Yellow Curses -[Harry Potter]

By MattGates_

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[Contenido Shifting] La energía de la familia Gates (Los protectores) y la de los Addams (los nigromantes mal... More

Antes de iniciar
Capítulo 1.
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Extras - 1r año
Capítulo 6.
Capítulo 7
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Aviso
Interludio.
Capítulo 13
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Capítulo 24.
Capítulo 25.
Extras. -3r año
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Capítulo 29.
Capítulo 30
Capítulo 31.
Capítulo 32.
Capítulo 33.
Capítulo 34
Capítulo 35.
Capítulo 36

Extra -4to año

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By MattGates_

Dereck, de cinco años, alzó la mirada para poder apreciar la gran casa frente a él. De sus labios de inmediato salió algo de vaho lo que ocasionó que la expresión de algunos familiares se arrugara en desaprobación de forma inconsciente e inmediata.

Tenía cinco años, su mano derecha tenía fuertemente agarrada la de su madre y era uno de los muy pocos "semi-vivos" entre todos esos Addams.

Entre los Addams y sus familiares mágicos.

Un ser robusto que triplicaba su tamaño le empujó un poco al ir pasando a su lado. Su piel era rugosa y seca, de un tono café verdoso, se miraba como un tipo de simio sin pelo, aunque sus garras eran demasiado grandes para lo que cualquiera consideraría necesario. En un momento el ser giró de forma lenta la cabeza hacía él, pero antes de poder ver el rostro de esa cosa Infernus Gates tapó los ojos de su hijo y lo jaló hacia otro lado.

Lo usual, y normal, es que todos los Addams tuvieran a su familiar.

Sobre sus hombros Chimuelo se mantenía alerta, tan curioso como ansioso, podía entenderlo, él se alimentaba de magia oscura y la casa principal Addams estaba llena de esta. Al otro lado de su madre estaba el familiar de esta, el ser usualmente no se sentía así que nunca sabía cuándo estaba presente a menos de que esta misma lo quisiera; la silfide oscura se movía como si caminara, pero sus pies no llegaban a tocar el suelo, tenía la apariencia de una chica de quince años si no fuera porque sus ojos eran todos negros, sus dientes filosos alcanzaban a sobresalir de su boca y su cabello negro se confundía con la neblina oscura que la rodeaban como un vestido. Era elegante, preciosa, llamativa, pero principalmente mortal.

El tintineo de unos huesos colgando y siendo movidos por el viento para chocar entre ellos, como si fueran carillones, llamaron del niño atención de vuelta a la casa y su lúgubre apariencia.

Las paredes negras tenían varios hongos brotando de ellas, eran alargados, como si miles de manos zombie estuvieras brotando queriendo escapar de la casa, la mente del menor de inmediato las reconoció como "hongo manos de muerto", y no pudo evitar observar con fascinación lo macabramente decorativo que quedaban.

Cuando finalmente alcanzaron la puerta, Infernus tapó con sus manos los oídos de su hijo un segundo antes de que un grito agónico sacudiera a los invitados que iban entrando, una fuerza que los empujaba fuera sin verdadera intención de sacarlos. El olor a ceniza, azufre y putrefacción llenaba la instancia, la contradicción hizo que Dereck se tensara un poco, pues sentía algo de asco, pero a la vez su boca se hacía agua, tan muerto pero tan vivo que se sintió algo molesto consigo mismo, pues de hacer notorio algo de ello sabía que iba a ser más y más apartado por su familia materna.

—Padre, madre. -Saludó Infernus volviendo a capturar la atención de su hijo. El pequeño de ojos oro observó a dos personas acercarse, no parecían tener más de 35 años por mucho, pero el menor sabía que en realidad tenían mucho más.

El primero en posar sus ojos sobre él, fue su abuelo.

Azrael Addams era alto, casi llegando a los dos metros, algo que no había heredado a su hija. Pero su apariencia delgada si, alargado como si fuera un saco de huesos apenas cubierto por carne. Siempre te observaba con unos ojos fríos y un gesto vacío. Luego alargaba una mano hacia ti, sus dedos casi parecían garras a punto de arrancar tus ojos, pero solo tocaba la frente de su nieto haciéndolo estremecer un poco ante el repentino frío que alberga de golpe al pequeño, luego hacía un gesto entre incómodo y frustrado para finalmente soltar las mismas palabras que había dicho la primera vez en verlo.

