— No sabes como valoro tu sencillo coraje de quererme.
Cuando el ambiente estuvo medianamente tranquilo, por más ansiedad que le causara a King tratar el tema con Atenea, ella asumió el rol de adulto responsable y comenzó a organizar todo para irse a descansar, y con un suspiro trato de calmarse para despues seguir sus indicaciones y asi ir a descansar.
Sin embargo, cuando ya todos estaban en preparados y listos para descansar un hada inquieta buscaba por toda la taberna a Nea, de verdad ansiaba tocar el tema... ¿De verdad ella lo miraba como un potencial pareja? ¿Ella, esa maravillosa mujer que lo tenia como loco era capaz de corresponderle?
Y finalmente la encontró en el balcón de la noche anterior mirando las estrellas cubriéndose del frío de la noche con su capa azul.
— Atenea... — llamó suavemente — ¿Otra vez aquí?
— Es agradable...— murmuró mirándolo fugaz para devolver la vista a las estrellas — ¿Vienes a acompañarme como anoche?
— Si no es problema... — dijo sentándose a la par de ella chocando rodilla con rodilla.
— Nunca lo sería... yo... — quiso iniciar pero se mostraba algo cohibida, pero King no hablo no sabiendo lo que quería decirle, pero intuyéndolo aun así no quería presionarla — Quisiera pedirte una disculpa...
— ¿Disculpa? ¿Pero porque? — pregunto extrañado buscando su mirada pero ella le rehuía mirando sus manos en su regazo.
— Sobre lo que dijo Gowther, yo... no quisiera incomodarte de ninguna manera eres alguien muy especial para mi y no me gustaría que esto... por mi culpa, perdiera la cercanía de un preciado amigo, no quisiera que nuestra relación cambiara... — dijo tristemente.
King apretó los puños en su regazo, cometió muchos errores a lo largo de su vida, pero relacionados con su vida amorosa, Diane fue un ejemplo muy claro, fue un cobarde, un miserable cobarde que le borró la memoria para evitar afrontar cualquier consecuencia, para protegerla y evitar su sufrimiento sin tener en consideración lo que ella quería, y años despues cuando volvió a reencontrarse con ella, la miro enamorada de otro hombre solo porque él nunca tuvo el valor ni la iniciativa de luchar por ella.
Sus inseguridades le costaron mucho, pero de cierta manera lo agradecia porque gracias a ello, Atenea se atravesó en su camino, ella era el tipo de mujer que necesitaba y quería su lado, y jamás lo hubiera notado de no ser por todo lo que sucedió.
Pero ella no merecía alguien que por dudar de si mismo no fuera capaz de tomar al toro por lo cuernos, ella era una mujer fuerte y segura, alguien imponente y brillante, merecía estar con alguien a la altura, pero por primera vez en su vida no deseaba empujar la canoa hacia otro lado, él quería convertirse en alguien digno de ella.
Así que con una valentía que no sabía que tenía hablo desde el fondo de su corazón, dispuesto a aceptar lo que se le viniera encima.
— ¿Y que dirias... si yo si quisiera que nuestra relación cambiara? — hablo mirando a la mujer quien sorprendida levantó la mirada y ambos se miraban a los ojos — Ya no hay marcha atrás.
— ¿Que...?
Decir que estaba sorprendida era poco pero sentía que su corazón se le iba a escapar por algún lado, nunca había estado tan nerviosa en su vida.
King se movió un poco y se arrodillo frente a ella y tomo sus manos con las suyas acariciando su nudillos en un intento de reconfortarse mutuamente.
— No es un secreto para nadie que hacía años solo tenía ojos para Diane, pero esa noche cuando ella me dijo todo eso, aunque al dia siguiente ella no lo recordara, yo si lo hacía y me dolio mucho pero no sufrí como lo esperaba... ¿Sabes porque?
Ella negó con la cabeza sin despegar su vista de los dorados ojos del hada — ¿Porque..?
— Fue por ti, Atenea — reveló mientras se acercaba inconscientemente a ella, que ni siquiera noto que estaba arrodillado entre las piernas de la chica — Esa noche me recibiste con los brazos abiertos y mientras descargaba todas mis penas, recordé todas la veces que compartimos juntos desde que nos conocimos, tú siempre estuviste alli en mis momentos más vulnerables, me procuraste y cuidaste como nunca nadie había hecho y por primera vez no me sentí avergonzado del tipo de persona que soy porque tu siempre me aceptaste tal cual era y me apreciaste y lo demostraste de mil maneras diferentes, fue cuando comprendí la magnitud del amor que alguien podía ofrecer, y aunque no fue de un dia para otro eventualmente acepte que mis sentimientos habían cambiado que tu eras la mujer que deseaba a mi lado y que me esforzaría por hacerme notar... en hacer que me notaras.
