Nadie entiende cómo terminaron en tan horrible situación, esta guerra parecía pan comido, una victoria más para la larga lista de logros de Sabana al Atardecer, pero henos aquí, todos de rodillas, encadenados y con la cabeza gacha ante el vencedor de la guerra sangrienta y de cadáveres.
Leona miraba a su hermano con resentimiento, él desde un principio creyó que era una decisión estúpida entrar en guerra con el reino nigromante, esos sujetos eran huesos duros de roer y además ¿como le ganas a un muerto?, pero pudieron más las voces del consejo que convencieron al león con melena de atardecer de atacar este territorio que pertenece a una tribu de salvajes, cuando ganen tendrán más tierras para dar trabajo y comida a los desfavorecidos del reino y que la victoria estaba asegurada, porque contaban con la magia única del segundo príncipe, el general León Demonio.
Pero no importa lo buen estratega que fuera Leona, o lo resistentes que fueran las hienas encabezadas por Ruggie nadie la puede ganar a cadáveres salido de debajos de sus pie, no importa cuánto lucharon terminaron siendo reducidos, ni siquiera volverlos arenas sirvio de algo, todos los soldados del terrible Rey de los Magos de la Muerte volvían del más allá, como si nada hubiera pasado, se reincorporaron de los granos de arena y volvían a la batalla hasta terminar con este terrible resultado final.
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Los poco sobrevivientes miraban entre asustados y resignados a que morirían ejecutados a manos de este imponente brujo que parecía más bien un hombre elefante que un carnero, era el herbívoro más grande que alguno de ellos vio alguna vez, los únicos que permanecen relativamente tranquilos pese a lo malo de la situación era el General de Guerra Tadjou quien miraba desafiante a su enemigo, el Rey Farena que se limitaba a estar serio y la vista clavada en el suelo, el segundo Príncipe de la Sabana y líder de la Guardia de la Sabana, este último miraba con enojo y resentimiento tanto a su hermano por seguir adelante con esta guerra descabellada y como al viejo general quien fue el que dio la idea de invadir estas tierras en primer lugar.
El segundo príncipe ya hacia aceptado desde hace mucho tiempo que moriría asesinado, si no era en un complot de la corte que siempre lo despreció, sería a manos de su desquiciada esposa Zhira, nunca se imaginó que moriría decapitado a manos de un enemigo que le ganó en batalla, por de esta manera es un poco más honorable que lo que le deparaba en su propio reino y le hablarán bien de él a su hijo.
Ese cachorrito era lo único que lamentaba dejar atrás en esta vida, su pobre y pequeño hijito Taka, su niño que fue rechazado al nacer por su propia madre por ser prematura, demasiado pequeño y débil, y no solo Zhira repudia al cachorro, toda la corte y el consejo miraban despectivamente a su pobre bebé que no tenía la culpa de nacer antes de tiempo ni siendo su hijo, todos suponían que no viviría para cumplir su primer año de vida y que si lograba sobrevivir seguro solo traería problemas, igual que su padre.
Leona aborrecía la idea de que su cachorro creciera bajo los mismos estigmas con los que él creció y quería protegerlo de eso, pero ahora está ante su verdugo y dejara a su cachorro a merced de una madre cruel y una corte que lo señalará como un príncipe indeseado.
"Lo siento Taka... No podré volver a casa..." Pensó Leona dejando de mirar con enojo a sus mayores y clavando la mirada al suelo resignado, hasta que sintió como lo sujetaban con brusquedad del cabello por el líder enemigo y lo arrojaban al suelo de cara.
-¡¡ESPERA QUÉ HACES CON ÉL!!- Grito Farena ahora si asustado cuando vieron cómo trataban a su hermano menor.
