Habían pasado ya varios años desde que la vida de la princesa Bridget cambió por completo. La Reina de Corazones todavía se acordaba de todo lo que había pasado años atrás.
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*flashback*
Había pasado una semana desde aquella broma que le arruinó la vida. Ulina y su grupo habían hecho que Hook enamorara a Bridget para que, cuando ella comiera uno de los cupcakes embrujados, se convirtiera en un monstruo y la humillaran delante de todos. Lo que Ulina no esperaba era que Bridget y Hook se terminarían enamorando y cuatro noches antes del baile se acostarían.
Bridget se había estado sintiendo mal desde hacía unos días, pero ella pensó que simplemente era por la broma que le hicieron. Sin embargo, los mareos y las náuseas no paraban, así que decidió hacerse una prueba de embarazo.
—Por favor, que sea negativo, por favor, que sea negativo —pensó la princesa del País de las Maravillas. La angustia que sentía era muy fuerte. Lentamente vio la prueba y sintió como si su mundo se estuviera cayendo a pedazos al ver que la prueba salía positiva. Esa fue la última gota que derramó el vaso, así que les escribió a sus padres diciéndoles que iba a regresar a su casa.
Al día siguiente se fue hacia el País de las Maravillas. Pasaban los días y los del reino podían ver cómo había cambiado su princesa. No solo porque en vez de usar ropa color rosa chicle usaba ropa muy ancha tratando de ocultar su cuerpo. Nadie pensó que era extraño excepto Maddox Hatter, el hijo del Sombrerero Loco. Él y Bridget se llevaban unos años, pero eran muy buenos amigos.
4 meses después
Un día, Maddox tomó una decisión: le iba a preguntar a Bridget lo que le estaba pasando.
—Oye, princesa Bridget —dijo el hijo del Sombrerero.
—¿Qué pasa, Maddox? —le respondió la princesa.
—Bridget, sé que no está muy bien que yo te pregunte esto, pero... ¿estás embarazada? —dijo Maddox.
—¡Qué te pasa por intuir eso de mí! —le gritó la princesa con miedo de ser descubierta.
—Bridget, puedes confiar en mí... yo te voy a ayudar y, si quieres, no le voy a decir a nadie lo que te pasa —le contestó Maddox de una forma calmada.
Sin más, la princesa empezó a llorar de estrés. Maddox se acercó a ella y la abrazó.
—No te preocupes, amiga, yo te voy a ayudar.
5 meses después
Los reyes del País de las Maravillas se habían ido de viaje y la princesa les había dicho que estaba enferma y no podía ir. Bridget se la pasaba todo el día en su cama con un dolor muy fuerte en la barriga. Le había escrito a Maddox para que viniera, pero todavía no llegaba.
—Bridget, ya llegué —dijo Maddox desde detrás de la puerta.
Bridget se paró para abrirla.
—Ya voy —le dijo la princesa.
—Hola, Bridget, ¿cómo está el bebé? —le preguntó el hijo del Sombrerero Loco.
—Bien, Maddox, los dos estamos muy... ¡Aaaah! —Bridget sintió agua bajando por sus piernas.
—Ya es tiempo de traer al bebé a la vida, Bridget.
Horas después
Bridget estaba en su cama con el bebé en sus brazos, mientras Maddox estaba tirado en una silla. Bridget pudo notar que su hijo se parecía mucho a su padre; tenía algunas cosas de ella, como la forma de su cara, pero en general era muy parecido a su padre. También pudo notar que no tenía una mano.
—Oye, Maddox, no me... no me siento lista para quedarme con este bebé. Su padre me hirió mucho y no creo que pueda vivir con alguien que me recuerde a él —le dijo la princesa con lágrimas en los ojos.
Maddox la miró sorprendido, pero le respondió:
—Mira, Bridget, quédate con él hasta que tenga la edad suficiente para vivir con su papá —la princesa del País de las Maravillas asintió.
2 semanas después
Bridget estaba muy feliz con su hijo, aunque lo tenía que ocultar de su familia y del mundo. Le había llegado una carta de Ella, su exmejor amiga, que decía que estaba saliendo con el Príncipe Encantador y que el grupo de Ulina había sido desterrado a un lugar llamado "Isla de los Perdidos" o algo así. Además, Maléfica ahora tenía una hija llamada "Mal".
Bridget decidió que ya era momento de llevar a su hijo donde su padre. Agarró un buso negro y un suéter color sangre con capucha, puso a su hijo en una canasta y le escribió una carta a Hook y otra a su hijo. Con eso hecho, le dijo a uno de los choferes reales que la llevara hacia allá.
El camino no demoró mucho, pero para Bridget fueron como varias horas de angustia eternas. ¿Y si Hook no lo quiere? ¿Qué pasaría si su hijo le tiene rencor toda su vida?
—Bridget, no pienses esas cosas, todo va a salir bien —se dijo a sí misma.
Cuando Bridget bajó del carro, sintió un escalofrío correr por su cuerpo. Ese lugar era horrible, no podía creer que su hijo iba a vivir en ese lugar.
—Disculpe, ¿sabe dónde vive un chico llamado James Hook? —le preguntó a una señora que pasaba caminando. La señora negó con la cabeza. Bridget estuvo así por varios minutos hasta que por fin le dijeron dónde estaba.
Bridget caminó y caminó hasta que por fin llegó. Sacó al niño de la canasta y lo abrazó, dejándole un beso en la frente.
—Te amo, hijo, nunca lo olvides —le dijo con lágrimas en los ojos.
Lo volvió a dejar en la canasta, tocó la puerta y se fue.
fin del flashback
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La Reina de Corazones deseaba volver a ver a su hijo y a Hook, pero de seguro él ya hizo su vida de nuevo y su hijo ni la debe recordar. Ahora ella tiene a su hija Red y tiene que vivir con ese vacío en su corazón hasta que un milagro suceda.
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¡Hola chicos! ¿Cómo están? Espero que estén muy bien. Esta es mi primera historia ya que muchos de ustedes me la estuvieron pidiendo por TikTok, y aquí está. Espero que les guste y que comenten qué puedo hacer y mejorar para los siguientes capítulos.
¡Los quiero mucho!
Sophie