El alfa se sobaba la frente, había ido a buscar el omega de ojos marrones, pero este no estaba por ningún lado.
Busco en todos lados, en la cocina, en el jardín, en el almacén, pero no había rastro de Jungkook, por lo que acudió a su última opción.
— Su majestad. — La beta hizo una pequeña reverencia al entrar, cerró la puerta y se acercó al escritorio. — Me dijeron que me estaba llamando.
— Sí, ¿sabe dónde está Jungkook? — Fue directo al grano.
La beta se mordió el labio, insegura de lo que iba a decir.
— El joven Jungkook no sé encuentra en el palacio.
— ¿Dónde está?
— El joven Jungkook fue enviado a su casa unos días por su ciclo de celo, tengo entendido que se va reincorporar en cuatro días. — Explicó.
El alfa analizo sus palabras mientras asentía con la cabeza.
— Gracias, puedes retirarte.
La beta hizo otra pequeña reverencia y se fue de allí.
Parece que tendría que esperar unos días para volver a ver a su amado.
(...)
DÍAS DESPUÉS
— ¿Estás seguro que te sientes bien para ir a trabajar? — Pregunto de nuevo la señora Jeon, dándole el té a su hijo.
— Estoy bien mamá, además no puedo darme el lujo de faltar más días, necesito trabajar
— ¿Ya mañana te vas? — Pregunto la pequeña Chaewon algo triste, llevaba semanas sin ver a su hermano y que se fuera tan rápido la ponía muy triste.
— No puedo quedarme más tiempo, perdóname cachorrita. — Le dijo mientras le hacía una seña para que viniera con el a la cama.
— ¿Cuándo volverás?
— No podría decirte cuando, pero volveré.
— ¿Por el meñique? — Le mostró el meñique, a lo que este junto su meñique con el de ella.
— Por el meñique. — Le dejó un beso en la frente
La señora Jeon veía con cariño la escena, a ella también le ponía triste el que su hijo ya se tuviera que ir, sin embargo, sino fuera porque con el salario que ganaba su hijo le alcanzara para las cosas de la casa, hace rato le hubiese pedido que se quedara con ellos.
Alguien tocó la puerta principal, rompiendo la burbuja familiar.
— Voy a ver quién es. — Jungkook asintió mientras acariciaba el cabello dela niña.
La señora Jeon fue hasta la puerta, y grande fue su sorpresa al ver al mismísimo príncipe Park detrás de esta.
— Buenos días, señora Jeon. — Hizo una pequeña reverencia, la omega imitando su acción. — Me dijeron que aquí vive Jeon Jungkook, ¿es correcto?
— Sí, es mi hijo, ¿En qué puede ayudarlo?
— ¿Me permite pasar a verlo?
— Eh, sí, pase. — Se hizo a un lado para dejar pasar al alfa. — Déjeme avisarle que usted está aquí.
El alfa asintió, la omega fue rápidamente hasta la habitación de su hijo.
Jimin tenía las manos atrás de su espalda, analizando la casa. No era tan grande pero sí acogedora, vio algunos cuadros colgados en las paredes, habían algunos que estaban perfectamente hechos, otros parecían haber sido pintados por algún infante.
Sintió el olor familiar a caramelos más cerca, segundos después la figura de Jungkook estuvo en su campo visual.
¿Acaso se había puesto más bonito? Porque ante los ojos de Jimin, el no ver a Jungkook en días lo hizo darse cuenta que la belleza del omega había aumentado
— Príncipe Park.
— Jungkook— Se acercó hasta el omega.
— ¿Usted qué hace aquí?, ¿cómo supo donde vivía?
— Vine porque quiero a verte, tu ausencia me estaba volviendo loco, y le pregunte a la señora Eun Jin donde vivías y me dijo. — Tomo las manos del chico.
— No puede venir así como así, ¿qué tal si alguien lo vio? — Le regaño, sacándole una risa al alfa.
— ¿Y qué tiene que me vea?, ¿te pone celoso?
El omega lo miro con incredulidad. —¿Por qué piensa que me pondría celoso? Lo dije porque conociendo a la gente de aquí, se pondrán a chismear y decir cosas que no son.
— ¿Y qué cosas, según tú, dirían? — Pregunto en un tono coqueto mientras lo tomaba por la cintura acercandolo a él.
— No se. — Dijo en un tono bajo, sin poder verlo a los ojos.
— ¿Qué pasa?, ¿por qué actúas tan tímido de repente? Eres el mismo omega que le gritó a un alfa, ¿o acaso era mentira?
Jungkook lo miró con el ceño fruncido, cuando iba a hablar sintió una pequeña mano golpear su pierna.
— Kookie, ¿quién es él? — Pregunto con inocencia Chaewon, la señora Jeon apareciendo atrás de ella, Jungkook le hizo señas para decirle que no importaba, la señora Jeon asintió y se fue.
— ¿Él? — Pregunto mientras cargaba a la niña. — Él es un alfa tonto que siempre me dice cosas lindas y después me avergüenza.
— ¿Es tu novio?
La repentina pregunta hizo que se sonrojara, mientras que Jimin hacía un gran esfuerzo para no reírse.
— Sí.
— No. — El alfa puso una cara inconforme. — Estamos saliendo, pero aún no es mi novio.
— ¿Pero lo va a ser?— preguntó la pequeña.
— ¿Quieres que sea su novio? — preguntó de vuelta Jimin a la niña.
La niña miro al alfa y luego a su hermano, su mirada volvió al alfa.
— Ves bonito a mi hermano, si quiero que sea tu novio.
— ¿Viste? Hasta la nena sabe que me muero por ti.
— Chae, ¿por qué no me esperas con mamá mientras yo termino de hablar con él?
La niña asintió, se despidió del alfa con la mano y se fue de allí.
Jungkook le dio un pequeño pero fuerte golpe al alfa en el hombro, este se tocó la zona adolorido, Jungkook tenia bastante fuerza.
— ¿Por qué me avergüenza enfrente de mi hermana? Usted no tiene decencia. — Se cruzó de brazos, volteando su cara.
— No te enojes, omega. — Volvió a acercarse a Jungkook, volviéndo a tomarlo por la cintura. — Sabes que te amo, no te enojes.
Abramos un gran paréntesis para procesar que no fué un «te quiero» sino un «te amo», era una pequeña pero gran diferencia a la vez, haciendo que cada vez más cayera en los encantos del alfa.
— ¿Me amas?
— Desde la primera vez que te vi supe que te quería como algo más, sólo he querido ir despacio, un cortejo digno de ti.
Bum, bum, bum, Jungkook sentía que Jimin podía escuchar los latidos de su corazón acelerarse.
— Quisiera quedarme más tiempo contigo, pero me salí del castillo a escondidas y no quiero asustar a nadie, así que debo volver. — Dijo algo triste.
Quédate por favor, quiso decir Jungkook, pero decidió no hacerlo.
Acompañó al alfa hasta la puerta para despedirlo.
— ¿Cuándo vuelves al castillo? — Preguntó mientras juntaba sus manos con las de Jungkook.
— Mañana por la mañana ya debería estar allá.
— Entonces te esperaré en la entrada, hay algo que te quiero mostrar. — Se acercó al omega y dejó un beso su mejilla. — Nos vemos mañana.
Jungkook vio como el alfa se montaba en su caballo y se iba de allí, llevo una mano a su mejilla sin creer lo que había pasado.