-¡̖̍̕N̖̍̕o̖̍̕ e̖̗̍̎̕s̛̖̍̎̕ o̖̍̕b̖̍̕v̛̖̍̕i̛̖̍̎̕o̖̍̎̕,̛̖̗̍̕ v̛̖̍̕ơ̖̗̘̍̎̕y̛̖̗̍̕ a̛̖̗̍̎̀̕ c̛̖̍̎̀̕a̛̖̍̕s̛̖̍̎̄̕t̖̗̘̍̎̄̕i̖̍̎̄̕g̛̖̍̎̄̕a̛̖̗̘̍̀̕r̛̖̍̕l̛̖̍̎̄̕o̖̗̍̎̕s̖̍̎̄̕ p̖̗̘̍̎̄̅̕ơ̖̍̎̄̅̀́̕r̖̗̍̎̄̅̕ i̛̖̗̘̍̎̄̅̀́̕n̛̖̍̀́̕v̖̗̘̙̍̎̄̅̕a̛̖̗̘̍̕d̛̖̗̍̕i̖̗̘̙̍̕r̖̍̕ m̛̖̗̘̍̎̀̕i̛̖̗̍̎̕s̖̗̘̙̍̕ t̛̖̗̘̙̜̍̎̄̀́̕e̛̖̗̍̎̄̀̕r̛̖̍̀́̕r̖̗̘̙̜̍̎̕i̛̖̗̘̍̎̄̕t̛̖̗̍̎̄̅̿̀̕o̖̗̘̙̍̎̄̕r̡̛̖̗̍̎̄̅̿̀́̕͘i̖̗̘̍̎̄̕o̖̗̘̙̜̝̍̎̄̅̿̕s̛̖̗̍̎̄̅̿̑̕ y̛̖̍̀́̕͘ c̛̖̗̘̙̜̝̍̎̄̀́̕͘ơ̖̗̍̎̀́̕͘m̛̖̍̎̀̕e̛̖̍̎̄̅̿̀́̕n̛̖̗̍̎̄̀̕z̛̖̍̎̄̅̿̀́̕͘a̛̖̗̘̍̎̄̅̀́̕͘r̡̢̛̖̗̘̙̜̝̍̎̄̅̿̀́̕͘é̡̛̖̗̘̙̜̝̍̎̄̅̿̑̀́̕͘ c̛̖̗̘̙̜̝̞̍̎̕ơ̡̖̗̘̙̜̝̍̎̀́̕͘n̖̗̘̙̜̝̞̍̎̄̕ t̛̖̗̘̙̜̝̍̎̄̅̿̑̀́̕͘ư̡̢̖̗̍̎̄̅̿̀́̕͘ q̛̖̗̍̎̄̅̿̑̀̕ư̡̖̗̘̙̍̎̄̅̿̑̀́̕͘e̛̖̗̘̙̜̝̍̎̄̅̿̑̆̀́̕r̛̖̗̘̍̎̄̅̀́̕͘i̛̖̗̍̎̄̅̀̕d̡̛̖̗̘̙̜̝̍̎̄̀́̕͘ơ̖̗̘̙̜̝̞̍̎̄̅̿̑̀́̕͘ h̛̖̗̍̎̄̅̕e̖̗̘̙̜̝̞̍̎̄̅̿̑̕r̛̖̗̍̎̄̅̀́̕͘m̛̖̍̎̀́̕͘a̛̖̗̘̙̜̝̞̟̍̎̄̅̕n̡̢̛̖̗̘̙̜̍̎̄̅̿̀́̕͘ơ̡̖̗̘̙̍̎̄̅̿̑̀́̕͘ m̖̗̘̙̜̝̍̕e̡̢̧̛̖̗̘̙̜̝̞̟̍̎̄̅̿̀́̕͘n̛̖̗̘̙̍̎̄̅̿̑̆̐̀̕ơ̖̗̘̙̜̝̞̍̎̄̅̿̑̕r̛̖̗̘̙̜̍̎̄̅̿̑̆̐͒̀́̕!̡̢̧̨̛̖̗̘̙̜̝̞̟̍̎̄̅̿̀́̕͘- Exclamó divertido el rey de los nigromantes
-¡¡NOOOOO!! ¡¡YO SOY EL REY, ES A MI AL QUE TIENES MATAR, A MI HERMANO NO LE HAGAS NADA!!- Grito Farena desesperado tratando de ponerse en pie, pero la magia de los hechiceros se lo impidió, un sello lo mantenía paralizado y de rodillas en el suelo.
