La noche avanzaba lentamente mientras Namjoon permanecía en su habitación, recostado sobre su cama, mirando fijamente al techo. No podía negar que los últimos días habían sido emocionalmente desgarradores para él. El distanciamiento de Seokjin, el cambio repentino en su trato, y esa sensación de ser reemplazado lo consumían día tras día. Que ironía. Había intentado llenar ese vacío al retomar su amistad con Yoongi, y aunque le hacía sentir mejor, no dejaba de pensar en Seokjin, en lo que estaba haciendo mal y si él era la verdadera causa de esa distancia.
Por eso, Namjoon había decidido disminuir el contacto. A pesar de lo que sentía, prefería dar un paso atrás. Sabía que su insistencia podía incomodar a Seokjin y que mantenerse cerca sin reciprocidad solo le haría más daño. Cada vez que veía a Seokjin rodeado de sus amigos, riendo y disfrutando, Namjoon sentía una punzada de tristeza en el pecho, una sensación de invisibilidad que lo atormentaba. Así que evitaba escribirle tanto como antes. Quizá, pensaba, Seokjin necesitaría su espacio y, con el tiempo, podría volver a acercarse sin sentirse invadido.
Mientras se sumía en esos pensamientos, su teléfono vibró, interrumpiendo el silencio que reinaba en su habitación. Al tomar el móvil, su corazón dio un vuelco al ver el nombre de Seokjin en la pantalla. Era un mensaje.
"¿Qué haces? No hemos hablado mucho últimamente."
Namjoon tragó saliva, sin saber cómo reaccionar de inmediato. Su primer instinto fue responder de inmediato, pero se tomó un par de minutos para pensar. Seokjin, a pesar de haber sido distante, ahora quería hablar. Algo dentro de él se encendió, una chispa de esperanza que había intentado suprimir. Finalmente, decidió responder.
"No mucho, solo descansando. ¿Y tú?"
No pasó mucho tiempo antes de que Seokjin contestara.
"He estado ocupado con la fiesta y algunas cosas más, pero... ¿cómo has estado? Hace tiempo que no hablamos."
Namjoon sintió cómo una mezcla de emociones lo invadía. ¿Realmente le estaba preguntando cómo había estado? ¿Acaso Seokjin no se daba cuenta de lo que su distanciamiento le había causado? Intentó calmar sus pensamientos antes de escribir de nuevo.
"He estado bien, un poco ocupado también. He pasado más tiempo con un amigo últimamente."
La mención de Yoongi fue completamente sincera, sin mencionar su nombre. No había nada que ocultar, pero por alguna razón, tan pronto como envió el mensaje, sintió una pequeña punzada de nerviosismo. Realmente no sabía que Seokjin no iba a recibir esa información de la mejor manera, pero no iba a ocultar que alguien más había estado allí para él en este tiempo.
Del otro lado, Seokjin leyó el mensaje con un nudo formándose en su estómago. A pesar de que trataba de mantener la calma, algo en su interior se encendió al leer el mensaje. Yoongi. Ese chico tercer año, del que casi no recordaba nada, ahora estaba más presente en la vida de Namjoon de lo que él mismo había estado en las últimas semanas. Y eso le molestaba más de lo que estaba dispuesto a admitir. En una pregunta rápida quiso saber de por cuenta de Namjoon quién era ese amigo, y al leer el nombre de Yoongi en la pantalla de su móvil, algo se fracturó en su costilla, como una punzada de enojo reprimido.
"Oh, ¿así que has pasado tiempo con Yoongi? ¿Desde cuándo son tan cercanos?"
La pregunta, aunque disfrazada de curiosidad, cargaba con una evidente dosis de celos. Namjoon, sin embargo, decidió ignorar el tono y respondió con sinceridad.
"Lo conocí en primer año. Hemos retomado la amistad estos días. Es agradable hablar con él."
Seokjin frunció el ceño mientras leía la respuesta. Algo dentro de él no cuadraba. La idea de que Namjoon, alguien que siempre había sido tan dependiente de su atención, ahora encontrara consuelo en otra persona, lo incomodaba profundamente. Y aunque intentaba convencerse de que no tenía derecho a sentirse así, de que él mismo había sido el que se había alejado, no podía evitar esa oleada de irritación que lo recorría.
Sin embargo, en lugar de insistir, optó por cambiar de táctica.
"Ya veo... Bueno, ¿qué tal si nos vemos esta noche? Hace tiempo que no hablamos en persona."
Namjoon parpadeó ante el mensaje. ¿Seokjin quería verlo, justo ahora? Era tarde, y aunque su corazón quería aceptar de inmediato, sabía que no sería tan fácil.
