Una semana más tarde, Lauren había viajado a diversas partes de la nación haciendo una pequeña gira, acercándose a las personas aún más quienes educadamente le solicitaban que no renunciara, le agradecían su sinceridad, su cariño, viendo como era la figura más querida de la nación.
El apoyo que recibió al menos le llenaba el corazón y de confianza no sintiéndose tan sola en esos momentos difíciles, él no sentirse un bicho extraño o ajeno, sin embargo, aunque para ellos no hubiera un mayor rechazo o si lo había era mínimo, el problema que mantenía era con su propia familia, con su padre quien era el futuro Rey y no aceptaba en lo absoluto, su relación estaba completamente rota y Lauren sabía que al momento que el Príncipe Adam asumiera el reinado las cosas para ellas iban a ser difíciles.
No quería vivir bajo el umbral de las discusiones y tormentos, sabía que ahora su noticia no estaba siendo tan atacada dentro de su familia, pero si su papá fuera el Rey las cosas serían diferentes, peleas y discusiones, disminuyendo sus mandatos y sobre todo obligándola a hacer cosas que no desearía, por ende, la renuncia seguía en pie al menos que toda esa abrumante situación no perdurará en un futuro.
Pero, como se señaló en un principio, agradecía poder haber obtenido esa compañía sincera con el pueblo, con las personas y sobre todo poder sentir ese empujón de energía que tanto le faltaba, más aún cuando todo lo que sucedía con su corazón le estaba afectando más de lo que deseaba, más si cada día se acercaba la fecha de que la morena se casara, de hecho las cosas estaban a la vuelta de la esquina y entre menos oía de aquello, era mejor para ella.
Sin embargo, una vez volviendo a su casa, sus oídos se llenaban del presunto matrimonio de Camila y sinceramente, su corazón no estaba soportando tanto, no le agradaba, y simplemente estaba intentando asumir la idea de que Camila se iría para siempre de su lado.
La tuvo durante 7 años y nunca supo que realmente la tenía hasta que la mujer se fue, terminó con lo que tenían de algún modo para comprometerse con ese hombre que podía darle la vida que merecía, pero siempre le faltaría algo, y ese algo era el amor puro y sincero que ambas sentían, estaba segura de aquello.
Luego del rechazo público y la declaración de la morena, no había hablado con nadie de Camila, ni siquiera con Vero, evadir aquello era lo mejor, más si no quería afectar la imagen de Camila previo a su boda, no lo encontraba sensato y agradeció en el fondo que nadie le preguntara sobre una gripe, o su estado de salud, al menos no lo permitió porque no quería cuestionamientos, no deseaba recordar que había perdido a la mujer.
La extrañaba cada día y cada segundo, la necesitaba y deseaba tenerla entre sus brazos con el deseo de que nunca más se fuera de su vida, pero eso ya se le había quitado.
-Que bueno estar todos reunidos.- señaló Lauren al ver a su familia en el salón.
-Reunión familiar mensual.- señaló su hermano Nicholas. -Por lo menos viniste, pensé que estaba en rebeldía.-
-No estoy en rebeldía, siempre he sido responsable con mis deberes e intachable, algo que usted debería aprender.- señaló Lauren a su hermano amablemente.
Pero sabía que detrás de las palabras de su hermano había ambición y sobre todo cizaña por su presunta renuncia.
-Claramente estoy aprendiendo, muy a la perfección cada cosa que debo hacer para el futuro de esta nación.-
Lauren asintió, y solo por eso en parte a veces no quería renunciar, sin embargo, eran los daños colaterales de su decisión.
-No hemos venido a discutir, más bien a pasar un rato familiar.- solicito su madre.
-Lo mismo digo madre.- señaló Lauren.
Miro a Sophie, quien solo le sonrió levemente, antes de sentarse a su lado en uno de los sitiales esperando el llamado a la mesa.
-¿Cómo te has sentido?.- preguntó la hermana de la morena.
-Bien, tuve días ajetreados.- confesó. -Pero muy agradables.-
-Por lo menos, como mi hermana dijo que tenías gripe.- dijo irónicamente lo último.
Lauren rio levemente.
-Se me pasó rápidamente.- Lauren aprovecho de tomar a su sobrino en brazos, jugueteando con él mientras continuaba con la conversación.
-Se que tu gripe fue una muy mala excusa por parte de mi hermana, pero bueno, me extraña que ella aún siga en pie con todo el compromiso.-
-Es su decisión, la conoces y sabes lo obstinada que es.- la miró. -Realmente no quiero hablar de eso.-
-Lo entiendo, pero está cometiendo un error y por más que trato de hacérselo saber, está más preocupada de lo que puede pasar contigo y la corona que su propia vida.-
-Lo sé, pero no puedo obligarla y prometí no interferir en su decisión si ella no interfería en la mía.- señaló. -No puedo hacer nada Sophie, por más que quiera, Camila no cederá ante la posición de ser algo más conmigo o simplemente dejar que yo deje esto.-
-En el fondo siento que mi hermana también tiene miedo Lauren, si aceptan tu renuncia de todas formas esto ya lo perderías y ella seguiría amarrada a esa vida de mentira.- le comenta. -Pero el temor es grande.-
-Lo sé, ¿Pero qué puedo hacer?.- cuestionó. -Es su decisión, no puedo secuestrarla, ella sabe las cosas y bueno... prefiero que esté tranquila con ella misma.-
Su cuñada negó, soltando un bufido, muchas veces solo deseaba golpear a ambas.