-¡̖̍¡̖̗̘̍Y̖̗̘̍̎̄ L̖̍O̖̗̘̙̍̎̄ H̖̗̘̙̍̎̄A̖̍R̖̍̎̄Á̖̗̘̙̜̍̎̄̅̿S̖̗̘̙̜̝̍̎̄!̖̗̘̙̜̍̎̄̅̿̑̆!̖̗̍̎̄̅̿ ¡̖̗̘̙̍̎̄̅̿̑¡̖̍̎̄̅̿̑̆M̖̗̘̙̜̝̞̟̍̎̄̅̿̑̆O̖̗̘̙̍̎̄̅̿R̖̍̎̄I̖̗̘̍̎̄̅R̖̗̘̙̜̝̞̍̎̄̅̿̑̆̐Á̖̗̍̎̄̅̿S̖̗̘̙̜̍̎̄̅̿̑̆̐!̖̗̘̙̍̎̄̅̿̑!̖̗̘̙̍̎̄̅̿̑̆ ¡̖̍̎̄¡̖̗̘̙̜̝̍̎̄̅̿̑̆P̖̗̘̙̜̍̎̄̅̿̑E̖̗̍̎̄R̖̗̘̍̎̄O̖̗̘̙̜̝̞̍̎̄̅̿̑ P̖̗̘̙̜̍̎̄̅̿̑̆̐R̖̗̘̙̜̝̞̟̍̎̄̅̿̑̆̐͒I̖̗̘̙̜̝̍̎̄̅̿̑̆̐͒M̖̗̘̙̍̎̄̅̿̑E̖̗̘̍̎R̖̗̘̙̜̝̞̟̍̎O̖̗̘̙̜̝̞̍̎̄̅̿̑̆ V̖̗̘̍̎̄̅̿̑̆̐͒E̖̗̘̙̜̝̞̟̠̍̎̄R̖̗̘̍̎̄̅̿̑Á̖̗̘̙̜̝̞̍̎̄̅̿̑̆S̖̗̍̎̄̅̿̑ A̖̗̘̙̜̝̞̍̎̄̅̿̑̆ T̖̗̘̙̜̍̎̄̅̿̑̆O̖̗̍̎̄̅̿̑̆D̖̗̘̙̜̝̞̟̍O̖̗̘̙̜̍̎̄̅̿̑̆̐͒S̖̗̘̙̜̝̍̎ L̖̗̘̙̜̝̞̍̎̄̅O̖̗̘̙̜̍̎̄̅̿̑̆̐S̖̗̘̙̜̍ Q̖̗̘̍̎̄̅̿̑̆̐͒U̖̗̘̍E̖̗̘̙̜̝̍̎̄̅̿̑̆̐ T̖̗̘̙̜̝̍̎̄E̖̗̘̙̜̝̞̍̎̄̅̿ S̖̗̘̍̎̄̅̿I̖̗̍̎̄G̖̗̘̙̍̎̄̅̿̑̆U̖̗̘̙̜̍̎̄̅I̖̗̘̙̜̝̍̎̄̅̿̑̆E̖̗̘̙̜̝̞̟̍̎̄̅̿̑̆̐R̖̗̘̙̜̍̎̄̅̿̑O̖̗̘̙̜̝̍̎̄N̖̗̍̎̄̅̿̑̆ M̖̗̘̍̎̄O̖̗̘̙̜̝̞̍̎̄̅̿̑R̖̍̎̄̅̿̑̆I̖̗̘̍R̖̗̘̙̜̍̎ A̖̗̘̙̜̍̎̄̅N̖̍̎̄T̖̗̘̙̜̍̎E̖̗̘̙̜̍̎̄̅̿ T̖̗̍̎̄̅I̖̗̘̍̎̄̅!̖̍̎̄̅!̖̗̘̍- Dijo el gigantesco Macho Cabrío entre risitas burlonas que sonaban más como gruñidos de un animal salvaje.
Leona ni se molestaba en luchar, ya no había motivos para hacerlo, ver lo desesperado que estaba su hermano mayor solo lo hacía sentir peor de lo que ya lo hacia, asi que cerro y espero el filo la hoja del hacha contra su cuello, puedo escuchar a Farena gritar otra vez rogando por que lo dejaran vivir, tambien escucho con claridad el movimientos de los músculos del brazo del rey brujo alzando su hacha y sonido de armar cortando el viento mientras caía pesadamente.
