Maximiliano Dueñas
Varios de la multitud lo habían notado aunque por el estruendo no dejaban de estar congelados por la acción, Fausto seguía en el suelo mientras que la maestra Paty, estando pálida no había bajado la mano ante lo que acababa de hacer. Ante tal tensión fue inevitable que el maestro concluyera la farsa y se pusiera de inmediato de pie, limpiándose el polvo de su atuendo comenzaba a decir: — ¿Alguien me puede decir que es lo que se vio mal en mi interpretación?
—Su caída, fue obvio que fue de lado y prefabricada— Zorrito —De hecho no dudo que pusiera las manos mientras nos daba la espalda.
—Buen inicio, aunque te puedo decir que no metí las manos, fue una acción con puro control de mi cuerpo para una caída limpia.
—La cachetada, fue demasiado estruendosa— Andrea.
—Hasta a mí me dolió —Abraham.
— ¿Alguno sabe cómo lo logramos? —Fausto...
—Su mejilla no está roja, no fue contacto directo— Coneja.
—Quien quiere distorsionar la verdad necesita hacer uso de una ilusión —Espada.
—Puede que el impacto haya existido pero no a la mejilla —Elías.
—Efectivamente —Fausto recrea despacio la escena junto con la explicación —Hay diferentes tipos para escenificar una cachetada, al momento de crear una escena se debe procurar no ser verdadero sino veraz, un golpe real mal medido podría traer consecuencias negativas a nuestro compañero y nosotros debemos procurar, ante todo, el cuidado de los nuestros. Para que suene el impacto deseado lo que hacemos es una pantomima junto con el desvió del estruendo, esto es a través de la liberación de ruido producido en las palmas. Para ojos bien diestros es fácil notar el truco, Paty, ¿podrías repetirlo?
Con los chicos ya precavidos lo que vieron en la primera y segunda cachetas fue diferente, la primera los tomó desprevenidos, sin el ojo atento y con cierto tono de sorpresa ya que todos estaban distraídos en sus actividades, por otro lado con la segunda cachetada, con los ojos ya adiestrados a donde fijarse, entendiendo que lo que se intenta no es que suceda el acto al pie de la letra sino que se transmita una acción veraz que transmita un sentimiento al público es que ven como dicho impacto es una coordinación mutua, entre saber dar la pantomima de forma segura y saber cómo caer de forma realista y segura. Fausto cae al suelo nuevamente, los alumnos más que asustados ahora estaban sorprendidos por cómo lograban la ilusión.
Una vez el maestro se volvió a levantar, aún dubitativo por lo que estaba a punto de pedirles hizo uso de la voz: —Necesito que, primero aprendan a caer y luego que en parejas de forma aleatoria recreen la cachetada y la reacción.
Los chicos intercambiaron miradas unos con otros, sabían varios como Alicia, Elías e incluso Buffet que recrear un ejercicio así con su grupo sería complicado, no obstante Zorrito fue el primero en ponerse de pie e ir directo al escenario. Con cierta curiosidad le comentó al maestro: —Sus caídas son de lado y veo que tiene una forma de acomodar las piernas. ¿Puedo intentarlo de una vez?
El maestro no esperaba menos del pelirrojo, como bien se había dicho previamente la disposición es el elemento más importante del teatro, solo aquel que persevere, que siga intentado hacer los ejercicios, quien siga las recomendaciones, quien acuda a tiempo a los llamados y esté dispuesto a nunca dejar de aprender del mismo teatro será capaz de ganarse en las obras, puede que no lo grandes porque el talento es una musa muy delicada y ambos aspectos dan de la mano, pero no dudes que el teatro siempre te ofrecerá oportunidades si estás dispuesto de buscarlas.
Zorrito estando frente a Fausto le pide al maestro que pueda recrear la caída para así intentar poder recrearla. Es allí cuando a los chicos les toca ver la acción de frente, antes de poder ver el acto se les advierte: —Trataré de hacerlo lo más lento posible y meteré las manos para que ustedes puedan recrear la caída de forma segura. Comencemos con la caída de lado.