"No creo que pueda. Es tarde, y mis padres no me dejarán salir ahora."
La respuesta fue casi automática, pero no esperaba lo que vendría después.
"No tiene que ser algo formal. Podemos vernos en el parque cerca de tu casa, ¿te parece?"
Namjoon se quedó mirando la pantalla durante varios segundos. Seokjin estaba proponiendo algo que no había hecho en largos y tormentosos días: pasar tiempo juntos, aunque fuera en un lugar discreto y a escondidas. La propuesta lo desconcertó. Por un lado, deseaba volver a verlo, estar cerca de él, pero por otro, una parte de él no podía dejar de sentirse confundido por el repentino cambio de actitud.
Finalmente, después de una pausa, escribió.
"Está bien. Nos vemos en el parque en unos minutos."
Después de enviar el mensaje, Namjoon se levantó rápidamente de su cama, sintiendo una mezcla de nerviosismo y anticipación. No sabía qué esperar de esa conversación. Mientras se ponía una chaqueta ligera y salía sigilosamente de su casa, su mente no podía dejar de pensar en cómo las cosas habían cambiado tanto en tan poco tiempo. ¿Qué quería Seokjin realmente de él? ¿Estaba tratando de enmendar algo, o simplemente no quería que se acercara demasiado a Yoongi?
El parque estaba oscuro, iluminado solo por las farolas esparcidas a lo largo del sendero. Namjoon llegó antes de lo previsto, sus manos temblando ligeramente mientras esperaba a Seokjin. Sentía una mezcla de ansiedad y emoción, sabiendo que, de alguna manera, esta conversación podría determinaría el rumbo de su relación.
Varios minutos después, vio la silueta de Seokjin acercándose. Parecía tranquilo, aunque había algo en su postura que sugería cierta tensión. Cuando finalmente estuvieron cara a cara, Seokjin le sonrió brevemente, pero Namjoon no pudo evitar sentir una distancia, una frialdad que no había estado allí antes.
"Gracias por venir", dijo Seokjin, rompiendo el silencio.
Namjoon asintió, intentando mantener la calma, pero en su interior, las preguntas se amontonaban, esperando salir. ¿Qué quería Seokjin? ¿Por qué ahora? ¿Y qué haría él si las respuestas no eran las que esperaba?
La noche apenas comenzaba, y Namjoon sabía que lo que se dijera en los próximos minutos podría cambiar todo entre ellos.
Namjoon permanecía en silencio, sus ojos fijos en Seokjin, quien se veía un poco más grande bajo las luces parpadeantes del parque. Había algo en la forma en que la oscuridad y las farolas lo iluminaban que hacía que su silueta pareciera aún más distante, más fuera de su alcance. La tensión que flotaba entre ambos era palpable. Seokjin respiraba de manera un tanto irregular, como si intentara encontrar las palabras correctas, pero parecía incapaz de articular siquiera una excusa. Y Namjoon, a pesar del nudo en su garganta, sabía que no podía dejar que ese silencio incómodo durara más.
Tomó una profunda bocanada de aire, armándose de valor para romper esa barrera invisible que los separaba. Su voz tembló ligeramente cuando habló, pero sus palabras salieron con claridad.
"Quiero saber qué pasó, Seokjin. ¿Por qué te alejaste de esa forma? ¿Es algo que hice yo? Si es así, por favor, dime. No soporto la idea de que haya sido mi culpa..."
El silencio volvió a reinar entre ambos, pero ahora estaba cargado de una intensidad diferente. Seokjin lo observaba, sus ojos buscando algo en el rostro de Namjoon, algo que no lograba descifrar del todo. Sabía que Namjoon merecía una respuesta, pero también sabía que la verdad lo lastimaría, quizá más de lo que ya lo había hecho. Seokjin desvió la mirada, sintiendo que sus propias palabras iban a traicionarlo si no las medía con cuidado.
"No... no es tu culpa, Namjoon," dijo finalmente, su voz suave pero distante, como si no estuviera completamente presente en la conversación. "He estado ocupado con la fiesta, con mis amigos... y supongo que no supe manejar bien las cosas."
A pesar de las palabras, Namjoon podía notar la falta de sinceridad. Algo en el tono de Seokjin no cuadraba. Las excusas eran vagas, vacías, y por un momento, sintió como una parte de su corazón se rompía un poco más. Intentaba ser fuerte, intentaba mantenerse firme, pero las lágrimas, aquellas que la oscuridad del parque ocultaba, comenzaron a deslizarse silenciosamente por sus mejillas. No quería llorar, no quería parecer débil frente a Seokjin, pero no podía evitarlo. Había amado tanto a ese chico, y ahora se sentía como si estuviera perdiéndolo por completo.