—Muy vivo. -Sisieó el hombre quitando finalmente su atención de Dereck. Poe Addams, la abuela del menor, tan solo le daba una mirada triste antes de volver a centrar toda su atención en su hija.

Era toda la interacción que tenían ambos con Dereck, y este ya lo sabía. Era esa siempre la forma en que esa parte de su familia se relacionaba con él, pero no los culpaba, él mismo podía reconocer que tenían razón. Apreciaba que aun así reconocieran su presencia, que lo intentaran cada vez que se veían, como si el tiempo hubiera podido cambiar algo en su parte viva, sabiendo que incluso si no sabían tratar con él acudirían a su cuidado si lo necesitara. Así que solo lo aceptaba, quedándose en las sombras con Chimuelo, el lugar donde pertenecían y se sentían cómodos, siempre observando curioso a su alrededor sin intervenir, sin ser notado, al menos siempre lo había pensado así.

Ese día era la presentación de la futura heredera Addams, Merlina estaba de pie junto a su padre en lo alto del podio donde este hablaba con exuberante emoción, muy contrario a la indiferencia en el rostro de su hija.

La joven cumpleañera de diez años tan solo observaba un punto fijo sin parpadear, no se miraba que respirara, no había movimiento sobre ella, quien sí se movía era su familiar. Un Tzitzimimeh estaba tras la joven niña, su cabeza (un cráneo vacío) estaba recostada sobre el hombro de la azabache, por lo que el resto de su cuerpo estaba doblado de forma antinatural para eso; los ojos del espectro no estaban en su cara, sino en la parte de atrás de sus manos, en sus codos, rodillas, en las pantorrillas de sus pies extraños, cada uno observando a un lugar diferente, moviéndose para seguir a ciertas personas. Era una imagen aterradora que haría correr a cualquier humano vivo, Dereck solo pudo sentir algo de envidia, era claro que esa chica era la representación de un Addams en todo su ser, algo que él nunca sería.

El niño suspiró algo apesadumbrado, sentía que de alguna manera le había fallado a su madre incluso cuando era consciente que la mujer le amaba más que a nada. Aun así, sintiéndose incómodo de estar tan rodeado de personas (Pues toda la casa Addams debía ir ese día al ser la presentación de la futura jefa familiar), prefirió deslizarse lentamente hacia la salida, buscando un lugar tranquilo entre todo el panorama.

La gran Mansión de Muerte era grande, extensa, y lo que menos le apetecía ahora era perderse, por ello al ver el invernadero abierto fue su opción más llamativa, disfrutando de los suaves sonidos que hacían las plantas al arrastrarse para ver si obtenían de él alguna comida.

Con un ligero suspiro se sentó entre las plantas menos carnívoras, aquellas que solo se giraron a verlo con curiosidad. Chimuelo siseo, y él se tensó un poco al reconocer que había estado siendo seguido.

—Es raro que un Addams prefiera tanto pasar desapercibido. -Comentó en tono lento, arrastrado, un chico claramente mayor a él. De unos once años, un Addams completo que se movía como un cazador evaluando a una presa. Dereck detuvo su respiración al ver los ojos negros como onix del extraño, envuelto en gruesas pestañas que parecían alargar su mirada como un gato, volviéndola filosa e inteligente, un pequeño rostro bonito que causo que el menor se sonrojara levemente, aun así, por su palidez era muy notorio, por lo que maldijo en voz baja y llevó sus manos a tapar su rostro, sabiendo lo vivo que lo hacía ver. El joven de once años parpadeó lentamente, observándolo con curiosidad.- Lo que dicen es cierto, estas bastante vivo.

—¡No estoy-...! -Se inició a quejar el pequeño Heredero Gates, mordiendo su lengua al saber que era contraproducente negar algo que su cuerpo había hecho obvio.

—Tengo entendido que tu padre está vivo, pareces molesto por ser llamado así, ¿No te agrada tu padre? -Cuestionó el mayor, su expresión solo reflejaba curiosidad. Dereck se sintió dolido al pensarlo de esa manera.