Acomodando las piernas de una forma en que parece que se hinca y luego se acuesta muy lentamente hace una "caída" con gracia en donde protege su cuerpo de manera muy evidente, una vez termina de acostarse con el apoyo de sus manos a esta velocidad parece que simplemente se prepara para la siesta. El desconcierto de los chicos es evidente, ¿les está enseñando la misma técnica de caída?, Fausto vuelve a levantarse y les pide a los demás recrear esa acción de forma pausada, paso por paso, cuando se percatan que el acto se trata de algo sencillo, los demás acuden al escenario con la intención de intentarlo, algunos aún con duda como María, Fantasma, Andrea o Lucía se quedan al fondo mientras que Coneja y Zorrito han tomado el frente, a continuación se les indica a todos que tomen distancia con sus manos y un poco más, el suficiente para que puedan hacer el ejercicio con cierta libertad haciendo que el escenario está rodeado por ellos. A medida que los chicos se arman de valor van poco a poco haciendo los pasos del ejercicio de maneras muy quebradas, casi pareciendo que lo mismo se trata de casos aislados y no lo solo de una secuencia, los maestros dejan que cada uno de ellos tomen su tiempo se intenten sentir cómodos con cómo su cuerpo adopta de una posición en pie a una posición fetal.
Varios de los chicos sin que se les pida vuelven a intentar el ejercicio, más que nada porque no se sentían satisfechos con su intento previo. Fausto alienta a los chicos a intentar que el ejercicio se convierta en una secuencia orgánica para hacer más veraz la caída haciendo que varios intenten recrear de manera consciente dicho movimiento continuo, en todo momento se les advierte del riesgo, de la necesidad que sus cuerpos estén relajados ya que si se ponen rígidos es posible que sufran de un tirón no contemplado.
Una vez se ven seguros es momento de explicar cómo funciona la bofetada, nuevamente se intenta recrear la misma lo más lento posible para que lo puedan ver, haciendo que la cabeza se mueva antes de conectar la palma y dando distintas opciones para la liberación del sonido y convencer al espectador que la misma fue ejecutada. Paty muy concentrada muestra el ejemplo varias veces golpeando al maestro, haciendo el ruido con sus pies y con sus manos sin embargo algo para lo que ellos no estaban preparados fue cuando vieron la cachetada de verdad. Volviéndose a quedar anonadados les explicaron que la última fue con daño reducido, eso debido a que la maestra contuvo su fuerza para hacer el golpe lo más seguro posible causando el menor riesgo.
Aun recibiendo el golpe el maestro se veía íntegro, sin señal apenas de todos las cachetadas que se llevó por ilustrar los diferentes casos posibles. Una vez mostrados todos los ejemplos se le pidió a Zorrito que se quedará solo en el escenario para proseguir con lo siguiente: —Dejaremos este sombrero con papeles con los nombres de todos tus compañeros, deberás sacar uno de ellos para seguido leerlo en voz alta, quien salga deberá hacer la pantomima de darte una cachetada y tú deberás vender el golpe con una caída, después quien te dio la cachetada debe quedarse a sacar un papel para que le toque a él. Es importante la coordinación y trabajo en equipo de todos ya que no quiero accidentados el día de hoy.
Zorrito, sonriendo de la forma acostumbrada que tiene saca el primer papel con cierta curiosidad por quien sería su victimario. Desdoblando el papel con cuidado y leyendo con letra molde leyó con cierto atisbo de alivio leer el nombre de: "Bianca Rosales".
Fantasma se levanta con cierto miedo al escuchar su nombre, varios de los chicos deben buscarla entre las bancas porque los tomó por desprevenidos escuchar ese nombre tan pronto, la chica, temblorosa suba al escenario levantando la mano con cierto deje de duda, articulando pero no diciendo la palabra al quedarse sin voz trata de pedir perdón, cuando por fin la suelta ocurre un error bastante visible cuando Zorrito recibe el golpe de lleno, que, como bien lo había dicho la tímida muchacha era algo digno para pedir disculpas, la cachetada sonó seca, tanto que varios de los presentes les recorrió un temblor por toda la piel. El pelirrojo chico, con la mejilla adormecida se disculpaba por dudar en hacer la caída por un segundo, suficiente para que se dé tremenda descoordinación entre los dos.
