"Desde las sombras del eterno crepúsculo, un ser de la noche emergerá, su sed insaciable de vida y sustancia lo guiará hacia un encuentro predestinado.
En el reino de la eterna penumbra, un Dios solitario se lamenta, envuelto en el velo de la melancolía y la añoranza. Su anhelo por la luz perdida se desvanece en la vastedad del vacío.
Forjados por los hilos del destino, el ser de la oscuridad y el Dios solitario convergerán en un punto donde la realidad se funde con la fantasía. En el corazón de la desolación más profunda, encontrarán su encuentro inexorable.
Unidos por la fuerza de una conexión cósmica, el ser de la noche infundirá nueva vida en la negrura, disipando las sombras con su resplandor. En su encuentro, el Dios solitario hallará la redención que anhelaba, y juntos alumbrarán un nuevo horizonte en el reino de la desesperanza.
Así lo profetizan los oráculos, cuyas palabras son susurros en el viento y destellos en la inmensidad del firmamento, marcando el inicio de un viaje épico donde la oscuridad y la luz se entrelazarán en un baile eterno de destino y amor."
Delfos, año 312 A.C