Un tema del cual a pocos les gusta platicar es acerca de la muerte.
Cuando nos sorprendió el fallecimiento de mi hermano, entendí que puede llegar cuando menos lo esperas y debes prepararte. Tener esta conversación con tus seres queridos. Que hacer en caso de.
Algo que siempre he pensado es que no me gustaria que se extienda demasiado el tiempo en mi velatorio. No me gustaría que mi familia tenga que ocuparse de asuntos sin importancia aún cargando con el dolor.
En lo posible, solo permitir la asistencia de familiares y amigos cercanos. Me parece innecesaria la presencia de personas que estén solo por compromiso.
Me gustaría que todos vistan de blanco y no de negro.
Que no cuenten historias para ponerse tristes, sino que se rían. Me recuerden con alegría.
Que abracen mucho a mis familiares.
Mis cosas no las guarden en un lugar para acumular polvo, sino que puedan ser usadas por quienes lo necesiten.
Tengo apuntes valiosos, tomados alrededor de varios años asistiendo a la iglesia. Pueden ser útiles para alguien seguramente.
Soy conciente de que no tendré control de nada una vez que no esté. Pero aun así me gustaría escribirlo.
Y me gustaría que fuese contada mi historia. Que se sepa que fui elegida, y transformada.
Que mis ojos fueron abiertos y pude contemplar la gloria de mi padre.
Que el proceso fue doloroso, pero ahora entiendo que todo fue necesario.
Y si tuviera que volverlo a pasar con tal de llegar a él lo haría.
Una vez cuando era niña, en la que leía la biblia. Pude entender que en los momentos difíciles era cuando más me acercaba a Dios. Y le pedí que si fuese necesario me diera problemas con tal de estar cerca de él. Ahora todo tiene sentido.
Lo cierto es que mi vida solo cobra valor cuando logras ver al creador. Cuando te das cuenta que todo estaba desordenado y vacío. Él ordenó mi vida y la llenó de una nueva esperanza.
Las personas están cegadas con tantos afanes y deseos propios que no logran ver más allá. No ven que la vida es corta. Que fuimos hechos para la eternidad, sea con o sin Dios.
Espero que todos logren decidir que sea con él.
Aunque no me gustaría morir antes de mi madre, y no es que desee que muera ya.
No es eso. Solo que deseo que no vuelva a sufrir la muerte de un hijo más. Quiero ser yo quien la cuide en su vejez. Quiero ser yo quien cargue con el dolor de la despedida y no ella.
Pero si llegase a pasar que me voy antes, por favor no la dejen sola.
Yo amo la soledad, ella no. A ella le gusta estar rodeada de gente todo el tiempo. Yo me agoto socialmente.
Espero no estar motivando a que pienses que deseo morir o que piense que mi hora se acerca.
No es en ese sentido que lo escribo.
Solo que es importante que lo sepas, que si estas leyendo esto y sabes quien soy es porque eres alguien que aprecio demasiado y seguramente te has ganado mi confianza.
Muchos viven como si nunca fuesen a morir, y otros parecieran estar muertos ya.
Yo quiero vivir día con día. Como si fuese un regalo. Como si no tuviera futuro, porque seguramente en el mañana estaré recordando con nostalgia el ayer.
Entonces con esa idea, pienso que hoy es digno de disfrutarse.
Hoy mientras tengo música instrumental de piano, mientras escribo a la luz de las velas qué desprenden un aroma delicioso.
Hoy después de un día de descanso y haber disfrutado con mi mamá de una salida a comer y una merienda deliciosa e inesperada por obsequio de una tía.
Hoy que tengo todos mis sentidos y con todos ellos puedo reconocer mi pertenecía a un ser supremo qué me cuida y vela por mi.
La vida es como agua que intento agarrar con mis manos. Solo pasa un momento por ellas. Es tan pasajera, un instante nada más.
Sea un día o años. Quiero vivir siendo conciente a quien pertenezco y a quien iré una vez abandone este lugar.
Mientras acepto el regalo del hoy. Y si me permites tener un mañana, quiero aprovecharlo bien.
Pensarían que estoy pasando por un cuadro depresivo, y es que no. De hecho me siento mejor que nunca. Si no existieran las cicatrices jamás pensaría qué hubo una herida.
Y es que así es Dios. Mi deseo es ver su gloria, ver su mover en todo lugar. Como aquel viento que no logras ver, pero si se puede percibir el efecto de su presencia al ver las hojas de los árboles moverse.
Nuestro lugar es cerca de Dios.
Aprovechemos pues los días sobre la tierra, pero sepamos que esta no es nuestra morada eterna. Cristo la está preparando.
No es mi intención que desees morir, claro que no. Solo que entiendas que debes aprovechar mejor tu tiempo aquí. Nada más que eso. Así no lo perderías tan fácilmente en cosas vanas.
Busca a tu creador. Y dalo a conocer a otros. Sé instrumento de su gloria, y ayuda a levantar al desanimado. Acompaña, abraza y ama.
Sé ese árbol que es movido por el viento.
Sé movido por el Espíritu Santo.
Y si lo deseas, deja un comentario. Sea para mi, alguien más. Lo que desees compartir esta bien.