—¡¿Seungjoon?! ¡Tiene que ser una mala pasada! ¿estoy viendo mal?
La menor restregó sus manos en los ojos para verificar si lo que estaba viendo era verdad, pero cuando las quitó seguía viéndolo frente a su tía y el capitán Ri. ¿Qué hacía Koo Seungjoon en Corea del Norte?
—Así que está aquí el paquete completo, Yoon Iseul también vino —el chico revuelve su cabello como usualmente lo hacía cuando él podía convivir con la familia —. Me habría sorprendido verlas en Nueva York o Tokyo, ¿pero Pyonyang? — suelta una risa que calla de inmediato cuando Ri le da una mala mirada —. Así que dime... — intentó agarrar la mano de Seri, pero el capitán se interpuso y la interceptó antes de que llegara. Entonces hizo la pregunta —. ¿Qué hacen aquí, Seri?
—Bueno... ¿no te enteraste de nada? — preguntó ella haciendo referencia a la desaparición que seguramente ya se habría esparcido por todo el país.
—No —respondió —. ¿Pasó algo?
—No — negó también ella —. El tema es que...
Unos hombres que pasaron (afortunadamente para Seungjoon) detrás de él, interrumpieron la conversación. Tanto Iseul como Ri pudieron observar como sus nervios habían aumentado un 100% al tener a esos hombres a tan solo unos metros. La menor entrecerró los ojos observándolo acusatoriamente, ¿qué hiciste ahora, Koo Seungjoon?
—Debo encargarme de algo ahora. ¿Nos vemos en el vestíbulo del hotel a las siete? Te espero.
—Bien —aceptó.
Antes de irse, el mayor sacó un billete de 100 dólares y lo puso frente al capitán Ri, dejando a Iseul confundida.
—Gracias por su esfuerzo, señor Ri —el mencionado seguía con la misma expresión de seriedad sin inmutarse —. Está bien, debo decir que es bueno en su trabajo, siga así — él mismo metió el dinero en el saco del capitán —. Nos veremos después, un tercio del trío dinámico los increíbles.
Cuando Seungjoon estaba de queda bien con la familia Yoon, había tenido muchas dificultades con Yoon Jaehyun. El hombre jamás lo recibió en la oficina, no accedía a ir a reuniones después del trabajo si no eran estrictamente para hablar de negocios y las pocas veces en las que había estado a unos metros de distancia cruzaban menos de cinco palabras. ¿Cómo podría ganarse a toda la familia para lo que tenía planeado si el mismísimo Yoon Jaehyun no le confiaba ni un libro viejo? Y para su desgracia era el que mayor fortuna tenía y al que más le podría quitar.
Entonces lo descubrió. Un día de los tantos que llevaba flores a la empresa de Seri escuchó una conversación de tres secretarias donde mencionaban a uno de los Yoon que él no conocía, Isaak. Después de preguntarles dónde podía encontrarlo se dió cuenta de que Seri tenía dos sobrinos y para su suerte eran hijos de Jaehyun. Bingo. En ese momento supo cómo podría acercarse al Yoon más intimidante.
A decir verdad, a Iseul no le agradó cuando lo conoció debido a que le parecía demasiado fingido; pero eso cambió cuando Seungjoon estafó a su tío, ahí se convirtió en su ídolo. Ya le había perdonado el utilizar a ella y a su hermano para intentar estafar a su padre, obviamente esto sin un buen resultado.
—Nos vemos, no puedo creer que nos hayamos encontrado aquí. Tiene que ser el destino —mencionó al estar en el elevador. Unos segundos después el elevador cerró sus puertas, y Seungjoon se había ido dejando en claro a Iseul que en definitiva no estaba en Corea del Norte por vacaciones.
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Debía admitir que estar en medio de ese drama Seri-Capitán Ri-Seungjoon-Dan no le molestaba para nada y era muy divertido. Sobre todo cuando la norcoreana descubría que otra vez Seri se encontraba con Ri, le daba la impresión de que se alegraba cuando veía que Iseul estaba con ellos, pero no lo sabía, esa mujer tenía una expresión muy difícil de descifrar.
Ahora, estar en el tren no era divertido. Les faltaban varias horas de viaje porque se detenían unos minutos en algunos puntos del camino.
—Que aburrido —se lamentó —. No debí haberme subido a ese parapente.
—¿No te gustó volar?
Iseul pegó un grito en su lugar al escuchar esa voz detrás de ella. Volteó alarmada para verificar de dónde provenía esa voz y se alivio con lo que vió. Solo era una señora mayor del asiento de atrás.
—Me ha asustado — informó con más calma, en ese momento pudo detenerse a repasar lo que había dicho —. ¿A qué se refiere con esa pregunta?
Lo que recibió fue una risa.
—La aventura es divertida, ¿no? Solo no vayas a descuidarte, tienes que estar alerta. En territorio desconocido todos corren peligro, aplica en los dos lugares.
Bueno, ahora sí que no entendía nada. ¿Pero que más podía hacer? Era mejor conversar con esa señora que estar en silencio sin hablar con nadie.
—¿Quiere decir que estoy en peligro?
—Aún no, pero pronto lo estarán.
¿Estarán?
—No nos enfoquemos en las cosas malas, dentro de la oscuridad también hay una pequeña luz.
—¿Y cómo sé cuál es la luz? —preguntó. ¿Y si la señora era una chamán? Ya había acertado en que estaban en peligro... Se lo creía sobre todo porque estaban a punto de intentar salir de Corea del Norte de una manera demasiado riesgosa.