-Si tan solo todo se pudiera congeniar y nada de esto pasaría, Camila sería feliz y tú a su lado, eso sería lo ideal.-
-Pero lo ideal no siempre sucede, tú tienes un cuentos de hada pero esto no es para todos y lamentablemente para mi con tu hermana no fue así.- le señaló con algo de tristeza. -Solo deseo que ella sea feliz.-
-Es feliz contigo, no con alguien más, pero bueno, no puedo interceder en dos mentes cerradas en sus decisiones.- señaló algo frustrada.
Lauren sonrió tristemente, dejando un beso en la frente de Sophie, para seguir jugando con su sobrino en sus brazos.
Los llamaron a la comida y Lauren agradeció que el tema no fuera derivado a su vida privada, sino a otros asuntos de la corona, aunque el postre fue algo más tensos con algunos comentarios de su padre y hermano sobre el futuro de la corona, pudo soportarlo, más si Edward contribuyó a que fuera más dócil.
Minutos más tarde, fue el Rey quien la llamó a hablar a solas en la oficina, Lauren tomó asiento, sabiendo que su padre había quedado con la duda de su conversación y sobre todo porque su relación estaba sumamente desgastada en todo ámbito, entendía que quizás jamás se recompondría.
Pasó de ser la niña pequeña de 8 años, su princesita, a ahora solo guardarle rencor y regañarla por cada cosa que hacía.
-Esta mañana vino el prometido de la Doctora Edevane a conversar conmigo.- señaló el Rey.
-¿Y lo dejo pasar?.- cuestionó Lauren.
-Si, quería saber su repentina visita, a pesar que no dejemos pasar a cualquier persona, quería saber que tenía para decirme.-
-El no me agrada en lo absoluto, lo sabe.- le recordó y el Rey asintió.
-Tu tampoco a él, sin embargo, entiendo a lo que vino, quiere mantener lejos a su prometida de cualquier rumor que ha salido contigo.- señaló.
-¿Qué piensa que puede hacer usted?.- Lauren no podía creer la desfachatez de Theo.
-Me pidió que la señorita Edevane dejara de ser parte de tu cuerpo médico y que te mantuviera lejos de ella, no quería ver a Camila involucrada en estas cosas más si iba a ser su esposa, supongo que en lo último tiene razón, a nadie le gustaría ver a su pareja en rumores con otra persona.- señaló.
-Camila salió a aclarar esos rumores, ¿Por qué no fue a hablar conmigo?.- cuestionó. -¿Tanta es su hombría que no es capaz de hablar conmigo?.-
-El sabe que yo tengo el poder, sabe además que contigo no van a terminar solo conversando sino discutiendo, pero bueno... rechacé su solicitud y solamente le dije que yo vería el asunto, se fue más tranquilo.- señaló.
-Aún no se casa y ya está controlando la vida de ella.- dijo molesta, le producía cólera toda la situación.
-Supongo que son las consecuencias de sus decisiones, además tú dejaste ir a aquella buena mujer.- le señaló.
Lauren negó.
-Si Camila se fue de mi lado fue por todo esto.- señaló su alrededor. -Ella sabía que nadie aceptaría mi sexualidad y menos quiere perjudicar a la corona porque para ella esto es lo más importante y usted lo tiene claro:- dijo con molestia.
-Creo que no es mi responsabilidad esta vez, si usted hubiera sido más clara mucho antes sobre su sexualidad quizás no hubiera perdido a la mujer.- le señaló. -Te lo digo como tu abuelo, a pesar de que acepte o no tu renuncia, Camila es el prototipo de mujer que siempre fue perfecta para este lugar, tú lo sabías, sin embargo, nunca luchaste antes por eso.-
-No ponga toda la carga sobre mis hombros.- dijo sería. -Ella es perfecta, siempre lo supe, sin embargo, nadie lo aceptaría y solo me expulsaría.-
-¿Cómo estabas tan segura de aquello?.- cuestionó el Rey. -Nunca mencioné echarte, tu sola renunciaste.- le señaló. -Si Camila hubiera sido tu esposa, tal vez, las cosas hubieran sido diferentes, y no estarías pasando por todo esto.- la miró apoyando ambos brazos sobre su escritorio. -Estoy viejo Lauren, pero tampoco puedo obligarte a nada.-
-Era usted, mi padre y la familia quienes me presionaban a estar con un hombre.-
-Por qué era lo que esperábamos de ti, sin embargo, soy viejo, y te conozco, siempre supe que algo traías con Camila, pero las decisiones las tomabas tú, y bajo eso no me culpes.- señaló.