"Adiós Taka..." Pensó Leona esperando poder ver a su hijo crecer cuando se vuelva parte del gran ciclo de la vida.
Pero de repente una mujer cabra estaba en medio de la dirección del hacha y del chico haciendo que el arma se detuviera a centímetros de la mujer y el viento de esta alzara su lana negruzca haciendo ver sus ojos carmesí intensos y su piel pálida como el papel de seda.
-¡¡TU NIÑA INSOLENTE!! ¡¡¿QUE HACES EN MEDIO DE NUESTRO RITUAL DE VICTOR..- Gritó otra cabra anciana que estaba entre los presentes, pero no pudo acabar su queja porque la gran hacha se batió hasta esta persona cortándole su cráneo solo con el viento que soltó.
-¡̖̍¡̖̗̘̙̍̎̄C̖̗̘̙̍̎A̖̗̘̙̜̝̍̎̄̅̿̑L̖̗̍̎̄L̖̍̎̄A̖̗̘̙̜̝̍T̖̍̎̄E̖̍̎̄!! ¡¡N̖̗̘̙̜̍̎̄O̖̗̘̙̜̝̞̟̠̍̎̄ L̖̗̘̙̜̝̍̎̄̅̿E̖̗̘̙̜̝̞̟̍̎̄̅ H̖̍̎̄̅̿̑A̖̗̘̍̎̄B̖̗̘̙̜̍̎̄̅̿̑L̖̗̘̙̍̎̄̅̿̑̆E̖̗̘̙̜̍̎̄̅̿̑̆̐S̖̗̍̎ A̖̗̘̙̜̝̞̍̎̄̅̿̑̆S̖̗̍̎̄I̖̍!̖̗̘̍̎!̖̗̍̎̄- Dijo el imponente Rey mirando a la chica que estaba en medio de él y de aquel león todos ajenos a la situación estaban extrañados de lo que estaba pasando, el anciano se levantó y se puso de nuevo su cabeza.
-Mis disculpas mi señor...- Dijo el anciano y ahora sí la atención estaba sobre esa mujer, hasta el imponente rey dio unos pasos algo amenazantes a esta chica, pero se arrodillo para estar a una altura más cerca de esta chica.
-Apa~ Apa~- Soltó la mujer y la mirada asesina del imponente rey de los magos, cambio a una expresión adorable y tierna.
-Oh~ Que pasa mi pequeña y adorable bolita de algodón~- Dijo el rey abrazando a esta chica con ternura y dulzura, hasta movía su cola de cabra contento -¿Que quiere mi adorable y dulce hijita ___?- Hablo el macho cabrío sonriendo.
-Apa, Apa perdón por interrumpir, pero Apa tengo algo que decirte- Dijo la chica dejándose abrazar y mirando a su padre imponente ante todos... Pero su hijita era aún más valiosa que cualquier intimidación o asunto que estuviera atendiendo incluso si se moría solo faltaba que su hija dijera "No apa" y el recupera las fuerzas.
-Oh no me interrumpes, mi princesita adorada ¿Qué es lo que quieres de tu gran Apa?- Dijo incluso ignorando a sus enemigos derrotados que no sabían cómo reaccionar ante esto.
-Apa.... Ya decidi que Macho quiero para mi~- Dijo la chica mientras jugaba con sus mechas negras que cubrían sus ojos.
Todos a excepción de los extranjeros soltaron suspiro de sorpresa, como si hubieran dicho algo muy impactante que nadie se esperaría
-A.. AAH UUUH... ¿A un juguete te refieres mi hijita? ¿Alguien te intereso para eso?- Dijo el Macho cabrío con unas gotas de nerviosismo.
-No Apa~ Para Matrimonio, Apa~- Dijo sonrientemente la chica cabrita juntando sus manos haciendo pose de enamorada, haciendo que otra vez la tensión se sintiera, pero ahora entre los pobres machos de su tribu.
