SE MI EMPERATRIZ

By RAYO2500TRUENO

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Annelise la personificación de la virtud de la humildad. Fue creada por el Padre, sí, el mismísimo Dios, y mi... More

👑Capítulo 1: El Origen de las Virtudes👑
👑Capítulo 2: En Busca de la Verdad👑
👑Capítulo 3: El Día del Exterminio 👑
👑 Capítulo 4: Lucifer 👑
👑 Capítulo 5: El Precio del Cabello 👑
👑Capítulo 6: Revelaciones en la Biblioteca 👑
👑Capítulo 7: SE MI EMPERATRIZ 👑
👑Capítulo 8: Angelita caida 👑
👑Capítulo 9: Duelo Celestial 👑
👑Capítulo 10: Noticias del Infierno 👑
👑Capítulo 11: Descubriendo a Lucifer 👑
👑Capítulo 12: Dejando el pasado atras 👑
👑Capítulo 13: Explorando el Infierno👑
*👑Capítulo 14: Nostalgia y secretos 👑
👑Capítulo 15: La Ira de Lucifer👑
👑Capítulo 16: interrogatorio 👑
👑Capítulo 17: El Juego de Poder👑
👑Capítulo 18: Yo Tengo el Control👑
👑Capítulo 19: La Huida👑
👑Capítulo 20: La Llamada a Casa👑
👑Capítulo 21: La Ceremonia de los Siete Anillos👑
👑Aviso 👑
👑Capítulo 22: Recompensa👑
👑Capítulo 23: Juego de Celos👑
👑Capítulo 24: No me Busques 👑
👑Capítulo 25: El Retorno del Orden👑
👑Capítulo 26: La Tormenta Tras la Calma👑
👑Capítulo 27:Entre Sueños y Visiones👑
👑Capítulo 28:Finalmente eres Mia en Cuerpo y Alma 👑
👑Capítulo 29:Mi Bella Emperatriz👑
👑Capítulo 31: el Duelo de una madre 👑
👑Capítulo 32:Un baile para entregarme a ti por completo👑
👑Capítulo 33:Reunión Con Será 👑
👑Capítulo 34:Una visita al Hazbin Hotel👑
👑Capítulo 35:Valentino👑
👑Capítulo 36:Virtud caída👑
👑Capítulo 37: Azrael el Arcángel 👑
👑Capítulo 38: Nuestra Felicidad 👑
👑Capitulo 39: Una Escapada 👑
👑Capitulo 40: mundo humano 👑
👑Capitulo 41:VOX 👑
👑Capítulo 42:Todo por la Livertad de un Amigo👑
👑Capítulo 43:No me dejes 👑
👑Capitulo 44:Reflexiones y momentos de culpas 👑
👑Capítulo 45: Propuesta de Matrimonio👑
👑Capítulo 46: Invitaciones 👑
👑Capítulo 47: El Ciervo y la Virtud 👑
👑Capítulo 48: Despedida de Solteros👑
👑Capitulo 50: La Boda de un Ciervo 👑
🍎Capitulo 51: El Gran Día 👑
🍎Capitulo 53: La Luna de Miel 🍎
👑capítulo 53: Y Vivieron Felices por Siempre 👑

👑Capitulo 49: Vestido de Novia 👑

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By RAYO2500TRUENO

**Narrador omnisciente:**

A la mañana siguiente, las hermanas de Annelise la acompañaron emocionadas a comprar su vestido de novia. Charlie y Vaggie, por su parte, se encargaron de ir a buscar los anillos de boda, mientras hacían planes para organizar el hotel de Hazbin para la boda que tendría lugar en una semana. Al entrar en la tienda, las hermanas de Annelise —Esperanza, Rubí, Elena, Juleca, Amelia y Valeria— se maravillaron con la variedad de vestidos que llenaban el lugar.

Annelise, sintiendo la presión de la elección, miró a sus hermanas y dijo:

—**¿Qué opinan? ¿Cuál debo elegir? ¿Blanco, como le gusta a papá?** —dijo con nostalgia—. **Cuando estaba en el cielo, él me dijo que cuando me casara, sería de blanco. No quiero decepcionarlo. Además, me va a entregar en el altar y no quiero darle un ataque cardíaco.**

Elena sonrió, asintiendo con comprensión.