"Si eso es todo... está bien", murmuró Namjoon con la voz quebrada, "Pero siento que no me estás diciendo toda la verdad..."
Seokjin, viendo el dolor reflejado en los ojos de Namjoon, sintió un peso en su pecho. Sabía que sus mentiras no eran suficientes, que no estaban calmando la situación, sino empeorándola. Namjoon merecía más, pero él no estaba preparado para darle esa honestidad. Sin embargo, al ver las lágrimas rodar por el rostro de Namjoon, algo dentro de él se activó, un impulso casi irracional por detener ese dolor, aunque fuera solo por un momento.
Sin decir nada más, dio un paso adelante, acortando la distancia entre ambos. Namjoon, sorprendido por la cercanía repentina, lo miró con los ojos ligeramente entrecerrados, confundido. Seokjin levantó una mano y, con delicadeza, la posó en la mejilla de Namjoon, secando una de las lágrimas que aún resbalaba. El contacto era suave, casi dulce, pero Namjoon sintió la contradicción en el gesto. Había algo que no cuadraba, algo que no era del todo honesto.
Antes de que pudiera reaccionar, Seokjin inclinó su rostro hacia el suyo y lo besó. Fue un beso lento, cuidadoso, como si con ese gesto intentara borrar todo el dolor que había causado, como si quisiera silenciar cualquier pregunta, cualquier duda. Los labios de Seokjin se movieron con una suavidad engañosa, y aunque por fuera el beso parecía lleno de ternura, Namjoon no podía evitar sentir que había algo detrás, algo que Seokjin no estaba dispuesto a revelar.
El beso, que al principio fue recibido con sorpresa, pronto fue correspondido. Namjoon se aferró a ese momento como si fuera un salvavidas, dejando que sus emociones lo guiaran. Durante esos breves segundos, todo el dolor, la confusión y el miedo parecieron desvanecerse. Todo lo que existía era Seokjin y el calor de sus labios, una sensación que había deseado durante semanas, una confirmación de que, quizá, no todo estaba perdido.
Pero para Seokjin, ese beso no era más que una mentira disfrazada de consuelo. No podía enfrentarse a la verdad, no podía decirle a Namjoon que su corazón estaba dividido, que sus sentimientos por Kibum lo estaban arrastrando en otra dirección. Así que usó el beso para evitar las palabras que sabía que solo traerían más dolor. Usó ese momento para mantener a Namjoon cerca, aunque fuera de forma egoísta, aunque supiera que no estaba siendo honesto ni con él ni consigo mismo.
Cuando finalmente se separaron, Namjoon lo miró con una mezcla de esperanza y alivio. Sus labios temblaban, y aunque no dijo nada, sus ojos lo decían todo: quería creer que ese beso significaba que las cosas mejorarían. Que Seokjin volvería a estar a su lado como antes.
Seokjin, por su parte, forzó una sonrisa. Sabía que había empeorado las cosas, que había traicionado su propia verdad. Pero ahora no podía retroceder.
"Deberíamos volver a casa," dijo Seokjin, rompiendo el silencio que se había formado después del beso. "Es tarde."
Namjoon asintió, aún bajo la influencia del momento, aún creyendo que las cosas podrían mejorar.
"Sí... gracias por esto," murmuró Namjoon, intentando controlar sus emociones. "Me siento mejor ahora."
Ambos comenzaron a caminar de regreso a sus casas, sin decir mucho más. Namjoon, con el corazón algo más ligero, creía que quizá ese beso era el comienzo de algo mejor. Sentía que las cosas podrían volver a ser como antes, y esa esperanza lo llenaba de una sensación de paz.
Pero Seokjin, mientras caminaba, sentía el peso de su mentira crecer dentro de él. Sabía que había actuado mal, que ese beso no había sido más que un intento desesperado por mantener las apariencias. Su mente no podía dejar de dar vueltas a la idea de que estaba lastimando a Namjoon más de lo que lo estaba ayudando, y que cada día que pasaba sin ser honesto solo lo hundía más en su propia confusión.
Cuando finalmente llegaron a sus respectivas casas, ambos se despidieron con un leve gesto de cabeza. Namjoon entró a su hogar sintiéndose más aliviado, creyendo que las cosas mejorarían con el tiempo. Pero Seokjin, una vez solo, no pudo evitar sentirse atrapado. Sabía que estaba empeorando la situación, que estaba lastimando a Namjoon y a sí mismo con cada mentira que contaba, con cada momento que postergaba la verdad.
Y mientras ambos cerraban la puerta detrás de ellos, quedó claro que la noche no había resuelto nada, sino que solo había añadido más capas de confusión y falsedad a su relación.