El sol se estaba poniendo en Hallownest, envolviendo la capital en un suave resplandor dorado. Elyra caminaba por la plaza central, irradiando una luz cálida que parecía hacer desaparecer las sombras más pesadas. Su elegante andar y su porte noble eran evidentes incluso para los más desprevenidos. A su lado, Caelum, la Vasija Pura, permanecía en silencio, su presencia imponente y vigilante siempre atenta a cualquier signo de peligro.
Los habitantes de Hallownest, aunque seguían mirando a Caelum con cierto temor y respeto debido a las historias que habían escuchado sobre él, habían comenzado a mostrar una mayor apertura hacia Elyra. Su habilidad para traer alegría y paz era innegable.
En medio de la multitud, un comerciante conocido como Corvan, de complexión robusta y aire distinguido, se acercó a Elyra con una sonrisa de cortesía. A diferencia de muchos otros, Corvan no parecía temer a Caelum y avanzó con confianza.
-Dama Elyra —dijo Corvan con una inclinación respetuosa, su tono amable— Es un verdadero honor encontrarme contigo. Mi nombre es Corvan, y soy comerciante aquí en Hallownest. He escuchado mucho sobre tu llegada y el impacto positivo que has tenido en nuestro reino.
Elyra, con su naturaleza siempre amable y su expresión serena, respondió con una sonrisa luminosa. -Es un placer conocerte, Corvan. Me alegra saber que mi presencia ha sido de ayuda para todos.
Corvan hizo un gesto con una mano, como si quisiera invitarla a una conversación más cercana. -Debo decir, dama Elyra, que es admirable lo que has logrado. Sin embargo, me pregunto si no te resulta cansado tener siempre la misma compañía. El caballero que te acompaña, aunque formidable, no parece el tipo de ser que pueda ofrecerte compañía en el verdadero sentido.
Elyra, siempre cortés y un poco confundida, respondió - Caelum ha sido un protector fiel. No he sentido la necesidad de algo más allá de su protección.
Corvan sonrió, pero sus ojos mostraban una intención más astuta. -Ah, pero hay quienes dicen que un título como 'la Vasija Pura' conlleva un aura de misterio. Es curioso, ¿no? Nadie en Hallownest sabe su verdadero nombre, solo el título. Tal vez, un título tan enigmático podría significar más de lo que parece.
Elyra frunció el ceño ligeramente, tratando de entender. -No estoy segura de por qué se le llama 'la Vasija Pura'. Solo pienso que es un título honorable, como una manera de expresar respeto.
Corvan se inclinó un poco más cerca, tratando de suavizar sus palabras. -Claro, claro. Pero quizás alguien como yo, que conoce bien el reino, podría ofrecerte un poco de compañía más... cálida y cercana.
Elyra, sin captar las intenciones subyacentes, respondió con una sonrisa amable. -Agradezco tu oferta, Corvan, pero estoy bien con Caelum. Él me ha brindado todo el apoyo que necesito.
En ese momento, Caelum, que había estado observando la conversación en silencio, se acercó con una presencia que imponía respeto. Se colocó entre Elyra y Corvan, su postura firme y su mirada penetrante.
-¿Hay algún problema? —preguntó Caelum, su voz profunda y autoritaria, mirando fijamente a Corvan—
Corvan, ligeramente intimidado por la presencia de Caelum, retrocedió un paso. - No, no, caballero. Solo estaba haciendo una conversación amistosa con la dama Elyra. No pretendía causar inconveniente.
Caelum, sin apartar la vista, dijo con firmeza: - La dama Elyra no necesita más compañía que la mía. Mi deber es protegerla de cualquier cosa que pueda incomodarla.
Corvan, sintiendo la tensión en el aire, hizo una reverencia superficial. - Como desees, caballero. Solo quería expresar mi admiración por la dama Elyra.
Elyra, percibiendo la tensión, intervino suavemente. -Gracias, Corvan. Aprecio tus amables palabras, pero estoy bien tal y como estoy.
Corvan asintió y se alejó rápidamente, lanzando una última mirada de incomodidad hacia Caelum antes de perderse entre la multitud. Elyra, un poco desconcertada, se volvió hacia su protector.
-Gracias por intervenir, Caelum. No estaba segura de cómo manejar la situación. Corvan parecía... amigable, pero no entendí del todo sus intenciones.-
Caelum observó a Elyra con su habitual calma. -Es mi deber protegerte. No solo de peligros físicos, sino también de cualquier situación que te cause incomodidad.
Elyra sonrió, agradecida. -Sé que siempre estás atento a mi bienestar. A veces, me resulta difícil entender las intenciones de los demás.
Caelum permaneció en silencio, su mente girando en torno a la complejidad de las interacciones de las criaturas de hallownest aún no comprendía completamente. Su deber de proteger a Elyra era claro, pero las emociones seguían siendo un misterio para él. Sin embargo, mientras Elyra continuara irradiando su luz y esperanza, él estaría allí, una sombra constante, listo para protegerla de cualquier amenaza.