antes de seguirlo a la pelea.
Sus ojos no brillaban a diferencia de los demás lobos, pero sus garras y colmillos estaban fuera y eso era suficiente para que tomará su valentía y corriera en dirección al Kanima lista para luchar con las fuerzas que su cuerpo guardaba. Tomó toda la munición en sus brazos y terminó empujando su cuerpo lejos de Derek quien se encontraba siendo golpeado por el Kanima.
Entre tonos de orden y súplica, Ava le dijo:—Derek… Tienes que hacer lo correcto.
Volvió a correr, esta vez llegó junto a Aaron, se miraron entre sí con una pequeña sonrisa antes de volver contra el Kanima.
Aaron fue a la espalda y Ava al frente, los brazos fuertes de Aaron lo sostuvieron impidiendo que las garras de veneno se encajaran en Ava. Ella clavó sus garras en su abdomen múltiples veces, dejando salir sangre de color negro, manchando el suelo, sus garras y a su escamosa piel. Pero el Kanima utilizó de apoyo a Aaron para levantar sus piernas del suelo y empujar a Ava lejos, logrando que Aaron cayera al suelo también.
Derek volvió a entrar luchando contra él, pero era más rápido y sus garras se encajan con fuerza en su abdomen tirándolo al suelo, dejándolo paralizado. De los labios de Ava sale un pequeño grito en su nombre antes de intentar correr a socorrerlo, pero unas dagas cortaron la piel de su espalda sin que ella lo esperara, cayó de rodillas al suelo al sentir la sangre caliente comenzar a correr por su espalda.
Aaron corre tomando a Allison de su blusa con su brazo derecho alzado dispuesto a maltratar su rostro a golpes por lastimar a su hermana, pero sus ojos se apagan al sentir las garras del kanima encajarse en su espalda, dejándolo paralizado al instante cayendo al suelo.
En un movimiento sorpresivo, mientras Allison caminaba decidida a lastimar con sus dagas a Derek, la mano de garras escurriendo veneno del kanima se detuvo en su cuello, haciendo que las dagas caigan al suelo mientras ella soltaba un suspiro de miedo.
—Aún no cariño.
—¿Qué es lo que haces? —dijo Allison mirando como su abuelo sonreía—
—Justo lo que planeaba. —le dijo Ava.
—¿Lo sabes? —preguntó— no me sorprende realmente… Lo que me sorprende es que te haya tomado tanto tiempo descubrirlo, siendo una Motionless, siendo hija de Jacobo, un hombre muy inteligente. —Se levantó con delicadeza del suelo. — Tienes sus mismos ojos incluso, con ellos puedes ver todo, ¿no es así?
Su sonrisa burlona a la forma en la que sus ojos parpadeaba en su brillo azul característico, pues Ava estaba molesta y débil como para convertirse en su totalidad, él se burlaba de su debilidad, o eso pensaba ella.
—Está muriendo. —dijo Isaac.
—Así es, desde hace un tiempo y lo malo es que la ciencia no tiene cura para el cáncer… Pero lo sobrenatural sí.
—Eres un monstruo. —gritó Chris— ¿La matarías a ella? —dijo en referencia a Allison.
—Por sobrevivir… Mataría incluso a mi propio hijo.—giró su rostro a Scott. —Scott… —lo llamó— tráelo a mí.
Scott obedeció sus órdenes, alejó las garras, ojos brillantes y colmillos de su persona para caminar hacia Derek, tomándolo con firmeza del cuello y brazo, haciéndolo caminar contra su voluntad.
—Scott… Sabes que después me matará. Y será el Alfa. —Derek intentaba detenerlo.
—Él lo sabe… Sabe que el premio final será Allison, porque si no lo sabías, no se puede combatir el poder del amor.
Mientras Derek gritaba que no y que se detuviera, sus acciones fueron en vano, pues Scott terminó poniéndolo de rodillas bajo el brazo de Gerard Argent que se extendía sobre su rostro. Le abrió la boca con sus colmillos expuestos y terminó encajando los mismos en el brazo.
—¿Qué has hecho? —preguntó Ava con molestia.
Mientras Gerard reía por haber ganado, obtenido lo que deseaba, un líquido color negro comenzó a correr por cada marca de colmillo en su brazo, era tan abundante que goteaba hacia el suelo.
—Gerard siempre tiene un plan, y yo también.
Los ojos de Ava pasaron de ver la sangre con olor a podrido a ver a Scott, tan firme y decidido. Su instinto y caminar hacia él junto con Aaron quienes sintieron lo mismo al oírlo, como si escucharan a un Alfa dar la orden, sorprendidos e impactados.
—¿Por qué no me lo dijiste? —le preguntó Derek.
—Por qué puede que seas un Alfa, pero no eres el mío.
El cuerpo de Gerard temblaba hasta el punto de no sostenerse más y caer sobre sus rodillas. Su boca se abrió y de ella comenzó a salir en abundancia el mismo líquido que sobresalía de su brazo. También salía por su nariz y ojos dando una imagen totalmente grotesca y asquerosa, dejando un olor totalmente desagradable en el aire.
—¡Mátalos! ¡Mátalos a todos!—gritó antes de caer inconsciente en el suelo.
El kanima se vio totalmente impactado mientras veía el cuerpo de Gerard tirado boca abajo totalmente inconsciente. Tan impactado que soltó el agarre de Allison y ella aprovechó eso para así golpear su rostro y correr de ahí.
Ese golpe solo lo hizo enojar y como primera reacción se lanzó hacia donde todos estaban reunidos, pero jamás llegó el suelo, pues un auto que atravesó la pared lo arrolló.
Era el Jeep de Stiles.
Verlo bajar del auto fue un gran abrazo a su alma intranquila, pero el verlo bajar a un lado de cierta pelirroja fue como volver a tragar ese sentimiento.