—**Es hermoso honrar a papá de esa manera.** —respondió—. **El blanco siempre ha sido un símbolo de pureza y amor.**

Rubí, mientras inspeccionaba un vestido rojo brillante, levantó la vista y dijo:

—**¡Pero el rojo te verías increíblemente sexy!** —exclamó con entusiasmo—. **Imagínate, una novia ardiente que ilumina el lugar.**

Annelise soltó una risa, sacudiendo la cabeza.

—**No creo que elija el rojo, Rubí.** —dijo con una sonrisa—. **Quiero que papá esté orgulloso de mí. Siempre soñó con este momento.**

Valeria, mientras hojeaba algunos vestidos, intervino:

—**¡El blanco es perfecto! Pero podríamos añadir algunos detalles rojos, como un cinturón o flores!**

Amelia asintió con entusiasmo, mirando a su hermana.

—**Eso sería un buen compromiso. Podrías tener un poco de ambos mundos.**

Annelise pensó en la idea, su corazón latiendo con fuerza al imaginar el vestido perfecto que uniría sus deseos y sus recuerdos.

—**Me encanta la idea. Tal vez un vestido blanco con algunos toques rojos.** —dijo Annelise, sintiéndose cada vez más emocionada—. **Así, podría sentir la presencia de papá, pero también reflejar el lado apasionado de este lugar.**

Esperanza sonrió y abrazó a Annelise.

—**¡Eso es! ¡Vas a ser la novia más hermosa que el infierno haya visto!**

Con una renovada energía, Annelise se dirigió hacia los vestidos, sintiéndose lista para encontrar el que haría que ese día fuera verdaderamente especial, honrando tanto a su padre como a su futuro esposo, Lucifer.

———

**Narrador omnisciente:**

Annelise y sus hermanas comenzaron a explorar la tienda, cada una ofreciendo sugerencias y comentarios entusiastas sobre los diferentes vestidos. Mientras recorrían los racks, Juleca señaló un vestido de encaje blanco con detalles dorados.

—**Mira este, Annelise.** —dijo, con los ojos brillantes—. **El encaje es delicado, pero esos detalles dorados añaden un toque de elegancia que creo que a papá le encantaría.**

Annelise se acercó al vestido, acariciando la tela con suavidad.

—**Es hermoso. Pero, ¿crees que Lucifer lo aprobaría?** —preguntó con una sonrisa traviesa.

Amelia se rió.

—**Oh, como si a Lucifer le importara eso. Solo le importa que seas tú la que lleve el vestido.**

Valeria, mirando otro vestido en el rack, intervino.

—**¿Y qué hay de este?** —preguntó, sosteniendo un vestido rojo de satén que caía en cascada—. **El rojo te haría destacar entre la multitud, y con tu belleza natural, no hay duda de que todos te mirarían.**

Annelise se rió, sintiéndose un poco coqueta.

—**Ciertamente llamaría la atención, eso es seguro. Pero siento que sería demasiado atrevido para una boda.**

Rubí, que estaba en su propio mundo, suspiró con nostalgia mientras miraba un vestido blanco con bordados de flores.

—**¿Te imaginas en este?** —dijo, soñadora—. **Serías la novia más hermosa, como un ángel bajado del cielo.**

Annelise sintió una oleada de emoción y nostalgia.

—**Gracias, Rubí. Es un bonito pensamiento.** —dijo con una sonrisa—. **Pero me gustaría que papá estuviera aquí para verlo.**

Elena, viendo que Annelise parecía un poco melancólica, se acercó y le tomó la mano.

—**Tu papá siempre estará contigo, en tu corazón. Y lo honrarás llevándolo contigo en este día especial.**

Con un renovado sentido de determinación, Annelise sonrió y miró a sus hermanas.

—**Tienen razón. Papá siempre ha estado ahí para mí. Y lo honraré con cada elección que haga.**

Finalmente, Annelise eligió varios vestidos para probarse, un par de blancos y uno rojo para divertirse. Mientras se dirigía al probador, Charlie y Vaggie regresaron de su misión de anillos de boda, trayendo consigo una energía vibrante.

