Estamos sentadas en el suelo de la habitación con un tazón lleno de palomitas de maíz y otro de malbadiscos, no se como Cristian logra calentarlo sin que se derrotan totalmente.
No me puedo sacar las palabras que el me dijo hace un momento de la mente Si no te vas ahora será demasiado tarde y no confío en mis poderes de autocontrol. Pitufina, no olvides que soy Gargamel.
¿Seré yo otro de sus objetivos o mejor dicho, juguetes?
En ese instante entró Cristian por la puerta sin avisar.
-Cristian la puerta- reprochó Cris.
-Sigue ahí- dijo con sarcasmo.
-Lorena pudo estar cambiándose.
-No hubiera sido mucho lo que hubiera visto- comentó retandome, solo que está vez no caí en su juego
Comenzamos a jugar verdad o reto, incluimos a Cristian esta noche.
-¿Verdad o reto?- pregunta Cristal a su hermano
-Verdad.
-¿A quien le diste tu primer beso?
-Es un secreto, no lo puedo revelar- su respuesta me dio curiosidad, ¿Será qué..? Nah
-Bien entonces... ¿La volverías a besar?- reiteró su pregunta
-Mil veces más- respondió sin pensar, ¿quien sería esa chica afortunada?
Cristal se giró hacia mí
-¿Verdad o reto?
-Verdad- respondí un poco dudosa
-¿Ya has dado tu primer beso?
Asentí con la cabeza.
-¿En serio? Quiero detalles-
-No fue nada del otro mundo, cosas de niños- le devolví el golpe y lo sabía, agaché la cabeza y observé como me miraba desde su posición.
-¿Con quien fue?
Si le decía a mi amiga que era un secreto iba a ser demasiado obvio así que opte por algo que le iba a doler aún más.
-No recuerdo muy bien la verdad, ¿con John?- observé como apretó sus manos en puños y luego se levantó.
-Hermana, me tengo que levantar temprano, necesito dormir.
Vimos una película de no se qué y nos acostamos a dormir.
Me levanté con mucha sed y fui a la cocina, pase un poco de trabajo para salir del saco de dormir pero nada imposible, el camino estaba un poco oscuro pero ya lo sabía de las veces anteriores que he dormido aquí. Fui directo a la repisa para tomar un vaso cuando de repente siento un tirón por el hombro, me volteo y ahí estaba Cristian.
Me miró atentamente buscando un rastro de emoción en mi cara, no encontró otra que no sea confusión.
-¿Así que no lo recuerdas verdad?
No entendía a que se refería hasta que pronunció lo siguiente y lo comprendí todo.
-Sólo fueron cosas de niños.
-¿De que hablas?- ya sabía la respuesta a esa pregunta.
-De esto- dijo justo antes de estampar sus labios contra los míos.
Al principio fue un beso dulce, cargado de amor, después tomé con mi mano sus cabellos para profundizar el beso, se volvió cargado de pasión, de deseo, algo se rompió, lo que hemos estado cargando durante todo este tiempo, todo acabó, ya no existe Míriam, ni paso absolutamente nada, solo estamos él y yo.
Y de pronto pasó algo que nunca esperé.
Me desperté en el saco de dormir en la habitación de Cristal.
Salí del saco de dormir y me adentre hacia la cocina, siempre que vengo a dormir Cristal me prepara jugo de naranja.
Al llegar veo a Cristian parado frente al frío.
-¿Estás bien?- preguntó al percatarse de que una lágrima corría por mi mejilla, ni tan siquiera yo me había dado cuenta
-Es solo un sueño- le respondí limpiando la lagrimalla de cristal con mi mano
-Querrás decir una pesadilla.
-Es solo que quería que fuera real- no sé por qué me sentía tan cómoda hablando con él.
-¿Qué soñaste?
-Aunque te lo cuente no lo puedes hacer realidad.
-Nunca subestimes lo que puedo hacer.
Negué con la cabeza.
-¿Cómo estás tan segura?
-Porque Míriam existió- con solo éso supo a lo que me refería, no me dijo nada más, se retiró en silencio.