—Claro que me agrada, mi padre es el mejor, yo solo... -Trató de explicarse el niño, pero sin saber cómo continuar. No le molestaba estar medianamente vivo, solo no quería ser tratado a menos por una parte de su familia, no quería defraudar a su madre.

Y aunque no dijo nada de eso, el desconocido asintió, como si le comprendiera.

—Mi nombre es Mirafasus, ¿El tuyo era... Dereck? -Se presentó entonces el más alto, tomando asiento junto al menor. - ¿Qué significa Dereck?

—"Gobernante del pueblo" -Respondió el de ojos oro, relajándose lentamente, pero sin perder de vista al otro.- ¿Y Mirafasus?

—"El observador" -Respondió el mayor, su expresión y postura era tan confiadas que parecía tener todo a su alrededor bajo control.

—Pensé que nadie me estaba prestando atención cuando salí... -Mencionó Dereck sintiéndose avergonzado al pensar que alguien más lo había visto y pudieron tomarlo como grosero.

—Es claro que no eres muy observador.- Bromeó el de ojos oscuros en referencia a su nombre. El niño entrecerró sus ojos y formó un puchero, algo que para su sorpresa amplió la sonrisa ajena. - Tus ojos son... llamativos.

—Gracias... creo. -Murmuró Dereck desviando la mirada.

—¿Crees? -Preguntó el mayor, observándolo de forma fija.

—El jefe Addams dijo que eran... Muy vivos. -Explicó el pequeño heredero moviendo de forma inquieta sus manos.

—¿Qué crees tú? -Insistió Mirafasus, el menor separó sus labios con indecisión, pero luego suspiro.

—Me gustan... -Aceptó en tono bajo, pero el otro Addams asistió mientras se colocaba de pie.

—Comprensible. -Indicó el mayor, alargando una mano hacía Dereck quien le observó confundido antes de finalmente tomarla, dejando que el contrario lo guiara de vuelta a la casa.

Desde esa vez, siempre podía contar con que el chico iba a estar a su lado al pisar la Mansión.

-0-

—Mi pequeña maldición... -Llamó Infernus acunando la cara de su hijo mientras le observaba con preocupación. - ¿Sabes que no tienes que hacerlo, verdad? El jefe tan solo ha colocado a Mirafasus como una opción, no es obligación que te cases con él.

—Comprendo. -Suspiró Dereck cerrando los ojos ante la caricia de su madre.

—Es un buen chico, sinceramente también me calma saber que es él una opción para ti. Te cuida mejor que cualquier otro Addams. -Añadió su madre acomodando el moño sobre la cabeza del niño de diez, ese día era su presentación en la casa familiar Addams, y como parte de eso el líder le había indicado su deseo sobre que se casara con Mirafasus. No era inusual, en cada presentación oficial el jefe daba una posible unión entre los Addams, de personas que a su consideración se complementaban. Si no funcionaba, no estaban obligados a llevar a cabo una relación, aunque se admitía que normalmente no había muchos errores al respecto.

Esta vez sí, Dereck podía recordar una risa, unos ojos verdes, y aunque sabía que no tenía maldición consigo y por tanto podría posar sus ojos en otras partes, algo le llamaba a encontrar a esa persona como prioridad.

Era abrumante.

—¿Estás bien? -Cuestionó una nueva voz, llamando la atención del niño. Mirafasus se había sentado donde antes había estado Infernus, quien en algún momento le había dejado solo para ir a hablar con el resto de la familia.

—Si, estoy bien. -Indicó Dereck sacudiendo un poco su cabeza y formando una leve sonrisa.- Solo no quisiera casarme por obligación.

—No lo harás. Solo te casaras conmigo si he logrado obtener tu corazón o una parte de este, quien te aguantaría si no. -Se burló el mayor con uno de esos pestañeos lentos, lindos, que hicieron desconcentrar por un segundo al heredero Gates antes de que soltara a reír, más aliviado.- Todo estará bien.

—Gracias. -Suspiró el de ojos oro, mirando con apreció al otro antes de notar algo curioso que llamó su atención.- Oh, nunca había visto a tu familiar...