—**¿Ya eligieron algo?** —preguntó Charlie, emocionada.

—**¡Aún no! Pero estamos buscando el vestido perfecto!** —respondió Annelise mientras entraba al probador.

Vaggie sonrió y miró a las hermanas de Annelise.

—**Es una gran responsabilidad, pero estoy segura de que la elegirás.**

Después de unos minutos, Annelise salió con su primer vestido, un deslumbrante modelo blanco adornado con bordados delicados.

—**¡Wow! ¡Eres una visión!** —exclamó Charlie, sus ojos iluminándose.

—**¡Sí! Ese es el indicado!** —agregó Vaggie, dándole un pulgar arriba.

Annelise dio una vuelta, sintiéndose como una verdadera novia.

—**¿De verdad les gusta?** —preguntó, sintiéndose un poco insegura.

—**Te queda espectacular. Es como si estuviera hecho para ti.** —respondió Rubí, admirando cada detalle.

—**Y no olvidemos que también podría encantarle a Lucifer.** —añadió Juleca con una sonrisa pícara.

Annelise sonrió, sintiendo la emoción burbujear dentro de ella.

—**Entonces, creo que tengo que probarme más. Vamos a encontrar el vestido perfecto para mi gran día.**

Con el apoyo de sus hermanas y amigas, Annelise se sintió lista para continuar su búsqueda, decidida a encontrar un vestido que no solo la representara, sino que también honrara la esencia de su amor con Lucifer.

**Narrador omnisciente:**

Con una nueva energía, Annelise se dirigió de nuevo al probador para probarse más vestidos, mientras sus hermanas discutían entre ellas las opciones que había. La risa y la emoción llenaban la tienda, creando un ambiente casi mágico.

—**¡Annelise!** —gritó Valeria desde el fondo—. **¡Mira este!** —Sostenía un vestido de tul blanco con un largo tren que parecía flotar en el aire.

Annelise salió de su probador, con un vestido diferente, y sus ojos se iluminaron al ver lo que Valeria había encontrado.

—**Es hermoso, Valeria. Pero parece que tendría que tener a alguien ayudándome a llevarlo.** —dijo riendo, imaginando lo difícil que sería moverse con un tren tan largo.

—**¡Pero eso es lo que lo hace especial!** —respondió Elena, emocionada—. **¡Tu príncipe vendrá a buscarte!**

Las risas resonaron mientras Annelise probaba otro vestido, esta vez uno blanco con detalles en plata que caía suavemente a su alrededor. Salió del probador girando con gracia.

—**¿Qué tal este?** —preguntó, girando para mostrar el vestido a sus hermanas.

—**¡Es perfecto!** —gritó Juleca, su entusiasmo innegable—. **Te verás como una reina.**

Rubí se acercó para ajustar el escote del vestido, sonriendo.

—**Tienes que elegir uno que te haga sentir como la más hermosa de todas. Recuerda, es tu día.**

Annelise se miró en el espejo, sintiendo una mezcla de emoción y nervios. La imagen reflejada era de una mujer que estaba a punto de comenzar una nueva vida, y la idea la llenaba de alegría.

En ese momento, Charlie y Vaggie entraron con una gran bolsa de anillos de boda, listas para compartir la noticia.

—**Chicas, ¡tenemos los anillos!** —dijo Charlie, con una gran sonrisa—. **Están increíbles.**

Vaggie asintió, abriendo la bolsa para mostrar los anillos.

—**Mira este, Annelise.** —dijo, sosteniendo un anillo de compromiso que brillaba con un resplandor inigualable—. **Lucifer realmente se lució.**

Annelise sintió cómo su corazón se aceleraba al ver el anillo. Era un símbolo tangible del amor de Lucifer y su compromiso.

—**Es precioso...** —susurró, tocando suavemente el anillo—. **No puedo esperar para usarlo.**

Las hermanas comenzaron a aplaudir, celebrando el momento.

—**¡Va a ser el mejor matrimonio del inframundo!** —exclamó Valeria, provocando risas.

—**¡Y de los cielos!** —agregó Elena, con complicidad.