Los espectadores quedaron mudos, el maestro tragaba saliva porque sabía que esto iba a pasar, Coneja terminó por romper el silencio al reírse: —Antes de sugerir ser el primero en escena aprende obedecer las indicaciones.
—Te reto a que lo hagas mejor que yo, amor— Zorrito, en un tono burlón.
—Bianca saca mi papel por favor—Coneja.
—Chicos no se preocupen, traten de no tener miedo y confiemos en nosotros —Zorrito, añadiendo tras ver la cara de espanto de todos en la sala.
Bianca Rosales
Al sacar su papel leer el nombre de: "Andrea Valencia".
La pelimorada no se lo puede creer, tras ver lo que sucedió no se sentía lista de hacerlo tenía miedo sobre todo de herir a su compañera o tan solo generarle miedo. Tratando de mover su mano para así poderla soltar va al escenario roja de vergüenza. Bianca no deja de pestañear con cierto aire de incredulidad, tratando de mover los labios casi de manera desesperada la chica de pocas palabras ahora si alcanza a sacar un ruido de su diafragma: "lo siento".
Antes de que la delicada mano de Andrea haga contacto con la piel con vitíligo de Fantasma la chica logra caerse con éxito con la técnica no obstante lo hizo mucho tiempo antes de que pudieran coordinarse ambas casi a medio recorrido de la mano de Andrea. La escena se veía por demás falsa, sin embargo hubo cierto alivio porque al parecer la hostilidad no se volvió racha de momento.
Andrea le ofrece la mano a su compañera para levantarla, ella acepta y tras ello se dan un abrazo donde la pelimorada le susurra: —Lo hiciste bien. Gracias por confiar en que no te iba a lastimar.
Fantasma corresponde al abrazo aunque hasta cierto punto puede pensar que se siente lastimada no por ella si no por lo que puedo pensar sobre ella.
Andrea Valencia
—Alexander Hernández.
Roboto se levanta tenso ante la situación, él podría ser muchas cosas pero no se sentía capaz de golpear a una mujer, dentro de su cabeza él ya se había planteado cómo encararía al maestro para zafarse del asunto. Antes de que lograse pronunciar algo fue Tigre quien lo tomó del hombre y le confesó: —Que bueno que fuiste tú el elegido, sé que la vas a proteger en el ejercicio.
—Pero no quiero golpearla.
—No lo vas a hacer, te vas a medir y van a hacer lo posible para coordinar la acción, sé respetuoso y con mucho cuidado. Confío en ti amigo.
—Maestro Fausto —Aún sin estar convencido con esas palabras Roboto se dispone a encarar.
— ¿Qué sucede?
—No quisiera hacer el ejercicio con Andrea, no me sentiría cómodo que por una mala coordinación le acabe soltando el golpe a una mujer.
—Espera— Lucía levantaba la voz— ¿Que te asegura que no podrás coordinar con ella?
—Dejémoslo—Fausto— Si lo hace con miedo es más susceptible a descoordinarse, puede que al siguiente intento le toque alguien con quien se sienta más cómodo. ¿Andrea podrías poner su papel y sacar otro?
—Si maestro — Tras ello saca el papel de Lucía.
—Perfecto, le enseñaré a él como hacer esta dinámica sin miedo —Decía la vocalista.
—No es miedo, es cuestión de principios —Alexander.
—Así le decimos.
Cuando Lucia se acercó al escenario hubo varias reacciones entre los compañeros, primero Tigre que su semblante se veía tembloroso por lo que iba a suceder, Alexander desviaba la mirada con cierto deje de enfado, Alejandro, por su parte, estaba feliz por ver a su amiga llegar al lugar con tal ímpetu por un ejercicio, Tsuki estaba por demás nerviosa, entre otros.