—Oh, sí. Ella es Asura. -Presentó Mirafasus a la Ninfa oscura, esta parecía una joven de la misma edad que el humano con quien estaba unida, su piel era de un tono café, como si estuviera hecha de madera, pero liso y limpio por completo. No había boca, solo unos ojos negros combinando con el cabello y las alas que parecían cubrir todo su cuerpo tan delicadamente como la seda.

—Un gusto, Asura. Uhm, él es Chimuelo. -Señaló Dereck al pequeño gato sobre sus hombros, que tenía su naricita asomada olisqueando antes de dejar ver sus ojos azules. El mayor sonrió con levedad.

—Un gusto igual, lo había notado antes, no es usual que un Addams elija a un gato de familiar, pero... Tú no eres usual. -Mencionó el alto inclinándose un poco hacía el más joven y su compañero.- ¿Qué tipo de gato es?

—No es un gato. -Aclaró el menor comprendiendo que el jefe de la casa no había hablado de ese hecho con los demás. No era inusual, hablar o mostrar a tu familiar era en cierta manera algo íntimo, pues el ser dejaba en evidencia algo de quien estaba unido. - Es un Atrapasueños.

—Oh... -Expresó Mirafasus, sus ojos tomando un ligero brillo momentáneo al comprender.- Por eso usabas las sombras para esconderte.

—Sigo sin entender como siempre me veías, incluso madre no podía hacerlo... -Murmuró Dereck confundido, él mayor le observó fijamente lo cual lo colocó nervioso, era como si comprendiera algo que él no.

—Es tu cumpleaños... Vamos, te tengo un regalo. -Indicó finalmente el de ojos negros cambiando de tema. El niño solo pudo suspirar aliviado de no tener esa mirada fija en él, le costó calmar lo rápido de su corazón mientras caminaba tras del otro en busca de aquel obsequio.

-0-

Realmente era difícil mezclarse con el resto de los niños Addams, lo había sido para Dereck antes de que su otra parte shifteara y se uniera a él, ahora con trece años y la mentalidad de Matthew también en la suya, inevitablemente había cosas que lo ponían tenso incluso cuando la sensación de miedo no llegaba.

Es por eso que prefería no ir, pero negarse sería una descortesía o hacer que su madre no fuera, e Infernus seguía adorando su hogar ancestral.

Así que Dereck se mordía la lengua y asistía, fingiendo que iría a jugar con sus primos mientras su madre se acercaba a hablar con los mayores.

El sonido de algo explotando llamó su atención, a eso le siguieron risas y pasos apresurados de los otros niños que se encontraban en la Mansión. Siquiera fijaron sus ojos en él, Pericles con quince años correteaba a los menores mientras reía a carcajadas, lanzando bombardas al azar y algunas veces dándole a algunos quienes terminaban volando por los aires y cayendo más allá, al suelo, mientras reían sin parar aún con partes de su cuerpo rotas o sangre espesa saliendo. Pronto eran curados por la magia Addams y volverían a unirse al juego.

El niño de ojos oro solo se hizo a un lado, observándolos pasar, viendo con curiosidad hasta que una de las explosiones lo empujó lo suficiente para que tuviera que moverse, cayendo por pisar mal e hiriendo un poco su rodilla derecha. Observó la sangre salir y tan solo limpió sin la mínima muestra de dolor en su rostro, aunque su ceño si se frunció al sentir una mordida en la pantorrilla izquierda, un chaneque había clavado sus colmillos ahí y Chimuelo le gruñó para que soltara antes de que el bromista ser se diera a la fuga.

—¿Ya cuantas veces Boom te ha llegado a morder? -Cuestionó Mirafasus con un gesto levemente divertido mientras se acercaba. Sus manos estaban en los bolsillos de sus pantalones, y una cadena plateada rodeaba su torso en forma de "x" resaltando la figura del hombre al estar sobre la ropa negra de este.

—He perdido la cuenta. Creo que solo es igual de juguetón que Pericles. -Respondió el menor arrugando un poco su nariz al sonreír. Incluso si le incomodaba ser mordido por ese ser, era casi una forma en que su primo Pericles le decía que reconocía su existencia, a través de su familiar.

Aun así, maldito chaneque.