Annelise sonrió, sintiendo que todo estaba encajando. Estaba rodeada de amor, apoyo y emoción, y no había nada que deseara más que compartir ese momento con Lucifer.

Mientras continuaban probándose vestidos, la emoción en la tienda crecía. La música de fondo resonaba, creando una atmósfera festiva que hacía que la espera por el gran día se sintiera aún más intensa.

—**Este es el momento de disfrutar, Annelise.** —dijo Rubí, sonriendo—. **Nunca olvides lo especial que es esta etapa.**

—**Lo sé.** —respondió Annelise—. **Gracias por estar aquí. No podría imaginarme este día sin ustedes.**

Con cada vestido que probaba y cada risa compartida, Annelise sentía que se acercaba más a ese sueño que había tenido desde niña: una boda mágica, llena de amor, familia y, por supuesto, de Lucifer. Con cada paso, su corazón latía con la promesa de un futuro lleno de felicidad y nuevas aventuras.

Finalmente, cuando Annelise salió con un vestido que parecía brillar con luz propia, sus hermanas supieron que este era el elegido.

—**¡Ese es!** —gritaron al unísono, llenas de entusiasmo.

—**Es perfecto para ti.** —dijo Charlie, secándose una lágrima de emoción—. **No hay duda de que Lucifer se quedará sin aliento al verte.**

Annelise se sonrojó, sintiendo que estaba lista para dar ese gran paso hacia una nueva vida.

—**Entonces, ¡creo que este es el elegido!** —exclamó, riendo mientras las hermanas la rodeaban en un abrazo grupal.

Con la decisión tomada, el grupo salió de la tienda, listas para seguir con los preparativos de la boda. Annelise sentía que cada detalle se estaba uniendo, como si el universo conspirara a su favor. Su corazón estaba lleno de amor, y no podía esperar para compartir su felicidad con Lucifer en su día especial.

———

**Narrador omnisciente:**

La noche había caído sobre el hotel cuando Annelise y sus hermanas regresaron, agotadas pero emocionadas tras un día lleno de preparativos. Al entrar al vestíbulo, Annelise divisó una escena peculiar en una de las mesas cercanas: Lucifer, Alastor y Husk estaban jugando cartas, mientras Angel Dust, siempre con su energía chispeante, estaba sentado al lado de Husk, sonriendo de forma traviesa.

Annelise, con su vestido de novia en la mano, se acercó lentamente, observando cómo Lucifer, con una mirada calculadora, colocaba cinco cartas sobre la mesa.

—**Ja, gané.** —dijo Lucifer con una sonrisa orgullosa, reclinándose en su silla como si ya hubiera asegurado la victoria.

Husk, sin inmutarse, soltó una risa seca, mientras tomaba un trago de su vaso.

—**No tan rápido, Majestad.** —respondió con calma, observando tanto a Lucifer como a Alastor—. **Aún no has visto mi mano.**

Con un gesto lento y dramático, Husk colocó sus cartas sobre la mesa, revelando una corrida de reyes.

—**¡Yo gano!** —dijo con satisfacción, mientras Angel Dust soltaba una carcajada sonora.

—**¡Vamos, bebé! ¡Eres el mejor!** —exclamó Angel, abrazando a Husk por detrás, mientras Husk simplemente asentía, disfrutando de su victoria sin demasiada emoción visible.

Lucifer, frustrado, dejó escapar un gruñido bajo y, en un arrebato de enojo, se transformó en su imponente forma demoníaca. Con un movimiento brusco, arrojó al Señor Pato, su pequeño pato de goma favorito, que aterrizó con un sonido suave sobre la mesa.

—**¡No! ¡Maldito gato!** —rugió, golpeando la mesa, mientras Alastor observaba todo con su sonrisa habitual, disfrutando del caos.

Annelise, sonriendo con ternura ante el espectáculo, se acercó lentamente con su vestido en la mano. Sus ojos brillaban de diversión al ver a Lucifer, tan majestuoso y poderoso, pero al mismo tiempo tan adorablemente frustrado. Al llegar a su lado, dejó el vestido cuidadosamente sobre una silla y se inclinó hacia él.

