Tails se apresuró a marcar el número de Amy, su corazón latiendo con anticipación. Knuckles se acercó a él.
- ¿Crees que sepa algo sobre Sally? - preguntó Knuckles, su voz baja.
Tails negó con la cabeza.
- No lo sé.
La llamada se conectó después de unos segundos.
- ¿Amy? - dijo Tails, su voz clara.
- Tails, gracias por llamar. - dijo Amy, su voz urgente. - Shadow y yo estamos en camino hacia allí. Necesitamos hablar.
Tails sintió un escalofrío recorrer su espalda.
- ¿Sabes algo sobre Sally?
- Sí, lo sé. - dijo Amy. - Pero no quiero hablar por teléfono. ¿Tú también lo sabes?
Tails asintió.
- Sí, lo sé.
Hubo un momento de silencio.
- ¿Crees que Knuckles también lo sabe? - preguntó Amy.
Tails miró a Knuckles.
- Sí, él también lo sabe.
- Bien. - dijo Amy. - Entonces podemos hablar cuando lleguemos.
La llamada se cortó y Tails se volvió hacia Knuckles.
- Amy y Shadow vienen hacia aquí. - dijo. - Saben que Sally está desaparecida.
****
Mientras avanzaban hacia la casa de Tails, Amy se detuvo repentinamente, su mirada fija en el vacío. Shadow se acercó, su movimiento silencioso.
- ¿Estás bien, Amy? - preguntó, su voz baja.
Amy parecía ver algo que la horrorizaba, pero Shadow no veía nada. La sacudió suavemente.
- Amy. - dijo, su voz ligeramente más suave.
Amy parpadeó y lo miró, confundida.
- ¿Shadow? - murmuró.
Shadow se mantuvo en silencio, observándola con atención.
- Me asustaste. - dijo finalmente. - Parecía que estabas viendo un fantasma.
Amy se estremeció.
- Ah... perdón. No sé qué me pasa.
Shadow la miró.
- ¿Te está pasando algo? - preguntó.
Amy dudó.
- No me está pasando nada. - dijo rápidamente.
Shadow no respondió, simplemente la miró con una ceja ligeramente levantada.
- Debemos apurarnos en llegar a casa de Tails.
- Claro. - respondió Amy.
****
Cuando Amy y Shadow llegaron a la casa, Knuckles ya estaba allí, esperándolos. Tails los recibió con una mirada seria.
- Gracias por venir. - dijo Tails.
- ¿Qué saben sobre Sally? - preguntó Amy, directamente.
- Desapareció hace unas horas. - explicó Knuckles. - No hemos podido encontrarla en ningún lado.
- ¿Alguien vio algo? - preguntó Shadow.
- No. - respondió Tails. - Pero lo que podemos hacer por ahora es esperar.
Amy asintió, con una mirada triste.
Tails les ofreció sándwiches, y Amy aceptó uno con una sonrisa débil. Dio un bocado, pero su mente comenzó a jugar trucos con ella. El sabor fresco del pan y el queso se convirtió en un sabor amargo y hediondo. La textura suave se transformó en carne podrida y hongos viscosos.
Amy se asustó y escupió el bocado, su rostro pálido.
- ¿Qué pasa, Amy? - preguntó Tails, preocupado.
Amy se disculpó, limpiando el sándwich escupido con un pañuelo.
- Lo siento, no sé qué me pasa.
Se levantó y se dirigió al sofá, su apetito desaparecido. El cansancio la venció, y cerró los ojos, buscando escapar de sus pensamientos tormentosos.
Amy abrió los ojos y se encontró en un lugar idílico, rodeada de flores silvestres y un cielo azul radiante. La brisa suave acariciaba su rostro, y el aroma de las flores la envolvía. Al voltear, vio a Sonic sonriendo frente a ella.
- ¡Sonic! - exclamó, su corazón latiendo con emoción.
Sonic se acercó.
- Siempre estaré aquí para ti, Amy. - dijo, su voz baja y suave.
Amy se sintió envuelta en una sensación de paz y felicidad.
- ¿Estamos en...? - preguntó, su voz apenas audible.
- Little Planet - respondió Sonic.
Sonic ofreció su mano, y Amy la tomó sin dudar. Caminaron juntos, el sol brillando sobre ellos, y la brisa susurrando secretos en sus oídos.
- Me extrañabas, ¿verdad? - preguntó Sonic, su mirada pícara.
Amy sonrió, su corazón flotando.
- Siempre te extraño - respondió.
Caminaron en silencio, disfrutando del paisaje y de la compañía mutua. Sonic llevaba la mano de Amy entre las suyas, y ella sentía su calor y seguridad.
- Quiero estar siempre contigo. - dijo Amy, su voz apenas audible.
Sonic sonrió y se detuvo frente a ella.
- Yo también quiero estar siempre contigo, Amy. - respondió, su mirada intensa.
Se acercó a ella, y Amy sintió su corazón latir con anticipación. Sonic la tomó en sus brazos, y Amy se sintió envuelta en su abrazo cálido.
- Te amo, Amy. - susurró Sonic en su oído.
Amy se sintió flotar en una nube de felicidad.
- Te amo también, Sonic. - respondió.
Justo cuando Sonic iba a besarla, Amy sintió una sacudida y se despertó con un sobresalto.
- ¿Amy? ¿Estás bien? - preguntó Tails, preocupado.
Amy se sentó en el sofá.
- Sí... sí, estoy bien. - respondió, aún bajo el efecto del sueño.
Miró a su alrededor y vio a Tails, Knuckles y Shadow observándola.
- ¿Cuánto tiempo estuve dormida? - preguntó.
- Unos 45 minutos. - respondió Tails.
Amy se levantó del sofá, aún sintiendo la emoción del sueño.
- ¿Dónde está Sonic? - preguntó.
Tails se encogió de hombros.
- Todavía no ha llegado.
Amy se sintió un poco decepcionada, pero se recordó a sí misma que era solo un sueño.
Knuckles se acercó con un vaso de agua, su expresión preocupada.
- No has tomado agua, así que te traje un poco.
Amy dudó, pero su sed la venció. Tomó el vaso y bebió con avidez. Sin embargo, al terminar, vio que el agua se había convertido en sangre espesa.
- ¡Esto se está poniendo peor! - exclamó, horrorizada.
Knuckles alzó una ceja.
- Estás loca... ¿Qué te pasa?
Shadow emergió de las sombras, su voz baja.
- Amy, ¿Por qué no esperas a Sonic?
Justo entonces, la puerta se abrió y Tails sonrió.
- Justo a tiempo, Sonic.
- Qué bueno verte, Tails. - respondió Sonic, su sonrisa radiante.
Amy se apresuró hacia Sonic, su corazón latiendo con emoción. Sin embargo, al mirarlo a los ojos, vio una imagen macabra: Sonic devorando el cuerpo de Sally.
Amy se paralizó, su mente en shock. Su cuerpo se desplomó, y todo se volvió negro.
- ¡Amy! - exclamó Shadow, corriendo hacia ella.
Tails y Knuckles se acercaron rápidamente para ayudar, pero Sonic se quedó inmóvil, observando.
- Sólo un poco más... - susurró, sus pupilas rojas brillando en la oscuridad.