Me desperté con el horrible sonido de mi celular. Estirè mi mano hacia la mesita de noche. Lo cojo entre mis dedos y miro la pantalla. Me sobresalto al ver la cantidad de notificaciones. Tienes 10 llamadas de María, 2 sms de mi padre con 15 llamadas.
-¡OH Dios mío!- me levanto a rápidamente pero fue mala idea, me dieron una horrenda punzada en la cabeza, dejándome aturdida por unos minutos- no debí tomar tanto.
Agarró mi teléfono y le envió un sms a María diciendo que me devolví a casa y que estaba bien. Me levanto y entró directo a la ducha. Las gotas frías de agua me aliviaron todo tipo de nauseas y malestar.
Respire profundamente. Papá me iba a matar lo dejé plantado en sus cita con su nueva novia. Golpeé los azulejos de la pared de la ducha.
Esta era la última vez que me dejaba manipular por María, nuestra amistad iba a terminar matándome algún día.
Tome la toalla y le envuelvo sobre mi cuerpo. Salgo del baño y voy directo a mi armario.
Decido ponerme un vestido verde primavera. Sin mangas y era largo hasta la mitad de las rodillas:
Me pise unas zapatillas a juego. Me hunto una ligera bace de bajos de los ojos. Estas ojeras era demasiado visibles. Busco mi celular desesperadamente. Lo visualizo en el suelo. Me agachó para tomarlo, pero ¡este no era mi celular!.
Tenía el cover rojo y negro, encendí la pantalla y había 20 llamadas perdidas de una persona llamada "Madre".
-¿Conejito?.
Miro en dirección a mi cama, había un cuerpo varonil demasiado tonificado sobre ella. Se veía su espalda desnuda. ¡Oh Santísimo! Lo recuerdos de la noche pasada se impacta a todos prisa a mi cerebro.
- No puede ser- digo asustada. El chico abre los ojos.
Se pasa la mano por su despeinado cabello, y luego pasa por su rostro somnoliento. Se me queda mirando fijo sin expresión, de la nada sus ojos se abren de asombro, y se sobresaltó sobre la cama.
-¡Maldita seas! ¿qué horas son?- dice levantándose rápidamente. Empieza a buscar su ropa por toda mi habitación. Recogió sus pantalones al lado de la mesita de dormir- ¡¿Dónde está mi camisa?!
Yo aun estaba quieta en el mismo lugar. Preguntándome que demonios está pasando.
-¿este es tu móvil?-digo en shock aún.
El me mira de arriba a abajo y me arrebata el teléfono de las manos.
Se pone a mirar con nerviosismo la pantalla, maldecía en voz baja. Se hecha a correr y tira la puerta del cuarto provocando un estruendo sacándome del trance. Corro y abro la puerta y miro a toda las direcciones. El chico no está. Recojo mi bolso y salgo apresurada hacia el encuentro con mi padre. Ya tendría tiempo de procesar lo que había pasado.
(...)
Estaba frente al restaurante donde papá me debía estar esperando, pero no lo visualizaba por ningun lado.
Noto un taxi se aproxima a mí, de él sale mi padre y una señora muy hermosa. Tenía la piel pálida con pequeñas pecas sobre los mejillas, era alta y vestía con un vestido rojo ajustado a las caderas, y tenía un largo cabello rubio.
La mujer me mira y sonríe.Papá se acerca y me abraza, parecía desconcertado, pero su sonrisa estaba presente. La mujer se acerca hacia nosotros.
-¿Así que tu eres Camille?, yo soy Isabella -dice apartado un mechón de cabello que le estorba. Mis ojos se abren al ver la rara singularidad de estos. Uno de ellos era azul, mientras que el otro era un verde claro con la combinación de un azul más claro- ¿Tu gustan?
Me avergüenzo al notar que la miraba tan fijamente.
- Yo, disculpa...
- Tu padre hizo ese mismo gesto cuando me vio pro primera vez- ella agarra hombro se mi padre y le sonríe.
- Vamos a entrar, la mesa nos espera- todos caminamos dentro del restaurante.
Ya en la mesa no pude evitar botar que Isabella estaba todo el tiempo con el teléfono, tenía una cara preocupante.
-¿Pasó algo Isabella? Digo tocando su hombro.
Ella me mira y sonríe al gesto.
- Dos de mis hijos no podrán venir a la cena y uno ya llega tarde-la última oración la dijo con un tono molesto.
Papá llega a nuestra mesa con una botella de champán.