—**Mi hermoso bebé,** —dijo con voz suave, acariciando su brazo—, **¿qué te pasa? ¿Quieres que te abrace para que te sientas mejor?**

Lucifer, todavía en su forma demoníaca, se giró hacia ella, su expresión suavizándose al instante al verla. Sus ojos, antes llenos de furia por la derrota, se llenaron de cariño.

—**Annelise...** —murmuró, tomando un profundo respiro, comenzando a calmarse—. **Solo... perdí contra Husk, y odio perder.** —su tono ahora era mucho más suave, casi melancólico.

Annelise dejó escapar una risita suave y le rodeó el cuello con los brazos, ignorando su imponente forma demoníaca.

—**Está bien, mi hobbit.** —le susurró al oído—. **No siempre se puede ganar, pero te amo igual, incluso cuando pierdes. Además, estoy segura de que la próxima vez les darás una lección.**

Lucifer cerró los ojos por un momento, disfrutando de la calidez del abrazo de Annelise, y poco a poco volvió a su forma habitual.

—**Gracias, amor.** —susurró, inclinándose para besarla en la frente.

Husk, observando la escena, soltó una risotada mientras se servía otra copa.

—**Aww, miren, al Rey del Infierno lo tienen controlado.** —bromeó, provocando una carcajada de Angel Dust.

—**¡Oh, por supuesto!** —dijo Angel Dust, guiñándole un ojo a Annelise—. **No hay duda de que Annelise es la verdadera reina aquí.**

Alastor, que había permanecido en silencio hasta entonces, dejó escapar una suave carcajada.

—**Parece que incluso los más poderosos tienen su talón de Aquiles.** —comentó con su sonrisa habitual.

Annelise se giró hacia el grupo y, con una sonrisa triunfante, abrazó a Lucifer con más fuerza.

—**Bueno, alguien tiene que mantener a este rey bajo control, ¿no creen?** —dijo en tono juguetón, lo que provocó risas generales.

Lucifer, ya completamente calmado, la miró con ternura y susurró:

—**Solo tú puedes hacerlo, mi emperatriz. Solo tú.**

Con la situación bajo control, la noche continuó entre risas, cartas y el suave murmullo de la música de fondo del hotel. Aunque Lucifer había perdido en las cartas, sentía que había ganado mucho más al tener a Annelise a su lado. Y con el vestido de novia a la vista, la realidad de lo que estaba por venir se hacía cada vez más presente: el día en que se convertirían en el rey y la reina de todos los infiernos.

———

**Narrador omnisciente:**

Annelise observó a Alastor, que seguía sonriendo con su típica expresión burlona, y decidió compartir un pequeño secreto que había estado guardando.

—**Al...** —comenzó, llamando su atención—. **Casi se me olvida. Rubí te compró un nuevo saco rojo, tal como te gusta, con Rosie en la Ciudad Caníbal.**

Los ojos de Alastor se iluminaron de inmediato, y su sonrisa se amplió.

—**¿En serio?** —exclamó con entusiasmo—. **Ese lugar tiene los mejores trajes, ¡estoy ansioso por verlo!**

Annelise continuó, disfrutando de la emoción en su rostro.

—**Además, quiere que veas cómo se le ve el vestido rojo con negro que eligió.** —dijo, dándole un guiño—. **Ya sabes, con todo y el embarazo de la pequeña Estelle que lleva en su vientre.**

Alastor arqueó una ceja, su mirada intrigada.

—**¿Y está en mi habitación?** —preguntó, casi con una chispa traviesa en sus ojos.

Annelise asintió con una sonrisa, pensando en lo divertida que sería la reacción de Alastor al ver el nuevo atuendo de Rubí.

—**Sí, está allí. Te estaba esperando, como si supiera que ibas a volver a jugar con nosotros.** —respondió con picardía.

Husk, que había estado escuchando la conversación, se giró con una sonrisa sarcástica.

—**Espero que no le hagas un desfile de modas en medio del juego de cartas, Al. No quiero perderme por tu culpa.**

Alastor soltó una risa melodiosa.

