—Ay no, Jeongin, es que me duele la uretra, —Mía recurrió a algo de lo que tenía por sentado que ningún hombre entendía y por lo tanto no iban a cuestionar; mujeres. —¿Me acompañas al baño a ver qué onda? —Reojeó a Hyunjin.
Jeongin la miró como si fuera estúpida pero por si acaso de no quedar él como estúpido se puso a pensar seriamente en qué era la uretra... No, no podía tener sentido lo que dijo. —¿Qué?
—¡Ay, Jeongin! —Gritó entre dientes con poco disimulo, —Vamos que ya tengo que ver qué le pasa a mi cérvix.
—¡Pero recién dijiste... —No pudo terminar cuándo su hermana casi le saca de lugar el brazo y en un parpadeo de ojos ya lo metió en el baño, dejando al pobre Hyunjin parado en medio del salón todavía, perdido como el perro que se les escapó cuando tenían siete y nueve años.
Mía no tardó en pegar tremendo chillido, en el que agradeció de tener paredes gruesas en esta casa porque en la que tenían antes seguro que Hyunjin alcanzaba a escuchar todo.
—¡JEONGIN! Es que no entiendes la chance que nos dió el universo, bueno, bien dicen; Dios te quita, Dios te da.
—¿Qué...? Esa frase es al revés... —Jeongin fue callado con el dedo índice de Mía. Jeongin miró a la nada, pensando, las cosas que tengo que aguantar.
—Es que no sé cómo me voy a poder comportar, con lo que tenemos en bandeja de plata... Todo un puto mes. Un mes. —Sus ojos se perdieron mientras hablaba, esperanzados de todas las probabilidades que tenía ante ella. —Un mes. Un mes... —Repitió emocionándose más y más.
Mientras Mía cantaba y daba vueltas en el baño, Jeongin reflexionaba. Honestamente, por las pocas palabras que intercambiaron antes de que Mía tenga un brote psicótico, Hyunjin no parecía ser el tipo que se metería con alguien en esta situación.
Es que pensemos, le están pagando por este trabajo, el trabajo de hacer de papá por un mes entero, no para cogerse a su hermana. La verdad que sería bastante morboso que sus papás le pagaran por eso último, y raro, ¿no?
Jeongin se empezó a reír él solo por lo que pensó, pero al instante de caer en cuenta del panorama, (Mía bailando y dándole vueltas, y él riéndose solo, dos completos enfermos,) se calló y decidió parar esta estupidez. Por Dios, es solo un chico, no los puede poner así.
—Mía. —La agarra del brazo parandola en seco, ella lo mira con atención. —Hay que comportarnos, ¿okay? El tipo debe tener veinte años, está haciendo su trabajo. Además, mamá sí que nos mata y en serio esta vez si te metes con la niñera de todas las personas posibles.
Mía revoleó los ojos, molesta, pero a regañadientes terminó asintiendo.
—No nos vamos a meter con la niñera, ¿De acuerdo? —por supuesto que cuando Jeongin dijo eso, fue como quien le dice a un niño "no vamos a romper eso, ¿Verdad?", no como que algo nunca pudiese pasarle a él con Hyunjin. Obvio.
Le extendió el meñique a Mía, la cual terminó por entrelazarlo con el suyo, sellando su promesa.
Cuando salieron Mía hizo como que se estaba desempolvando los pantalones.
—Uf, ya ves como es cuando se te estanca el prepucio. —dice ante Hyunjin, lo cual lo deja visiblemente incómodo, además de altamente extrañado. Jeongin suspira cansado de su hermana, y también nota para el mismo que Hyunjin probablemente no tenga hermanas, o eso asume por su reacción.
Ante el silencio prolongado y las miradas que le dieron, Mía trata de hacer gaslighting para quedar bien. —Nos pasa a todas.
—Bueno... —Hyunjin murmura, y toma aire antes de continuar, tratando de dejar todo lo ocurrido de lado, y por si las dudas no lo iba ni a pensar de más. De inmediato pone una sonrisa de oreja a oreja, como la que pondría un profesor en su primer día, sintió Jeongin.
—No quiero parecer muy pesado en mi primer día, chiquis...
Mía casi se carcajea pero se pone seria cuando Jeongin le mete un codazo. Es que uso la palabra "chiquis" no irónicamente.
—...Pero bueno, mañana es lunes, y van a tener que ir a la escuela, ¿Bueno? Suni me dió instrucciones muy claras de todo. —Los dos se quejaron bajito, pero era imposible que pase inadvertido para Hyunjin porque tampoco disimularon nada. —Les voy a dar la oportunidad de que se despierten solos, pero sepan que sí tengo que ir a tirarlos de la cama lo voy a hacer.
Jeongin no podía creer las palabras que Hyunjin estaba usando, y Hyunjin tampoco parecía creerlas del todo, porque se notaba que le costaba. Ay, se veía que era del tipo que hace un trabajo escolar en contra de sus ideales con tal de aprobar; ¿me entienden? Como si Suni lo hubiera obligado a darles mano dura, Jeongin estaba seguro de eso. Y Hyunjin parecía ser obediente.
Mía se quejó en alto y simplemente se fue para su habitación rendida. Jeongin empezó a sentir como la cara se le calentaba, es que su hermana lo estaba haciendo quedar super mal. De los dos, Mía era definitivamente la más maleducada.
Los dos se quedaron en silencio. Jeongin no quería ser maleducado, pero tampoco sabía que decir, la verdad. Hyunjin tampoco parecía mucho más grande que él pero parece como que no viene en modo de paz.
—Bueno... —Hyunjin trató de evitar el silencio incómodo.