Cuando la pantomima fue hecha lo primero que escucharon fue el estruendo para, con segundos de diferencias el desplome de la chica, la caída era casi perfecta, salvo por la falta del apoyo de las manos que le causó un leve dolor en la cadera a la pelimorada. Mientras ello pasaba la chica malhumorada decía en dirección al público: —Así debes hacerlo.
Andrea se levantaba con una respiración pesada, indicando cierto susto de su parte por lo ocurrido pero estaba bien, poniéndose de pie le agradeció a su compañera por hacer el ejercicio con ella aunque le dio pena comentarle que soltó el golpe demasiado rápido.
Lucia Rivera
Andrea hizo un dobladillo extra al papel así que fue muy fácil para ella distinguir cual era el de Roboto, una vez lo leyó hasta los maestros pensaban que se trataba de una broma hasta que se acercó a ellos y corroboro la información: —Bueno los papeles lo siguen llamando, aunque viendo lo miedoso que es, mejor que saco otro papel y nos ahorramos tiempo —Decía la chica, con aire retador.
—No voy a seguirte el juego— Roboto —Son ante todo mis principios.
—Como tú digas, voy leyendo a otro que de seguro será menos miedoso que tú —después de ello sale el papel de Abraham.
Cuando el chico Friki escuchó su nombre en sus adentros pensó: "si le suelto un golpe a ella por equivocación tremendo revés me va a tocar", Tras ello se levantó con algo de miedo, tembloroso llegó al escenario donde levantando su mano con mucho pronunciamiento soltó la pantomima. Tras ello Lucía hizo lo posible por recrear la caída, no obstante resultaba complicado por el nerviosismo de su compañero, tanto así que por poco recibe un golpe de él. Abraham al sentir el roce de la piel en su mano esperaba lo peor, insinuando que en cualquier momento su compañera lo iba a insultar o peor aún, amedrentarlo enfrente de todos, sin embargo ella una vez se levantó le dio un golpecito en el hombro que a su manera trataba de decir: "Buen trabajo", producto de ello el chico estaba temblando de miedo por lo sucedido. Los demás quedaban en silencio con cierto alivio que ella ya había pasado y que Roboto no cedió ante sus provocaciones, los maestros por supuesto estaban expectantes en todo momento para entrar y detener el ejercicio si se salía de control las interacciones entre los chicos.
Abraham Ramírez
— ¿Es enserio? —Quedaba estupefacto ante el resultado.
De forma muy insegura decía Griselda.
La chica amante del folclore llegaba con un aura de dulzura alrededor, antes de comenzar con el ejercicio los demás espectadores estaban ante la incertidumbre de la escena.
"Seguro va a llover sangre" —Tsuki.
"Espero que sepa caer a tiempo". —Elías.
"Ojalá que con mi suerte de hoy no me toque abofetear a Gris" —Roboto.
"Tú puedes Abraham, no te distraigas" —Tigre.
"Que por favor no ocurra un accidente entre ellos". —Ryu.
Cuando se hizo el ejercicio el mismo se vio demasiado real, el estruendo de golpe, la caída abrupta de Abraham y él como pareciese que no respondía una vez fue dado el golpe, Gris cambiaba su semblante por uno más serio una vez soltó el golpe, se veía sumamente firme con su golpe, precisa y sobre todo sobria en comparación con su semblante acostumbrado.
El chico estaba con el cuerpo enteramente relajado, casi como desmayado haciendo pensar a más de uno que o la chica tenía demasiada fuerza o el chico vendía demasiado bien el haber quedado inconsciente, era todo una exageración, sin embargo la coordinación de ambos decía más que mil palabras. Cuando se levantó por fin el chico friki tras una fuerte pausa los pensamientos en la cabeza de los demás chicos habían desaparecido. Con este resultado en su ejercicio era seguro que Fausto iba si o si a explotar esa química en una escena de conflicto a fin de semestre.