Stiles se acercó a su amigo y detrás de ella vio a Ava, no dudo ni dos segundos en correr en su dirección y abrazarla con fuerza. El sentimiento cálido volvió a llegar hasta el vello más pequeño de su cuerpo. Las manos temblorosas de Ava se plasmaron en la espalda del chico totalmente extendidas mientras que él la envolvía por los hombros atrayéndola a su pecho. Ava sintió la respiración caliente de Stiles contra su cuello mientras esté se escondía en esa zona, causándole revoloteos en el estómago, las mariposas.
La nariz de la loba se pegó a la playera del chico olfateándolo un poco, con algo de desagrado por el olor externo, pero apartándolo y dejando el suyo.
Su forma de tomarla contra él se sintió tan eterna y placentera, aunque había durado aproximadamente 5 segundos, 5 segundos que fueron suficiente para que las heridas que atormentaban su cuerpo haciéndola sentir tan débil comenzaban a cerrarse lentamente desapareciendo por completo de su cuerpo.
—¡Jackson!
Ambos chicos se separaron, pero se quedaron cerca, hasta que Lydia intento acercarse a él Kanima y Stiles fue a ella llamando su nombre, pero la mano de Scott lo detuvo y volvió a lado de Ava, pero esta vez su corazón estaba siendo apretado en un puño con fuerza.
La escasez de brillo en sus ojos fue detectada por Aaron quien sostuvo su cintura con firmeza, alejándola del chico de lunares que no notó esta acción, pues estaba totalmente hipnotizado por la forma en la que los ojos de Lydia estaban tan rotos que incluso con la poca luz podían verse brillar.
Un olor sutil, parecido a la vainilla, comenzó a hacerse presente mientras Lydia caminaba cada vez más a Jackson, quien comenzaba a perder sus escamas lentamente al ver lo que la chica sostenía. Una llave.
Los ojos marinos de Jackson se suavizaron mientras se le era entregada la llave, pero él no veía al objeto, la veía a ella. Veía la forma en la que sus pupilas se dilataban lentamente al verlo de esa forma, Jackson no sabía si lo miraba con odio o miedo, con amor o comprensión. Pero sin importar el sentimiento que fuera, sus ojos seguían mirándola como si fuera el diamante más bello frente a él, porque a pesar de todo, ella seguía ahí, mirándolo.
Los ojos agudos de Ava miraron una cristalina lágrima correr por su mejilla antes de que se alejara de la pelirroja, dolido por su futuro pero sin objeción a él. Sus ojos fueron a Derek quien a penas se recuperaba levantándose del suelo, pero al ver la forma en la que Jackson lo miraba y cerraba los ojos, supo que tenía la autorización de acabar con él, después fue cuestión de segundos para que entre Derek y Peter que había salido de su escondite clavaran sus garras en él levantándolo en el aire, de la misma forma en la que Derek y Ava lo habían hecho.
La boca de Jackson comenzó a brotar sangre antes de que los hombres lo soltaran, Lydia se acercó apresurada a él para sostener su cuerpo antes de que cayera al suelo, lo abrazo con intensidad mientras sollozos salían de sus labios. Jackson alejó su rostro del cuello de Lydia para verle, sus ojos se veían tan suaves reflejados en los de ella. La última vez que Ava miro a Jackson atención, su característica mirada arrogante e indiferente ni era nada comparada con la mirada llena de amor que le daba a Lydia Martin.
—Tú… ¿Tú aún me amas?—escuchó preguntar a Jackson.
Sonaba tan necesitado de cariño, tan sensible y con necesidad de ser amado. Se veía extremadamente vulnerable.
Las manos de Lydia sostuvieron su rostro con suavidad para no causarle daño y mientras las lágrimas corrían por sus ojos, se acercó a dejar un pequeño, pero mágico beso en sus labios.
—Aún te amo Jackson… Aún lo hago, te amo.
Ella sonaba tan segura de sus palabras.
El olor suave, como la vainilla, cambio a ser más fuerte como la lavanda, haciendo brillar los ojos de Ava quien miraba a los dos chicos con ternura y pena. Las señales químicas le indicaban el fuerte amor que emprendían mutuamente y se mezclaba en el aire alejando el asqueroso olor de la sangre que Gerard había expulsado.
El cuerpo de Jackson comienza a caer lentamente hacia atrás hasta estar totalmente recostado. Los ojos de Ava comienzan a dejar correr lágrimas al escuchar el llano desgarrador que Lydia soltaba mientras apoyaba su cabeza en su pecho. Tal y como ella lo había hecho con Aaron.
Un sentimiento de culpa involuntario se instaló en su pecho, haciendo que de dos pasos hacia atrás y Aaron le dé refugio en sus brazos mientras el ambiente se volvía cada vez más pesado. Pero entre el silencio se escabulle el sonido del latido de corazón de Jackson. Todos los seres sobrenaturales en la sala levantan su mirada y miran a Jackson, quien comenzaba levantarse del suelo.
Sus ojos brillan en un intenso color azul que desconcierta a Ava. Al notar este suceso, Derek gira su rostro inmediatamente hacia ella e intenta acercarse, pero un rugido escandaloso sonó haciendo que se detenga y mire a Jackson quien se soltaba hacia el cielo.
—Jackson…
En cuanto termina Jackson, Lydia corre nuevamente a él y él la recibe en sus brazos de forma cariñosa, Ava mira la forma en la que las manos del chico se aferran a la blusa blanca que llevaba ella como si no deseara que sé separarse.
Y a pesar del hermoso momento que presentaba el amor tan fuerte que se tenían los chicos, Ava no podía alejar La imagen de Jackson con sus ojos brillando en un azul brillante, igual a los de ella.
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