—Ajam...
...
—¿Y puedo invitar a mis amigos o eso está en contra de las reglas? —Oops, eso le salió en un tono más desafiante de lo que quiso. Es que siendo sinceros, Jeongin tampoco estaba muy acostumbrado a que lo manden, Sumi es bien blanda y su papá ni le habla.
Hyunjin alzó sus cejas. —No, no está en contra de las reglas. —No iba a negar que sí habían reglas.
—Bueno, entonces viene alguien.
—Perfecto. —Jeongin se cansó de la conversación ya y se fue arriba también, dejando a Hyunjin para que desempaque tranquilo. Mientras ya estaba sacando el celular.
eunchaecita
ult. conexión: hoy 3:44 p.m.
tú
No me vas a creer
5:42p.m.
Queee
5:42p.m.
Olaaaaaa
5:43p.m.
QUEEEE
5:43p.m.
tú
Perdón estaba cagandoxd
5:43p.m.
Ven a mi casa y te cuento
5:44p.m.
Bueno voy
5:44p.m.
—¿¡Y cómo no avisas que tus papás se van UN MES?! —Eunchae se sentía ofendida.
—Es que cuando me dijeron que no íbamos a estar solos ya cuál era el punto.
—Cierto. Pero igual. Prácticamente es un chico de tu edad, que no sea mala onda y nos deje hacer lo que queramos, piénsalo, seguimos teniendo muchos beneficios. No puede decir que no a pijamadas, total, no es cómo que tenga que trabajar al otro día, nomás anda vagueando aquí en tu casa.
Jeongin tomó en cuenta esas palabras. A ver, tenía un punto. Quizás tampoco iba a ser lo mismo que cuando están sus padres. —Igual, no tiene ni mi edad, creo que es mucho más grande.
—Ah no, tiene dieciocho nada más.
—¿Dieciocho? wow, pensé que era más grande. Espera, ¿tú por qué sabes?
—Ay, es que lo sigo en Instagram ahora.
Entonces se pasaron la siguiente hora viendo todo su Instagram, aprovechando. Jeongin automáticamente pensó mal de Hyunjin, ¿por qué aceptó la solicitud de Eunchae cuando ella tiene trece años y él dieciocho? Hm, rari.
No tenía mucho en su Instagram, sólo fotos dónde no se le veía la cara, haciéndose el aesthetic. Y destacadas solamente estudiando, casi nunca con sus amigos. Por lo que pudieron deducir, se había graduado recientemente.
—Si yo tuviera esa cara, viviría publicando fotos de mi cara.
Jeongin coincidió con ella en silencio. En eso, Hyunjin entró sin tocar.
Ambos dirigieron la vista al celular, que seguía con las fotos de Hyunjin ahí expuestas. Eunchae pensó rápido pero no en disimular, revoleó su celular al fondo de la cama para ocultar las evidencias de lo sucedido. Los tres se quedaron en silencio por unos segundos después de esa escena.
—¿Qué hacen? —Hyunjin preguntó después. Dios, cómo lo estaban obligando a trabajar en esas habilidades sociales para poder afrontar estas situaciones.
—Nada. —Dijeron los dos en el tono más sospechoso que Hyunjin escuchó.
—Bueno... —Prefirió no indagar. —Les hice merienda. ¿Quieren? está abajo.
Los ojos de Eunchae brillaron y asintió. Sin siquiera parar a preguntar se fue casi corriendo.
Hyunjin y Jeongin quedaron en silencio. Ay no, otra vez no.
—Así que se siguen con Eunchae en Instagram. —Jeongin decidió remar la situación, y de paso interrogarlo. Además, si era pedófilo ya tenía con que excusa sacarlo de la casa.
—Ah, sí.
—Pues, es mucho menor. ¿No te da cosa? —Entrecerró los ojos.
—Es tu amiga. Era para que te sientas más cómodo conmigo, pero si pasó lo contrario, la dejo de seguir.
Aw. Jeongin estaba tan falto de amor y atención, que la sinceridad con la que Hyunjin dijo eso, lo enterneció bastante. Hasta se sintió importante.
Ay, pensó en mí.
Y pensar que quería que seas pedófilo hace dos segundos, ha, Jeongin pensó.
—Ay no, no me importa. Todo bien. Preguntaba nada más.
—Mejor. Bueno, ¿no tienes hambre?
Jeongin bajó después de ese intercambio y se encontró con Mía y Eunchae ya comiendo en silencio, no malinterpreten, no es que alguna de las dos sean silenciosa, solamente se estaban atragantando con el budín que les cocinó Hyunjin.
Bueno, hasta ahí llegó el odio que le iban a tener a Hyunjin. La comida era suficiente para ganar el corazón de los muertos de hambre, importante resaltar que sus papás nunca les cocinaban.
—Y cuenta Hyunjin, ¿el auto de afuera es tuyo?
Jeongin volvió a sentir vergüenza de segunda mano por la descarada de Eunchae, que encima lo preguntó con el tono más interesado que pudo, ¿por qué todas sus familiares tenían que ser así de entrometidas?
—Sí, sí. Bueno, mi papá lo compró hace poco, ya que estoy trabajando tanto últimamente, yendo de acá para allá, vio que me hacía falta.
Jeongin rodó los ojos y Mía alzó las cejas. Ya entendimos Hyunjin, TUS PAPÁS TE QUIEREN.
—Que lindo. Una vez le pedí a mi papá una Coca para la cena y me compró una Pepsi chiquita. —Eunchae comentó con la boca llena.
—Ahh, que lindo... —Hyunjin levantó las cejas y le sonrió incómodo.