Aunque Lauren pensaba que era injusto, en parte su abuelo tenía razón, ella había pasado años bajo un escondite donde mantenía esta relación con la morena, sin avanzar en lo absoluto, simplemente estaba molesta y frustrada por toda la situación, pero más allá no podía hacer nada.
Las cosas ya habían acontecido de esa forma y no podía cambiarlas.
-Si la amas Lauren, y crees que está cometiendo un error, tú eres la única que puede cambiar aquello.-
Lauren negó.
-Es su decisión y no puedo hacer nada contra aquello, más que ir a esa cena de ensayo, y apoyar esta locura.-
El Rey negó con la cabeza, liberando a su nieta esa tarde de que ella tortuosa conversación. Lauren abandonó el palacio, yendo a su hogar, pero antes de entrar, vio al vehículo estacionado hablando con los de seguridad.
-Princesa Lauren, un hombre llamado Theo quiere hablar con usted.-
Lauren tomó un suspiro profundo, mirando el vehículo viéndolo ahí sentado con cara de molestia. Lauren asintió susurrando un "Déjenlo entrar", para esperarlo a su interior.
Tener que lidiar con su presencia era lo último que deseaba en aquellos momentos.
Lauren se cruzó de brazos parada en aquel gran salón, mirando al hombre más alto que ella, y de ojos azules, que tan mal le caía.
-¿Se puede saber a qué vienes?.-
-A saber cómo estás, querida amiga.- dijo con ironía.
-Bastante bien fíjate, hasta que te vi, claramente, créeme que nunca me ha agradado ver tu rostro.- señaló seria.
-Créeme que a mí tampoco ver el tuyo, si no fuera por toda la cercanía con la corona, créeme que no te hubiera invitado a mi boda.-
-Tampoco quería asistir, pero hasta tu futura suegra quiere que sea parte de ese sublime momento.- dijo irónicamente. -Pero bueno, no tengo mucho tiempo y aunque lo tuviera no para gastarlo contigo.-
El hombre apretó sus puños, aguantando las ganas de decirle mil y un improperio.
-Solo vine por Camila, por su tranquilidad.- señaló. -No me agrada que sea vea acorralada por los periodistas o que la estén siguiendo por tu culpa, simplemente vengo a pedirte que salgas a aclarar que ella es solo la Doctora de tu familia.-
-¿Por qué haría eso?.- cuestionó.
-Por su tranquilidad y porque es la verdad, yo quiero casarme tranquilo Lauren y creo que a ella también le afecta esta situación.- señaló.
-¿Por qué estás tan seguro que es la verdad?.- cuestionó Lauren alzando una ceja. -Tu siempre has sabido que soy lesbiana, sobre todo cuando lo ocupabas como una amenaza para sacarme del clóset.- le señaló.
-¿Qué estás insinuando?.- señaló molesto.
-Piénsalo, tu prometida puede ser una gran enfermera cuando lo he necesitado, pero bueno... no indagaré más.- señaló Lauren riéndose levemente.
-No caeré en tus provocaciones, si sucedió algo entre tú y ella, créeme que terminó, al final de todo con quien se casara es conmigo.- dijo molesto.
-¿Cómo tú sabes que terminó?.- cuestionó alzando una ceja.
Theo apretó sus puños.
-Porque sé el tipo de mujer que es Camila, y sé que no perjudicará a la corona, y como te dije pasé lo que pase ella decidió casarse conmigo y no contigo.-
Lauren frunció el ceño.
-¿Tú sabías cierto?.- cuestionó.
-Claro que lo sabía, a mí siempre me ha gustado Camila y sabía sus valores, e intenciones, supe en el momento donde debía acercarme a ella.- comentó. -Lauren, si supieras todas las cosas que se.-
Lauren fue ahora quien apretó los puños.
-¿Te casas con ella por una competencia estúpida?.- cuestionó con rabia.
-No, me caso con ella porque sé que merece una vida que solo yo puedo darle, y que tú solo fuiste una cobarde que la hizo sufrir por años.- señaló.
-No te metas en mi vida, sino saldrás mal.- le señaló con enojo. -Nuestros problemas no debes llevarlo tan lejos, yo jamás te haría algo así.-
-Lo harías Lauren.-
-No, tengo códigos, y créeme que aunque ella se case contigo nunca será plenamente feliz.- señaló molesta.
-Solo mantente lejos de ella si no quieres verla sufrir por tu culpa.- le señaló. -Déjala ser féliz./
Lauren negó con la cabeza.
-Vete de mi casa, no tienes nada más que hace acá y espero que Camila sepa de tu pasado.- señaló.
-¿Y del tuyo lo sabe?.- cuestionó.
Lauren no le dijo nada y solo lo echó nuevamente de su palacio, estaba harta del hombre y de la situación.
El que fue en algún momento su mejor amigo, hoy era su peor enemigo y sobre todo, la persona que llevaba su mundo entero.
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Había tenido un bloqueo mental, intenté con mi novia hablar del tema, y estábamos bloqueada, intenté hacer esto no sé si me arrepienta pero bueno.
Esperemos a ver qué sigue.