—Ya lo verás —dejó con la duda —. Te daré algo, pero tú también deberás entregarlo — dijo mientras extendía su mano hacia adelante. Iseul pudo ver que se trataba de un colgante que tenía una figura de estrella, había visto eso en algún lugar, pero, ¿dónde?
Aceptó el colgante.
—¿Y cómo sé a quien se lo entregaré?
—Lo sabrás apenas veas a esa persona. Te daré una pista: la figura es lo que representa a su persona. Estrella. Es una estrella.
¿Estrella? Eso la confundió un poco. ¿Será que lo tenía que entregar en Corea del Sur y eso era una confirmación de que regresarían? Conocía a muchas personas que podrían considerarse estrellas, o tal vez se la debía de dar a Seri.
—Trata de no tener un trágico final, eso sería una desgracia muy grande para la gran historia de romance que está a punto de iniciar. Entregarlo significa aceptarlo.
—¿El que cosa de qué? —preguntó Iseul, pero la señora no respondió más. Se recargó cómodamente en su asiento mientras de inmediato cayó rendida al sueño. A la menor no le preocupó la abrupta rapidez porque empezó a roncar, lo que significaba que aún estaba viva. Aunque tal vez podría estar fingiendo para no decirle más, con eso era más que suficiente.
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—Atención por favor —Seri golpeó la taza suavemente para llamar la atención de todos —. Seguro ya lo saben, nos iremos a casa en serio.
Hacia unas pocas horas que regresaron a casa del Capitán, y como siempre, la compañía de los soldados no faltaba.
—Como sea —respondió Chisoo más interesado en terminar su comida que en escucharla hablar.
—¿Nos volverá a dar regalos? —se emocionó el menor (todos, a decir verdad. Les gustaban los regalos, ¿a quien no?)
—¿Quien crees que soy? ¿Santa Claus? No tengo ni 100 wones, no puedo hacerles regalos de nuevo.
Mientras ellos seguían hablando, Iseul lo vió. Al observar a JuMeok explicar lo que significaba Santa Claus miró su estrella que lo nombraba soldado, sacó el colgante que le dió la señora y detenidamente lo miró. Sí, era una estrella, pero no era igual. Se dedicó a compararlas en silencio con las que los soldados tenían en los uniformes hasta que una coincidió: la de KwangBum. ¿Él era la persona a la que se refería esa señora?
Pensó en como entregarla sin que pareciera extraño. Odió por unos segundos a esa señora rara del tren por dejarla en esa situación.
Finalmente, cuando el chico salió al patio de atrás para dejar algunas cosas en su lugar, Iseul fue tras de él. Dudó en acercarse, tal vez ni siquiera era necesario entregarlo. Estaba a nada de guardar el colgante e ingresar nuevamente a la casa del capitán, pero para su desgracia, el chico se dió cuenta de que estaba ahí.
—¿Se me olvidó algo? —preguntó confundido. Estaba seguro de que levantó todas las cosas que ocuparían al día siguiente, ¿entonces que le faltaba?
—Nada de eso — respondió ella rendida —. Se escuchará raro, pero la figura de este colgante concuerda con tu estrella del uniforme.
Seguido de eso, mostró el colgante a KwangBum. El chico la observó detenidamente y verificó que Iseul estaba diciendo la verdad. Era una estrella que había obtenido por ser uno de los mejores militares novatos, conseguida hace unos pocos años.
—Entonces —continuó al no escuchar respuesta —. Me lo ha dado una señora cuando regresábamos de Pyonyang. Dijo unas cosas raras y después mencionó que debería entregarlo. Me dió una palabra como pista: estrella.
Y la estrella era la misma que utilizaba él, claramente.
—Espera, ¿la anciana del tren? Creí que era un invento de las personas, ¿es real?
La anciana del tren era una leyenda, por supuesto. KwangBum había escuchado muchas historias que le parecía que no tenían sentido.
—¿La conoces? —preguntó Iseul.
—Es una leyenda por aquí, no pensé que fuera real.
Al ver la confusión en la chica, decidió explicarle.
>> Se dice que la persona que más la necesite, la verá. Ella advierte, predice, da empujones, algunos dice que ilumina. Que cuando terminan de hablar con ella, saben exactamente que deben hacer. Otros están alerta y evitan cosas peligrosas como choques, caídas y decepciones.
Dicen que es muy sabía y no saben porque, pero siempre deciden confiar en ella y se definen a sí mismos como ganadores.
—¿Y que significa que me haya dado este colgante? Supongo que es tuyo —y le extendió su mano para que tomara el colgante.
Claro que KwangBum lo sabía, pero también tenía que poner los pies en la tierra. La persona con la que estaban destinados a estar no podían ser ellos dos, porque el colgante eso era lo que indicaba.
¿Un norcoreano y una surcoreana?
Ella estaba a punto de irse y todo volvería a ser como antes, de eso no había duda. Si rechazaba ese colgante todo indicaría que sus vidas tomarían su curso, ella volviendo al Sur y él a sus obligaciones como integrante militar de Corea del Norte. Observó a Iseul, que lo veía con bastante curiosidad preguntándose, ¿lo aceptará o no?
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que dicen? será que KwangBum lo acepta? 🤔 es impredecible este muchacho
recuerden que tengo un canal de WhatsApp donde pongo adelantos, avisos de actualizaciones y algunas cosas más. pueden encontrar el link en la descripción de mi perfil y en algunos anuncios!
una disculpa si hay algún error! tuve problemas en dónde guardo los capitulos y estuve copiando y pegando varias veces, pueda que se corrigieran algunas palabras sin razón o que falten palabras y párrafos pequeños, si ven algo que no concuerda no duden en decírmelo.
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