Atenea miro sinceridad en sus ojos y ella quiso corresponde igual dejando que lo que sentía fluyera por sus labios.
— Siempre fui yo quien cuidaba de todos, incluso cuando vivía en Themyscira, siendo la hija de la reina se me enseño a siempre cuidar y velar por todos, estaba acostumbrada tanto a ello, que de la nada llegaste tu y siempre querías ayudarme y facilitarme las cosas... Era extraño — reveló con una sonrisa nostálgica — No estaba acostumbrada a que alguien más me cuidara y me protegiera, y luego llegabas tu a asegurarte que hubiera comido adecuadamente, que me sintiera bien despues de un entrenamiento, a que siempre tuvieras un ojo puesto en mi durante una batalla para ver si estaba bien, con esos pequeños detalles como bordar una bonita flor en la rasgadura de mi vestido favorito o recolectar un montón de fresas en pleno invierno solo porque tenía antojo de ellas, eran lindos detalles que sin darme cuenta me conmovían y llegaban directo a mi corazón, no se cuando este sentimiento me comenzó a ganar, pero de verdad... Me gustas, King.
King trago saliva algo nervioso, nunca hubiera imaginado llegar tan lejos — T-tu tambien me gustas...
Y tomando la iniciativa, el hada se acercó a su rostro y roso sus narices en espera de alguna negativa, pero cuando la miro cerrar sus ojos él se permitió dejarse llevar, cerró los suyos y junto sus labios.
Atenea soltó el agarre de su manos y las llevó hasta la nuca de King enredando sus dedos entre sus cabellos y el castaño extasiado por los suaves movimientos de sus labios y el toque de la mujer que deseaba, se dejó llevar y acarició su abdomen para deslizar sus manos hacia su cintura y envolverla en un abrazo que pego los cuerpos.
Ante esto la amazona se permitió dar un paso más y lo abrazó del cuello pegando sus pechos cosa que alteró un poco al hada, no sabía cuales eran los límites permitidos, es decir se conocían desde hacía más de 15 años pero considerando esa situación nunca antes había pasado por algo parecido, pero parecía que Nea si tenía una idea de hasta dónde quería llegar.
Pues dio un suave mordisco que hizo jadear a King y en consecuencia abrió los labios un poco lo suficiente como para que Nea con la punta de su lengua acariciará el contorno de sus labios pidiendo permiso para entrar.
King temeroso e inexperto permitió el acceso abriendo su boca, tomando aire en proceso, sintió el roce de ambas lenguas, enredándose y deslizándose la una sobre la otra, perdió la noción de todo concentrándose únicamente en la mujer en sus brazos, pero la necesidad de oxígeno hizo que se separan pero eso no fue un limitante para Atenea que despues de una rápida mirada al varón, ella beso dulcemente su mejilla y colocando una mano en la otra, se apoyó en su agarre para ladear su rostro y darle acceso a su cuello que no tardó en recorrer con su labios sacándole jadeos al hada que apretó su agarre en el cuerpo de su amada.
— A-Atenea... — gimió al sentir sus caricias.
— King... — susurró separándose un poco para mirarlo a los ojos — ¿Me dejarias continuar...?
Eso lo descolocó tanto como lo emocionó... — ¿Tu... quieres continuar? ¿Deseas continuar?
— Si... ¿Y tú?... — preguntó sobre sus labios tentándolo pero sin despegar su mirada.
— Si.. sí quiero...
Atenea acortó la distancia y lo beso nuevamente, pero King se permitió un acto de raciocinio antes de perderse en el placer, de un movimiento de manos acercó a Chastiefol en su forma de almohada y sorprendió a la amazona cuando esta se colocó debajo de ambos y comenzó a elevarse más allá del techo de la taberna y a medida que tomaban altura, Chastiefol también aumentaba su tamaño hasta parecer un colchón tamaño *california que les dio mucho espacio y comodidad.
King se colocó encima de ella y acarició el contorno de su rostro admirandola un poco para despues recostarla en su tesoro sagrado apreciado como su cabello azabache se iluminaba bajo la luz de la luna y sus labios hinchados lo tentaban a pecar.
Y que los dioses lo perdonaran pero que deseoso estaba de pecar junto a esa hermosa mujer.
Continuará....
*Colchon tamaño California King: 2.13 x 1.83 mts.