Mirafasus no respondió, tan solo se inclinó frente a él apoyando su rodilla izquierda al suelo. Con cuidado deslizó la tela del pantalón hacia arriba para descubrir la rodilla lastimada, su dedo pulgar bordeó la herida con suavidad generando un escalofrío de gusto en Dereck que logró sonrojarle, aunque estaba confundido. El hombre no trató de curarlo, tan solo observó como la parte Addams del chico sanaba la herida lentamente.

—No pude enviarte un regalo de cumpleaños este año. Me debo hacer cargo de los negocios de mi padre y me tomó más de lo esperado. -Murmuró el mayor alzando su mirada aún frente al de ojos oro, sin levantarse, su aliento caía como una brisa sobre la herida ya curada. - Tampoco sabía con exactitud que darte...

—Está bien, no hay problema. No necesito nada... -Aseguró el menor apenas encontró su voz para hablar, sin entender porque su cuerpo actuaba de forma tan extraña ahora.

—No es la respuesta que esperaba, sinceramente. -Aclaró Mirafasus, deslizando suavemente su lengua por su labio inferior mientras movía su cabeza hacía un costado.- Preferiría si lo pensaras, si pudieras pedirme algo. Pídeme lo que quieras, si no existe yo lo crearé y si es que alguien más lo posee juro por la muerte que destruiré a esa persona para traer ante tí lo que me has solicitado.

El lugar se quedó en silencio para ellos, al menos Dereck no escuchaba más que su respiración atascada en su garganta y los latidos enloquecidos que llenaban todo su cuerpo. Imaginó que estaba muy nervioso por lo intenso de la petición, pero no debería sorprenderse, los Addams siempre eran así, ¿No? Incluso él mismo solía ser intenso con quienes apreciaba.

—Agradezco tus palabras... Sinceramente no sabría qué pedir, pero prometo pensarlo... -Susurró con un tono extraño el menor, aún sin aliento. Alargó su mano para ayudar al mayor a levantarse, esté lo observó con un rastro de diversión y resignación en su expresión antes de aceptar la mano y ponerse de pie.

Tal vez debió prestar más atención, tanto en esos momentos como en los siguientes, pero tuvieron que pasar más vidas para que notara lo que su cuerpo había advertido pero su mente había negado. Demasiado centrado en unos ojos verdes.

-//-//-//-//-

Respondiendo algunas preguntas:

@dgrindelwald23 me pidió una historia sobre Ian con los Addams, esto se va a dar más adelante y es muy necesario para la introducción de alguien... Así que esta me la salté por ahora, lo siento, pero si lo veras ^^

@95e3pvcbvnprivaterel Me preguntó cómo es Mirafasus, tanto en físico como en personalidad. Creo que ya he hablado sobre esto un poco, y coloqué varios momentos con él para daros una idea. Pero en sí el chico es muy Addams, con el cabello negro oscuro, piel pálida y ojos negros; es alto, llegó a medir 1.84, y en personalidad... Era alguien que te daba una gran sensación de elegancia y seguridad, amable, algo burlón, inteligente y pues... Intenso, a la manera de un Addams.

@22jap2939 Me preguntó porque no podía enamorarme de alguien que no fuera Harry...

Sinceramente, me he preguntado lo mismo y tengo varias teorías. Que son solo eso, teorías. Pero en ese mismo cuestionamiento pensé en ir a una realidad donde no recordara siquiera la historia original para no tener a Harry en mi mente, tampoco fuí a Hogwarts ahí por eso mismo para ver qué pasaba... Pues igual terminé yendo tras Harry, una serie de cosas nos llevó a encontrarnos y fue como... Si fuera un pequeño insecto dirigiéndome a la luz. ¿Por qué pasa esto? No lo sé, no lo comprendo, tal vez una promesa hecha justamente en esta vida (La de Yellow Curses) tiene algo que ver, pero el qué y el por qué sería algo que mostraría más adelante...

@Isabella-san-2009 Me preguntó si era la maldición de Mirafasus.

Creo que este extra te lo responde, pero como yo no lo noté sino cuando dejé de ir a esta realidad y me encontré a Mirafasus en otra, te lo digo: Si :c Lo era...

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