—**¿Quién dijo que no se puede tener un poco de diversión entre cartas?** —replicó, mientras se levantaba de la mesa—. **Voy a hacer que Rubí se ponga ese vestido y luego decidiré si me conviene o no seguir perdiendo.**

Angel Dust se unió a la conversación, jugueteando con su copa.

—**¡No puedo esperar! La última vez que Rubí se puso algo rojo, la sala ardió de pura belleza.** —dijo, haciendo un gesto exagerado.

—**¡Cuidado con el fuego!** —advirtió Annelise en tono de broma—. **No quiero que terminen incendiando el hotel.**

Lucifer se rió, disfrutando del ambiente ligero que Annelise había creado.

—**No te preocupes, Annelise. Alastor puede ser un poco loco, pero nunca se dejará llevar tan lejos... ¿verdad, Al?** —bromeó, mirando a su amigo con complicidad.

—**Eso depende de qué tan impresionante esté Rubí en ese vestido,** —replicó Alastor con un guiño, antes de dirigirse hacia su habitación.

Mientras Alastor se alejaba, Annelise miró a los demás con una sonrisa satisfecha. La emoción en el aire era palpable, y sabía que la noche solo mejoraría a medida que la fiesta continuara. En su corazón, se sentía agradecida por tener amigos tan maravillosos, y estaba ansiosa por ver a Rubí lucir su nuevo vestido.

———

**Narrador omnisciente:**

Alastor llegó a su habitación, y lo primero que vio fue a Rubí luciendo radiante en su vestido rojo con negro, con el saco que él había escogido cuidadosamente para ella. Su corazón se llenó de alegría y sin pensarlo, la abrazó con fuerza.

—**¿Cómo está mi prometida?** —preguntó con voz cálida, mientras miraba a Rubí a los ojos—. **¿Y esta pequeña cierva, Estelle, cómo se encuentra?**

Rubí sonrió, sintiéndose querida mientras acariciaba el cabello rojo con negro de Alastor y, con cuidado, tocaba sus orejas rojas de ciervo.

—**Estelle está bien, siempre dando pataditas. Creo que ya está emocionada por conocer a su papá.** —respondió, con una mezcla de ternura y alegría.

Alastor no pudo evitar sonreír ante la mención de su hija.

—**Amor,** —comenzó, su voz se tornó más seria—. **¿Cuándo nos vamos a casar?**

Rubí lo miró, su expresión se suavizó mientras pensaba en el futuro.

—**Estaba pensando que deberíamos hacerlo antes de que nazca nuestra niña Estelle.** —dijo, con una chispa en los ojos—. **Me gustaría que nuestra familia estuviera unida desde el principio.**

Alastor sonrió aún más, sintiendo una oleada de amor por ella.

—**Bueno, podríamos casarnos antes de la boda de tu hermana y Lucifer.** —sugirió, inclinándose hacia ella y robándole un beso en los labios—. **Así podríamos sorprender a todos.**

Rubí se reía suavemente, sintiendo que la idea era encantadora.

—**Eso sería perfecto. Una doble celebración.** —dijo, sonrojándose un poco—. **Imagina la cara de Annelise al enterarse.**

Alastor se rió, disfrutando de la imagen en su mente.

—**¡Le encantaría!** —exclamó, sus ojos brillando de emoción—. **Y la fiesta sería épica, como siempre.**

Rubí le dio un suave beso en la mejilla.

—**Me encanta cómo piensas. Pero debemos planearlo bien. No quiero que nada salga mal.**

—**Confía en mí, Rubí.** —dijo Alastor, su voz llena de determinación—. **Todo saldrá bien. Seremos una familia hermosa.**

Rubí sintió que su corazón se derretía al escuchar esas palabras. La idea de formar una familia junto a Alastor la llenaba de felicidad.

—**Entonces, empecemos a planear.** —dijo Rubí, mientras un brillo de emoción iluminaba sus ojos—. **¡No puedo esperar para ser tu esposa!**

Alastor sonrió, sus orejas moviéndose ligeramente por la emoción.

—**Yo tampoco, querida. ¡Vamos a hacerlo realidad!** —respondió, mientras la tomaba de la mano, listo para enfrentar el futuro juntos.


Continuara ....

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