-Asi ... ¿̖̍Q̖̗̘̍̎̄̅u̖̗̍̎i̖̗̘̙̍e̖̗̘̍̎̄̅̿̑n̖̗̘̙̜̍̎̄̅̿̑ d̖̍e̖̗̘̙̜̍̎̄ l̖̗̘̙̜̝̞̟̍̎̄o̖̗̘̙̍̎s̖̗̘̙̍̎̄̅̿̑̆ M̖̍̎̄a̖̗̘̙̜̍̎̄c̖̗̍̎̄h̖̗̘̙̜̝̞̟̠̍̎̄̅̿̑̆̐o̖̗̘̙̜̝̍̎̄̅̿̑̆̐͒s̖̗̍̎̄ d̖̗̘̍̎̄̅̿̑e̖̗̍̎̄̅̿̑̆̐͒ n̖̗̘̙̜̝̞̟̍̎̄̅̿u̖̗̍̎̄̅e̖̗̘̙̜̍̎̄̅̿̑̆̐͒s̖̍̎̄̅̿̑̆̐͒t̖̍̎̄̅̿̑̆̐r̖̗̘̙̜̝̞̍a̖̗̘̙̜̝̍̎̄̅̿̑̆̐ t̖̗̘̙̜̝̍̎̄̅r̖̗̘̙̜̍̎̄̅̿i̖̗̘̙̜̍̎̄b̖̗̘̙̍̎̄̅u̖̗̘̙̜̍ e̖̗̘̍̎̄̅̿s̖̍̎?̖̗̍- Dijo ya mirando a su gente y todos los jovenes tragaron saliva sabiendo que uno ya esta condenado sin saberlo.
-No Apa, nadie de la tribu es lo suficiente guapo y poderoso para llamar mi atención... Es de los caballeros que trajiste- Dijo la chica y ahora la presión a los pobres derrotados cuando los intensos ojos del rey brujo, y los jóvenes suspiraban de alivio.
-... Tengo un mal presentimiento- Susurro Ruggie notando como todos los brujos estaban muy aliviados de no ser el yerno del jefe de la tribu de nigromantes, ese seria un honor por lo que en otros reino se pelearon, pero pensándolo bien, él tampoco querría a ese tipo de suegrito -Que no sea yo, que no sea yo, que no sea yo, que no sea yo...- Siguió murmurando la hiena.
-¿̖̍Q̖̗̘̍̎u̖̗̘̙̜̝̞̍̎i̖̗̘̙̍̎̄̅̿̑̆e̖̗̘̙̜̝̞̍̎̄̅̿n̖̗̘̙̜̝̍̎̄̅?̖̍̎- Dijo el Rey otra vez tomando su hacha.
-Apa te daré una pista, es un León, pero no es el anciano- Dijo la chica contenta.
-¡¿̖̍E̖̗̘̙̍̎L̖̗̘̙̍ R̖̗̍E̖̗̍̎̄̅̿̑̆̐͒Y̖̗̍̎̄̅̿̑̆̐͒ P̖̗̘̙̜̍̎̄̅̿̑E̖̍̎̄̅̿̑̆̐͒R̖̗̘̙̜̝̍̎̄̅̿D̖̗̘̙̜̝̞̍̎̄̅̿̑̆̐E̖̗̍̎̄̅D̖̗̘̙̜̝̍̎̄̅̿̑̆O̖̗̘̙̍̎̄̅̿R̖̍̎̄̅?̖̗̘̙̍̎̄!- Gritó El Rey Brujo asustando a Farena más de lo que ya está.
"Uuuf... Que mala suerte tienes hermano, terminar como yerno de este tipo el juguete de esta mocosa consentida no será nada lindo" Pensó Leona algo sarcástico "No me quiero ni imaginar como se pondrá Kamala, estar apunto de ser ejecutado es mejor que estar en tus sandalias en este momento" Continuo Leona con los pensamientos burlones
Pero la chica rió -No Apa, el rey perdedor no cuenta como Leon, es mas como un gato miedoso sin garras ni fuerza para pelear, el solo sirve de mascota si tuviera que pensar en un rol para el, no seria un buen marido- Y La chica se acercó a Leona y lo abrazo poniendo su cara entre la lana de su pecho, moviendo su colita contenta -Lo quiero a él Apa~-
La cara de todos, el rey brujo, la tribu, los prisioneros, Farena y Ruggie, absolutamente todos no tenía precio en ese momento, hasta el propio Leona se quedó en blanco por segundos antes de pensar...
"Oh mierda... ¡¿Por qué siempre atraigo a las locas?!"
Continuará...