-Gracias cielo- ambos se dan un corto beso antes de que mi padre volviera a sentarse en su lado de la mesa.
-¿Zayden no venía en camino?- le pregunta mi padre a Isabella. Ella se queda un momento en silencio y luego se oye una notificación. Ella sonríe ampliamente.- ...parece que ya llegó.
Isabella empieza a ser señas a una persona que estaba entrando por la puerta, mi padre se para de su asiento y yo sigo su movimiento.
-Hola señor Wood es un placer verlo por fin en persona...-alzo la vista hacia el hombre que saludaba a papá. Me quedo sentada en el mismo lugar. Todo en este momento para mí se sentía como a camara lenta, las voces apenas se oían.
Isabella se reía, papá también, y...¡ el chico que amaneció en mi apartamento también lo estaba!.
No puede ser...
No puede ser...
No puede ser...
No puede ser...
No puede ser...
No puede ser...
No puede ser...
No puede ser...
No puede ser...
¿Qué demonios hacía el aquí? ¡¿Él era el hijo de Isabella?! ¡Pase una noche con el hijo de mi madrastra!.
-¿Hija?-papá toca mi hombro, lo miro a los ojos y luego al pelinegro. Papá me hace un gesto con la cabeza, señalandome al nuevo participante de esta "increíble cita".- Saluda, por favor.
Me levanto lentamente de la silla, me acerco hacia Zayden. El no parece mostrar algún indicios de que le preocupaba está amarga situación. Esta tranquilo, incluso no muestra expresión alguna.
-Un gusto conocerte Camille, he oído mucho de tí- el toma mi mano y la besa, este gesto caballeroso parecía robótico. En sus labios se dibujó una sonrisa, ¡esa sonrisa! La misma con la que me miró ayer en el bar. El parecía que jugaba con sus expresiones, yo apenas podía mantenerme en pie.
-I-igualmente Zayden-digo apartando la vista, me era imposible estar frente a frente con él. Apartó mi mano de la suya aunque pareció un poco ruda la forma en que lo hice- Padre voy al baño.
Tomo mi bolso encima de la mesa y salgo disparada como una flecha. Empujó la puerta entró a uno de los cubículos del baño.
Intento llamar a María, pero daba apagado.
-¡Maldita seas María...!
-Debería manejar mejor tus expresiones- me sobresalto y abro la puerta del cubículo.
Él estaba recostado sobre el lavabo.
-¿Qué haces es el baño de mujeres?- digo de mala gana.
- En realidad, conejito, tu estas en el baño de los hombres-aclara con la típica sonrisa juguetona.
Esto no podía estar pasándome. Salgo y voy derecho a salir de aquí
, estar cerca de este hombre no me deja pensar, ni actuar ni respirar bien.
- Sabes que tu padre y mi madre llevan un años saliendo ¿verdad?- Me detengo frente a él, ¿ a qué venía su comentario?
- Sí, lo sé, se conocieron en Francia en un viaje de negocios de mi padre- le digo
-¿Y sabes que se piensan casar?
Respiro profundamente para calmarme, y no tirarle el bolso a su maldita cara.
- Mi padre es libre de hacer su vida como quiera-digo y quiero dejar claro que la conversación se acabó. Camino a la puerta y giro el pomo de ésta, cuando de repente una mano impacta contra ella cerrandola de nuevo.
-Aun no he terminado, hermanita-la voz de Zayden roza mi oido. Estaba muy cerca. Mi espaldas estaba pegada a su pecho.
Me giro dando la cara.
-Alejate de mí quieres-digo está vez enfrentando su mirada. Esto discusión parecía divertirle.
-¿O que?, le dirás a papi.
-Puede ser...-digo y mantengo una postura dominante, aunque el me sobrepasaba por una cabeza. Era demasiado alto.
Zayden se acerca tanto a mi que pensé que me basaría, pero lo que hizo fue susurrarme.
-También dile lo de anoche conejito-puedo ir su pequeña risa sobre mí oido.
- No puedo creer que me acostara contigo- escupo cada palabra en su cara.
- En realidad ni fue así- sus palabras me sorprenden, ¿cómo que no lo había sido?- te dije que no podrías caminar en una semana, pero como notas, parece que estas caminado bien
-¿A que te refieres?- digo desconcertada.
El sonríe, y me aparta abriendo la puerta para salir de los baños.
La ira me recorría por todo el cuerpo, tenía unas altas ganas de golpear algo. Trato de calmarme con respiraciones leves. Abro la puerta y me dirijo a cenar con "Mi nueva familia"